Tuyo sin saberlo. Mi primera cita con Miguel

Soy Juan y aquí os cuento mi primera experiencia con Miguel. Soy un chico hetero curioso y en mi primera cita con Miguel, descubro que algo se ha despertado dentro de mi.

Miguel está sentado de nuevo mi lado, sentados sobre la cama. Nuestras piernas se tocan. Él me mira fijamente a los ojos. Voy vestido solo con los pantalones y la toalla que me ha prestado, me tapa los hombros. Él lleva pantalon corto y camiseta. Creo que cada vez tengo más calor. Me acaricia el mentón y nuestras caras están a pocos centímetros. Tengo muchas ganas de besarlo.

Cierro los ojos. Noto sus caricias en mi cara. Me quedo inmóvil, a su merced. Espero sus labios. Cada segundo se vuelve un año, esperando sus labios. Suavemente sus labios tocan los míos. Es un beso dulce. Sin lengua, sin prisas. Sus manos me acarician en todo momento, mi cara, mis brazos, mi cuello. Me pierdo es sus besos y no sé si ha pasado unos segundo o unas horas.

Abro los ojos, y le veo mirandome.

  • Bueno machito, te acuerdas de nuestro dilema? - me dice.

Yo no me acuerdo ni donde estoy ni que día es. Sus besos me han hechizado. Ahora vuelvo a mi. Recuerdo nuestro pacto. Aquel que la tenía más grande, sería el activo. Me dijo que la tenía “normalita”. A ver si hay empate. La verdad que si la chupa como besa...espero que haga bien sus funciones de pasivo.

Nos ponemos de pie, uno delante del otro.

  • Preparado para la lucha de espadas? - me dice en tono de broma.

  • Preparado para arrodillarte? - le pregunto en tono chulesco.

Él sonrie.

Me quita la toalla y la tira en el suelo, lentamente. Se arrodilla, para bajarme los pantalones, mientras yo me quedo de pie. Se arrodilla, mirandome a los ojos y mientras baja, mira de reojo mi paquete. Sonríe satisfecho. Tengo los pantalones a la altura de mis tobillos y ya empiezo a hacerme ilusiones para que me chupe la polla. Me gusta tener a un hombre sometido. Me gusta ser el alfa. Me gusta humillar a un hombre.

Miguel continúa de rodillas y empieza a bajarme la ropa interior. Mi polla está empalmada. Está esperando su boca, su lengua, sus suaves labios.

Poco a poco me baja los calzoncillos. Poco a poco baja por los muslos, pasa por las rodillas y llega a la altura de los tobillos. Sus ojos van desde mi polla a mis ojos y de mis ojos a mi polla. Una y otra vez. Y vuelve a sonreir. Con esa sonrisa que me desarma.

Se queda de rodillas, con su cara a la altura de mi polla. Mi polla está dura y empieza a soltar una gotita de líquido preseminal. Mira de nuevo mi polla. Cierro los ojos.

Pasan unos segundos, pero no noto sus labios ni su boca. Vuelvo a abrir los ojos y le veo de pie, con su sonrisa. Ahora esa sonrisa es traviesa. Y la sorpresa se dibuja en mi cara.

  • A que viene esa cara? Aún no has visto mi pollita. No podemos hacer comparaciones. - me dice.

Se quita la camiseta primero. Su torso está depilado y confirmo que tiene un cuerpo atlético y bien cuidado por el ejercicio. Él solito se baja los pantalones y deja ver unos canzoncillos caros apretados que lleva debajo. Yo en todo momento le miro a los ojos. Él sonrie y me coge de la mano. Lleva mi mano a su entrepierna, la cual está dura y crecida. La toco y comprovo su tamaño por encima de la ropa interior y dirijo mi vista hacia su polla. Empiezo a sospechar que no todo está saliendo como había planeado.

Me arrodillo poco a poco. No le miro a los ojos, miro a su miembro. Por encima de los canzoncillos pararce tener una medida algo superior a la mía, pero faltaba confirmar este hecho.

Poco a poco empiezo a bajarle esos calzoncillos blancos de marca cara, que le quedan tan bien y dejan en libertad su miembro, que sin duda alguna es mas grande, mas larga y mas gorda que la mía. Le bajo sus calzoncillos hasta la altura de los tobillos y me quedo hipnotizado por ese pollón. Me quedo mirándolo unos segundos o unas horas, no lo sé.

Dirijo mi vista hacia sus ojos. Él sonrie. Ahora sonrisa de satisfacción.

  • Bien, putita, ya sabes lo que te toca.- me dice en tono de broma.

Mi cabeza da mil vueltas. Hace unos momentos estaba fantaseando con que Miguel sería mi putita y me chuparía la polla cuando yo quería, y ahora estoy de rodillas, delante de su pollón. Me siento humillado. Pienso en la impotencia que siento. Mi novia sugiere que no soy suficiente hombre para ella. Me engancho de Miguel pensando que sería mi válvula de escape sexual y resulta ser que me humilla con su pollón y diciendome que soy un cornudo. Pero a pesar de todo, la situación me excita. Siento vergüenza. El suelo está duro y mis rodillas empiezan a quejarse. En la habitación ha empezado a hacer mucho calor y el olor a polla invade la estancia. Su polla dura, jugosa, perfecta, grande, gorda y preciosa, suelta su primera de líquido trasparente.

Siento su mano acariciándome el pelo. No me da prisa, solo me hace sentir cómodo.

  • Vamos Daniela – me dice.

Recuerdo que yo, para él me llamo Dani. Ya ha feminizado mi nombre. Que humillante. Mi orgullo de macho no acepta la derrota total que he tenido hoy.

Aún estoy de rodillas y Miguel esperando. Bajo la mirada a su polla. Me voy acercando poco a poco, mientras él no para de acariciar mi pelo. Cierro los ojos. Abro mi boca.

La excitación me puede. Mi polla ha pasado de estar dura a morcillona, pero mi excitación es mayor. Estoy adaptandome a ese nuevo rol que no quería. Ese rol de pasivo, de sumiso, de putita, de sissy.

Con mis labios abarco su glande. Es muy suave. Lo mojo todo. Noto ese sabor salado del líquido preseminal, cosa que aún me excita más.

Estoy de rodillas, con los pantalones a la altura de los tobillos. Con los ojos cerrados y chupando un pollón de Miguel. Y pretendo ser el macho dominante? Me siento sexy, me siento zorra, me siento sissy y me encanta.

Noto como gime Miguel y me anima con sus “vamos nena”.

En todo momento se dirije a mi en femenino. De manera instintiva intento meterme más polla en la boca, pero no puedo ni meter la mitad. Tengo que abrir bien la boca. Está deliciosa, jugosa y calentita. Con mi mano, masturbo su polla y con la otra le acaricio las piernas. Esas piernas fuertes y depiladas.

Me duele la mandíbula porque no puedo abrirla más, y la punta de su pollón hace tope con mi garganta. Intento metermela más pero me dan arcadas. Me siento en la cama, sin dejar de chuparsela, para así descansar las rodillas.

  • Tendré que comprarte rodilleras, cariño – me dice

Yo continuo chupándosela como si no me hubiese dicho nada.

  • Seguro que no era gay tu, la chupas demasiado bien para ser hetero. Tu no me engañas, no es la primera polla que chupas. - me dice.

Y yo continúo chupandosela. Sus palabras me humillan y me excitan al mismo tiempo. Me dice cosas como “vamos marica”, “jajaja y tu querías ser el activo?”

Y yo continúo chupándosela. No puedo despegarme de su pollón. Me absorve y me tiene hechizado.

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La novelsa de llama TUYO SIN SABERLO y la sipnopsis es:

Juan, que felizmente vive con su novia, tiene y siempre ha tenido fansatías homosexuales. Sin saber como, conoce a Miguel quien le ayudará a experimentar sensaciones nunca imaginadas por Juan. Todo ello, hará que Juan se plantee su modo de vida. Por otra parte, en la misma ciudad aparece en extrañas circunstancias el cadáver de un hombre sin identificar, cosa que provoca un extraño ambiente en la ciudad.

Novela erótica gay, humillación, femdom mezclada con misteriorso asesinato.

Se irá publicando capítulo a capítulo. Se agradecen sumamente las visitas y se tendrán en cuenta los comentarios, en el desarrollo de la novela.

Muchas gracias a todos por leer hasta aquí. Agradeceré todos vuestros comentarios que me ayudarán a mejorar. Saludos.