Tu y yo (3)

Quisiera besarte, darte mi cuerpo... (Continuación 3a Parte)

Me despierto, no se porque, ¿¿que me habrá despertado??

Apenas esta oscureciendo o va ha llover siento que apenas son como las seis o siete

No reconozco donde estoy pero siento gran placer.

Trato de darme vuelta, no puedo, ahora recuerdo son tus manos las que me sujetan firmemente mi cadera y lo que me levanto fueron mis propios gemidos al reaccionar a la deliciosa mamada que me haces, tocos mis senos, están húmedos y mis pezones erectos parece ser que hace poco estuviste besándolos y lamiéndolos.

Bajo mas mis manos y recorren tu cuero cabelludo, siento como al sentir que he despertado empiezas a lamer con mas fuerza, que delicia me haces sentir, cada vez lames más rápido y cada vez jadeo más alto, no lo puedo evitar, eres tu quien me domina siento que dejas de lamer "no pares" pero dejas de lamerme solo oigo tus movimientos, parece como si cerraras la cortina ya no veo nada.

Poco a poco me voy acostumbrando a la luz.

Te acercas a mí, me besas, pruebo mis jugos de tu boca, parece ser que ya me habías hecho explotar mientras dormía. Creo que eso fue lo que me despertó.

Tu boca baja otra vez a mis senos, empiezas a lamerlos como si los fueras a perder, "lame más, chúpamelos, muérdelos" solo lo haces.

Bajas otra vez a mi vagina, empiezas otra vez lo que habías interrumpido, esta vez tu lengua juguetea con mi clítoris, acercas tu mano a mi boca, los empiezo a lamer como caramelo cuando los retiras siento como recorres mi cuerpo con ellos aun húmedos y los aceras a mi vagina, empiezas a penetrarme con ellos, a la vez que tus lamidas son cada vez mas rápidas. Mmmm…., me llega el orgasmo, aaaaa…..

Te quedas quieto por un rato, luego te volteas y tu falo me queda en mi boca, otra vez estamos en un 69, pero esta vez yo quedo arriba de ti, siento como abres mis nalgas y empiezas a lamer mi anito, que rico se siente yo sigo lamiéndotela, a veces me detengo para darte una que otra mordida en el glande, lo tienes tan caliente que hasta me contagias tu calentura. Mientras tu sigues esculcando mi anito.

Siento que paras un rato tu lamidas, empiezo a sentir un dedo tratando de penetrarme, "crees que duela" – lo vamos a comprobar- empiezo a temblar, pero una vez mas tus manos me empiezan a masajear todo mi cuerpo a la vez que me empiezan a calmar, ya siento que tu dedo empieza a penetrar, trato de aguantar el dolor, no es poco, pero es lo que tu quieres.

Voy sintiendo como lo vas metiendo cada vez más, luego tratas de meter dos no hay tanta dificultad, me acuestas en la cama, te levantas y empiezas a decirme –acomódate de perrito porque te voy a penetrar por detrás- yo me acomodo y siento otra vez tus manos en mis nalgas, que me abres y empiezas otra vez a lamerme, esta vez tus dedos hurgan en mi vagina mientras tu lengua se encarga de mi anito.

Siento que me coges la cadera y empiezas a dirigir tu verga a mi hoyito, pones la punta en la entrada empiezas a emular lentamente, hasta que entra la cabeza, grito me tapas la boca con tu mano metiéndome en ella tus dedos que antes estaban en mi vagina, empiezo a lamerlos, tu empiezas otra vez a tratar de penetrarme, esta vez lo haces con rapidez, grito, pero me sigues tapando la boca, te quedas quieto hasta que me acostumbre.

Después de un rato empiezas a moverte en un mete y saca lento me muevo con tigo para que penetres mas profundo, -te sigue doliendo?- "no ya no, sigue así, más duro, más rápido" –parece que te gusta- "así es".

Me empiezas a penetrar rápido cada vez más rápido, solo siento como mis senos se bambolean al compás de nuestro movimientos, parece ser que tu también lo percibes pues empiezas a coger mis senos con tus manos y acariciarlos mientras me penetras, pellizcas los pezones que cada vez están más duros como piedra.

Seguimos así hasta que siento que empiezas a empujar con más fuerza y empiezas a gemir, yo ya casi estoy en el orgasmo hasta que finalmente nos venimos juntos, mis manos se rinden y caemos en la cama tú sobre mi, tus manos siguen debajo de mis senos entre la cama y yo, se va desinflando tu miembro mientras me susurras al oído que crees ya no poder más.