Tu primera cita
Una muchachita tiene su primer acercamiento al sexo en un cine.
Acabas de cumplir los trece años, ya no eres la niña que tus padres se empeñan en seguir viendo, pero tampoco eres la mujer que quisieras ser. Tus incipientes salidas con chicos se limitan al centro comercial de moda o al cine, pero siempre en grupo, en compañía de tus amigas y amigos. Pero hoy fue diferente, ya que ninguna de tus amigas podía ir, e irías sola con un chico, claro que eso no lo sabía tu mamá.
Nerviosa te encaminas hacia la zona donde están los cines para encontrarte con Jaime, quien el día anterior te había invitado a salir . El es cuatro años mayor que tú, además de que es el chico más guapo y popular de tu escuela y el capitán del equipo de foot-ball . En cuanto lo ves, corres hacia él y le plantas un beso en la mejilla, muy cerca de la boca y te ruborizas toda. El te mira y sonríe tiernamente para después tomarte de la mano y entrar a la sala del cine. El trayecto hasta las butacas lo haces en una especie de trance, estás soñada, no te lo puedes creer. Más que caminar, sientes que flotas. Ambos se sientan un poco alejados de los demás.
Empieza la película y la trama te envuelve, olvidándote, por un momento, de que Jaime se encuentra a tu lado, hasta que te das cuenta que él pasa su brazo sobre el asiento, detrás de ti. El tiempo parece detenerse, te quedas inmóvil sin saber qué hacer hasta que por fin reaccionas y te echas para atrás. Sientes cómo su mano se va acercando a tu hombro y lo deja descansar en ese lugar. Unos segundos después te jala hacia él y tu no opones resistencia. Cuando voltea a mirarte sientes un fuerte escalofrío que recorre todo tu cuerpo. Luego se inclina hacia ti y te da un beso corto. A ti te hubiera encantado que durara más, pero Jaime se echa para atrás y vuelve a mirar la película.
Tu corazón te late a mil por hora y recuestas tu cabeza contra su hombro. De pronto sientes como si te hubieran dado un choque eléctrico. Sus dedos, que hasta hace poco estaban sobre tu hombro, han avanzado por el centro de tu blusa, abriéndose paso lentamente a través de ella, luego levantaron ligeramente tu brasier y se colocaron por encima de uno de tus pechos. Tú te quedaste quieta. Luego su otra mano acaricia tu pecho izquierdo. Tira suavemente del pezón y luego deja que su dedo trace círculos alrededor, mientras que su otra mano te masajeaba y estujaba todo el pecho. Tu respiración se acelera y tu cabeza te da vueltas.
La mano que trabajaba tu pecho izquierdo deja de hacerlo y la coloca sobre tus muslos. Poco a poco se desplaza bajo tu falda. Cuando sus dedos llegan al borde de tu pantaleta separas las piernas instintivamente. Sus dedos tocan tu vagina por encima de la tela, haciendo que una oleada de placer recorra tu cuerpo. Tus piernas tiemblan de emoción, no puedes creer lo que está pasando. Ningún chico había llegado tan lejos, hasta ahora. Te echas más atrás de tu asiento para poder subirte bien la falda y bajar un poco tu ropa interior. El aprovecha esta libertad e introduce uno de sus dedos en tu interior. Sientes que estás en la gloria cuando empieza a mover su dedo hacia arriba y hacia abajo. Tu respiración se vuelve más agitada y Jaime te besa para evitar que se te salga algún grito. Una y otra vez sientes su dedo recorrer cada rincón de tu vagina. No sabes cuánto tiempo ha pasado pero no quieres que termine. Cierras los ojos y tu cuerpo empieza a temblar, una especie de calambre recorre tus piernas y luego sientes un flujo de jugos en tu vagina, que no sabes muy bien qué es, pero que sientes muy agradable.
De pronto te das cuenta que la película está terminando. Jaime se retira de ti, y tú te arreglas la ropa. Se inclina una vez más hacia ti para besarte. Esta vez el beso es más largo, tierno y cariñoso.
Después se encienden las luces, y como si no hubiera pasado nada, te pregunta con una sonrisa en la cara
-¿Te gustó la película?
-Muchísimo le contestas, sintiéndote todavía entre las nubes, añorando su dedo dentro de ti.
-Podemos volver otro día ¿no?
-sí, muy pronto respondes con dulzura