Tus amigos son mis amigos

Tener una amistad cercana con el mejor amigo de tu novio es algo muy lindo, y cuando compartes con él algo mas que amistad mmmmmhhh muchas cosas pueden pasar...

Aun recuerdo el día en que lo conocí como su hubiera sido ayer, lo vi y parecía un Adonis, la representación perfecta de la masculinidad, alto, delgado, moreno… esos labios sensuales y sus hermosos ojos castaños, puedo decir que me quede fascinada por un segundo… cuando se alejo no pude evitar exclamar "esta guapo tu amigo". De inmediato me di cuenta de mi error y le dije a Oscar: perdón, perdón, no es cierto era una broma. ¡Cómo iba a ser broma decir eso de semejante ejemplar de hombre!

Después de lo que me había comentado mi novio respecto a su amigo de tantos años y su incontrolable afición por las mujeres y que esa afición lo había llevado a bajarle algunas de sus parejas anteriores no me quedó de otra que decir que no me atraía, que definitivamente él no era mi tipo

Eso fue hace año y medio, un par de meses después de que lo conocí, él, Carlos, ya se había conseguido novia, lo cual me parecía perfecto, por que sentía que esa chica veía a Oscar de una forma que iba mas allá de simples miradas amistosas, me dije para mi misma "que bien, ya me libre de ésta"… Pero en realidad ella fue la que desencadenó todo esto… ella y las miradas que le dedicaba a mi inocente novio, ella y sus labios que no conocen donde esta la mejilla de Oscar y "descuidadamente" tocaban sus labios.

Creo que en cierto modo no entendía lo que Maribel hacía, es decir, teniendo a su lado a semejante hombre, ¿por qué sentía atracción por Oscar? Y muchas veces desee ser ella y tener a Carlos a mi lado… Bueno, la vida tiene un curso normal y a veces los caminos de las personas se van separando. Durante un tiempo no tuvimos mucho contacto ellos y nosotros; Oscar trabajaba, yo estaba desempleada y Carlos y Maribel se dedicaban a sus estudios.

Por ese tiempo yo no pasaba mucho tiempo con Oscar por que su horario de trabajo era más bien el de un esclavo y solo podía verlo por las noches, así que podía hacer lo que quisiera el resto del día. Diría que me encontraba a Carlos casualmente pero no era así… era yo quien lo buscaba y platicábamos mucho, sobre muchas cosas aunque principalmente hablábamos sobre nuestras parejas, ¡está bien!, ¿para qué mentir? EL me hablaba de Maribel todo el tiempo, de lo maravillosa que era, tan inteligente, tan bonita y que probablemente hasta se casaría con ella.

Sobra decir que ahí, toda esperanza de conocer al Carlos que no se puede resistir a una mujer que pide sexo, al "amigo" que le quitaba las novias a Oscar, se murió y yo sentía aún más envidia de Maribel.

El tiempo seguía pasando (como suele hacerlo comúnmente, aunque no lo queramos) y mi amistad con Carlos se fortalecía al grado de contarnos cosas más intimas; como que su novia, a pesar de que ya habían cumplido 9 meses, se negaba a tener relaciones sexuales con el, que a pesar de que tenía prejuicios se había decidido a hacer gozar a una mujer (desafortunadamente esa mujer no era yo, que pena) haciéndole sexo oral, pero cuando le proponía completar una cogida como la naturaleza mandaba, era algo poco menos que imposible… ¡Nueve meses! Si yo fuera ella solo habría podido aguantarme dos. También le comenté sobre las dudas que tenia sobre la fidelidad de Oscar; sí, no lo voy a negar a veces me paso de salvaje en la cama, pero no lo hago dormida y se qué cosas hago y que no, y sé que yo no le había dejado rasguños en el trasero, y que el llegar 2 horas tarde a una cita no era normal ni caballeroso de su parte.

Un buen, o mal día, según el punto de vista de cada persona, tuvimos una reunión los cuatro, bebida, comida y mucha charla, y aprovechando que casi era año nuevo y no nos veríamos por lo menos en un mes nos dimos nuestros abrazos y felicitaciones por anticipado y después de todas esas cosas (un tanto cursis para mi gusto) nos despedimos y ahí me di cuenta que Maribel besó a Oscar en la boca. No quise armar un teatro y no dije nada, aunque no fui la única que se dio cuenta de esto, Carlos se puso tan molesto que ni siquiera se despidió de mí. No quiero entrar en detalles de la discusión, sólo diré que lo "perdoné", pero eso lo hice para tener el placer de una dulce venganza.

Carlos y yo no mencionamos ese incidente, por lo menos no entre nosotros. Ya había pasado un mes de eso y afortunadamente yo ya tenia trabajo como capturista lo que me daba mucho tiempo de estar en Internet, y ocasionalmente me encontraba con Carlos en el chat y le hacia bromas, que si iba a estar solo, que si necesitaba compañía, cosas sugerentes pero nunca directas, un día de esos él me pidió un favor, necesitaba que le prestara cierta cantidad de dinero ya que tenia planes para el 14 de febrero y le dije:

-Está bien, pero ya sabes que es lo que va a pasar si después de un mes no puedes pagarme

-No sé, ¿que va a pasar?

-Que me vas a tener que pagar con cuerpo

-En serio, en un mes tengo el dinero.

-Yo también lo digo en serio, si no me pagas te lo voy a cobrar con "cuerpomatic"

-¿Lo dices en serio?

-Ya, si no quieres olvida lo que dije.

-No, ahora me dices.

-¿En serio quieres que te lo diga?

-Claro, por eso te lo pregunto, ¿nos tenemos confianza, no? Pues ya dime.

-Me gustas.

-¿¿¡¡Qué!!??

-¿Ya estás feliz? Ya te lo dije. No pensaba decírtelo nunca, pero ya lo hice… ¿sabes qué? Olvida lo que te acabo de decir, yo no dije nada y seguimos como si nada.

-Miriam, somos adultos, ¿podemos hablar de eso después?

-Está bien.

Para entregarle el dinero que me había pedido prestado Carlos nos quedamos de ver cerca de la facultad en la que él estudiaba y no pude evitar con una excitación perversa al ver que se había arreglado más de lo normal y yo sabía bien por que lo había hecho: el haberle dicho que me gustaba surtió el efecto que yo esperaba. Al principio hablamos de cosas triviales: "¿qué planes tienes?, ¿a dónde van a ir?, ¿ya casi cumplen un año, verdad?" cosas de ese tipo… Cuando estaba a punto de rendirme y de irme a mi trabajo, me dice:

-¿Me acompañas a la biblioteca por un libro que necesito?

-Es que ya voy tarde a mi trabajo.

-Ándale, es rápido, nada más lo saco y ya

-Está bien, pero no te vayas a tardar, por favor.

Cómo iba resistirme a las peticiones de él, no lo voy a negar tengo una mente muy sucia y por un momento pensé en como diablos no se le ocurría ir a un hotel y poder descargar los deseos que tenia reprimidos por casi un año.

Entramos a la biblioteca y fuimos el segundo piso, noté que no había nadie en donde estábamos nosotros y que cada vez se hacía más encerrado y más solitario, mi corazón latía muy fuerte, me sentía incluso un poco mareada, como sentir que flotas pero que en cualquier segundo te puedes caer… y entonces… me di cuenta de que Carlos estaba viendo los estantes como si nada, y de repente dice: ya, ¿ves?, era rápido, éste es el que necesitaba. Me quedé fría, no podía desperdiciar así semejante oportunidad así que tuve que tomar las riendas de la situación.

-¿Te acuerdas de lo que hablamos la otra vez?

-Sí, si me acuerdo.

-Ya que estamos aquí te quería pedir algo.

-Sí, tú dime.

-¿Me podrías dar un beso?

-Pero, Miriam, ¡yo tengo a Maribel y tú tienes a Oscar!

-Pero nada más te estoy pidiendo un beso, un beso no es la gran cosa (le decía esto acercándome a él, en una actitud un tanto inocente, tratando de no ser intimidante)

-Tú también me gustas, pero

-Pues ahí está, los dos nos atraemos ¿cuál es el problema?

-Es que no me gustaría que cambiaran las cosas entre los cuatro.

-Y no tienen por qué cambiar, ¿es solo atracción sexual lo que sentimos no?

Para este momento ya estaba muy cerca de él y no podía evitar sentir su erección y de repente ya nos estábamos besando, sentir sus labios por primera vez… después de desearlo tanto, me besaba suavemente, tiernamente, como se besa algo que se puede romper si lo tratas con brusquedad, una de mis manos estaba en su nuca y la otra en su espalda, sacándole desesperadamente la camisa del pantalón, busque su oreja y la mordisqueé y la besé, metí mi mano y toque su espalda desnuda y el besaba mi cuello, yo sentía que me derretía, que iba a explotar, sus manos desabotonaban mi blusa y buscaban mis pechos y yo desabrochaba su pantalón y sacaba ese firme pedazo de carne objeto de mi lujuria, yo tenía los pechos al aire y el empezó a besarlos… a morderlos, a meter su mano bajo mi falda, a hacerme gemir de placer, con la falda enrollada hasta la cintura y mi pierna alrededor de su cadera y su pene aprisionado en mis ansiosas manos lo dirigí a mi vulva y rozaba su cabeza en mi clítoris sintiendo casi tocaba el cielo… Casi lo hacíamos ahí en la biblioteca, pero ya eran casi las once y ya iba demasiado tarde a mi trabajo, así que lo besé con mucha más pasión que antes, deseando que mi boca fuera mi entrepierna y él sorbiera de mí tan ávidamente como me besaba. Nos pusimos más o menos presentables y salimos de ahí. ¿Quién dice que las bibliotecas son aburridas?

-Miriam, no te lo voy a negar, me gustó mucho, pero cada quien tenemos pareja y tal vez eso no se repita, lo que yo siento por Maribel no me permitiría llegar mas allá de lo que pasó hoy, ¿si me entiendes, verdad?

-Claro, yo te entiendo perfectamente (en el fondo estaba pensando: eso es lo que dices tú, por que sé que pronto vamos a acabar en la misma cama)

Nos despedimos y yo me fui a trabajar y el a sus clases.

El día siguiente era sábado y Oscar y yo nos veríamos a la 12 de la tarde en su casa, al llegar a donde tomaría el autobús a la casa de Oscar, iba pasando Carlos, nada raro puesto que él vive bastante cerca de ahí y comenzamos a platicar de cosas que no tenían nada que ver con lo que había pasado el día anterior en la biblioteca de la facultad. Después de lo que sucedió y de lo que me dijo al final y al ver que su actitud era la misma de siempre y que no tocaba el tema, ya no tenía muchas ganas de insistirle en algo más, y me decía a mí misma "fue una buena experiencia, si ahí queda no tengo nada de que quejarme" Y de repente me dice: Miriam, sí quiero hacerlo contigo. Me volteé hacia él y lo vi con sorpresa, lo conozco y se que cuando dice "sí" a algo es cuando hay que aprovechar. Vamos a mi casa, me dijo.

Fuimos a su casa y cada que nos íbamos acercando más mi corazón latía cada vez, más fuerte, sentía nervios de que alguien nos pudiera descubrir, pero no quería regresar, quería seguir, quería ver hasta donde llegaría esto… Subimos a su cuarto y me dice "ahora sí", se acercó a mí y me besó, y me hacía atrás hasta que quedé sentada en el borde de su cama, abrí las piernas y el se arrodillo frente a mí, me quitó la blusa azul que traía puesta y empezó a besar mis pechos, a succionarlos, a morderlos ahhhhhh eso fue muy doloroso, pero era el, mi Carlos, el que me estaba haciendo suya y no me quejé y seguí disfrutando de esas caricias a veces dulces como la miel y a veces salvajes como un tigre que desgarra con deleite a su inocente presa. Me recosté y el iba bajando cada vez más, besando mi vientre, mis costillas mientras sus manos ya jugaban con el cierre de mi pantalón, levante la cadera para que pudiera bajarlo, se bajo a besar mi monte de Venus aún con la tanga roja que traía, la bajó y me la quitó, empecé a desabotonar su camisa y mientras lo hacía besaba su pecho, pero especialmente el cuello y al quitarle la camisa descubrí que tenía una serpiente tatuada en el hombro izquierdo, y de repente ahhh, abrió mis piernas y empezó a besarme a tocar suavemente en círculos, simulaba muy delicadamente que me mordía, era el cielo… y bajaba más y metía y sacaba su lengua nunca me habían hecho algo así, hasta ahora solo me había limitado el sexo oral al clítoris y esa sensación era tan agradable, tan diferente… ya no podía resistirlo, lo jale hacia la cama y lo acosté tenía tantas ganas de hacer mío todo ese hermoso cuerpo, empecé besando sus orejas y su cuello, luego su pecho y recorría con mi lengua todo su plano vientre, me detuve un momento jugando con el vello que iba de su ombligo a su sexo, y al fin pude verlo en todo su esplendor… no era la gran maravilla pero era mas grande que el de Oscar por unos dos o tres centímetros y mucho mas grueso que el de él, primero lo recorrí de abajo arriba con la lengua, disfrutando cada centímetro de carne que tenia frente a mi, haciendo círculos con mi lengua alrededor de su cabeza, presionando con mis labios y acariciando sus testículos llenos de vello.

Entonces veo que Carlos me mira con los ojos entrecerrados y entre jadeos me dice, ven acércate y entonces me besa y me voltea, ahora es él quien esta arriba de mí, abre mis piernas y sin dejar de verme a los ojos se introduce dentro de mí, al principio me duele, no estaba acostumbrada a algo así pero es rápido, por que pronto se convierte en un enorme placer, sentir que me llena toda, su respiración en mi cuello, sus manos presionando mi pecho, su cadera moviéndose sin cesar, lo hice cambiar de posición y yo estaba sentada arriba de él, subiendo, bajando, el apretando mis pechos, aun no puedo olvidar su cara llena de satisfacción, y yo subía y bajaba cada vez mas rápido, quería sentirlo lo mas dentro posible y de pronto de dice: vas a hacer que me venga, eso me excitó mucho y le dije al oído: eso es lo que quiero, y entonces explotó en un orgasmo, sólo de escuchar sus gemidos y ver su cara contraída en un gesto de placer, ahhhhh tan sólo recordar esos momentos… Después de eso solo me quedé abrazada a él durante unos minutos… después nos levantamos, nos lavamos y él me acompañó a tomar el autobús para que yo fuera a ver a Oscar.

Pasó una semana y media y mi novio me tenía una sorpresa: íbamos a hacer una cita doble para el 14 de febrero, Carlos y Maribel, y Oscar y yo iríamos a cenar.

Ese día la pasamos muy bien aunque yo no podía evitar sentir cierto morbo al saber como había conseguido Carlos el dinero para el regalo de su adorada, si tan sólo lo supiera Maribel. Luego siguió mi turno, que tierno es mi novio, me regala una rosa y una cajita, la abre y dice: "Feliz aniversario, mi amor" y le correspondo a mi amado con un beso en la boca… Felicidades a ti también, te amo…pero eso ya lo sabías ¿verdad?