Tu no me gustas

Me sostenía de manera que, rodeándome con sus brazos los míos quedaban a mi espalda, me levanto un poquito y dio unos pasos hasta pegarme contra una pared y empezó a besarme...

Tú no me gustas

Hola de nuevo, me alegró mucho que les haya gustado mi relato anterior; quien me haya leído con anterioridad notará que no existe orden cronológico en mis relatos, pues simplemente escribo según lo que recuerde, sin importar en que momento de mi vida sucedió, entonces inicio

Hace aproximadamente cinco años, por lo tanto tenía 27 años. Trabajaba en una empresa la cual desarrollaba proyectos de obras civiles, específicamente ejercía funciones de Asistente del Jefe de la Unidad Técnica, con mi jefe siempre me lleve muy bien, tanto que llegamos a desarrollar una bonita amistad, siempre con mucho respeto y gozaba de su total confianza.

Cuando llamaron a mi jefe a encargarse de la Vicepresidencia de una empresa encargada de Desarrollos Urbanísticos no se lo pensó, acepto y me llevo con él, así como también a un chofer que trabajaba aquí en la Unidad con nosotros.

Era responsabilidad de mi jefe la reestructuración de la empresa, esto incluía el despido y el movimiento del personal por lo cual no quería que tuviéramos mucho contacto con los trabajadores de la empresa, para no tomar decisiones movidos por los sentimientos o la empatía, por esto, me ubicó un pequeño escritorio, en una esquina de su oficina, esta era bastante amplia por cierto y contaba con un baño privado, su escritorio era muy grande y en la pared del fondo contaba con un gran ventanal con vista a la calle y el infaltable aparato de TV (en su anterior oficina también tenia uno pero pequeño).

Como siempre estaba en la oficina muy ocupada, no tenía más distracción que el ruido del tv el cual no se apagaba sino al momento de salir en la noche, mi jefe salía mucho a reuniones y almuerzos de negocios por lo que generalmente estaba sola, como habitualmente salía con el presidente de la empresa no necesitaba de su chofer, y por esto Ronald (asi se llamaba) contaba con mucho tiempo libre.

Por ser Ronald de personalidad bastante despreocupada entraba en confianza rápidamente con cualquiera, lo que utilizaba el jefe a su favor, pues lo empleaba como espía para conocer resto de los empleados sin involucrarse personalmente.

Ronald era hombre joven, tendría 34 años, trigueño, de bigotes, bajo, musculoso (pero no exageradamente), y siempre muy alegre, un verdadero jodedor y echador de vaina (siempre estaba planeando bromas para reírse de los demás), cuando estábamos los tres en la oficina no parábamos de reírnos, por que era muy loco y por la confianza que nos teníamos (pues llevábamos varios años trabajando juntos) trataba al jefe con mucha familiaridad y sin nada de vergüenza se burlaba de él en su cara, lo que le causaba al jefe mucha risa y a mi ni se diga pues conmigo era aun peor.

Un miércoles a las 5 mi jefe se encontraba en una reunión en el despacho del Presidente, yo revisando unos proyectos y en eso Ronald entra a la oficina:

  • ¿Qué pasó mi linda, y el jefe donde esta? – me pregunta.

  • Arriba con el presidente.

  • Coño… ¿y a que hora sale?

  • Bueno no se, sabes que él tiene hora de entrada pero no de salida

  • ¿Será que me necesita?

  • que se yo – y le pregunté - ¿y tú en que andas vagabundo?

  • En nada malo mi linda – se acercó a mí, me abrazo con cariño y me pregunta al oído - ¿Desde cuando no come esa bicha? (esta es una broma muy venezolana que se refiere al tiempo que tenía sin tener sexo)

  • Jajajajajajajaja… respétame coño´e tu madre… jajajajajajaja… además eso no es problema tuyo – se sonríe y me dice.

  • Claro que si Mari, me preocupa tu salud… tienes que da´la rápido pendeja, pa´que recuperes la inversión

  • jajajajajajaja

  • Llama al jefe ahí pues, pregúntale si me necesita – casi me suplico.

  • No mi pana… – y mientras negaba con la cabeza le dije –…yo no lo voy a molestar por mariqueras tuyas, después se arrecha conmigo por interrumpirle la reunión por una tontería, llámalo tú y te aguantas el peo

  • Coño esta india si es alza´a… bueno llámame si aparece el jefe, voy a bajar a fumar.

El jefe tardo como una hora en bajar de la reunión, me aviso que salía a cenar con el presidente de la empresa y unos proveedores.

  • ¿Y Ronald? – preguntó.

  • Andaba por ahí como loco esperándote – le digo – preguntando a que hora salías de la reunión.

  • Seguro que ese gran carajo se va a beber, no puede agarrar una platica por que se la echa por el buche… ya le vamos a jode el plan, llámamelo ahí.

Lo llame desde mi celular.

  • Sube que el jefe te esta solicitando.

  • ok.

Rápido llego a la oficina.

  • Mira Ronald, Mari me esta terminando un informe que hay que entregar a la presidencia mañana en la mañana, asi que necesito que la esperes y la lleves a su casa cuando lo termine.

  • Cooño mi pana

  • ¿Qué pasó?

  • Es que unos panitas me están esperando hace rato, vamos a tomarnos unas frías

  • Bueno que te esperen

  • Mari puede agarrar un taxi – y dirigiéndose a mi – anda, vete en taxi.

Yo solo me reía bajito.

  • No vale – dijo mi jefe muy serio – Yo quiero que tú la lleves y no hay discusión, tú la llevas, ahora me voy… hasta mañana pues.

  • Hasta mañana – respondí riéndome, y Ronald me miro arrugando la cara y dijo:

  • Seguro me echaste paja… pajua… Hey jefecito – y salio detrás del jefe.

Yo me quede riendo, por que sabia que igual si se molestaba, no importaba iba a hacer lo que le pedía el jefe, seguí en mi informe y de vez en cuando Ronald me daba la vuelta, esperándome, cuando termine, imprimí el informe, apague el equipo, la tv, las luces, le repique a Ronald y baje, ya me estaba esperando en la puerta, me monte en su carro.

  • Ya pendejo, ya te vas a tomar tu cerveza.

  • Acompáñame, que son casi las 9 – me dijo – y después te dejo en tu casa.

  • Ok pues, asi me brindas una cervecita, pero no me puedo quedar mucho, que sea rápido.

  • A no… te quedas hasta que a mi me de la gana –me respondió riendo.

  • Coño no pana, tu sabes que después no hay quien me pare.

-jajajajaja, eso es tu peo… jajajajaja… borracha.

Llegamos a una Tasca con Karaoke, allí estaban unos conocidos del trabajo y también unos contratistas que estaban haciendo la remodelación del despacho del presidente, a todos los conocía. Estuvimos como dos horas bebe y bebe y jodiendo bastante rato, ya a las once y media le dije a Ronald:

  • Vamonos que mañana hay trabajo.

  • Ok… vamos a llevarnos unas pa´el camino.

Pagamos y nos fuimos, íbamos hablando tonterías, cuando se acabo la cerveza que llevamos se paro en una licorería a comprar otras, cuando se monto en el carro, destapó las cervezas y me dijo:

  • ¿Te acuerdas de la vez que salimos con Dani…?

  • Ya se por donde vienes – le interrumpí – la vez que me querías coger.

Esto fue cierto, había pasado dos años antes, nunca le reclame nada por que sabia que había sido cosa de tragos y además, en esa oportunidad no paso de un forcejeo, me molesto pero como era mi pana deje la vaina hasta ahí.

-Jajajaja, no digas eso vale, ¿acaso no somos amigos?

  • Por eso mismo te digo que lo dejes ahí

  • ¿Qué, te vas a arrechar conmigo? – preguntó.

  • No pana pero tu sabes que… bueno tu eres mi panita y yo te quiero mucho, pero no me gustas para nada... además tu eres muy feo – le dije riendo.

  • Jajajajajaja… ok pues, pero de pana y todo, te voy a pedir algo y no me digas que no

  • Con tal que no sea el coño, lo que quieras

  • Bueno… siempre he querido saber como besas

  • Jajajajajaja… estas loco, no, no, no, pendejo, jajajajaja, déjate de vainas.

  • Viste, me dijiste que lo que quisiera, ¿Te pedí la pepita?... no, solo quiero un beso, de amigos pues… es que desde la otra vez que estabas diciendo que besabas sabroso.

  • Jajajajajajajaja… pero era jugándome con Samuel (esa vez me jugaba con un amigo y le decía si te beso te enamoras de mi, solo para joderlo por que andaba medio enamorado de mi, me estaba atacando y como para demostrarle que no lo agarraba enserio le decía esas cosas) pendejo, y además en todo caso, los amigos no se dan besos de lengua

  • Anda vale, mira estamos solos, nadie lo va a saber… de mi boca no.

Yo se que eso era cierto, Ronald siempre ha sido muy discreto nadie se había enterado del asunto que casi paso entre nosotros, y además siempre se comentaba que andaba con una o con otra, pero nadie nunca tenia la certeza, todo era sospechas pues él no hablaba de sus aventuras, yo llegue a preguntarle por mujeres con las que decían que andaba y siempre me negó todo alegando que él respetaba y amaba mucho a su esposa (si como no, sobre todo porque esto lo decía riendo) y él (y que) era un hombre serio, lo cual me causaba mucha risa.

  • Pero es que tú no me gustas – le dije.

  • No te estoy pidiendo el empate, ni matrimonio… jajajajajaja, solo un beso, anda pues, dime que si.

En realidad me estaba picando la curiosidad, menos mal que no era el coño jajajaja (por lo menos no en ese momento), para ser sincera había conocido a muchas mujeres en nuestro anterior trabajo (incluyendo una licenciada medio loca que aun lo buscaba) y ahora aquí en esta nueva empresa una secretaria, casada y mayor que él, con la que a todas luces andaba en algo… y como a decir verdad, no soy una mujer tan difícil, ¡Que carajos! Pensé, vamos a echarle pichón

  • Esta bien, pero no me fastidias nunca más con eso

  • Dale pues

El carro estaba parado frente a la licorería, los vidrios ahumados arriba (nadie nos vería) y full aire acondicionado. Manos a la obra, me acerque al él poco a poco, y lo bese, el bigote me molesto un poco al principio, no estoy acostumbrada a besar a hombres con bigote, primero un chuponcito, luego otro, al instante abrí la boca y fui metiéndole la lengua que choco con su lengua tibia, chupe su labio inferior y le di un mordisquito, otra vez a su boca y chupe su lengua… estuvimos besando tal vez más de cinco minutos y su respiración empezó a agitarse.

  • De verdad que besas rico… - me dijo separándose un poco.

Me tomo por los hombros y volvimos a juntar los labios, fue bajando su mano hasta mi pecho

  • Eeepa, ¿Qué pasó pues?

  • Un poquito nada más – pidió – es que me tienes excitado… mira se me puso la verga dura

  • Jajajajajajaja, ¿y a mi qué?, quedamos en que solo s….- me atrajo hacia el y siguió besándome (bueno seguimos).

Otra vez baja la mano y me aprieta un seno.

  • ¿Y entonces? – Lo empuje – ya, ok….

  • Esta bien, esta bien vámonos… pero me dejas picado.

Arranco el carro y casi llegando a mi casa me dice:

  • ¿Vámonos a un motel?

  • Jajajajajaaja, ¿Qué te fumaste?, estas loco, no, no, no, llévame a mi casa – le dije – quedamos en que era solo un beso y ya, así que déjame el fastidio

  • Anda, no seas mala, ¿mira como me tienes?... anda

  • No, no, no… me llevas a la casa o sino llamo a Esmeralda, en este momento y le cuento lo que me quieres hacer (A la esposa de Ronald le tenia cierto cariño, pues era una buena mujer, muy cariñosa y seria, hasta lastima me daba de tanto cacho que le cargaba al Ronald, jajaja, pero que se le va hacer).

  • Coño mi linda, tu no serias capaz de echarme esa vaina ¿verdá?... vamos a dejar esta verga hasta aquí, ok, pero me debes una

Llegamos a mi casa y mientras me baje del carro le dije riendo:

  • Yo no le debo a pobre – y le saque la lengua.

A la mañana siguiente en la Oficina, mientras el jefe firmaba el informe me preguntó por Ronald:

  • Jajajajajaja, debe andar enratona´o, hoy no he visto al loco de la mierda ese.

  • ¿Entonces si salio a beber después de dejarte en tu casa?

  • No que va, antes, jajajajajajajajaja, me llevo con él a beber

-Que vaina, y tu que no rechazas unas cervecitas

  • A un amigo nunca se le dice no.

-jajajajajajajaja – reía mi jefe mientras salía camino al despacho del Presidente con el informe en la mano.

Mientras trabajaba con unas ordenes de compra, como a las 9 de la mañana llegó Ronald.

  • ¿Por qué llegas a ésta hora? – le pregunte.

  • Por que me da la gana – me respondió cerrando la puerta.

Me reí, Ronald se acerco a saludarme, pero me sorprendió besándome en la boca con fuerza, ni siquiera reaccione, jajaja no me dio tiempo, yo estaba sentada en mi escritorio por lo tanto él tuvo que agacharse para besarme, puso su mano en mi nuca mientras su lengua exploraba el interior de mi boca, no me negué tal vez por la sorpresa, o por que ya que más daba, si nos habíamos besado la noche anterior y nos había gustado a los dos, lo único que me preocupaba era que llegara el jefe (que era aparte de mi, la única otra persona con la llave de la oficina, pues la puerta se abría con un interruptor ubicado junto a mi escritorio), pero no llegó, la lengua de Ronald seguía hurgando mi boca, y mi lengua reacciono catando su saliva, rozando su lengua tibia, lamí sus labios, su lengua, su boca entera, con toda la pasión que se estaba apoderando de mi… nos separamos por que tocaron a la puerta, él fue a sentarse en una silla al otro lado de la oficina mientras yo abría la puerta con el interruptor, por lo cual no me moví de mi sitio y casi ni levante la cara del teclado.

  • Hola Mari ¿Cómo estas?

  • Bien, ¿cómo amanece arquitecto? (era la jefa del departamento de unifamiliares).

  • Bien, buscando a este pajarito – dirigiéndose a Ronald – mirá, pasa por la oficina, que necesito que me hagáis un favor (la mujer era maracucha)

  • No, no, no, a mi no me estés echando vaina que estoy viendo la televisión.

  • Mirá, pero que alza´o el bichito este, vamos, o es que queréis que te acuse con tu jefe.

  • No mi linda… ¿No me puedo jugar contigo?

  • jajajajaja, mirá como tembláis, ¿vos como que le tenéis miedo a tu jefe? jajajajaja, venite pues –le dice mientras salía de la oficina riendo.

  • Ya vengo, y seguimos en lo que estábamos – me dice Ronald.

Quede sola el resto de la mañana pensando en el peo que me iba a meter, ya no me podía echar para atrás, pa´atrás ni pa´coje impulso, además, también quería saber que era lo que tenia Ronald, pues sinceramente, aunque no me gustaba, era un descarado y eso me estaba despertando mucha curiosidad, nunca había tomado en serio sus comentarios ni insinuaciones y a pesar del episodio de hacia dos años atrás, ahora, no se, había despertado cierta fascinación en mi. Trate de no pensar en él y procure dedicarme a mi trabajo aunque de vez en cuado mi mente divagaba y sinceramente me estaba excitando mucho.

Al mediodía el jefe salio a almorzar, yo mande a comprar un sándwich con la señora que hace la limpieza y me quede viendo las noticias en la tv, y antes de que comenzara la novela, llegó Ronald.

  • ¿Qué pasó, cómo esta la vaina? – le pregunte.

  • Verga, esa maracucha me saco la mierda, jajajajajaja, anda pa´ca, anda pa´lla, de vaina comí ahorita… y con unas ganas de venir a cojerte.

-¿Quéeee…? – y abrí los ojos con sorpresa, pero también con agrado, por que después lo que me dieron fue ganas de reír – jajajajajaaja, loco.

Me levantó jalándome por una mano.

  • Loco no, loca tú si crees que te vas a salvar de la redoblona que te voy a dar – me dijo serio mientras me abrazaba fuerte y me inmovilizaba los brazos.

  • Jajajajaja, suéltame Ronald, deja la vaina

  • Ninguna vaina, verga es lo que vas a llevar

  • Ya Ronald, por fa, deja – le suplique.

Me sostenía de manera que, rodeándome con sus brazos los míos quedaban a mi espalda, me levanto un poquito y dio unos pasos hasta pegarme contra una pared y empezó a besarme el cuello, me lo chupaba y mordía suavemente, no lo voy a negar, mis rodillas desmayaron y me besó, con bastante pasión por cierto, fue aflojando el abrazo, mis manos quedaron libres y las subí hasta su nuca, la cual acariciaba con mis dedos, él me empujo con su cuerpo y me pego aun más a la pared, su beso se volvió más urgente, su boca demandaba más, tanto que el bigote me lastimaba la cara y me raspaba.

  • Dame la llave de la puerta.

  • ¿Qué…? - estaba embelesada

  • Voy a cerrar la puerta – dijo.

Los pies me pesaban como plomo, fui hasta mi escritorio, saque la llave de mi cartera y se la entregue, le paso el seguro a la puerta y dejo la llave en la cerradura, para que no la pudieran abrir desde afuera. Me tomo de la mano y me llevo al baño (jajajajajajaja, otra vez el baño), me pego a la pared y comenzó a besarme suavemente pero con mucha pasión, su lengua chocaba contra mi lengua que la empujaba hacia su boca, sus manos subieron a mis pechos y comenzó a oprimírmelos delicadamente, casi imperceptiblemente fue subiendo mi camisa, sutilmente abandono mi boca y bajo a mi cuello, sentía como lo mordía suavemente hasta casi llegar a mi hombro izquierdo, bajó la parte delantera de mi sostén y su cara bajo hasta mis senos, pasaba de uno al otro muy lentamente mordía, lamía, chupaba tan quedamente que la cabeza me daba vueltas y la pepita se me volvió agua (ahora si me pico el coño, jajajajajaja), levanto la cabeza y me pregunto:

  • ¿No quieres que siga?

  • ¿Ah…?

No esperó respuesta, su cabeza bajo y siguió, me mordía los pezones con tal delicadeza que casi no lo sentía, era delicioso pero a la vez me estaba enloqueciendo, quería que me mordiera y me chupara fuerte los pezones, la cabeza me estaba dando vueltas, el desgraciado me estaba torturando. Baje mis manos hasta su pantalón, quería tocarle la verga, sentirla, pero no me dejó, se separo un poco, subió sus manos hasta mi nuca y me beso con fuerza, pego su cuerpo al mío obligándome a abrirme un poco, él flexiono las piernas y su verga quedo justamente entre mis piernas, baje mis manos hasta sus nalgas y lo empuje aun más hacia mi, quería sentir su verga que estaba bien dura y empezó a moverse de arriba hacia abajo restregándola, no solo contra mi coño sino también contra mi vientre mientras su lengua se hundía en mi boca. Lo único que se escuchaba era nuestra agitada respiración, bajo la mano izquierda y la coló entre mi pantalón, sorteo la panty y llego a mi total y absolutamente mojado coño y sin resistencia alguna me metió lentamente un dedo completo y con el pulgar me acariciaba en círculos el clítoris primero lánguidamente y luego más rápido, me derretía en sus manos mientras sentía próximo el orgasmo, seria la situación la que me éxito de tal manera que al sacar él un poco el dedo y meterlo mas profundamente, el pulgar al chocar con mi clítoris nuevamente, lo movía tan rápido que me hizo llegar en menos de un minuto acariciándome de esta forma, me apoye sosteniéndome de sus hombros para no caer mientras recuperaba el aliento, se separó un poco de mi y me pregunto:

  • ¿Quieres que siga? – por respuesta sólo sonreí.

Se acerco a mi y me desabrocho el pantalón, que bajó y cayo a mis pies junto a la panty, se arrodillo con las manos me abrió las piernas y hundió la cara en mi coño, pasaba la lengua de abajo hacia arriba mientras con sus dedos abría bien lo labios de la vagina, con los labios apretó el clítoris el cual acariciaba con la punta de la lengua mientras su bigote me hacia cosquillas, soltó y movía la lengua de abajo hacia arriba con ímpetu, ¡ay carajo, que rico!, me abrió bien el coño con los dedos y enterró la lengua, su bigote acariciaba mi clítoris así que baje la mano y me lo acaricie moviendo mi dedo en círculos alrededor de él, con la mano aparto mis dedos y siguió lamiéndome el coño, otra vez con los labios apretó el clítoris y lo acariciaba con la punta de la lengua, subí mis manos y acaricie mis pechos, me pellizcaba duro los pezones pues sentía otro orgasmo por llegar, mientras Ronald metía su lengua en mi coño por enésima vez, no pude soportarlo más y le llegue en la boca mientras apretaba su cabeza con mis manos, eche hacia atrás el cuerpo y sentí el frió de la cerámica de la pared del baño en mis nalgas.

Me dio de beber de su boca, me descubrí rica en sus labios mientras recuperaba, una vez más el aliento, se separó de mí y desabrocho su pantalón que se bajo hasta las rodillas junto al bóxer descubriendo una verga dura como de 17 cm pero bien gruesa y cabezona, que rica se veía, me tuve que contener para no brincarle encima pues se me hizo agua la boca, pero me dejo con las ganas, se sentó en la tapa del wc, me jalo quedando con las piernas abiertas a ambos lados de su cadera, me hizo sentar sobre él mientras lo veía a los ojos con lujuria, no me pude comer esa hermosa verga, pero mi coño se la trago entera, lentamente por que quería sentir cada centímetro de ese delicioso palo, subía y bajaba hasta que gradualmente fui aumentando la velocidad, mis senos saltaban frente a él, los tomo los dos a la vez y los apretaba mientras lamía dulcemente los pezones, primero uno y luego el otro y otra vez y otra vez

Soltó mis pechos y pasando los brazos bajos mis axilas me empujo con fuerza con las manos en los hombros hacia él.

  • Dime ahora que no te gusto, perra… - me dijo acercando su boca a la mia - …dímelo –pedía mientras mordía mis labios, y me empujaba hacia el con fuerza, casi no me podía mover, me había enterrado la verga hasta los huevos, no me dejaba mover y seguía apretándome contra él – dime que solo somos amigos y no te gusto… dime perra.

De verdad que me tenia bien cogida y llena de verga, la cabeza me daba vueltas, sentía el pecho a punto de reventar y me entregue entera.

  • Me encantas papi… me vuelves loca... – respondí – Mmmmm… me estas reventando papi.

  • Y te voy a reventar las veces que quiera ¿verdad puta?

  • Mmmmmmmm… cuando quieras papi, pero no pares

En su mirada algo cambio, desapareció el loquito jodedor y ahora miraba como un hombre que se sabia dueño de la situación, de mis tetas, de mi coño, mi culo (como El Puma) dueño de todo. Soltó mis hombros y bajo las manos a mis caderas y se aferro a ellas marcando el ritmo de mis movimientos, arriba, abajo, arriba, abajo, mi cabeza daba tumbos de un lado a otro, Ronald se levanto un poco y me empujo hacia él, todo se me puso en blanco y desperté con la cabeza en su hombro.

-¡hola amiguita!

Levante la cabeza y sólo atine a reírme completamente satisfecha y llena de leche.

Espero lo hayan disfrutado tanto como lo disfrute yo, agradezco sus comentarios.

Chaito.