Two Rockers Girls And One Surprise 1

La excitante noche de dos amigas tras un ardiente concierto, con sorpresa final.

Erotic Rockers Girls I

Los gritos de los fans llenaban todo el estadio. El sudor y el calor se cernía sobre todos los presentes. La excitación por el ansiado concierto de Rock era palpable por todos los rincones de la abarrotada sala. En un punto central de la sala, estaban dos chicas gritando con todas sus fuerzas una de las últimas canciones, sin dejar de saltar. La más baja era una chica rubia con cresta larga. Tenía un código de barras tatuado en la parte de atrás de la nuca. Una camiseta rota que le caída de lado, y una camiseta debajo sudada y pegada al cuerpo la cual dejaba adivinarse unos voluminosos pechos. Llevaba unas botas militares encima de las medias rajadas y pantalón corto. La otra chica era morena y con el pelo muy largo y pegado un poco a la cara debido al calor. A diferencia de la rubia, ella vestía unos pantalones de cuero y una camiseta del grupo muy corta, que dejaba ver un tatuaje de un dragón que le recorría la espalda.

Aunque parecía que estaban solas entre toda la gente, iban acompañadas por dos amigos de la chica rubia y su novio. La morena había ido a pasar el fin de semana en su casa, con la excusa de que quería ir a ver al grupo de música.

Después de otra canción y un par de bises más el concierto finalizó.

  • Buff, ha sido memorable-comento la morena echándose el pelo hacia tras para ver si así notaba algo de frescor en la cara.
  • Totalmente...-añadió la otra intentando abrirse paso entre la masa de gente que se dirigía a la salida. El novio y los amigos las seguían detrás. Uno de ellos no paraba de mirar a la morena con intenciones bastantes claras, pero ella no había dado muestra alguna de querer algo con el.
  • Eh! Chicas, vamos a pasar por el tigre antes de salir-dijo el novio de la rubia. Así que se desviaron un poco y se dirigieron a los baños.
  • Vamos a entrar nosotras también, que hasta que lleguemos a casa queda u rato-dijo la rubia desviándose un poco más en dirección al baño de mujeres. La morena iba detrás.

Después de entrar la morena, pasó la rubia y ésta aprovecho la espera para mojarse la cara un poco. Al levantar la vista, vio a través del espejo a su amiga, que la miraba con cierta sonrisa juguetona desde el quicio de la puerta del baño.

  • Entonces te ha gustado el concierto?
  • Mucho-contesto la morena dándose la vuelta y apoyándose en la piedra del lavabo.
  • Sabes que puede mejorar la noche, verdad?
  • A, si? Y cómo podría mejorar exactamente?

La chica rubia se acercó a la morena lentamente. Y acorralando a su amiga con ambas manos contra la piedra del lavabo, se puso un poco de puntillas y la dio un beso. Sus lenguas se entrelazaron, no sin antes soltar un jadeo de sorpresa su compañera al no esperarse tal acto.

Las demás chicas que estaban en el baño repararon en ambas. Aunque la mayoría no le dio importancia , algunas las miraba soltando unas risitas divertidas.

Cuando la chica rubia empezó a subir la mano por la cintura hasta el pecho de su amiga sonó la melodía de su móvil. Ago atorada, lo sacó del pantalón y vio que era un toque de su novio.

  • Vamos, salgamos, que parece que los chicos se están poniendo nerviosos.

La chica morena se quedó mirándola mientras su amiga salía. No sabía que decir, mas que le había encantado. Se tocó distraídamente los labios hasta que la voz de la rubia la sacó de su ensimismamiento.

  • Vienes o que?
  • Sssii, si...-y se fue tras ella.

Tras reunirse con los amigos y el novio se dirigieron a uno de los locales de la ciudad. Al no ser muy grande ésta, no había muchos y parecía que con el concierto todos se habían llenado. Estuvieron bebiendo en uno cercano de la casa del novio de la rubia, donde ella y su amiga dormirían esa noche. Pasaban las horas entre risas, alcohol y buen rock. Cuando la madrugada estaba apunto de sorprenderles, decidieron irse a casa. Los do amigos se fueron por un lado y los otros tres se fueron a casa.

  • Creo que mi colega esperaba que durmieses en su casa....- Comentó el novio entre risas, esquivando a duras penas un tendido eléctrico.
  • Jajaja, si, pobrecito, creo que se hizo unas ilusiones que no iban a cumplirse...-añadió su novia. Ella iba agarrada de a cintura con la morena. Ambas hacían pequeñas eses a causa del alcohol.

Diez minutos más tarde estaban en la casa. El novio, dándose golpes contra las paredes, intentaba sacar una manta y una almohada para que su invitada durmiese en el sofá.

  • Bueno...- comentó tras dejárselo como pudo en el sofá- ahí tienes..me voy a la cama...- Y dicho esto desapareció por la puerta de la habitación.

La chica morena se dejó caer boca arriba en el sofá. Después de quitarse las botas como pudo, se quedó tendida en la misma posición , con las manos hacia tras, y los ojos cerrados. Cuando iba sintiendo que poco apoco se hundía en el sueño notó alguien cerca suya. Abrió un poco los ojos y vio a su amiga, con solo la camiseta y un tanga negro apoyada en el respaldo del sofá con una mano.

  • Te ibas a dormir sin despedirte de mí?-murmuró la rubia, cuya larga cresta caía hacia el hombro desnudo.
  • Creía que eras tu quien se había ido a la cama sin darme el beso de buenas noches..-murmuró con una sonrisa su compañera.

La chica rubia se inclinó sobre ella y hundió sus labios en los labios rojizo de la morena, mientras con una mano, la acariciaba el vientre, subiéndola la camiseta.

La chica morena puso sus manos en la cadera de la otra y la sentó encima suya. La rubia la obligó a erguirse un poco para quitarle la camiseta, casi sin dejar de besarla con pasión.

Empezó a acariciar el pecho de la morena con un poco de suavidad para ir aumentando poco a poco la fuerza por encima del sujetador rojo, mientras la morena la cogía del culo y le acariciaba desde este hasta los muslos.

Las manos de la chica rubia se colaron y perdieron dentro del sujetador rojo, al tiempo que su compañera subía las manos desde sus muslos , pasando por las caderas, hasta el pecho de ella. Una de sus manos se metió debajo de la camiseta , la otra la apretaba con fuerza contra ella por la espalda.

Estuvieron así hasta que ya la tímida luz del amanecer entraba por la ventana a medio bajar.

La rubia se separó de ella, y la apartó las manos para ponerlas por encima de la cabeza, obligando a la morena tumbarse en el sofá de un golpe. En esa posición, empezó a lamerle la curvatura del pecho, al tiempo que la iba dando pequeños mordisquitos dejándola la piel roja. Con habilidad apartó el sujetador hacia abajo con la boca y lamió el pezón izquierdo. Estaba duro y de punta, y es más, posiblemente se hubiese puesto así nada más besarla. La soltó las manos para apretar sus pechos hacia arriba para lamer, mordisquear y besar ambos pezones.

La morena se arqueaba de placer bajo ella, intentando quitarla el sujetador y la camiseta entre caricias. La rubia se levantó para despojarse de la ropa, y en ese momento la morena aprovechó para abrazarla, rodar sobre si misma y tirarla a la alfombra del suelo, quedando ella encima suya.

  • Así te quería ver yo desde hace tiempo, mi rubia...-murmuró a su oído casi con un ronroneo, al bajar la mano por su vientre y acariciando aun por encima del tanga su entrepierna.

Cuando coló la mano entre el tanga, la rubia dio un respingón de sorpresa, y cerrando los ojos se dejó hacer al tiempo que la morena mordisqueaba su cuello y bajaba por el cuello para llegar las grandes tetas libres de su amiga. Con una mano jugueteaba con el botoncito entre el pelo rubio de su entrepierna y con la otra asía un pecho con fuerza con el pezón dentro de su boca. Lo mordisqueaba, lo mordía suavemente, deslizándolo entre los dientes hasta que se soltaba.

Notaba que bajo ella, cuando hacia tal movimiento, daba un pequeño jadeo.

La rubia, tanteaba la cremallera de la morena para intentar colar sus manos por ella. Al no poder, la agarro de la espalda y rodó con fuerza hacia un lado, chocando con la mesita arrancando un gran chirrío pero acabando ella encima de su morena amiga.

Se quedaron un momento en silencio escuchando por si el novio se había despertado. Al no oír nada , la rubia se echó hacia tras y le quitó los pantalones con el cullot incluido, dejándola solo con el sujetador, pero el cual pronto también desapareció.

Observó desde esa posición su cuerpo. Tenía un cuerpo con curvas, con muslos fuertes y un culo perfecto para agarrarlo con sus manos. Los pechos eran perfectos. Duros firmes y del tamaño ideal para las manos. Su negra cabellera estaba desparramada por el suelo, y sus ojos brillaban de deseo y lujuria.

Bajó la cabeza y empezó a besarla el vientre, bajando poco a poco, perdiéndose por el fino y recortado pelo negro de sus partes mas intimas.

Al notar la lengua moviéndose por su interior, su amiga cerro los ojos con un leve gemido y se empezó a acariciar su propios pechos, mojando los dedos e su boca para que resbalasen mejor por sus erectos pezones. Se mordía el labio de placer y excitación. Tras unos minutos de puro placer, su amiga subió de nuevo para besarla, notando así su propio sabor. La abrazó fuertemente y volvió a rodar para ponerse encima de ella. Ahora tocaba a su rubia sentirla.

Se puso de rodillas entre sus piernas, y la cogió de una pierna. Iba recorriéndola mordisqueando su blanca piel, sin dejar de mirarla a los ojos. Cuando llegó a su meta, hundió su cabeza para acariciar el clítoris con su lengua, haciendo pequeñas succiones . Subió una mano para acariciarla un pecho, y acariciándola la bajó por su cuerpo, hasta que rozó su húmedo interior, sin dejar de saborearla. Separó sus rubios labios y le introdujo dos dedos despacio, a ritmos lentos, pero moviéndolos de forma circular en su interior.

  • Oh...Dios... más rápido...-suspiró su amiga, enredando sus dedos en el pelo de su amiga, para guiar sus movimientos. Su amiga obedeció, y movía los dedos en su interior de manera más rápida, y sin dejar de hundir su boca en su húmeda y caliente entrepierna. Los jugos de su rubia, caían por su barbilla y mojaban el suelo.
  • Para..-dijo ella levantándose del suelo. La morena paro y la miró con interés preguntándose que estaría pensando. Con suavidad pero sin vacilar la tumbó hacia tras. Ella se puso de rodillas encima suya, pero al revés quedando en un magnífico sesenta y nueve. La rubia se inclinó sobre el sexo de su amiga y empezó a lamerlo y saborearlo con devoción a causa de su tremenda excitación y calentura. Su amiga, sintiendo los voluminosos pechos de ella encima suya, hacía lo mismo con ella.

La rubia notó como el cuerpo de su amiga se empezaba a estremecer abajo suya, y como su boca se volvía más húmeda al tiempo que ahogaba un gemido en el sexo de ella. Eso hizo que ella misma notara como el placer bajaba por su espalda hasta su sexo y empezaba a notar los espasmos de un brutal orgasmo, que hacía que ni si quiera pudiera gemir.

Cuando ambas acabaron y antes de poder moverse , oyeron un ruido que venía del otro lado del sofá. Era el novio de la rubia que por el ruido de la mesa, se había despertado y había ido para ver que ocurría. Entonces se las encontró entrelazadas y había observado toda la escena entre la penumbra del amanecer.

La morena sintió como un rubor le corría la cara y más aun cuando advirtió que en sus boxers había una gran dureza.

-Creo que merezco una explicación-dijo el pero sin ningún tono de enfado en la voz, más bien de excitación.

  • Creo que más que una explicación, podría ser una compensación, no?-comentó su novia moviéndose a un lado para acabar tumbada de al lado de su amiga sin dejar de mirar a su novio.- Que opinas?-añadió bajando la mirada a la morena.

Ésta solo sonrió de modo divertido, primero a ella y luego a su novio, y éste sin más espera avanzó hacia ellas.