Turno de noche en el hospital y 2
Segunda parte de este relato. Incluye la primera parte modificada, gracias a hombreFX.
La historia ocurre en verano, como es normal hace calor, la protagonista es una bella mujer de unos 32 años, rubia de estatura normal, con una piel blanca, muslos blancos y un hermoso culo, trabaja como ayudante de enfermera y esa noche le toca hacer turno de trabajo en el hospital.
Es la primera vez que hace un turno de noche, y todavía no sabe bien dónde tiene que ir, por lo que ese día está algo nerviosa, tras ducharse y arreglarse, sale para el hospital al que va en coche, sin embargo el aire acondicionado esa noche le falla.
Tras llegar al hospital pregunta por su zona de trabajo, indicándole que han hecho un nuevo cambio en su turno, y que tiene que ir a laboratorio, situado en el segundo sótano, por lo que le explican como llegar.
Con las prisas, ha llegado pronto y tras el viaje desde su casa hasta el hospital, viene sudando, por lo que mientras baja en el ascensor hasta su zona de trabajo, piensa que podría darse una ducha refrescante, y luego ponerse el uniforme.
Una vez que el ascensor ha llegado a su destino, las puertas se abren y observa un largo pasillo iluminado con una leve luz, el cual queda flanqueado por varias habitaciones con las puertas cerradas, al final del pasillo puede observar como se cruza otro pasillo.
El lugar da un poco de miedo pues el hospital tiene ya algún tiempo y el lugar parece casi abandonado.
Así que de forma rápida inicia su camino hasta localizar su zona, apenas hay ruido y no se escucha nada ni a nadie, y eso la hace ponerse nerviosa, finalmente y tras cruzar el largo pasillo observa la puerta de laboratorio, pero ve que no hay nadie, así que intenta localizar los aseos para cambiarse de ropa cuanto antes y ponerse el uniforme.
Tras abrir varias puertas localiza unos grandes aseos, en los que al entrar solo se oye el eco de sus pasos, estos aseos tienen varias filas de taquillas y tras estas, se encuentra la zona de duchas comunes.
Tras quitarse la blusa los pantalones y descalzarse, para quedarse en ropa interior, se adivina una blanca y fina piel, con un coño rebosante de pelos los cuales fácilmente se observan a través de sus finas bragas blancas, siendo también visibles desde atrás, desde su apretado y gran blanco culo inmaculado. Sus rosados pezones culminan sus también satinadas tetas, las cuáles caen ligeramente hacia los lados, siendo de un buen tamaño.
En ese momento piensa que por qué no darse una buena ducha, pues es temprano y tiene tiempo, y con lo nerviosa que está ha empezado a sudar más, así que busca una toalla en su bolsa y procede a quitarse el resto de ropa interior, empezando por el sujetador.
Antes de que pueda quedarse totalmente desnuda, oye murmullos provenientes del pasillo y pasos que se acercan, su respiración se acelera, y no sabe que hacer, de repente se abre la puerta de los aseos.
"!!Estos no son los aseos de mujeres!!", piensa ella. No podía ser, observa más detenidamente las taquillas y en una de ellas adivina el póster de una chica desnuda, tenía razón eran los aseos de hombres.
Entran varias personas todos hombres con bata blanca y al parecer médicos, y ella desde el rincón en el que se encuentra, lo primero que hace es intentar taparse con las manos, una entre sus muslos, y la otra los pezones, pues aunque lleva ropa interior de color blanco, está deja adivinar perfectamente la forma y casi el color de estos y del resto de su cuerpo.
Tras verla el primero de estos en un rincón, con muy buenos modales, dice "Buenas noches", dice alguien que para ella es familiar, aunque todavía no sabe dónde lo ha visto.
"Buenas noches" responde ella con voz temblorosa, a lo que añade rapidamente y nerviosa "perdonar, ha sido un error yo queria ."
Antes de que pueda acabar, uno de ellos, intentando quitar hierro al asunto, le dice "estate tranquila, entiendo que con el calor que hace, y dado que los aseos femeninos están averiados, es normal que quisiera darse una ducha".
Entre tanto, el resto de hombres van entrando y no dejan de fijarse en ella, cuando pasan a su lado, no le quitan ojo de encima desde sus pies a su cabeza.
Sin querer ella se excita, no sabiendo si por vergüenza, miedo o erotismo del asunto.
Mientras, ellos como si no pasara nada, empiezan a abrir las taquillas, y al parecer se preparan para tomar también otra ducha, mientras hablan de cómo había ido el día.
Ella sigue de pie con las manos de bruces, inmóvil, mirándoles, y por qué no disimuladamente, mientras ellos comienzan a desnudarse todavía en slips, inconscientemente se fija en los paquetes de estos, prestando atención a los diversos tamaños y formas, de manera rápida, fugaz e inconsciente.
Esto le hace ponerse más nerviosa, a lo que empieza a sudar más, por lo que su blanco cuerpo parece brillar, cayendo gotas de sudor por sus caderas y muslos, y sus torneadas piernas le empiezan a temblar.
Ellos ya tan sólo en calzoncillos, dudan unos momentos si seguir con esa prenda, o meterse en las duchas y una vez allí, por respeto a la chica, terminar por desnudarse.
Sin embargo, uno de ellos, el más lanzado, se quita rápidamente los calzoncillos dejando ver también una buena mata de pelo con una buena polla colgando de ella, poco a poco y quizás también motivado por el momento, su pene comienza a cobrar vida, quedando en unos segundos tieso como una vela, mientras su amo, observa risueño la belleza de la mujer allí postrada.
El resto de compañeros rie y bromea por el tamaño que alcanza el aparato, si bien no tiene nada que envidiar.
Ella se empieza a poner roja de vergüenza y se gira, dejando a la vista de todos su culo, el cuál también brilla, y con el giro tan rápido que da sus carnes tiemblan unos instantes, haciendole aún más bella, momento que aprovechan todos los hombres para desnudarse completamente al lado de ella.
Esta vez las miradas no cesan de clavarse en su culo, pensamientos lascivos se vierten sobre esas nalgas, así como el imaginar poder abrir esas carnes desde atrás y meter sus lenguas hasta tocar su coño, mientas sus dedos hurgan en su ano con el fin de agrandarlo.
Mientras trascurren unos segundos, que parecen horas para ella, uno de ellos quizás pensando en la vergüenza que tiene que estar pasando la chica, dice que se metan todos a las duchas que ya está el asunto demasiado caliente, por lo que uno tras otro mientras pasan a su lado para ir a las duchas la despiden lanzando mensajes con doble sentido "!BUENAS noches señorita!", "!que calor que hace! verdad?", etc...
Así uno tras otro se van metiendo en las duchas, las cuáles quedan en una gran fría sala diáfana sin separaciones.
La mujer una vez aliviada por que parece que todo ha pasado, se vuelve y ve que no hay nadie, sin embargo, y dado que la curiosidad mata al gato y puesto que cree que lo peor ya ha ocurrido, intenta jugar con su suerte.
Ellos rien y empiezan a decir chistes sobre lo furcias que son las mujeres, así como a bromear por el tamaño del pene de ellos, sabiendo que la chica oiría todos los comentarios.
Ella extasiada por la situación, intenta arrimarse a las dichas tratando de no ser vista, hasta que uno de ellos la llama por su nombre.
En ese momento se hace el silencio en los aseos, tan sólo pudiéndose oir el ruido del agua golpear el cuerpo de los hombres.
La voz se repite con el nombre de ella y la llama de forma autoritaria.
La chica no tiene más remedio que contestar: "Si".
-"Por favor he olvidado el gel en mi taquilla, por favor cógelo y acércalo un momento "
Ahora recordaba esa voz, era uno de sus jefes, se había metido en un problema, pues que pensaría de ella de ahora en adelante, una vez que la había visto en tal situación.
Con los nervios a mil, y sin pensar lo que hacía, se acercó a la taquilla y cogió el gel, bajó la cabeza y se acercó a las duchas, allí estaban todos ya empalmados enjabonándose, el silencio en las duchas seguía, antes de que se dieran cuenta percibió como el que la había llamado, que quedaba al otro extremo de las duchas, guiñaba el ojo a los demás.
El hombre ordenó de nuevo, "por favor, traelo aquí para que lo pueda coger pues podría resbalar "
Como si de un automata se tratase la chica perturbada por todo, y descalza tan solo con sus fina y blanca ropa interior, se dispuso a cruzar bajando la cabeza.
En ese momento el agua empezó a salpicarla por todos lados, mientras andaba el resto de hombres le iban cerrando la retaguardia, y una vez que llegó hasta su jefe, no dijo nada y le entregó el gel.
El sonrió y respondió "gracias "
Ella al girarse para volver a su taquilla, todavía con la cabeza baja pudo contemplar más de cerca a los hombres, mirando todas las pollas que la rodeaban.
No se dio cuenta pero ya su ropa interior no servía para nada, al adherirse a su figura, por lo que se podía ver perfectamente la forma y color de sus tetas, así como el vello de su coño, y la raja de su culo,
Haciendo un círculo sobre ella, el jefe le volvió a ordenar:
-"Por favor arrodíllate y lávame la polla"
Ella respondió:
-"Que?"
-Se volvió a repetir la orden.
"Arrodillate y lávame la polla"
No había salida, casi la tocaban, podía rozar las puntas de las pollas con sus manos, la de su jefe se encontraba tras ella, así que sin pensarlo, se dio la vuelta y cogió la polla echando gel y a frotarla.
El pene creció aún más, y en ese momento aprovechando la situación, la chica fue obligada a comerse el trozo de carne.
Al principio lo hacía solo con los labios, sin lengua, pero tras ojear a los lados la cantidad de formas y tamaños que tenía empezó a dejarse, así que su lengua se soltó y pudo saborear el falo, desde su tronco hasta su cabeza, metiendo y sacandolo de forma rápida de su boca, chupando con ansia el preciado trofeo.
El resto de hombres colocándose tras ella, empezaron a magrearle las tetas, apretando y pellizcando su culo y sus pezones.
Ella respondió lo mismo con las pollas, agarrando y echando mano aquí y allá a todos, pajeando sin parar con manos y bocas, pues allí dónde alargaba la mano encontraba algo que agarrar, así estuvo unos minutos.
Acto seguido le ordenaron, "ahora ponte a cuatro patas, zorra!"
Siguiendo las órdenes y moviendo su culo esperando recibir, el momento no se hizo esperar, las pollas empezaron a castigar sus nalgas, restregándose contra ella, por lo que aprovechó y cogiendo una de ellas de entre sus muslos la introdujo de golpe en su coño.
Mientras por delante, hizo lo mismo con las otras pollas que se frotaban con su cara, siguiendo con el pajeo bucal, haciendo más fácil con la saliva que brotaba de su boca.
"Venga y ahora nos vas a pedir que quieres que te hagamos "
Ella no podía responder, tenía su boca tapada, apenas podía respirar, entre el agua y las pollas, en un intento y casi chillando: "hijos de puta, folladme, quiero vuestra leche, besadme las tetas y dadme por culo, mi culo es vuestro "
No tardó en ser respondida, varios dedos se introdujeron en su culo y no tardó en adaptarse a sus amos, de pronto las pollas entraban y salían por doquier.
-"Siiiiiiiiiii, que gusto ."
-"Que puta que eres, ahora te vamos a enseñar.."
La levantaron del suelo y entre dos la cogieron de los brazos y los muslos, dejando su coño expuesto, mientras y en fila india, se iban turnando para penetrarla salvajemente sin descanso, corriéndose en su interior.
Ella cerraba sus piernas tras ellas y se agarraba a su cuello, momento que el resto de hombres aprovechaba para seguir tocando y apretando las tetas a su gusto, pellizcando los pezones que parecía que iban a estallar.
El ruido de las pollas con el agua chocando contra el cuerpo de ella, así como los gemidos de todos era ensordecedor, provocado por el eco de la sala.
Desde el pasillo se podía oir los lamentos de la chica y el jadeo de los hombres, mientras la penetraban sin descanso, al mismo tiempo que las palabras obscenas que le lanzaban.
"Cabrona que buena que estás", "esta noche te vamos a destrozar el coño", "te voy a comer las tetas", "puta ponte que te de por el culo", etc
Respondiendo ella: "hijos de puta, esta noche soy vuestra", "quiero todas vuestras pollas", "dadme vuestra leche", "metédmela en el coño", "desgraciaos dejadme los pezones, no puedo más", "soy vuestra puta", etc
Pasó casi una hora y todos terminaron extasiados, empezando uno a uno a marcharse, quedando tan sólo ella, quién una vez aseada, se dispuso a ponerse el uniforme, encontrando una nota que decía.
"Esta noche libras, ya te diré cuando tienes que venir "
Por favor espero comentarios, a favor y en contra, gracias.