Ultimamente no pienso en otra cosa

Últimamente no pienso en otra cosa que no sea estudiar su cuerpo y conocer profundamente todos sus secretos más profundos, más íntimos.

ULTIMAMENTE NO PIENSO EN OTRA COSA QUE NO SEA ESTUDIAR TU CUERPO

Últimamente no pienso en otra cosa que no sea estudiar su cuerpo y conocer profundamente todos sus secretos más profundos, más íntimos.

Quisiera ser capaz de con un solo dedo, con una sola mirada, de provocar en ella escalofríos y sentimientos nunca antes percibidos

Últimamente no pienso en otra cosa que en ser el mejor amante de ella de hacerla volar y ver las estrellas. Sin importar mi propio placer, tan solo ella.

Quisiera ser capaz de provocar en ella auténticos deseos de lujuria y pasión, sin límites, a la búsqueda únicamente del placer mas intenso de los más dulces de los orgasmos.

Últimamente no pienso en otra cosa que no sea en estudiar su cuerpo y pasar horas y horas observándolo, mientras camina, sus caderas provocan las miradas de todos cuantos se cruzan en su camino.

Mientras se ducha, el agua parece no querer despegarse de su piel y aun así resbala precipidatamente por cada curva de su cuerpo en una perfecta armonía entre ella y lo que la rodea.

Me encanta pasar mis labios humedecidos por mi saliva por los alrededores de su pezón y provocar con esa delicadeza con la que trato de hacérselo verdaderos suspiros de placer.

Me encanta observar como sus pezones se enduren sintiendo la punta de mi lengua.

Para mí, no hay mayor placer, que escucharte horas y horas gemir y suspirar, retorciéndote en el lugar que estemos y deseando que te posea con locura.

Me encanta cuando paso mis dedos muy suavemente por tus muslos y recorro cada poro de tu piel subiendo al encuentro de tu sexo, que claro esta encontrare tremendamente húmedo, palpitante y deseoso de recibir mis caricias.

Me encanta cuando llega ese momento en el sientes mi mano entre tus piernas y busco tu clítoris para masturbarlo como yo se que a ti te gusta.

Es entonces cuando te me ofreces por completo a mí abriéndote de piernas y deleitándome con tus majestuosos movimientos de caderas.

Me gusta y se que a ti también que mientras te acaricio el clítoris te susurre al oído y te diga lo mucho que te deseo lo mucho que me excitas los mucho que te quiero.

Me encanta ver como se acerca el momento de tu orgasmo y como tus manos recorren palpando y acariciando todo lo que se encuentra a su paso, tus telas, tú estomago tus ingles, mi torso, mi culo, mi pene. Hasta que finalmente te detienes en el y lo agarras con firmeza, como no queriendo que se te escape y tus movimientos de pelvis van en aumentos y mis caricias en tu clítoris también y tus gemidos aumentan de volumen y me dices con voz entrecortada que te corres y mi cuerpo se pega mas al tuyo queriendo sentir la explosión de placer que estas apunto de tener.

Veo tu cara desencaja de placer, como te humedeces los labios, como te rindes a mis caricias y me regalas con la mas absoluta de tus entregas un orgasmos que hace volar por la habitación.

Inevitablemente tras tu orgasmo quiero saborearte y acerco mis dedos (esos mismos que hacia un instante te masturbaban) a mi boca y los chupo con verdadera gula, mi instinto persiste en el animo de aprender de ti y no me vasta con solo saborear mis dedos, necesito, ansío llegar a la fuente de aquel el elixir. Y mi cuerpo y mi boca atraídos como un imán. Comienzan el descenso que hay desde tu cara hasta tu sexo.

Tu descansas, relajada, recuperándote aun y me dejas hacer, llego a tu entrepierna y las abro para acceder fácilmente, la visión, es espectacular pero mas aun es el aroma que desprendes que me enloquece uno mis labios a tu rajita y no tardo en hacer contacto con mi lengua, parece que despiertas, pues tu cuerpo vuelva hacer movimientos pélvicos.

Últimamente no pienso en otra cosa que no sea estudiar tu cuerpo y conocer profundamente todos tus secretos.