Tu y yo (2)

Quisiera besarte, darte mi cuerpo... (Continuación 2a Parte)

Me quedo viéndote como poco a poco te vas recuperando, sabes que quiero más pero no me atrevo a dar el primer paso, veo en tu cara diversión por mi inseguridad.

Me decido y me acerco a ti te empujo hasta la cama, te quedas acostado, empiezo otra vez a lamerte y parece ser que tu también andas en busca de más batalla, la tarde es joven mientras estoy lamiéndotela llaman al teléfono, contestas tratando de contener tus gemidos, ahora me toca a mi divertirme con tu cara, así que lo hago lento y rápido alternando, te enteras que no va a llegar nadie hasta la noche por una fiesta, a la que tu casualmente desde el inicio no querías ir y como tardaste en llegar se fueron sin ti, me dices –no va haber nadie hasta entrada la noche- "que bien, así es mejor" me acercas a tu cara mientras te hablo y me besas, cuando me separas me dices –es hora de que yo este abajo- solo sonrío me quitas el panti y empiezas a lamer, lo haces tan bien.

Haces que empiezo a gemir, mmmm….., a cada vez que gimo tu aceleras en tu recorrido que delicia sentir tu lengua recorriéndome por dentro, mis manos juegan con tu cabello te empujo para que sigas lamiendo mas al fondo y parece que tu lengua es elástica pues siento que me taladras por dentro.

Me haces llegar a un excelente orgasmo, pero yo quiero más tu erección ya esta presente casi al máximo, sin cruzar palabra nos acomodamos en un perfecto 69, encajamos perfectamente, empezamos a dar satisfacción al otro, me lames toda, lames mis labios vaginales lentamente, los abres y empiezas a lamerme el clítoris, aaaa…., luego lo muerdes, sigues así alternando muerdes, lames y recorres mi vagina.

Estamos así casi por diez minutos yo he estado lamiéndotela y se que estas a punto de estallar igual que yo, entonces empiezas a meterme un dedo en mi vagina luego dos, hasta que por fin los dos explotamos al mismo.

Te la cara de mis líquidos y tu me llenas mi boca de tu semen

Limpio mi cara con la mano y luego me la lamo, tu haces lo mismo. Nos recostamos el uno cerca del otro tus manos recorren mis senos y pellizcas mis pezones, al tiempo que estos se ponen duros, mientras yo empiezo a masajeártela con mi mano, "parece que todavía tienes ganas de más" –si, no sabes cuanto tiempo estuve esperando esto y teniendo la oportunidad en este momento no la voy a desperdiciar-, cuando terminas de decir esto te agachas y empiezas a morderme los pezones, tu lengua los recorre una y otra vez, en cuanto oyes que empiezo a gemir tu mano se va acercando a mi vagina, pasando por mi vientre, cuando llegas empiezas a tratar de meter dos dedos, entran fácilmente, los metes más poco a poco, luego empiezas a hurgar en mi interior, con tu lengua en mis pezones y tu mano en mi interior me siento en el cielo.

Entonces me acomodas me levantas con un cojín la cadera para que sea fácil la penetración, me agarras la cadera, sabes que no me voy a negar, estoy para ti, mi cuerpo te pertenece, hazme tuya esta noche, una noche que no olvidaremos jamás.

Empiezas a penetrarme suavemente, como si tuvieras algo de miedo, o será mió (??), no lo sé, de lo que si estoy segura es de que tus cálidas manos me dan confianza para entregarme a ti, sigues penetrándome lentamente y ya cuando estas a la mitad del camino empujas fuertemente, no puedo evitar dejar salir un pequeño grito de dolor, te detienes un momento hasta que empiezo a moverme sabes que es la señal de que me he acostumbrado, además mis ojos te lo dicen "sigue".

Empiezas un vaivén pero parece ser que en un momento te cansas de ir despacio y empiezas a moverte desesperadamente me muevo a la par contigo, estamos así un buen rato hasta que tengo un orgasmo casi al instante eyaculas y me llenas por dentro, siento tan tibio dentro de mi te acuestas un momento sobre mi, siento tu peso sobre mi, al mismo tiempo que siento como escurre tu semen por mis piernas y tu pene se esta desinflando poco a poco.

Te acuestas a un lado de mi recargo mi cabeza en tu pecho "ha sido maravilloso" –también lo creo así- y me duermo

Al fin comprendes que desde que llegue a la escuela quería darte mi cuerpo.