Ultrajada en forsta

Es una historia real que comparto por instrucciones médico psicológicas de cómo fui presa de bajos instintos.

Le he dado vueltas al asunto, he pensado en cómo librarme de esto que me ha acarreado muchos problemas psicológicos, he asistido a terapias, pláticas grupales, en fin, he intentado de todo, hasta que supe que sería mucho mejor saber lo que piensa la gente sobre ello y es por esto que me he decidido a relatarlo aquí, a ustedes, y espero que me den su opinión al respecto.

Lo que quiero contarles es una historia verídica, mi nombre es Alma, tengo 21 años, desde hace 3 vine a la ciudad a trabajar para poder mandarle dinero a mi madre y mis hermanos pequeños, quienes dependen económicamente de mi.

Es oportuno describirme un poco, aunque no soy muy buena para ello, mido 168 de estatura, soy delgada, talla 4, mi forma de ser y de vestir es muy reservada, pues a pesar de que no estoy tan mal de cuerpo procuro vestir con prendas nada atractivas, como sudaderas con jeans o faldas largas y sueteres, lo que sea que oculte mi poco explorado cuerpo, soy morena, cabello oscuro que siempre uso recogido, ojos color miel que se ocultan detrás de unos anteojos graduados, en fin, la típica chica X de cualquier lugar a la que nadie nunca voltea a ver, pero hay una cosa que me hace diferente a las otras chicas como yo, nunca me he sentido fea y he procurado estilizarme poco a poco, a fin de cuentas debe llegar el día en que salga de mi capullo para convertirme en una hermosa mariposa, o al menos eso creía, y esa cosa es que aprendí a caminar como si estuviera en pasarela, aunque casi no lo hago, fue en la universidad donde un grupo de chicas me enseñaron, y no sólo eso, sino otras cosas más que aún no ponía en práctica, hasta ese día.

Todo sucedió en noviembre pasado, era el aniversario del lugar en donde trabajo, y en donde me encuentro rodeada de muchos hombres. Ese día en la oficina pasó normal, y por la tarde sería el evento, así que me fui a mi casa para arreglarme. Después de haber planeado mucho que ponerme y verme "diferente", una compañera del trabajo me dio un tip, y después de un baño decidí vestir con un vestido rojo que nunca me había puesto, escotado del pecho, era un vestido muy bello que por su también escote en la parte de la espalda impedía ser usado con sostén, cambié los anteojos por lentes de contacto que había adquirido semanas antes, me solté el cabello y me maquillé sólo un poco, y una vez terminado el ritual de belleza estaba irreconocible, así que, conforme con todo, me dispuse a marcharme; la sorpresa fue que mi auto no encendió, pero no le di importancia ya que el lugar en donde sería la reunión era cerca de casa y, además, ese día me había fijado la meta de pasarla bien, así que caminaba desinteresadamente, eran como las 7 de la tarde y obscurecía; por lo mismo, llegué tarde, las personas ya estaban reunidas, y la banda comenzaba a tocar música suave, obviamente cuando llegué, y siendo la única que llevaba vestido rojo, fue muy notada mi presencia, así que como se dice comúnmente, llegué partiendo plaza, lo mejor fue que nadie me reconocía sin mis sudaderas, lentes y cabello recogido, sino hasta más tarde, y ya saben chuleándome y recibiendo toda clase de piropos..

Las miradas de hombres y mujeres no se hicieron esperar, se posaban sobre mi, y pude darme cuenta de que más de una mirada masculina me desnudaba mientras me contoneaba al caminar, ya que había tomado la decisión de poner en marcha el plan de mujer sensual, y la verdad sentí raro pues en la oficina nadie nota mi presencia, pero esa noche esa sensación me agradó, digo, a qué mujer no le gusta sentirse deseada.

Pasaron las horas y bebíamos alegremente, afortunadamente era viernes para poder reposar el desvelo y la resaca, así que nadie le daba importancia a la hora tan avanzada que era; no tuve que esperar mucho a que el primero de los chicos y no tan chicos me invitara a bailar, y como iba a divertirme pues bailé muy cachondamente, otra de las cosas que aprendí en la universidad, y tanto era el agrado de mi forma de bailar entre los hombres que prácticamente todos bailaron conmigo, platicábamos de cosas triviales, y ente baile y brindis me comencé a sentir mareada; así que me senté a descansar y recuperar aliento, alcoholizada de pies a cabeza.

Pero como todo lo que empieza tiene que acabar, la fiesta llegó a su fin, la música dejó de sonar y la gente comenzó a retirarse, no recuerdo la hora pero suponía que ya era muy tarde, como tardía fue mi reacción para recordar que había llegado caminando, así que salí a buscar un taxi pero no encontré ninguno, siéndome fácil regresarme caminando, total qué podía pasar.

Error, pasó lo que más tememos las mujeres.

Recuerdo muy poco de lo sucedido, pero poco a poco me llegan recuerdos, y entre estos un auto gris, el carro del jefe, que venía acompañado por otros dos sujetos más, uno era mi compañero de oficina, el clásico chico que se tiene al lado, y el otro no lo he identificado. El, el jefe, me ofreció llevarme a mi casa pues era peligroso que caminara a esas altas horas de la noche, y bueno, era el jefe, acepté, aunado a que me sentía muy tomada y cansada.

Lo siguiente que recuerdo es que pude observar que se habían desviado de la ruta a mi casa, ruta que mi compañero conocía muy bien porque veces antes ya había ido a visitarme por asuntos laborales, y al preguntarles que en donde estabamos, me dijeron que no me preocupara, que se habían desviado para comprar una botella pues aún tenían ánimos de seguir tomando, pues iban a cerrar, y que enseguida me llevarían a mi casa, así que, confiada, me quedé dormida.

No sé cuanto tiempo pasó, pero amanecía cuando desperté, muy mal por cierto, aún tomada; estaba dentro del auto, y fuera de éste miré a los 3 sujetos bebiendo con la botella sobre el cofre, muy borrachos; sentí mucho frío y fue que noté que mi vestido estaba desacomodado y tenía un seno de fuera, quise llorar de impotencia al saberme ultrajada por quizá uno de ellos, que supuse había sido el desconocido, mismo que se dio cuenta que había despertado y se acercó a la ventanilla para decirme que cómo me sentía, obviamente estaba temblando, pero de miedo y no de frío, pero le dije que tenía frío, y respondió con un "lo siento mucho", se quitó la chaqueta y me la dio, y me la puse de inmediato.

Miedo, que horrible sensación, temerosa como estaba subí la ventanilla del auto y el sujeto se retiró, pero de inmediato los otros dos se dirigieron a mi desde el lugar en donde se encontraban, es decir, frente al auto, el jefe me dijo que si quería otra revolcada como la de hacía rato, me exalté, mi asombro era mucho, mi jefe, él había sido el que me había hecho presa de sus bajos instintos, y de pronto mi compañero argumentó "si, vamos a darle otra repasada", no lo pude creer, habían sido los tres, Dios mío.

Los dos se acercaron y mi reacción fue poner los seguros de las puertas, pero el jefe tenía la llave y abrió, botando todos los pasadores, mi compañero me tomó de los cabellos y me jaló para sacarme del carro, y me tiró al piso, fue cuando pude ver que estabamos en despoblado, en una especie de zona boscosa, pedir ayuda sería inútil, qué podía hacer.

Ambos me tomaron al mismo tiempo, diciendo mi jefe que aprovecharía ahorita que estaba despierta para que se la chupara bien y no como hace rato, que asco!!, lo que me quedaba era resignarme pues pensaba que sería preferible ser violada a ser golpeada o hasta quedar muerta en el lugar a causa de esa golpiza, así que me predispuse a no sentir nada y dejarlos hacer lo que quisieran con mi cuerpo, cuando mi compañero le gritó al otro sujeto que si ahora si le iba a entrar, eso me cayó como balde de agua fría, yo que pensaba que él había sido quien me había ultrajado la primera vez y resultaba que ni siquiera había participado, canallas, cómo pueden hacerme esto, fue entonces que respondió que no, que no quería saber nada y se volteó para seguir tomando, cuando mi jefe saco su pene y diciéndome que tenía que chupárselo con cuidado o me rompería la cara, lo introdujo de golpe en mi boca; yo, que jamás había hecho algo semejante no sabía como hacerlo, pero tuve que hacerlo de la manera que pudiera para complacerlo y no ser maltratada, mientras mi compañero me tomaba ambos senos con sus heladas manos, lo que para nada me causaba una sensación agradable, y me arrancó el vestido de un jalón, tan fuerte que me separó del miembro que tenía en mi boca, por lo que mi jefe se molestó y me golpeó con el puño en el rostro.

Así, desnuda como estaba, pues pude darme cuenta de que ni mi pantaleta tenía ya puesta, me tomó de ambas piernas, abriéndomelas, quise poner resistencia pero a cambio recibí un puñetazo en el estómago, lo que provocó que de nueva cuenta me retirara de mi jefe y éste me volviera a golpear de la misma forma que lo había hecho segundos antes y diciéndome "aprende puta, tu oficio que es para lo único que sirves y no te separes más", con todo dolor de mi corazón y de mi cuerpo por el extremo frío que hacía en ese lugar, no tuve más remedio que abrir las piernas para ser penetrada brutalmente por mi compañero, quien de golpe introdujo su pene en mi vagina, sacándome un gesto de dolor, cuando le preguntó al imbécil que me la tenía en la boca que si creía que tuviera SIDA, respondiéndole "como crees, no seas estupido, a esta vieja te aseguro que nadie se la ha cojido, cómo puede tenerlo si no sabía que era tener dos vergas dentro" (incredulidad total), que rabia me dio oír eso, cómo puede la gente llegar tan arriba en lo laboral siendo tan ignorantes, y mientras pensaba en eso, y en otras cosas para no sentir placer (pues aunque una no quiera ese placer la invade a una), mi jefe me la sacó de la boca, y así, ensalivado su pene como lo tenía, le ordenó a mi compañero que se retirara porque ahora le tocaba a él venirse dentro de mi, así que se recostó frente a mi y me levantó las piernas para metérmela como un salvaje, dolió como no tienen idea, pues su pene es muy ancho, y mientras me violaba por mi vagina, mi compañero me la introdujo en mi boca, y no queriendo chupar de nuevo me volvió a golpear, pero ahora en la cara; pasados pocos minutos mi jefe se vino dentro de mi, qué pesadilla!!!, y ahora ordenándole al otro que intercambiaran una vez más, por lo que quien me tenía penetrada era mi compañero, y mi jefe me ordenó que se la chupara de nuevo, diciendo "chúpala puta, limpia todo el desmadre que hiciste, déjala tan limpia que brille", consiguiendo otra erección y sacándomela de la boca, siendo cuando le volvió a ordenar a mi compañero que me pusiera sobre él, así que de igual forma me la sacó y se acostó sobre el pasto frío, casi mojado, y me tomó de los brazos y me jaló, quedando yo en una posición como si estuviera hincada o montada, sobre mi compañero, y echada hacia delante, volviéndome a penetrar por la vagina, y sabiendo que en esa postura yo tendría que tener las palmas de las manos pegadas al piso para no caer sobre él, aprovechó para tocarme los senos y apretarlos tan duro que dolía, llegando a enterrarme sus uñas y sangrarme, y mientras eso pasaba, mi jefe se puso detrás de mí, lo percibí, y de pronto sentí como hurgaba con un dedo en mi ano, introduciéndolo lentamente y sacándolo, sentí mucho dolor cuando metió dos dedos, lo noté porque dentro los movía, y al sacarlos, lo siguiente que sentí en la entrada del mismo, y apretando para introducirse fue su pene, lo que hizo de golpe arrancándome un grito de dolor tan intenso que sentí como si me desgarraran, como si me abrieran por completo, jamás había sentido tanto dolor en ninguna otra parte de mi cuerpo como lo sentía en ese momento en mi ano, y empezó a meterlo y sacarlo, ambos lo hicieron, mi compañero con su pene dentro de mi vagina y mi jefe en mi ano, no quería disfrutar aun cuando sabía que si me dejaba llevar se sentiría muy bien, lo que quería era que terminara el suplicio; mi jefe le habló al tercer sujeto para decirle que si en verdad no quería, aunque fuera que se la chupara, pues mi boca estaba libre, y el sujeto se negó rotundamente, argumentándole mi jefe a mi compañero "desde hace rato quería metérsela por el culo a esta puta, ya que me sacié de su concha", y pasando los minutos en un mete y saca de miembros en mis orificios, el jefe exclamó que se venía de nuevo, eyaculando dentro de mi ano, sentí caliente y eso minimizó el dolor que sentía, esas punzadas que me molestaban se apaciguaron, pero no podía moverme al estar aún siendo penetrada por mi compañero, así que pensé que si me movía como si en verdad lo disfrutara provocaría que terminara más pronto y finalizaría esta nefasta experiencia, y lo hice, a pesar de que el jefe me gritaba "no que no lo disfrutabas, si eres igual de puta que todas", así que comencé a mover mis caderas a un ritmo acelerado hasta que mi compañero se vino dentro de mi, exclamando un grito de satisfacción.

Me tomó de los hombros y me empujó, cayendo yo sobre el pasto de nueva cuenta. No supe que tiempo transcurrió desde que desperté en el auto, pero se me hizo eterno, fue entonces que pensé hacerles creer que me había desmayado para que se fueran y me dejaran ahí, sola y violada, pero no tardó mi jefe en pararse frente a mi, tomarme del cabello y decirme en forma amenazante "ni se te ocurra decir nada de lo que pasó o no tendrás trabajo nunca más, y desde ahora en adelante harás lo que yo te diga en el trabajo, serás nuestra puta de cabecera, o de lo contrario tu familia saldrá perjudicada más de lo que crees", y se subieron al carro y se marcharon.

El fin de semana pasó muy rápido, yo tenía la cara hinchada por los golpes cuando regresé el lunes a la oficina, y obviamente las preguntas no se hacían esperar, teniendo que argumentar a quien me cuestionaba sobre lo que me había ocurrido que al salir de la fiesta me habían robado y golpeado. Pero no pude seguir por más de tres días en ese lugar, ya que tenía a uno de mis violadores a metro y medio de mi lugar de trabajo, el cual se me quedaba viendo con cara de ¡qué te pasó!, como si no supiera nada, y el jefe, que antes no iba para nada al área en donde estoy, ahora se presentaba tres o cuatro veces en un día y me veía en forma de burla, así que sin decir nada dejé de ir a trabajar y me regresé a vivir con mi familia.

Por la amenaza que recibí no tuve el valor para denunciar los hechos tan bajos de los que fui presa, mi familia es lo más importante para mi, así que a nadie le había contado lo que me ocurrió hasta que hable, hace quince días, con una psicóloga, quien me insistía en hacerlo, pues aún era tiempo, pero no me interesa hacerlo, pues al ser mi antiguo jefe una persona importante en la política de mi país, con mucho poder, temo que pueda o quiera cumplir su amenaza. Por lo pronto, y por recomendación de mi doctora, es que les he narrado a ustedes lo ocurrido.

Y hoy, a poco más de dos meses de esto, he confirmado que estoy embarazada. He decidido tener a mi bebé aunque no sepa, porque no tengo interés en saberlo, quién sea el padre de mi hijo.

Espero que puedan comprenderme.

Linda.