Turistas

¡venid aqui!

Un avión aterriza en la pista de aterrizaje del aeropuerto de brasil, tres hombres y una mujer de nacionalidad estadounidenses, llegan para disfrutar de las fiestas, el sol y la playa.

Una vez llegaron, dejaron las maletas y se marcharon a una fiesta que había, donde bebieron y bailaron, pero unos ojos se posaron sobre esos cuatro, unos ojos con oscuras intenciones.

Los cuatro turistas estadounidenses se despertaron, estaban en una habitación blanca, ¿qué les había pasado? Fue entonces que varias figuras enmascaradas y armadas con rifles les apuntaron, una voz femenina salía de uno de los sujetos.

-bienvenidos a brasil, extranjeros – decía en brasileño.

Los estadounidenses no conocían el idioma, pero les suplicaban que les dejasen ir, pero uno de ellos recibió un culatazo del rifle.

-¡silencio! ¡ahora sois nuestros! – decía la enmascarada.

A la fuerza los llevaron a una habitación llena de almohadas, con música de samba ¿qué significaba eso?.

Las manos de los enmascarados arrancaban las ropas de los estadounidenses, la joven estaba asustada, en cuanto los hombre iban a defenderla, recibían otro culatazo que les dejó sumisos.

La joven sentía como las manos de su captar acariciaba sus senos, como le olía el cuello, empezaba a llorar de impotencia, no quería que la tomaran así, no de ese modo.

Dejaron a los cuatro en medio de la habitación, una doctora se aproximó con varias jeringas.

-¿solo tres hombres? Bueno, para un día creo que irán bien – decía la doctora.

Los captores eran inmovilizados mientras la doctora les inyectaba el suero en sus penes, en ese momento, sufrieron una erección descomunal y una excitación total, el olor a mujer rebozaba en el ambiente, entonces miraron con ojos golosos a su compañera.

-¿chicos? ¿qué os pasa? – preguntaba la estadounidense a sus compañeros.

En ese momento los secuestradores se desnudaron, ¡eran todos mujeres! ¡y las más bellas que habían visto!, una de las chicas cogió de la mano a la estadounidense y se la llevó con ella.

Los estadounidenses miraban con deseo a esas mujeres, pero estas se lanzaron a por ellos, cuatro de ellas empezaban a chupar las vergas de los estadounidenses, pero tres colocaron sus conchas en las bocas de los hombres, disfrutando de sus lenguas.

Los dulces labios y las expertas lenguas de las feladoras, unidos a la hipersensibilidad que tenían los penes por el medicamento, habían hecho que se corrieran como si fueran fuentes, las chicas se pusieron encima de los estadounidenses, clavando sus penes en sus conchas, saltando como locas haciendo botar sus senos de forma excitante.

Si pudieran ver, porque las conchas que estaban en las bocas de los estadounidenses, fueron sustituidas por senos, unos senos grandes y naturales, los estadounidenses lamían y acariciaban esos senos con ganas.

Mientras la doctora, estaba grabando los resultados de su experimento, pero el deseo la quemaba, inconscientemente se tocaba su concha de forma disimulada.

-chicas, creo que la doctora quiere jugar – decía una de las secuestradoras en brasileño.

Entonces la doctora vio como varias chicas desnudas la rodeaban y le arrancaban la ropa.

-p-parad, ese no era el trato – decía la doctora quejándose.

Pero la arrojaron a los tres estadounidenses, ellos la miraron hambrientos y la agarraron, uno le metió la verga en la boca, otro la penetró y el tercero frotaba su verga entre sus senos, la doctora sentía vergüenza, veía como las que secuestraban a los turistas la grababan, pero sentia tanto placer.

Una de las chicas se puso un arnés con un falo de 20 cm y se colocó detrás del hombre que penetraba a la doctora.

Hundió su verga de plástico dentro del culo del hombre que aullaba de placer, eyaculando dentro de la doctora, pero no detuvo sus embestidas.

Otras se unieron a la fiesta, el que se ocupaba de la boca de la doctora vio una concha sin pelo y abierta al alcance de su lengua, la penetró con la misma, saboreando la miel de la joven secuestradora.

El que se ocupaba de los senos de la doctora se corrió encima de los senos de la joven, varias chicas se lo llevaron, en ese momento, dos chicas lamían los pechos de la doctora, saboreando la leche que había dejado el estadounidense.

Una de las chicas se tumbó boca arriba con las piernas abiertas, otra se tumbó boca arriba, apoyando sus nalgas en la cara de la chica, que aprovechó para lamerle el ano.

Entonces el hombre penetró a la primera, mientras le comía la concha a la segunda, la bombeaba rápido y sin piedad mientras las dos jadeaban de placer.

Una tercera chica gateaba hasta llegar al culo del turista estadounidense y empezó a lamerle el ano.

Mientras tanto, la secuestradora y la estadounidense caminaban por el bosque, la secuestradora no paraba de gritar hermano.

La joven extranjera estaba asustada ¿qué le harían?

Al llegar, encontraron a un musculoso joven de 18 años que estaba orinando, se giró y le preguntó en brasileño.

-¿qué quieres hermana?.

-feliz cumpleaños, ahora que no eres un niño, te he traído un regalo que te hará todo un hombre – decía la secuestradora en brasileño.

-¿no es un poco pálida? – preguntaba el joven en brasileño.

-¿no te decia mamá que tienes que comer de todo? – respondía jocosamente la brasileña.

La estadounidense no escuchaba, miraba hipnotizada el "arma" que colgaba el joven entre sus piernas, un arma de 32 centímetros que aun echaba gotas de orina.

-¿qué le pasa? – preguntaba el joven en brasileño.

La brasileña miraba a la joven, entonces lo supo.

-creo que tiene hambre ¿por qué no le das un poco de carne en barra? – decía la chica en brasileño mientras la obligaba a arrodillarse.

-he-hermana, no creo que ella quiera y mucho menos forzándola – decía el joven en brasileño.

Pero la secuestradora agarró el pene de su hermano y lo puso delante de la cara de la chica, entonces la brasileña le preguntó a la estadounidense en español.

-¿hablas este idioma? Gringa.

La estadounidense no apartaba la vista del pene del joven pero movió afirmativamente la cabeza.

-bueno, chica, voy a darte dos opciones, puedes irte, no te pasará nada, podrás volver a tu país o simplemente estrenas a mi hermano, en ese momento serás nuestra esclava, en cuanto el tenga ganas de follarte solo has de dejarte hacer, satisfacer todos sus deseos ¿qué eliges?.

La estadounidense no decía nada, veía como el pene que tenia frente a ella se ponía más duro e erguido.

-vaya, veo que le gustas, gringa – decía la brasileña entre risas.

La estadounidense estiró sus brazos hacia esa maravilla de carne y al cogerla la metió en la boca, nunca había visto nada así, ni en los frankfurs que ella engullía delante de los chicos para provocarles..

-bien gringa, trágatela toda – decía la brasileña mientras acariciaba los testículos de su hermano, el cual lamía los pechos de su hermana.

La joven extranjera sentía que le llegaba hasta el esófago, pero seguía mamándola a pesar de la sensación de ahogo, además, quería lubricarla, para sentirla dentro de ella.

Mientras la brasileña lamía la parte que aun estaba fuera de la boca de la estadounidense, una de las manos acariciaba el escroto de su hermano, sabia como hacerlo disfrutar, recordaba con una sonrisa la primera vez que le pilló haciéndose una paja, en vez de escandalizarse, se sentó al lado suyo y le masturbó mientras le decía que los buenos hermanos se tienen que ayudar.

Pero le quedaba muy poco por lamer, la estadounidense casi se la había tragado toda.

-vaya, es la primera que consigue algo así, seguro que tiene sangre latina en sus venas – decía la brasileña aplaudiendo.

-he-hermana, creo que me voy – decía el joven jadeando.

La estadounidense notaba como entraba en su estomago gran cantidad de semen, al retirar la verga, vomitó el zumo de hombre que había entrado tan directamente.

-¡no lo tires! Es buena – decía la brasileña que empezaba a lamer los labios de la estadounidense.

Unos labios llenos de leche viscosa y caliente.

-fu, fu – decía débilmente la extranjera.

-¿qué decías? Preciosa – preguntaba la brasileña.

-FUCK ME, PLEASE, MAKE ME A BITCH– gritaba la turista.

-sé que significan, esas palabras - decía la brasileña cogiendo una liana.

Ataron a la extranjera de forma que no se pudiera moverse, sus piernas estaban abiertas y su concha, tenia pelo abundante pero corto, la brasileña cogió un cuchillo y empezó a afeitárselo.

-P-PLEASE, FUCK ME, HURRY UP – decía la turista llorando.

-tranquila pequeña, pronto la sentirás hasta la garganta – decía la brasileña con una voz sensual.

El cuchillo recorría el monte de Venus de la joven, afeitando con efectividad la zona pubica, la joven turista se excitaba, el olor a hembra en celo llenaba el ambiente.

En cuanto terminó de afeitarla, se tumbó sobre la secuestrada y empezó a lamerle los pechos, entonces miró a su hermano, que dudaba.

-hazlo, hermanito – decía la joven en brasileño.

-p-pero hermana ¿y si le duele? – replicaba temeroso el joven.

-ya has oído lo que ha dicho esta gringa, quiere que la hagas tu puta, volverá con un vientre de preñada como souvenir – decía la brasileña con una sonrisa.

El joven se acercó a la turista la cual, lo miraba con deseo, apoyó su verga en la cueva húmeda de la extranjera y la penetró con fuerza.

-o-ohhh yes, yes, fuck me like a bitch – decía la estadounidense.

Esas palabras de placer excitaban al joven que la bombeaba con más fuerza, tanto que puso en alerta a su hermana.

-¡eh! ¡tranquilo! ¡que te la vas a cargar!.

-MORE MORE OH, PLEASE, MORE – gritaba la extranjera antes de explotar en un violento orgasmo que la hacia desmayar.

Cuando el pene del joven se retiró, la leche de hombre empezaba a salir de la concha, la brasileña empezaba a saborear ese liquido que se escapaba de la vagina de la turista, en ese momento, su hermano apoyó su glande a la concha de su hermana y la penetró.

-ohh si hermano, sigues siendo el mejor semental que conozco ¿qué te pareció mi regalo? – decía la brasileña.

-lindo, muy lindo, pero ninguna chica te supera en nada, hermana mayor – decía el joven que seguía bombeando.

-ji ji ji, mentiroso – decía la brasileña con una sonrisa.

-joder, están los tres muertos – decía una de las chicas.

-es que estos extranjeros no duran nada – decía otra de las chicas.

-bueno, vosotras deshaceos de los cadáveres, las demás buscad más cobayas para mi suero excitador, falta perfeccionarlo, pero esta apunto.

Siete años después,

La joven estadounidense nunca volvió, las comodidades de su país, la cultura consumista, los amigos de la universidad, había rechazado todo eso por lo que ella llamaba el verdadero paraíso.

Su vientre abultado indicaba la llegada de una nueva vida, fuera estaban dos hijos suyos jugando, en ese momento, el joven y su hermana entraron, los ojos de la estadounidense brillaron con pasión.

-¿cómo estas? Preciosa ¿te apetece que mi hermana juegue con nosotros esta noche? – decía el brasileño guiñándole un ojo.

-en cuanto acueste a los niños, seré vuestra todo lo que queráis, amor mío – decía la extranjera en brasileño.