Uana 2

Empiezo a indagar en la sexualidad de un hombre maduro

Sabes? Me gusta mucho enseñar mi cuerpo (soy un poco exhibicionista y guarri, ya lo sé), pero pocas personas lo han visto en directo.

El inglés aquel del pueblo ha sido uno de ellos. Cuando Alicia se fue, me dejó con muchas ganas de más sexo. Me hacía pajas cada día pensando en todas las cosas que me gustaría hacer con una chica o con un chico, me es igual, solamente quiero sentir placer.

Quedábamos para practicar inglés al mediodía antes de comer en un parque pequeño que hay en el centro del pueblo y el día antes de volver estábamos allí. A veces no entendía su sentido del humor, pero él me lo explicaba y como te dije, había algo de morbo en su mirada.

Me preguntó si me gustaban los comics y cuando le dije que sí, me dijo que tenía unos en inglés en su casa y que me irían bien para practicar la lectura. Que si quería podía pasar por la tarde a buscarlos. Le dije que sí que iría, pero en realidad no era mi intención, pues aparte de que me daba un poco de miedo estar a solas con él, mis padres me habían dicho que no les gustaba demasiado ese hombre. Tengo su número de móvil y pensé llamar para despedirme y agradecerle su ayuda dándole alguna excusa.

Después de comer me eché un rato a hacer la siesta y me desperté con las bragas mojadas. Me puse la mano sobre ellas y comencé a hacerme una paja frotando mi chichi mojado. Estaba tan caliente que cambié de opinión, me vestí, les dije a mis padres que iba a ver a unas amigas y me fui a la casa del inglés sin pensar.

Me abrió la puerta y llevaba unos shorts con una camiseta que casi se los cubría completamente. Es mayor y tiene michelines, pero tiene bastante morbo el hombre.

Me senté en un sofá y me dijo si quería beber algo, que él estaba bebiendo un gin tonic. Le dije que yo no acostumbro a beber alcohol (mentira), pero que me pusiera uno a mi también. Lo empecé a beber a sorbos y él se fue por una puerta diciendo que iba a por los comics. Tardó unos minutos y cuando volvió yo ya me había bebido más de la mitad del gin tonic. Antes de dármelos me dijo que no me asustara, que los comics eran un poco fuertes, pero que me irían bien para practicar lectura.

Me los pasó y un poco más y me atraganto, me entró una especie de mareo al ver la portada del que había encima. Me puse súper roja.

Se veía una mujer inclinada con las manos atadas a la espalda con una cadena enganchada al techo y unas inmensas tetas que le colgaban por debajo. Delante había un hombre con un cuerpo exagerado de músculos follándole la boca con una polla tan enorme que no podía ser que le entrara en la boca. Por detrás, igualmente otro tío gordo la estaba enculando con una tranca imposible. Se veía más de media polla fuera.

Me quedé hipnotizada por el dibujo un momento, creo que lo suficiente para que él pudiera ver mi reacción. Se echó a reír como no dándole importancia y me dijo que aquello era fantasía, que era un comic y nada más, que no pasaba nada y no me preocupara.

Yo hice ver que no le daba importancia tampoco y le dije que ya me daba cuenta, que no era una niña, pero abrí la primera página. No sé si había sido el gin tonic o la impresión de aquel dibujo, pero me sentí algo mareada. Pensé en esas historias que se cuentan de chicas a las que le meten algo en la bebida para violarlas y todo eso, pero lo quité de mi cabeza. Ese hombre no podía hacer eso en un pueblo tan pequeño donde no hay anonimato.

En los dibujos se veía a los dos hombres de la portada mirando la tele sentados en un sofá cogiéndose sus descomunales pollas con dos manos. Entonces iban a una habitación dónde había una jaula y dentro una mujer con un collar de perro y una cadena. Luego ataban la cadena al techo y se la follaban entre los dos, como en la portada.

Yo respiraba cada vez más fuerte, él se sentó a mi lado rozándome la pierna y el hombro y me preguntó si entendía los diálogos. Su contacto aún me puso más nerviosa y empecé a temblar. El lo notó y me dijo sólo era un comic, que me tranquilizara poniéndome una mano sobre la rodilla.

Yo solamente entendía fuck, fucking y nada más, pero no hacía falta, los dibujos

lo explicaban todo.

No sabía que hacer y se me ocurrió una idea. Fingí estar un poco borracha por el gin tonic y me eché a reír diciendo que aquellas pollas no entrarían ni en el túnel del tren. Apoyé la cabeza sobre el respaldo del sofá y

cerré los ojos como si estuviera mareada. Yo era consciente de todo, pero quería saber que iba a hacer. Subió un poco la mano que tenía sobre mi rodilla y me preguntó si quería otro gin tonic. Le contesté que no moviendo la cabeza sin decir nada. Al cabo de unos segundos noté que se levantaba y abrí los ojos. Estaba de pie al lado del sofá pasándose la palma de la mano sobre el bulto que se veía en sus boxers.

Cuando me vio abrir los ojos me dijo casi rogando que no me preocupara, que no iba a hacer nada que yo no quisiera, pero por favor, que dejara que se masturbara, que entendiera que hacía mucho tiempo que estaba sólo y que yo era muy guapa. Me dijo por favor, por favor un montón de veces.

Por un lado eso me gustaba, tendría un espectáculo que me apetecía ver sin ningún riesgo, pero por otro, yo también quería sentir mi cuerpo.

Como no contesté ni me moví, él dio por hecho que yo aceptaba aquella situación y además, seguramente vio algo de vicio en mis ojos, que estaban clavados en la mano que movía por encima de su polla. Poco a poco se subió la camiseta, se bajó los boxers y se sacó la polla de dentro.

Como ya te he dicho, es un hombre ya bastante mayor, ronda los sesenta años, con su barriguita y sus michelines, pero creo que se conserva muy bien… y también su polla. Cuando la vi salir con la punta roja como un tomate me entró tal calentura que lo único que pensaba era metérmela en la boca para comprobar su sabor, pero naturalmente no lo hice.

Empezó a cascársela poco a poco mirando mi cuerpo y casi implorándome me dijo que por favor me quitara la ropa, que él no me tocaría. Volvió a decir que llevaba mucho tiempo solo y todo lo demás.

La verdad es que me dio un poco de pena, y vi que no había ningún peligro, además yo estaba como estaba de caliente también y sea por el gin tonic o la situación, me quité la camiseta y los sostenes. Me dio la impresión que le caía la baba. Me volvió a rogar por favor que yo también me tocara y en realidad eso es lo que yo tenía muchísimas ganas de hacer.

Ya fui a por todas, me quité los shorts y luego las bragas, que seguían empapadas y los dejé en el sofá.

Sin dejar de pasarse la mano polla arriba y polla abajo lentamente, cogió las bragas del sofá y se las puso sobre la boca y la nariz inspirando con fuerza. Yo, sentada en el sofá, abrí las piernas y también comencé a masturbarme, al principio lentamente.

Aquel hombre cada vez estaba más rojo y más excitado y cuando yo estaba a punto de correrme, alargué la mano y le toqué la punta de la polla con los dedos. Se corrió inmediatamente. El primer chorro salió lanzado cayendo sobre el sofá y lo que salió luego sobre mi mano mientras yo acababa con mi paja apretando la otra mano entre las piernas.

Ya más relajados me acompañó al servicio y casi llorando me pedía perdón diciendo que le comprendiera, que yo ya no era una niña y sabía las necesidades de los hombres, etc.

Mientras me lavaba él seguía disculpándose y yo casi me echo a reír, era un poco ridículo y para dejarlo tranquilo, le dije que no se preocupara, que a mi también me había gustado mucho y que nadie se iba a enterar. Todavía llevaba mis bragas en la mano y entonces me dijo si se las podía quedar. No le contesté, se las cogí de la mano y me sequé el chichi que aún estaba mojado de su zumo. Se las devolví y le dije que eran para él.

Me fui y al día siguiente volvimos a casa. Lo que me ha pasado este verano ha hecho que se abra una puerta que no sé adónde lleva, pero quiero entrar en ella.

Este verano ha sido muy especial y estoy segura que hay un antes y un después.

Justo cuando estaba acabando de escribir esto, me han llegado dos fotos del inglés con mis braguitas puestas. Naturalmente son demasiado pequeñas para él y en una foto se ve la punta de su polla saliendo por el elástico de la cintura y en la otra por el lado. Tengo que decirte que da algo de morbo.

Antes de seguir contando la búsqueda de experiencias sexuales que me he propuesto, tengo que decir que me ha sorprendido la cantidad de mensajes que he recibido. Gracias, aunque como es fácil de entender, no puedo contestar a todos.

Ahora ya no tengo claro a quien dirijo estos mensajes; antes era a ese muchacho con el que empecé a escribir todo esto, pero ahora, después de haberlo publicado, me gusta más saber que lo lee más gente.

Lo que cuento es real, intercambio de fotos incluido, y compartiré fotos con aquel que me mande las que más me gusten para mis momentos especiales.

Por cierto, lo siento pero aunque no estemos muy lejos no podemos quedar. Una cosa es ver las fotos de tu imponente polla y tener fantasías imaginando lo que haría con ella o tú me harías con ella y otra es tenerla en la mano. No estoy loca y con lo poco acostumbrados que están mis agujeritos del placer, o me destrozarías o no podríamos hacer nada. Además, ¿en el aeropuerto, dónde, en los servicios? No creo que sea una buena idea que la primera vez que siento una polla (repito creo que la tuya es demasiado grande para mi )dentro de mi sea en el lavabo de un aeropuerto.

*


¡Tachaan! He convencido a mis padres para que me dejen dinero par ir a Londres. He hablado con Alicia y puedo quedarme dónde ella está durante un tiempo porque dice que una compañera de piso se ha ido a Polonia tres semanas y hay sitio, pero también me ha dicho que no me

entusiasme, que en el pueblo era una cosa y en Londres ella tiene muchos coños sabrosos disponibles. Uffff, no se corta un pelo.

Me voy la semana que viene sin haber conseguido el propósito que tenía antes de irme: comerme una polla, aunque aún quedan unos días…ya veremos.

Me voy el día 1 de setiembre y no ha pasado nada que pueda contar. Que me haga pajas mientras escribo mirando las fotos que me mandas, no es nada especial.

Mañana he quedado con un grupo de la facu para despedirme y hay una

posibilidad. Uno que no tiene novia y aunque no sea mi tipo no quiero ir a Londres sin haber probado polla.