Tu regalo de cumpleaños.
Convierto en texto mi regalo, para que puedas recordarlo cuando quieras.
Llevaba mucho tiempo planeando tu regalo de cumpleaños, y tenía la habitación reservada desde hacía meses. Cuando llegamos al garaje privado, subimos las escaleras para entrar, pero al llegar a la puerta te dije que si querías entrar tendrías que hacerlo desnuda. Me miraste sonriendo, y empezaste a quitarte la ropa. Una vez te quedaste en bragas y sujetador me miraste y yo te dije: “Todo”. Tras dejar tu ropa interior en el suelo junto al resto, entramos en la habitación, y cerré la puerta.
Una vez dentro te dirigí a la cama. Por las fotos de la web sabías que había una piscina privada en la terraza, pero las cortinas estaban echadas y no podías verla. Intentaste acercarte a la puerta corredera pero te cogí de la cintura y te dije que aún era muy pronto. “Túmbate en la cama. ¿Ves el espejo del techo? Mira tu reflejo y empieza a tocarte para mí.”
Mientras empiezas a masturbarte me dirijo a la mini cadena y pongo música de ambiente a medio volumen. Entonces me acerco a la bolsa que he traído conmigo y ves a través del espejo que estoy sacando algo. Te tiro un pañuelo encima de la cama, y te ordeno que te lo pongas. Una vez lo haces te tumbas de nuevo y sigues tocándote.
Entonces yo me tumbo encima de ti, todavía vestido, y empiezo a besarte. Tú no puedes ver nada a través del pañuelo, y cuando intentas abrazarme y tocarme el culo, cojo tus brazos y los separo, los dirijo hacia cada esquina del cabecero y sin dejar de besarte te ato un brazo, y luego el otro. Entonces mis labios bajan por tu barbilla, besando tu cuello... dándote besos en el pecho... la tripa... un beso de apenas un segundo en tu entrepierna... y sigo bajando por tu pierna derecha, hasta besarte los pies...
Entonces te ato también ese pie a la cama, y vuelvo a recorrer tu pierna besándola hasta llegar a tu cintura, besándote de nuevo durante apenas un segundo en tu clítoris... y comienzo a bajar por la otra pierna, hasta atarla también...
Estás completamente indefensa, no ves nada, y solo oyes los pequeños ruidos que hago de vez en cuando, y la música suave de fondo.
En ese momento sientes que empiezo a andar hacia la terraza, y escuchas como descorro la cortina, para después abrir la puerta.
De nuevo empiezas a escuchar mis pasos… Pero son muchos. Empiezas a oír muchos pasos, varias personas entrando desde la terraza a la habitación... Y empiezas a ser consciente de la situación.
Estás desnuda.
Estás atada.
Estás ciega.
Un escalofrío recorre tu espalda, y en ese momento sientes como la cama se hunde a tu derecha. Alguien se ha sentado encima, y empieza a darte besos en tu pecho derecho, mientras una mano va recorriendo tus pies, subiendo por la pierna, y la cama se hunde también a tu izquierda. Notas otros labios en tu seno izquierdo, y de repente los dos hombres que están a tus lados empiezan a subir sus bocas por tu cuello, besándolo por ambos lados, mientras otras dos bocas, una en cada pierna, van dando besos desde el dedo de tus pies, hasta llegar a tu cintura...
En ese instante sientes como los dos hombres que te están besando el cuello ponen tus brazos entre sus piernas, y con el pequeño movimiento que te permiten las cuerdas descubres que puedes tocarlos, y que están desnudos... Nunca habías estado tan excitada. Notas una pierna en tu mano izquierda, tanteas con la otra, y como si hubiese estado preparado, alcanzas con las dos manos al mismo tiempo los huevos de ambos... los sientes al mismo tiempo entre tus dedos, duros como rocas, y sientes al mismo tiempo como sus pollas empalmadas golpean en tus muñecas, mientras las bocas que empezaron por tus pies ya han llegado a tus pezones, y están lamiéndolos suavemente, pegándoles pequeños mordiscos.
Mientras, las manos de cada uno de ellos, pelean por tocarte tu coño encharcado.
Notas como se mete un dedo dentro de ti... y luego otro, y otro...
Y de repente te das cuenta que los dos chicos tienen cada uno varios dedos dentro de ti, tienes las manos de dos hombres al mismo tiempo entrando y saliendo, resbalando por tu coño. Mientras, consigues coger las pollas de los otros dos y empiezas a pajearles....
Entonces me escuchas a mí, quitándome la ropa. Sabes que soy yo porque soy el único que sigue vestido. Oyes como tiro la ropa a un lado, y notas que subo también a la cama, entre tus piernas.
Tienes dos bocas chupándote los pezones, dos pollas en tus manos, dos bocas más en tu cuello, y lamiéndote la oreja... entonces sientes como las dos manos que están dentro de tu coño salen, cada uno sujetando tus labios vaginales, y los abren para mí.
Yo estoy durísimo, me duele la polla de lo dura que la tengo de verte así, y restriego la punta a lo largo de tu agujero, acariciando tu clítoris con ella....
Entonces empiezo a meterla, despacio, para que sientas cada centímetro entrando dentro de ti. La sientes abriéndose camino, durísima, y no sabes a qué prestar atención, lo sientes todo a la vez.
Las bocas mordiendo tus pezones...
Mi polla durísima entrando y saliendo de ti, cada vez más rápido, cada vez más hondo...
Sientes mis testículos golpeándote, las pollas en tus manos, empapadas de su líquido pre seminal, sabes que están cachondísimos por que tienen las pollas empapadas y rígidas… y yo sigo fallándote hasta que no puedo más, empujando fuerte, golpeando con mis huevos, escuchando el ruido de mi polla entrando y saliendo, hasta que al fin me corro dentro de ti....
Tienes entonces unos segundos de calma, pero no duran mucho. Uno de los chicos cuya polla tienes en la mano ocupa mi lugar. Su polla entra sin problemas dentro de ti, mezclando su polla, mi semen, y los flujos de tu primer orgasmo dentro de ti.
Sientes como te folla mientras mi semen sigue dentro de ti y no puede salir, y notas entonces como ocupo el lugar en el que él estaba antes, y te susurro al oído: por esto te quiero, porque eres una putita, y me encanta que seas la más zorra, la noche de hoy no la vas a olvidar jamás....
Tienes ganas de decirme que sí, que te encanta ser mi putita, pero ni siquiera eres capaz de hablar, las palabras no salen de tu boca… Aprovecho ese momento para besarte, mientras tus pezones y tus pechos siguen recibiendo la atención de dos lenguas, y el otro chico sigue follándote muy fuerte. En ese momento dejo de besarte, te sujeto la cabeza y la giro hacia donde está otro de los chicos, y te susurro al oído: “su amigo aún no termina y él no aguanta más, tendrás que darle un aperitivo....”
Entonces separo tus labios con mis dedos, y notas como el chico se acerca e introduce su polla en tu boca… es enorme, casi no te cabe, te cuesta respirar… Y la empiezas a lamer, a chupar, mientras el chico empieza a hacer pequeños movimientos como si te estuviese follando la boca...
A continuación sientes como el que te está follando de verdad, empieza a meter su polla cada vez más deprisa, hasta que se corre dentro de ti, mezclando su semen con el mío que aún está en tu interior.... La polla que comes tan desesperadamente sale en ese instante de tu boca, se dirige a tu coño, y empieza a follarte también...
Apenas eres consciente de que tienes el semen de dos tíos dentro de ti, y una tercera polla te está follando. Entonces los que estaban jugando con tus pezones se ponen uno a cada lado de tu cabeza, con sus pollas apuntándote, y tu giras la cabeza de una a otra alternativamente, lamiendo una, metiéndotela en la boca, chupándola, hasta que notas como sale y te giro la cabeza para que hagas caso a la otra polla en el otro lado....
Sigues así un rato hasta que de nuevo notas un chorro de líquido caliente dentro de ti, notas como el semen acumulado empieza a desbordar, y cuando el chico que se acaba de correr saca su polla notas como el semen resbala por tu coño y cae por tus piernas...
Entonces las dos pollas que jugaban con tu boca se dirigen a tu coño. El primero de ellos empieza a follarte muy duro, muy deprisa, cuando de repente para, sale, y es sustituido por el otro chico y que vuelve a follarte a su vez, durísimo, muy rápido y muy fuerte hasta que se empieza a quedar sin fuerzas y vuelven a cambiarse…
Siguen repitiendo eso dos, tres veces más, nunca pierden la fuerza porque se van cambiando y tu estas en el paraíso, hasta que el primero se corre dentro de ti. Pero apenas tienes tiempo de procesarlo cuando el quinto y último tío vuelve a entrar dentro ti y vuelve a follarte salvajemente, hasta que finalmente él también se corre en tu interior...
Semen de cinco hombres dentro de ti, entre gritos de placer, suyos y tuyos, sin tiempo a pensar en todo lo que pasa a tu alrededor porque dos bocas siguen lamiéndote los pezones….
Tu coño está ardiendo, cuando notas que otra boca se acerca a tu coño, y empieza a lamerlo, a chupar tu clítoris… Tienes la mente en blanco, solo sientes, sientes el semen resbalando, las lenguas en tus pezones, la lengua en tu clítoris, lamiendo, chupando, besando, golpeando con la punta de la lengua cada vez más deprisa hasta alcanzar otro orgasmo, aún más bestia y más salvaje, el mejor de toda tu vida… Y cuando te corres solo notas que un montón de líquido sale de tus entrañas, de tu coño, pero no sabes ni decir si es tuyo, mío, o de todos... y sientes otro orgasmo, y otro, seguidos y ayudados por la lengua que sigue estimulando tu clítoris… Entonces empiezas a decir “joder, joder, esto ha sido fantástico…” para a continuación escuchar mi voz susurrándote en el oído: “Todavía no hemos terminado...”
En ese momento te desatamos, te ponemos de pie al lado de la cama, mientras notas el semen y tu propia corrida resbalando entre tus piernas, tienes los muslos empapados…
Casi no te tienes en pie pero te sujetamos, hasta que te ponemos a horcajadas encima de uno de nosotros que esta tumbado en el suelo, con la polla durísima de nuevo, y se introduce dentro de ti. Estás encima de la alfombra, fallándote a saber a quién, aún con los ojos vendados, cuando sientes cuatro pollas alrededor de tu cara...
Coges dos con las manos y empiezas a pajearlas, las otras van buscando tu boca alternativamente, desprenden olor a semen, ese olor que te vuelve loca… chupas una y después otra, vas cambiando, ahora pajeas una, ahora lames la otra, te metes dos a la vez, lames unos huevos, chupas otros…
Y nos vamos cambiando debajo de ti, te follamos uno detrás de otro pero sin llegar a corrernos... cuando alcanzas tu último orgasmo, ya no sabes ni cuantos llevas, y nos ponemos los cinco alrededor tuya.
Nunca te habías sentido tan usada. Nunca habías estado tan cachonda.
Estás de rodillas cuando escuchas mis palabras: “Has desperdiciado un montón de semen que está cayendo al suelo, espero que ahora no caiga ni una gota…” Y entiendes lo que tienes que hacer, pues abres bien tu boquita. Empiezas a chupar una polla, no es la más grande de todas las que has tenido esta tarde, pero sí la más gorda. Comienzas a chuparla con ansía, hasta que notas que se pone completamente tiesa, oyes un gemido y notas el primer chorro caliente introduciéndose en tu boca.
Eres una chica obediente así que mantienes la boca rodeando la polla hasta que notas que ha salido todo el semen, y entonces la sacas. Te ordeno que abras la boca, que nos la enseñes, y tú lo haces. No nos ves pero notas como todos miramos tu boca llena de semen y mueves la lengua jugando con él…
Entonces te ordeno que te lo tragues, y lo haces, sintiendo como resbala por tu garganta. Otra polla se dirige a tu boca, esta está todavía más dura que la otra, te la metes casi hasta tocar los huevos con los labios y notas una mano que empieza a meterse en tu coño, buscando tu punto g, y poniéndote otra vez a mil...
De improviso el tío se corre y el semen resbala por tus labios. Toses, él saca su polla
y empiezas a coger con tus dedos el semen que tienes en la comisura de los labios y los lames hasta tenerlo todo en la boca otra vez. Vuelves a enseñárnoslo. Vuelves a tragártelo…
Entonces los tres que quedamos te pedimos que abras la boca, y sientes, como empezamos a pajearnos apuntando a tu cara, a tu boca...
Tú abres la boca esperando que apuntemos bien, y con tus manos tocas nuestros huevos, juegas con ellos, hasta que notas el primer chorro que golpea tu mejilla, otro chorro que se introduce en tu boca....
Y yo empiezo a correrme también, pero yo apunto mejor, todo llega directamente a tu lengua extendida...
Y el último que queda se corre en tu barbilla y cuello, mientras su semen empieza a resbalar hacia tus pechos... Lo recoges con tus manos y te las lames.... "Enséñame todo, cariño" te digo, y tu abres la boca para mí.... Sabes lo que me excita ver tu boquita llena de semen…
Escuchas entonces como los tíos se van yendo de nuevo a la terraza, y cierran la puerta. Entonces te digo "Trágatelo", y como chica obediente que eres lo haces, relamiéndote, y me vuelves a enseñar tu boquita vacía, limpia... entonces me sonríes, y yo te beso, apasionadamente, porque lo que has hecho hoy me ha puesto tan cachondo como a ti.... te tumbo en la cama, te quito la venda, y abres los ojos...
Te cuesta acostumbrarte a la luz, pero cuando lo haces te ves en el espejo del techo, embadurnada en semen, por tu cuello, tus tetas, en tu coño, entre tus piernas....
Y tú estás destrozada, extasiada, no puedes ni moverte....
Comienzas a sentir como te abrazo, te beso, y te digo al oído: "¿te apetece darte un baño?, nuestros amigos están esperándote". Tu sonrisa y tus ojos solo muestran dos cosas, agradecimiento, y curiosidad por saber quién está en la piscina.
Así que te llevo a la terraza, abro la cortina, y ves en la piscina los rostros de los 4 chicos. No te lo puedes creer, me miras con los ojos abiertos, y me dices: “¿Pero cómo....?”
Los chicos son los mejores que te puedes imaginar. Uno es el novio de una amiga tuya al que te querías follar desde hace tiempo, y una vez me lo confesaste en una noche de borrachera. Dos, son chicos del gimnasio que te ponían a mil cada vez que los veías, de lo que también me habías informado. Y el cuarto… El cuarte no te lo podías creer, era ese actor de la tele que tanto te pone, que tantos dedos le habías dedicado, con el que incluso fantaseabas a veces mientras yo te follaba… Y estaba ahí, delante de ti, sonriéndote… Mientras comenzabas a procesar que él, y los otros 4, acabábamos de follarte como nunca en tu vida podrías olvidar…
Y apenas eran las 8 de la tarde.
Este relato está dedicado a Montse, la zorrita que cumple todas mis fantasías.