Últimos días de colegio con Tomás (3)
Ahora sí, en el viaje de egresados
Antes de comenzar esta tercera parte agradezco los comentarios, sugerencias y valoraciones y mails que me han mandado. Comencemos...
Después de haber pasado esa tarde con Tomás en su casa, me daba cuenta que nuestra primera vez no había sido una simple experiencia sino que la atracción por los chicos o al menos por Tomás era mayor a lo que pensaba. A decir verdad, no me sucedía con otros chicos o eso al menos creía yo en ese momento.
Pasaron unos días y empezaban los preparativos para el viaje de egresados a Bariloche qué consiste en una semana de boliches, joda, alcohol etc. No lo tenía a Tomás en mí cabeza aunque sabía que íbamos a estar una semana de viaje juntos y a lo mejor había una oportunidad para repetir. Salimos de Córdoba con toda la algarabía del momento, con mucho alcohol en el colectivo y llegamos al otro día a esa bella ciudad y nos alojamos en un hermoso hotel con vista al lago. Compartía la habitación con dos compañeros. Apenas nos instalamos salí a recorrer el hotel y al llegar a la recepción me cruzo con Tomas. Nos saludamos con naturalidad. Pasaban por nuestro lado más compañeros y nadie se imaginaba nuestro secreto. Nos preguntamos en las habitaciones en las que estábamos y salimos a disfrutar el día.
La primer noche fue de borrachera y apenas lo crucé a Tomás en el boliche. Me presentó a un chico que era de otro colegio pero su compañero de fútbol en el club. Un chico lindo, de labios gruesos, tez blanca, bien formado y al igual que Tomás unas lindas piernas producto del deporte. A la noche siguiente, en otro boliche estaba con un grupo de amigas y amigos y siento que alguien me toca la espalda y continúa caminando. Veo que es Tomas que se dirigía a la barra. Dejé pasar unos segundo y fui con la excusa de comprar otro trago. Se me acercó y me preguntó si quería ir al hotel. El salía y a los minutos me iba yo y me esperaba en su habitación. Siendo temprano y quedando toda la noche por delante estaba seguro que sus compañeros de habitación no iban a regresar en un par de horas al menos. Asentí con la cabeza y acto seguido se fue para el hotel. Yo volví con mis amigos, tomé un poco del trago y me perdí entre la gente hasta irme sin que ningún amigo me viera. Al llegar al hotel fui hasta su habitación. Más que nervios estaba ansioso, con ganas de acostarme y disfrutar su cuerpo.
Abrió la puerta y me recibió en boxer y recién salido de bañarse, dejando ver su hermoso cuerpo y un bulto que empezaba a crecer. Me dio un beso, me agarró de la mano y me llevó hasta la cama. Se sentó y yo me arrodillé sobre la alfombra quedando frente a su entre pierna. Bajé su boxer y ahí apareció ese manjar que empezaba a ponerse dura. Lamí mi palma de la mano llenándola de saliva y empecé a masturbarlo suave y lo combinaba con besos en la cabeza de su pija. A esta altura ya estaba muy dura como a mí me gusta. Hice una pausa y me saqué la ropa y me volví a arrodillar pero ahora totalmente desnudo y parando la cola. Me gustaba estar en esa habitación chupando esa pija. Sabía que no iban a llegar sus compañeros de habitación pero me daba morbo que exista una mínima posibilidad.
En un momento Tomas se levanta y yo sigo en cuatro sobre la alfombra, completamente entregado y parando mí colita. Él se ubica detrás de mí, moja con saliva mí agujerito, mete un dedo. El seguía parado con sus piernas a mis costados. Y las empieza a flexionar y bajar hasta que su pija llega a mí colita. De forma suave se abre lugar. Me encantaba la sensación cuando entraba. Emití un suave gemido. Me dolía un poquito así pero la sentía mucho más y sus embestidas eran más fuertes. Me sentía muy putita en esa posición y me encantaba. Estaba en las nubes. Después de eso me levantó y me acosté boca arriba al borde de la cama. El puso mis piernas en sus hombros y siguió penetrandome y nuestros cuerpos traspiraban y disfrutaban. De repente hizo algo que me encantó. Bajó mis piernas de sus hombros, se inclinó sobre mi cuerpo, me agarró fuerte de mí cola, me pidió que ponga mis brazos en sus hombros y de un sólo movimiento me levantó quedando el parado y yo con mis brazos rodeando su cuello, mis piernas abrazadas en su cintura colgando de él y sintiendo como me seguía penetrando. Me sentía muy poseído y estaba completamente entregado. Me tuvo así un buen rato y mi cola estaba muy abierta. Lo empecé a sentir fatigado y nos volvimos a acostar. El estaba muy agitado y se acostó boca arriba y yo empecé a chuparle la pija. Hasta ahora nunca había probado leche y esa era una buena oportunidad. Estuve chupando varios minutos hasta que su pija se puso muy muy dura, los músculos de sus piernas se empezaron a tensionar y comenzó a acabar mucho chorros dentro de mi boca. Que lindo sentir esa leche espesa y abundante en mi boca. La tragué y me gustó mucho y luego le limpie la pija. Había pasado más de una hora y empezamos a sentir voces en el pasillo del hotel. Empezaban a llegar otros chicos y chicas y era riesgoso permanecer ahí. No puede terminar pero me fui rápido a mi habitación que aún permanecía vacía y me hice una hermosa paja pensando en lo que acababa de vivir y con la cola aún abierta y ardiendo. Me quedé dormido con una sonrisa y ni sentí cuando llegaron mis amigos.
Al día siguiente hicimos una excursión como todas las tardes y en un momento que estaba solo apreciando un bello paisaje se me acerca Tomas y se sienta a mi lado. Hablando de varias cuestiones me comentó que la noche anterior se había sorprendido mientras hablaba con el compañero de fútbol que me presentó (se llamaba Rodrigo). Me dijo que Rodrigo le contó como si nada que se acostaba con chicos y chicas. Que por supuesto no era mucha su experiencia pero que en su colegio no era algo raro. Me quedé sorprendido, no era normal ser tan abiertos a nuestra edad. Le pregunté a Tomás si pensaba que se lo dijo para tener algo con él. Me respondió que a lo mejor era por eso y ahí me confesó que luego de que yo los haya saludado, le dijo a Rodri que había estado conmigo y que Rodri empezó a reír diciéndole que no le sorprendía. Yo me quedé helado. Teníamos un pacto de que nadie se podía enterar de lo nuestro. Se me vino el mundo abajo, no quería que se comente lo nuestro, no quería que nadie más se entere. Imaginaba a Rodrigo contándole a más gente. Lo miré con enojo a Tomás y el intentó relajarme. Me dijo que estaba todo bien, que Rodrigo no tenía a nadie en común conmigo y que de última el que se exponía era él ya que eran compañeros de fútbol. Logró calmarme y me dijo que lo más importante era otra cosa. Que luego de confesarle que había estado conmigo, Rodri le propuso de pasar una tarde los tres. La propuesta no era para hacer un trío (o si) sino para conversar y pasarla bien entre personas con la misma onda. Ahora estaba más que acalorado, por un lado no quería saber nada, no era mi intensión salir del closet ni sabía si esa era la vida sexual que quería tener. Mi propia homofobia impedía que me relaje más allá de los momentos de pasión con Tomás. Pero por otro lado la imaginación me empezó a volar y estar junto a Tomás y otro chico me calentaba mucho. Le dije que lo iba a pensar y le respondía a la noche. Me dijo que la idea era faltar a la excursión del día siguiente y pasar la tarde juntos por la ciudad o en el hotel donde estaba Rodri.
Durante el resto de la tarde no pensé en otra cosa. Mis amigos me preguntaban que me pasaba. Me notaban raro desde la noche anterior. Al llegar al hotel me bañé y me masturbe con la fantasía de estar con Tomás y Rodri pero cuando acabé me dije a mi mismo que era una locura. Esa noche en el boliche empecé a cambiar de opinión con el alcohol encima y con las ganas de tener sexo. Una conocida con quién había estado una vez me invitó a su hotel pero la rechacé. Me gustaba pero mi cabeza estaba en otro lado. Empecé a mirar para todos lados y buscar a Tomás hasta que lo encontré con sus amigos. Hicimos contacto visual y se acercó y me saludó. Le dije al oído que quería pasar el día con él y Rodri. Me miró a los ojos, sonrió y me respondió: vos te tenés que relajar Fede. Es una tarde de amigos, nada más. Si pasa algo es porque los tres lo vamos a querer así.
Esa noche dormí poco y al día siguiente me despertaron mis compañeros de habitación para que me levanté si quería ir a la excursión. Les dije que ese día prefería quedarme, que no me sentía bien y quería descansar para la noche que era año nuevo. Se fueron, me cambié tranquilo y una vez que ví que no quedaba nadie en los pasillos fui hasta la habitación de Tomás. Toqué su puerta tímidamente y atendió rápidamente. Me estaba esperando y salimos juntos para el hotel de Rodri. Era muy lindo caminar por la mañana por esa ciudad. Íbamos tranquilos y riendo hasta que nos encontramos con Rodri. Era más lindo de como lo recordaba. Con esos labios gruesos y hermosa sonrisa, estatura mediana, lindos brazos y cuerpo y al igual que Tomas unas piernas bien torneadas y una cola preciosa. Fuimos juntos a desayunar, luego un rato a caminar por el lago, comimos algo, tomamos unas cervezas y nos dirigimos a su hotel. En el camino compramos más cervezas y estábamos los 3 acostados en distintas camas, bebiendo, escuchando música y riendo. Si bien la tensión sexual estuvo siempre, los dos eran tan simpáticos y divertidos que no fue algo que estuviera en mi cabeza a lo largo del día, pero una vez en el hotel eso empezó a cambiar. Las miradas entre los 3 eran más intensas pero nadie tomaba la iniciativa. En un momento Rodri va al baño y Tomás viene a mi cama, nos miramos unos segundos y nos empezamos a besar. Entendí que quería que Rodri se sume al salir y así fue. Sin decir palabra se sentó del otro lado y empezó a acariciar mí pecho y me agarró de la cara para que lo bese a él. Tomas se incorporó y se sacó la remera y las zapatillas. Me aparté de Rodri para desprenderle el pantalón a Tomás que estaba parado y yo sentado en la cama. De esta manera tenía su pija al frente que empezaba a crecer dentro de su boxer. Lo tocaba suave por encima de este y Rodri se fue al lado de él y se empezaron a besar. Con él hice lo mismo. Le desprendi el pantalón hasta que cayó por sus piernas y tocaba su pija por encima del boxer. A diferencia de Tomas todavía no la tenía dura. Yo estaba muy caliente y nunca me hubiese imaginado estar en esa situación. Todos mis miedos se me iban en la intimidad y algo mío luchaba para salir.
Me saqué mí remera y le bajé el boxer a Rodri. Tenía una pija gruesa, con el bello púbico bien recortado y estaba semi parada. Pasé mí mano entre sus piernas acariciándolo suavemente y la llevé hasta su cola. Se ve que esas caricias lo excitaron mucho y se le puso más dura. Seguí tocando y acariciando mientras le chupaba su pija, pasando mí lengua por su tronco y metiendomela a la boca. Yo estaba muy caliente y se ve que Tomi también porque se bajó su boxer y mostraba una erección terrible mientras se masturbaba. Al ver esto de reojo empecé a masturbarlo yo y me fui alternando las dos pijas entre masturbación y sexo oral. Tomi me agarró del brazo para que me pare y entre los dos me terminaron de sacar la ropa. Rodri se arrodilló en el piso para chupármela. Era la primera vez que me la chupaba un chico y me encantó como lo hacía. Con mucha sensibilidad mientras yo me besaba con Tomi. De repente el también se arrodilló por detrás, me abrió mí colita y empezó a chuparme y meter sus dedos. Estaba en la gloria con Rodri chupando mí pija y Tomi mí cola. Pero quería que me cojan por lo que lo llevé a Tomi a una de las camas para que se acueste boca arriba y lo empecé a cabalgar con mucho ritmo. Está muy muy caliente. Gemía más de lo habitual pero veía a Rodri que estaba masturbándose al lado y mirando. Me salí de Tomas y le empecé a chupar la pija en cuatro en la cama. Con la cola parada invitando a Rodri a que me coja. Previo ponerse un forro me empezó a cojer mientras me agarraba de la cintura y me daba alguna nalgada. El sólo pensar la situación me daba ganas de acabar. Pero aún no quería. Tenía ganas de seguir disfrutando de estos hermosos chicos.
Después de un rato en esa posición, Rodri salió de atrás mío y se acomodó a mí lado para chuparle la pija a Tomi entre los dos y lo hacíamos gemir del placer. En eso Tomi se para y se va detrás nuestro. Con Rodri nos quedamos en cuatro, cola con cola esperando que Tomi nos coja. Primero lo hizo conmigo y luego se puso un forro y siguió con Rodri. Le preparé un poco la cola chupándosela y dilatando con algunos dedos. No dábamos más y veía que Tomi iba a terminar. Le di un forro a Rodri y me acosté boca arriba con las piernas abiertas frente a él, invitándolo a qué me coja. Se salió un poco de la pija de Tomi, me empezó a cojer a mi mientras nos besábamos y Tomi se la volvió a poner haciendo un trencito muy caliente. Tomi empezó a acabar y a los segundos lo hizo Rodri. Era un coro de gemidos. Yo no llegué a terminar aunque estaba a mil. Por lo que Rodri me la chupo unos minutos hasta que le llené la boca de leche.
Rodri se fue al baño y Tomi ya se estaba cambiando. Yo estaba rendido en la cama, extasiado por el orgasmo que había tenido. Faltaban varias horas para que las excursiones llegasen. Pero por el momento estábamos agotados. Nos vestimos y con Tomi nos fuimos para el hotel. Me bañé y me acosté a dormir unas horas, contento de que aún nos quedaban unos días de viaje...