Tu y yo, prohibido. 4

Las cartas se empiezan a descubrir

Trabajo

Mire el muy aburrido informe que acababa de redactar y suspire. Hacía seis días desde que había hablado con Lucas por última vez. Era un periodo normal sin sexo, pero, estaba muy caliente.

Me tenía que recodar cada día la promesa que había hecho con él casi a diario.

-Elsa, tenemos reunión

Me levante y aparte la sonrisa de frustración de mi rostro por una profesional

-¿Los nuevos clientes?

-Si ellos no son de nuestra especie, así que se considerada con ellos tienen muchos contactos

Asentí sonriendo y entre en la sala donde estaban esperando

¿Lucas?

Sala de reuniones

¿Elsa y yo íbamos a trabajar juntos?

Eso sería una buena escusa para estar en su casa de noche. Y lo mismo para ella en mi casa

-¿Ya os conocíais?-la fría voz de mi ayudante me trajo de vuelta

-Si, coincidimos en un bar y cogemos el mismo autobús-dijo ella

-Que maravilla-dijo el hombre que la acompañaba sujetándole el brazo-En ese caso tendréis una mejor compenetración al realizar el proyecto

-Tiene razón jefe-le sonrió y quise pegarle, a él, un puñetazo

-Bueno, centrémonos en los negocios

Su cara concentrada era muy excitante y cuando se inclinaba podía verle hasta el ombligo. Note que no llevaba sujetador y me removí en la silla. Una semana entera esperando por esto, por esta chica

-Muy bien, ¿tienen alguna duda?

-No, pero me gustaría que intercambiásemos los números de teléfono para poder comunicarnos en caso de tener preguntas. Le daré mi número para evitar que llame a mi ayudante-le dije

Ella me sonrió y fingimos que intercambiábamos los números

-Me pondré en contacto con usted esta noche para poder discutir algunos detalles menores del proyecto

-¿Qué le parece si voy directamente a su casa?

-Muy bien le daré la dirección de mi apartamento

Apartamento

Mire el perfecto orden en el que tenía mi salón, tan diferente de cómo lo tenía normalmente

Llamaron al timbre y le abrí

-¿Y tu ayudante?

-Su contrato reproductivo le ha llamado por que esta ovulando ¿Tu jefe esta dentro?

-No

Cerró la puerta y le falto tiempo para tirarse a mis labios. Me puso contra la puerta y me empezó a subir la falda

-Te eche de menos-susurro mientras me apartaba la ropa interior y me penetraba

Su polla estaba más dura que normalmente y empezó a hacérmelo con golpes violentos de cadera

Oí como una puerta de fuera se abría y escuche a mi vecina hablar con alguien. En ese momento un empujón más fuerte me hizo gritar de placer. Se quedo quieto cuando oímos golpes en la puerta

-¿Linda? ¿Estas bien?

-Si señora Barbetti-dije- Me he resbalado cuando está recogiendo unas cosas

-¿Por qué no abres la puerta linda?

-Es que me acabo de duchar y estoy desnuda

-Vale, pero ten más cuidado la próxima vez. Por cierto, tu acompañante se ha dejado un zapato fuera de la puerta

Sentí que me ponía del color de un tomate maduro al oír a la anciana señora soltar una risa y subir en el ascensor. Él empezó otra vez a darme violentas embestidas hasta que tuve un orgasmo. Entonces me puso a cuatro patas y me siguió dando sin compasión.

-No… puedo… respirar…

-Bien… porque soy lo único que debes sentir ahora mismo

Mire hacia atrás y le vi con el ceño fruncido

-¿Lucas? Dame más duro

-A sus órdenes

Empezó a hacerlo tan duro que tuve que moverme hacia delante. Al cabo de un momento estaba contra la pared del pasillo. Me agarro los brazos y me alzo haciendo que mi espalda y su pecho estuviesen pegados y mi cara se pego a la pared. Sentí como él explotaba en mi interior y al sentir su semilla caliente en mi cuerpo volví a correrme

-Llevamos toda la ropa puesta-dije cuando me recupere un poco

-Si, ve que no te has tocado en toda la semana. Estabas lo suficientemente caliente como para no quejarte de semejante trato

Me levanto en brazos y me dijo en el sofá y oí como iba hacia la puerta y la abría

Sentí que mis ojos se llenaban de lagrimas ¿Solo había sido un revolcón y ya?

-¿Qué te pasa?

Alce la vista y le mire

-No te has ido

-Por supuesto que no

-Pero la puerta…

-He ido a recoger el zapato ¿Por qué lloras?

-Creí que te habías ido

-¿Y eso es razón para llorar?

Negué con la cabeza y me senté en su regazo

-¿Podemos quedarnos así por un rato?

Me rodeo con sus brazos mientras yo me colgaba de su cuello