Tu padre!

La relación con mi suegro es curiosa y me resultó de mucha ayuda.

Tu padre

Mi marido y yo vivimos en un piso justo al lado de su padre que desde que quedó viudo está solo.

Le ayudo en muchas cosas, lavar la ropa delicada, planchar, incluso a veces le prepara comida ya que de lo contrario, "siempre comería lo mismo", como le digo yo.

Mi suegro es bastante joven y activo, está prejubilado de una entidad bancaria lo que le permite disfrutar de la vida y los amigos a sus 55 años, siempre se deshace en elogios hacia mi, y no será por menos ya que mantenemos una relación muy estrecha.

Pasamos una temporada mala en nuestra relación íntima y mi suegro notó que algo me pasaba, después de varios días de que me insistiera un día estaba planchando en su casa y estallé a llorar, no podía mas, tenía que contárselo a alguien, mi suegro me abrazaba mientras seguía llorando, le conté lo que pasaba y mis penas, realmente nos ayudó mucho, tuvo la idea de regalarnos un fin de semana romántico que solucionó nuestra relación.

Esto hizo que nuestra confianza aumentara llegando incluso a mantener conversaciones muy íntimas en las que me explicaba lo buena que era la relación sexual con su mujer y lo solo que se sentía ahora, por mi parte también me sinceraba mucho, lo que provocó que algunos días tuviéramos conversaciones poco convencionales entre suegro y nuera.

Una de las cosas que siempre alagaba era mi belleza, siendo sincera he de decir que mi cuerpo no está nada mal y me gusta vestirme elegante con lo cual se realza mi cuerpo.

En una de estas conversaciones que ya se convirtieron en normales, me comentó lo mucho que le gustaban los pechos de las mujeres describiendo su modelo ideal, amparada en esta confianza le dije que los míos eran muy parecidos a su ideal, evidentemente confesó que se había dado cuenta.

Un problema laboral de mi marido ocasionó que nuestras relaciones sexuales se vieran afectadas, pasando de tener sexo tres o cuatro veces a la semana a escasamente los sábados, lo que ocasionó que mi carácter cambiara a mas agreste, mi suegro se dio cuenta enseguida, es muy observador en estas cosas, yo, sin más y enfadada por la situación se lo dije ante lo que no supo como reaccionar. La verdad es que en aquel momento me arrepentí de mi confesión, pero ya era tarde.

Al día siguiente me llamó desde el balcón y me dijo que tenía un regalo para mi, de vez en cuando como agradecimiento nos hacía algúo, contenta me fui a su piso y me dio una bolsa, la abrí y la sorpresa fue monumental, un conjunto de tanga y sujetador extremadamente sexy (con dibujos y muy transparente) y también un camisón negro transparente, me dijo:

Con esto mi hijo no se te resistirá

Contenta por el regalo pero especialmente por el detalle le di un beso en la mejilla y me fui a casa para probármelo, me sentaba muy bien, regresé para decírselo y le dije que al día siguiente le diría el resultado.

Y el resultado fue excelente, cuando mi marido se fue, rápidamente me dirigí al piso de mi suegro con una sonrisa de oreja a oreja, cuando abrió la puerta le dije que había resultado perfecto, se lo agradecí con un fuerte abrazo.

Legó el verano, el calor hizo que mis vestidos fueran mas ligeros y los ojos de mi suegro me perseguían cuando el pensaba que no podía verle, pero tampoco me importaba si disfrutaba con lo que veía. Por la tarde el sol da de pleno en la terraza y solo es visible desde la de mi suegro por lo que si sabía que no estaba tomaba el sol en top-les o desnuda, pero si estaba lo hacía con bikini, recuerdo perfectamente el primer día que lo hice aquel verano, como sabía que él estaba en su piso estiré la tumbona y en bikini me puse a tomar el sor, al cabo de media hora oigo que se abre la puerta de la terraza de mi suegro, él me saludó diciéndome que me pusiera muy morena para estar mas bonita.

Por la mañana, cuando estaba planchando en su casa me dijo que hacia tiempo que estaba extrañado de que no hiciera top-les ya que tenía un cuerpo muy bonito y seguro que las marcas del bikini no dejaban que resaltara la belleza, le confesé que cuando él no estaba si lo hacia, riendo me dijo entre risas que no me preocupara, que cuando quisiera hacerlo no saldría de casa ni miraría.

Aquella misma tarde salí a tomar el sol, no se oía a nadie, primero no me atreví pero al final me saqué el sujetador y me pasé la tarde con los pechos al sol.

Una tarde que estaba muy aburrida y mi marido tenía previsto llegar tarde decidí hacerle una visita a mi suegro, así nos entretendríamos los dos, estuvimos un rato mirando la televisión y después hicimos una partida de parchís, pasó un rato en que resultó aburrida, no nos comíamos ninguna ficha, comenté que aquello estaba siendo muy monótono y mi suegro propuso añadir salsa a la partida. No tenía ni idea que quería decir, me lo aclaró, dijo:

Ponemos una prueba o penalización que el que gana pide al que pierda.

Inconscientemente dije que sí pero sin pensar en las consecuencias de aquello, la partida resultó mas interesante, a medida que avanzaba pensaba en que cosas podría pedirle o que me pediría él, pronto se decantó la suerte a su lado y tuve claro que perdería tal como al final fue, solo me quedaba decir una cosa:

Has ganado, que tengo que hacer?

No se, dijo tímidamente

Las deudas de juego son sagradas, pide lo que quieras

Lo que quiera?, dijo

Bueno, si no te pasas, le dije entre risas, es tu oportunidad para todo aquello que siempre has deseado y no te has atrevido

Está bien, quiero que mañana me planches la ropa solo con braguitas y sujetador.

Que???????, dije sorprendida por aquel deseo, no me lo podía creer, él que siempre fue tan comedido ahora me pedía aquello, pero además no sabía como reaccionar y quedé colorada.

Mi suegro me dijo que si quería me cambiaba la pena, no sabía qué hacer ni como reaccionar, pero una parte de mi cuerpo si lo hizo, me di cuenta que mi coño estaba emanando gran cantidad de flujo, por que no hacerlo?

Me pidió perdón por ser tan atrevido pero le dije que no se preocupara, formaba parte del juego. Yo necesitaba sexo inmediato y la única solución fue irme a casa para masturbarme.

Estaba nerviosa para ver cual sería la reacción de ambos al día siguiente, impaciente me fui a su casa, para la ocasión me puse un conjunto muy bonito de braguitas tipo bikini y sujetador, la verdad es que a pesar de ser muy bonito no dejaba ver nada, es decir, sería como estar en bikini.

Y resultó de lo mas normal, como si no hubiese pasado nada, al llegar sin decir nada me saqué el vestido de una sola pieza por la cabeza y me dispuse a planchar, después de preparar la comida me vestí de nuevo y me fui diciéndole que por la tarde regresaría y esperaba poder tener la revancha, lo entendió enseguida, mi única preocupación es que no se diera cuenta que mi braguita estaba mojada, pero lo que si me di cuenta es que su paquete estaba al máximo.

A media tarde me fui a su casa, ya tenía el parchis a punto, nos pusimos a jugar, la partida fue muy igualada entre continuas bromas bastante subidas de tono de que pasaría al que perdiese, estábamos casi empatados, a ambos nos quedaba una sola ficha para ganar, los nervios estaba a flor de piel pero un 6 suyo destrozó cualquier esperanza de ganar. Haciéndome la sufrida perdedora le dije:

Tu pides

Lo que quería ya lo pedí ayer,

De mi solo te interesó aquello?

No!, pero no puedo pedirte que me enseñes mas

Y por que no?, le dije poniéndome de pie y dejando caer mi vestido al suelo, la sorpresa suya fue mayúsculas al ver que me había quedado solo con el tanga y el sujetador que él mismo me había regalado. Me di la vuelta para que me viera completa, el tanga no era mas que un hilo que no cubría los pocos pelos de mi pubis, el sujetador era casi transparente por lo que estaba virtualmente desnuda, me dijo, casi suplicó, que me lo sacara todo, pero le dije que no, que tenía que perder otra vez si quería que lo hiciese.

Evidentemente de todo esto no comenté nada a mi marido, simplemente por la noche me dijo que estaba muy alegre, le dije que el día había sido bueno.

Como el día siguiente era sábado, tuvo que esperar dos días para volver a jugar.

Está claro que lunes ya me esperaba, por si acaso me había vuelto a poner el conjunto que me regaló pero esta vez la suerte estaba de mi parte y lo gané, con una sonrisa pícara le dije que al día siguiente por la mañana cuando fuera a verle estuviera solo en ropa interior.

Y lo hizo, me vino a abrir solo en calzoncillos, pero escogió unos que cubrieran lo mínimo posible sin ser tanga y marcaran su paquete. Yo trabajé sin darle la menor importancia aparente pero realmente no apartaba la vista del paquete.

A pesar de que aquello me gustaba, le dije a mi suegro que prefería no continuar ya que temía que llegara a mayores, con lo que me excitaba no estaba segura de saber parar a tiempo, lo aceptó con deportividad.

Pasó el tiempo, las cosas seguían como siempre hasta que se produjo una nueva crisis matrimonial, las cosas no le iban bien a mi marido y el sexo se resentía. Mi suegro volvió a notarlo y yo se lo confesé todo, se convirtió en mi amigo, me aconsejaba, ayudaba y todo lo necesario, yo, por mi parte hablaba con toda franqueza incluso explicándole las cosas que hacia para conseguir excitarlo con escaso éxito, mi suegro me propuso varias cosas como que le esperar solo en camisón, o desnuda, o algunos juegos como que saliésemos y a mitad del camino le dijera que no llevaba bragas, etc. Yo al día siguiente le contaba si aquello había servido de algo o no pero los resultados eran en general escasos, entonces me propuso lo siguiente:

Dile que necesitas sexo, y que si no te lo da, tendrás que buscarte alguien que si lo haga.

Le dije que me parecía muy fuerte, pero me convenció, claro que en ningún caso pensaba llevar a la realidad aquella amenaza, y así mismo se lo dije, a pesar de que me dijo que si su hijo no me serbia, algo tendría que hacer.

Aquella misma noche se lo dije y pasó algo inesperado, se le pusieron los ojos rojos de pasión, me agarró fuerte y me llevó a la cama donde me folló como hacía tiempo que no hacía. A pesar de que el sexo fue maravilloso, no entendí su reacción.

Se lo comenté a mi suegro quien también se extrañó, pero me aconsejó que dejara pasar el tiempo.

Las cosas siguieron igual de mal, aquello había sido un paréntesis hasta por consejo de mi suegro me decidí a decirle lo mismo, entonces mi marido reacción de otra forma inesperada, me dijo que entendía que no me daba lo que necesitaba y que si encontraba un hombre que lo hiciera no se opondría siempre que fuéramos discretos.

Esto si resultó inesperado y extraño, se lo comenté a mi suegro quien lo tuvo claro, si era su voluntad, porque no hacerlo?, pero yo no tenía ninguna intención de ponerle los cuernos a mi marido, además, tampoco sabía de donde sacar al hombre, así mismo se lo expresé, pero me dijo que este era el menor de los problemas, que primero tenía que aclararme y saber si estaba dispuesta a tener un amante, y que si era positiva la respuesta, entre los dos encontraríamos la solución.

Me lo pensé mucho y un día, cargada de rabia pero de deseo de sexo le dije a mi marido que estaba decidida a buscar un amante, la reacción suya fue la misma que la primera vez, me folló con pasión, no entendía nada, mi propio marido no solo me lanzaba en manos de otro hombre si no que era lo único que el excitaba.

Le comenté la decisión a mi suegro quien enseguida me dijo que creía que había hecho bien y que tal como quedamos, me ayudaría en lo que fuera necesario, para ello tuvimos una larga conversación en que sin ningún tapujo le conté lo que me gustaba en la cama, incluso hablamos de los amante que había tenido y las cosas de cada uno de ellos, hablamos con tanta franqueza y claridad que me dijo riendo que casi era como si hubiese visto una película en que yo estaba en la cama, en broma le dije que películas también tenía y que se las podía enseñar, a lo que él dijo que era una buena idea, así de paso nos divertiríamos.

Al día siguiente cuando llegué a su casa lo primero que me preguntó en broma es si traía el video, le dije, también siguiendo la broma, que no pero lo podía ir a buscar, entonces puso cara seria y me dijo:

Pues la verdad es que me encantaría

Quieres ver el video realmente?

Si

Me armé de valor y lo fui a buscar, no sé que motivó aquella reacción, quizás la confianza que nos habíamos cogido hizo que no me pareciera tan grave.

Ante su total perplejidad puse la cinta y sentados en el sofá nos dispusimos a ver una de mis folladas con su hijo que habíamos filmado, cuando aparecí en la pantalla sentí mucha vergüenza, y mas a medida que me desnudaba, o cuando se la chupaba a mi marido, como él me comía el coño o cuando follábamos. Mi suegro no decía nada pero tampoco apartaba los ojos de la pantalla, no me atrevía a mirar si estaba excitado pero yo si, y mucho.

Cuando acabó el video comentó que había resultado muy interesante, yo totalmente colorada le dije que en aquel momento no podía seguir y necesitaba regresar a casa, entendió perfectamente que necesitaba masturbarme, cogí la cinta y me fui para jugar solita con mi coño, por mi mente pasaban imágenes que hasta aquel momento nunca me habían servido de fantasía, se trataba de que tenía sexo con mi suegro.

Aquello me hizo reflexionar si realmente la persona que buscaba estaba en la puerta del lado, además era de confianza, el único problema es que es el padre de mi marido, no sabia que hacer.

Volví a casa de mi suegro muy avergonzada por lo que había pasado, sin duda él también aprovechó este tiempo para masturbarse igual que yo, me cargué de valor y le dije:

Quieres se tu mi amante?

Seguro que estaba encantado por mi elección, pero alegó el problema de que era el padre de mi marido y no estaba muy seguro de que él lo viera bien, la única solución era planteárselo así de claro.

Por la noche estábamos cenando tan callados como últimamente era normal cuando le dije que ya había escogido al hombre que aliviaría mis deseos, se le iluminó su cara, me dijo que lo entendía y que tal como habíamos quedado, no pondría ningún problema, me preguntó si ya lo habíamos hecho y le dije que no, que esperaba su aprobación, evidentemente tenía que decirle quien sería y a bocajarro le dije:

Es tu padre

Quedó un momento pensando y me dijo:

Me parece bien, por mi, adelante

Tenía muchas ganas de darle la noticia a mi suegro, seguro que estaba impaciente por saber la reacción de mi marido, así que le dije que lo llamáramos y lo hablásemos los tres, marqué el teléfono de su casa, le dije que todo había ido bien y que viniera a hablar del tema.

Medio segundo después llamaban al timbre, abrí la puerta e hice que pasara, se dieron un beso con mi marido (cosa muy normal) y para cortar el silencio, mi marido dijo:

Así que mi mujer te ha escogido como amante, tienes que saber que me parece bien, eso si, pido discreción y también que la satisfagas, no es fácil, necesita mucha dedicación para que lo esté, pero eso ya lo veras.

No te preocupes hijo, tu mujer quedará satisfecha.

Eso espero, dije.

Por mi, dijo mi marido, podéis follar tanto como queráis, incluso, por la proximidad entre todos, no es necesario que uséis condón, lo que no entiendo es que si nunca lo has hecho con él, como sabes que te satisfará?, creía que escogerías alguno de tus ex amantes, como se llamaba aquel que siempre dices que follaba tan bien?

Luis, dije

Eso, Luis, si con mi padre nunca has follado, por que no lo hacéis ahora y veis que tal os va?

A mi me parece bien, dije

A mi también, dijo mi suegro.

Pues a que esperáis?

Me levanté y cogidos de la mano nos fuimos a mi habitación, allí nos dimos un largo beso cargado de pasión, sus manos recorrían mi cuerpo, acariciaron mi culo y mis pechos por encima de la ropa, yo hacía lo mismo con su espalda, poco a poco nos separamos y desabrochó uno a uno los botones de la blusa apareciendo mis pechos tapados por el sujetador, de haber sabido aquello me hubiese puesto el conjunto que me regaló. Pero no cero que en aquel momento le importase ya que inmediatamente me lo sacó y admiró mis pechos que solo conocía por la filmación, se dedicó a chuparlos y lo hacía en su justa medida, no muy fuerte ni muy flojo, seguro que lo que le había contado de mis gustos lo recordaba.

Yo le saqué la camisa para poder acariciar directamente la piel, mi suegro me desabrocho los pantalones y me los sacó, hice lo mismo quedando en bragas y calzoncillos, nos estiramos en la cama, aquella cama que hasta el momento solo había tenido sexo con mi marido y estaba a punto de tenerlo con mi suegro. Me sacó las bragas, estaban muy mojadas, se quedó un rato admirando la parte que veía. Tenía ganas de ver como tenía la polla, le bajé los calzoncillos y allí la tenía, era mas o menos como la de su hijo, quizás algo mas gorda, realmente quedé contenta con lo que vi y rápidamente me dispuse a chuparla, parece que le gustaba, no es falsa modestia, pero chupar pollas siempre ha sudo mi especialidad, recuerdo un novio que tenía que estaba tan satisfecho de mis mamadas que me suplicó que se la hiciera también a su amigo para que se creyera lo que le contaba, y ya lo creo que se lo creyó después de dedicarme mas de una hora a aquella polla.

Continuemos, cuando noté que la cosa se ponía demasiado excitada y tenía el riesgo de que no pudiera repetir, decidí apartarme y fue él quien me chupó el coño, hay que reconocer que resultó una de las mejores comidas de coño que me habían hecho en mi vida, y no eran pocas, nunca dije que no tuviera mucha experiencia, jeje.

Me corrí dos o tres veces, resulta difícil recordarlo ya que no estaba por pensar en aquel momento, después, al fin apuntó la polla en mi coño que recibió agradecido, probamos varias posturas, sus manos no paraban de recorrer mi cuerpo, me alegré de su capacidad de aguante ya que me corrí otro par de veces con la polla dentro, pero quería probar otra cosa, mi culo, me dejé penetrar sin problemas y acariciando mi clítoris me arrancó otro orgasmo.

Para finalizar aquella maravillosa sesión de sexo decidí dejar que se corriera en mi boca y aplicando todas mis armas descargó en mi garganta.

Acabamos tendidos en la cama pero muy satisfechos, teníamos que decirle a mi marido que todo había ido bien, me puse el camisón transparente que mi suegro me regaló, él solo los calzoncillos y salimos, mi marido estaba impaciente esperándonos, habían pasado casi dos horas sin darnos cuenta, le dije:

Ha sido prefecto, tu padre va a ser mi amante.

Pues estoy encantado, dijo él.

Y así fue, a partir de aquel día, cada mañana no solo ayudaba a mi suegro en la ropa y la comida, primero teníamos una larga y placentera sesión de sexo, incluso los fines de semana dejaba a mi marido en la cama para disfrutar de la polla de su padre.

Un tiempo después los problemas de mi marido se acabaron y recuperó la pasión, pero yo le pedí que me dejara continuar con su padre, cosa a la que no se opuso, para una mujer como yo que se había acostumbrado a tener dos hombres y dos pollas para follarse era difícil renunciar a una.

De eso hace dos años ya y seguimos como el primer día.