Un agradable masaje

Habían ido a mi oficina a cortarme las uñas de los pies y terminé en un hotel recibiendo delicioso masaje.

Hola amigos, hoy quiero platicarles algo que me sucedió hace unos pocos días. Me encontraba en mi oficina muy temprano y se me ocurrió abrir esta página y me puse a leer diferentes relatos, como ya se imaginarán la mayoría de ellos son con mujeres de portada de revistas y por lo que se refiere a los hombres parecen "burros en primavera" con semejantes miembros que miden más de 20 cms…, Bueno, no es mi caso.

Estaba muy entretenido leyendo mis relatos cuando suena mi celular y se trataba de Mary, una señora que desde hace algún tiempo es mi podóloga y el motivo de la llamada era para recordarme que ya era necesario mi tratamiento, motivo por el cual acordamos que viniera a mi oficina una hora más tarde a cortarme las uñas.

Nunca me pasó por la cabeza tratar siquiera de tener intimidad con esta mujer por la buena relación que llevamos, pero ese día cuando la vi llegar a mi despacho, venía con una blusa muy delgada y escote generoso que me hizo fijarme en un par de ubres que me dejó embobado.

Nos acomodamos cómodamente para iniciar mi tratamiento y con música suave de fondo empezó a trabajar Mary en mis pies. Me platicaba de cosas superfluas y yo no le presté atención alguna por ver como se movían suavemente esas tetas enfrente y tan cerca de mí, hasta que me preguntó que qué me pasaba, a lo que me disculpé por mi torpeza, entonces creo que ella se percató del motivo de mi distracción y como tenía una de mis piernas recargada prácticamente en su abdomen, al momento de agacharse mi pie rozó uno de sus chichis y de reojo me vio que no separaba la mirada de sus pechos e inmediatamente me percaté que sus pezones comenzaban a endurecerse y a notarse claramente a través de su delgada blusa.

Esta acción se estuvo repitiendo en varias ocasiones hasta que rompí el silencio y le pregunté si sabía de alguna persona que diera masajes de descanso ya que la noche anterior no pude dormir plenamente y me sentía cansado y adolorido, a lo que me contestó que si no me importaba ella también sabía darlos pero que como me veía muy serio nunca me lo ofreció, lo que si me dijo es que eran muy profesionales y satisfactorios, que si quería programáramos una cita en mi domicilio o en algún hotel cercano cuando quisiera e inmediatamente con un ligero tono tímido le pregunté si me lo pudiera dar después de que terminara de cortarme las uñas y me contestó que sí. Acordamos el precio y una vez que terminó con mies nos dirigimos a un hotel que se encuentra muy cerca de mi oficina y a petición de ella pedí una habitación con jacuzzi. Una vez dentro del cuarto sacó de su bolo un frasco con aceites aromáticos y se dispuso a llenar la tina con agua caliente y me pidió que ingresara por unos minutos para relajarme. Pensé que entraría al agua conmigo pero no, se quedó afuera y preparó sus utensilios y una vez que esto sucedió me llamó para que me recostara boca abajo en la cama. Esto fue un enfriador tremendo por que yo había imaginado varias pendejadas que no sucedieron, así que dije bueno pues ni modo si ya estamos aquí y no va a pasar nada me lo merezco por menso.

Comenzó el masaje por la planta de los pies de una manera muy relajante, lo hacía firme pero con una suavidad indescriptible. Así fue subiendo por la piernas hasta que llegó a las caderas y como abarcaba la zona de los glúteos me volví a poner nervioso y mi amigo comenzó nuevamente a despertar. Llegué a estar incómodo, puesto que estando boca abajo y con el pene erecto por los manoseos de Mary, traté de acomodarme lo más discretamente posible pero ella lo notó y con más frecuencia pasaba las manos por todas mis nalgas, la parte inferior de los muslos y frecuentemente rozaba mis testículos para después por en medio de la raya de las nalgas metía la mano rozando al más pequeño de mis amigos, permaneciendo el masaje bastante tiempo en este lugar, ya que hacía diferentes tipos de movimientos alrededor de mi ano que me tenían al borde del éxtasis. Era una sensación verdaderamente placentera y nueva para mí. Posteriormente fue subiendo a la espalda, hombros, brazos para terminar con un delicioso masaje en la nuca, cuello y sienes.

Cuando finalizó en la parte posterior de mi cuerpo, me pidió que me volteara boca arriba quedando obviamente mi verga estirada al máximo gracias al toqueteo del que fui víctima por parte de Mary. Nuevamente inició el masaje por la parte de los dedos de los pies y ahí me percaté de que Mary tenía los pezones duros, no sé si ella también se calentó con lo que me hizo, pero al parecer no había sido indiferente. Comenzó el dulce sufrimiento de sentir nuevamente sus manos lubricadas por el aceite cuando subía las manos por mis piernas y acercaba cada vez más a mis huevos que a gritos pedían un tratamiento especial y creo también que Mary quería apapacharlos un poco pues no tardó demasiado en abocarse a esta región aunque su estadía fue breve puesto que continuó subiendo por el abdomen y pecho donde con una sutileza empezó a rozar y pellizcar mis tetillas provocándome una calentura cada vez mayor y en la posición que tenía ella con referencia a mí, o sea inclinada en la cama me permitía ver ese canalillo que se formaba en su escote para rematar con la dureza de sus pezones transparentados ahora sí por la transpiración en la tela tan delgada su blusa.

Para finalizar con el masaje "normal", se situó atrás de mi cabeza y me consintió como a un bebé, oprimiendo sus pechos en mi cara cada ocasión que podía y yo sentía esa suavidad de unos senos ya no tan jóvenes pero al parecer un muy buen estado. Me miraba con cierta ternura cuando yo cerraba los ojos por el placer que estaba recibiendo y cuando estaba ya de lo más relajado se separó de mí y me dijo: "servido señor…" Abrí los ojos desconcertado o esperando algo más, me miró y con una sonrisa me dijo al oído que le disculpara su imprudencia, que todavía no terminaba y que como muestra de arrepentimiento me haría un tratamiento de relajación que esperaba lo disfrutara.

Sin prisa alguna, se acomodó a un lado mío y con cierta coquetería se fue quitando su blusa para quedar en sujetador. Déjenme decirles que nunca imaginé que tuviera unos pechos tan grandes, unas tetas pesadas, blancas y coronadas con pezones rojizos y bastante parados. Acto seguido, se puso aceite en las manos y pausadamente comenzó a acariciarme por la zona del abdomen con movimientos circulares, de arriba abajo, acercándose a mi verga sin llegar a tocarla. Después pasaba por mis caderas y hacia la parte interna de mis muslos, acariciando ligeramente la bolsa de mis huevos, lo que provocaba un estado de calentura muy grande.

Tardó bastante en este calentamiento previo cuando me pide que abra las piernas para poder acariciarme mejor y tomando suavemente la base del tronco con una mano, con la otra sopesó mis testículos dándoles un agradable manoseo mientras que con la otra subía y bajaba el pellejo, apretando ligeramente con sus dedos la punta de mi verga y mientras hacía eso, volteaba a verme con lujuria entre sus pechos ocasionalmente mi tronco.

Era lento el tratamiento, yo me deleitaba chupando sus tetas con toda la calma y ella me dedicaba toda su atención para lograr el mayor placer y fue que de pronto que con la mano que amasaba mis huevos, que un dedo de ella me comenzó a masajear en forma de círculos mi ano. No saben que placer (e igualmente no considero que sea de putos), después de un rato, ligeramente comenzó a introducirme el dedo mientras continuaba con la masturbación y yo chupando las chichis. Fue mucho rato el que transcurrió hasta que comencé a sentir que me venía, se lo hice saber y acercó su boca a mi verga, la empezó a lamer y me dijo que le aventara la leche, fue casi de inmediato que el primer chorro voló y se esparció en su cara, lo que siguió lo chupó y se lo tragó, le pedí que se detuviera un poco por que me queda muy sensible el glande después de venirme pero no paró y siguió haciéndome la chaqueta por varios minutos más hasta que por fin terminamos. Después siguió un baño relajante en el jacuzzi y me despedí de ella con un afectuoso beso programando otra sesión de masaje para la semana siguiente.