Tú no eres mi amigo (2)

"Nunca me importo ser el favorito de nuestros papás, tampoco me importaba que hubiera preferencia entre todos nosotros".

Reflejos

-Así que ese es tu prospecto de buen chico – mi padre me interrogaba apenas al abrir la puerta – una cosa es que seas jotito hijo y la otra que te conformes con cualquier cosa.

-No soy jotito – odiaba que se refiriera a mi como jotito – papá soy H-O-M-O-S-E-X-U-A-L, es distinto.

-Como sea hijo, te gustan los niños ¿no? – No quería discutir con él, sabría que sería algo muy largo – ya ves, ahora vamos a la cocina hay una buena noticia.

Bueno al menos ya sabía que el “tenemos que hablar”, no era algo malo. Me dirigí al cuartel general de la familia Arceo González, en pocas palabras: el comedor.

Al llegar todos estaban sentados en sus respectivas sillas, mamá y papá al frente, mi hermano Majo estaba del lado opuesto a mi madre, mi hermano Miguel estaba a lado de ella y por ultimo en el asiento que quedaba estaba yo, del lado contario de mis padres; para los que se pregunten el porque de esta peculiar distribución, es simple, en mi casa hay una mesa redonda, muy al estilo del Rey Arturo.

-Bien chicos, lo que tenemos que hablar es lo siguiente – mi madre se detuvo por un momento dio un pequeño suspiro y después como si se tratase de una bomba soltó – Estoy embarazada.

Al unísono todos nos preguntamos ¿Qué? No es que estuviera mal, pero se podría decir que mi mamá tenia algo de edad y eso era demasiado raro.

-Con que le diste tiro a la hilacha pa’ – mi hermano igual de vulgar que siempre – Felicidades, por fin alguien va destronar a la princesita de la casa.

-No soy ninguna princesita – grito Majo apenas escucho ese comentario – además nunca fui la consentida.

-No me refería a ti – dijo apuntándome, odiaba que me tratasen como una niña, yo simplemente era un chico que le gustaban los chicos – ¿Estás triste Lucia?

-Basta Miguel deja a tu hermano en paz – dijo mi madre – por dios, ¿ustedes no pueden estar un minuto a solas sin que se intenten comer?

No dije nada solo me limite a callar, pero Migue no sabia cuando parar. Es mi hermano, lo quiero mucho pero a veces me dan ganas de matarlo.

-Oye Luca ¿es cierto que te anda dando por atrás Alexis? – cruzó mi limite.

-¡Puedes cerrar el puto pico!, ¿no te das cuenta que después de un rato eres sumamente insoportable? En serio no te soporto, me pregunto ¿Cómo es que somos hermanos si ni siquiera nos parecemos en nada?

No mentía, Migue tenia ojos y cabellosnegros, era claro de color pero sus facciones eran algo mas toscas que las mías, demasiado varonil, pero rayaba la dureza.

-Basta Luca, tu tampoco te pases – mi papá siempre a la defensa de su hijo primogénito – deja de decirle cosas a tu hermano.

-Pero si el empezó, incluso me llamo niña.

-Hijo, no nos hagamos. Te gusta que te traten como una niña.

-Odio que me hagan parecer una niña, porque no lo soy… ¡Papá soy un chico!

-Luca no me levantes la voz – mi papá se había empezado a tornar serio – Soy tu padre respétame.

-¡Estoy harto que siempre me digas eso! – esa situación ya me tenia estresado de mucho tiempo atrás - ¡Estoy hasta la madre de que en esta familia yo sea al único a quien nadie le tiene respeto!

-¡Baja la voz Luca! –mi papá estaba saliéndose de control al igual que yo - ¡Basta!

-No papá siempre es lo mismo, terminas defendiendo a Migue ¿Por qué?, ¿Por qué el es “normal” ?

-Luca cálmate, nadie dijo eso – Majo como siempre tratando de arreglar las cosas – están alterando a mamá – ella tenia razón, en el nuevo estado de mamá esa emociones podrían ser muy dañinas. Trague todo mi orgullo, todo lo que tenía que decir  y me calme.

- Ya ves Lucy yo siempre ganó, Migue mil, Lucy cero –susurro mi hermano lo suficientemente fuerte para que lo oyera. Podría ser muy comprensivo pero todo tiene un limite; podrá ser el cristal anti-balas mas fuerte, pero todo tiene un punto en el que se rompe y el mío ya estaba mas que rebasado.

-¡Pues Lucy te va partir la puta madre! – fue lo único que articule, me voltee; no me podía reconocer, estaba completamente fuera de control, quería desquitar todo lo que tenia contenido contra él. Eso era raro en mi, los golpes nunca había sido parte de mi vida y nunca lo serían, eso se hacia notar en la paliza que me estaban propiciando. De repente concentré todo lo que sentía en un puño y alcance darle un puñetazo en la boca.

Me dolió mucho la mano al hacer contacto con su cara, pero el ver que por fin se calmaba me reconforto. – ¡Ya basta! – Grito mi padre, con un tono colérico en su voz – ¡No tuve por hijos animales! Luca mira como le has dejado la boca a tu hermano. – Increíble tenía la cara y cuerpo llena de golpes y algunas heridas sangrantes, y él solo se preocupaba por la boca de mi hermano.

-¡Inaudito! – Sentía que la sangre me hervía, creo que así era pues estaba sudando mares - ¡Solo te fijas en su puta boca cuando me duele hasta el al… - algo obligo a que me callara. No lo podía creer, en todos los años que había vivido mi padre nunca había echo algo semejante. El escozor que sentía mi boca era muy intenso, podía sentir como si hubiera bebido algo caliente.

-¡Octavio! ¡Que rayos has hecho! – Mi madre le gritaba a mi papa, mientras este ya no buscaba su esquina – ¡Ahora si te pasaste!

Todos estaban sorprendidos –incluso Migue estaba con la boca abierta – se quedaron callados, expectantes a mi reacción; no le pensaba devolver la agresiva, es mi papá, nunca me atrevería a hacerlo. Pero tampoco me pensaba quedar allí como bobo mientras mi boca seguía ardiendo.

-Hijo yo no… es que tú… - No sé porque, pero tenia la ligera impresión de que mi papá estaba arrepentido. Me di la vuelta, no hable con nadie, no volteé a ver. Estaba en un estado de shock, no estaba preparado para eso.

Nunca me importo ser el favorito de nuestros papás, tampoco me importaba que hubiera preferencia entre todos nosotros; pero esto ya había llegado al extremo en que era demasiado. No comprendía el porque de eso ¿tan mal se toma mi papá que sea gay?

Dirigí mi mano izquierda a mi labios, al alejarla de ellos, me di cuenta que estaba llena de sangre, lo voltee a ver y no sabia que expresar, dolor, odio, tristeza… mi cerebro latía mucho. Lo vi, me di la vuelta y regrese mi mano a cubrirme la boca. Él trato de tocarme extendiendo la mano, pero con mi otra mano, lo empuje y estuvo a punto de caer. A paso veloz me dirigí a mi habitación, mis ojos lagrimaban de dolor, de dolor y de rabia, rabia de no poder hacer nada porque se trataba de mi padre… Subí las escaleras, en la pared que estaba al lado de ellas, estaban colgadas fotos de nosotros, me lleno de coraje que todos pareciéramos felices cuando en realidad nuestra vida de familia era una mierda completa.

Entre a mi cuarto, aporree la puerta y le puse seguro, me senté detrás de ella, por un momento me imagine que mi padre vendría detrás mío, pero eso nunca sucedió. En su lugar Migue toco la puerta y su grave voz dijo:

-Luca ¿Estás bien?, ¿Podemos hablar? – Su voz se oía insistente – Luca vine a pedirte una disculpa, no pensé que te molestara tanto.

-Pues ahora lo sabes – dije con un tono seco y lleno de molestia – ahora lárgate o te juro que ahora si te mato, no está tu papá para que te defienda. –Un silencio se apodero del momento, pude escuchar como Migue se sentara al otro lado de la puerta.

-Entiéndelo es difícil para el viejo aceptar que su bebito es gay; desde que todo el mundo lo sabe ha sido la comidilla de la gente. De Octavio Arceo el reconocido empresario, paso a ser, Octavio Arceo el papá del jotito nuevo.

-¿Qué hay de mí? – no pude evitar no contestarle – de Luca Arceo, pase a ser el mamapollas , el puto, joto, maricón… Desde que todo el mundo sabe, no hay día que no me amenacen o día en que no me acosen. Dime ¿Quién crees que sufre más?

-Entiéndelo es el viejo –Migue era muy buen hermano, pero a veces se pasaba, lógico era el mayor su trabajo era molestarme – No te vuelvo llamar Lucy, cariño.

Odio las expresiones de ese tipo, suelen quitarles todo sentido hasta convertirlas en simplemente una expresión nada más.

-Vete… - Estaba sumamente molesto y el coraje no se me pasaría de la noche a la mañana.

Escuche como se levantaba y se iba. Aun no podía comprender como un padre podría tener una preferencia muy marcada a uno de sus hijos y lo peor de todo que no se molestara en disimularlo.

Seguí sentado al lado de la puerta, no tenia la mínimaintención de levantarme, por fin entendí porque la gente hacia este tipo de escenas en las películas, cuando a uno le sucede se vuelve tan dramático que no se da cuenta de lo ridículo que se ve.

Perdí la noción del tiempo, no me di cuenta que hora era, no es que me importase demasiado. Esa noche se me había hecho muy rara, después de haber tenido una muy buena tarde con mis amigos, una buena noche con mi novio, cerraba con una muy mala riña familiar.

Me tire en la cama sin hacer nada, solo estaba viendo el techo imaginando cosas, ilusionándome . Intente dormir mas de una vez, pero simplemente no podía, me sentía cansado pero no podía dormir. Me levante y me dirigí a la ventana, vi la calle y estaba tan vacía como siempre, la noche era bonita, las brisas algo frías de otoño jugaban con las hojas del suelo, la luna iluminaba todo, pero por ratos parecía esconderse de entre las nubes. Me sentí demasiado solo, quería platicar con alguien, pero a esta hora todos deberían de estar durmiendo.

Saque mi móvil, desbloquee la pantalla táctil y vi la imagen de mis tres contactos favoritos Mario, Ariana y Alexis. Toque la pantalla y dirigí mi celular a mi oído. El tono de espera sonaba, estaba nervioso no sabía como reaccionaría o qué es lo que le diría.

-Bueno – una voz somnolienta se escucho del otro lado del auricular - ¿Quién habla a las tres de la mañana?

-Bueno, Alexis soy Luca - ¿Qué le podía decir? – estemm, ¿Qué haces?

-¿Qué mas puedo estar haciendo?, estoy durmiendo y tú deberías estar haciendo lo mismo – le iba decir que había pasado, pero no me dio tiempo, con una voz malhumorada contesto – Sabes qué tengo mucho sueño y no tengo tiempo para tus jueguitos, mañana me dices que paso.

La llamada se corto; no podía creer que el que supuestamente era mi novio, me pudiera hacer esto, después de lo que paso, después de que me digiera que me amaba. Casi sin pensarlo llame a Mario, al momento contestó:

-¿Qué paso hermanito, estás bien? – Me sorprendió la rapidez con la que me contesto – Luca ¿estas bien, que tienes?

-¿Cómo supiste que era yo? – sonaba confundido, pero el contesto – Hay algo que se llama identificador de llamadas que todo los celulares traen, cuando alguien te llama y tienes registrado su numero aparece el nombre, además te tengo puesto un tono especial. – Dio esa explicación con ese tonito de retrasado que tanto odiaba – Pero no me has respondido ¿Estas bien? Tú no llamas a estas horas a menos de que algo ocurra.

-Es que… - pensé por un momento el decirle lo que había pasado, pero mejor retrocedí y fingiendo una risa le dije – Es que te extrañaba, no me diste mis besitos de buenas noches y no me he podido dormir.

-¿Qué te los de Alexis, al fin no el es tú novio?, yo solo soy tú querido... hermano – Decía eso con tono de mujer despechada de telenovela barata –  pero claro, a mi me buscas cuando me necesitas.

-Mario sabes que te él no me da lo que tú me puedes dar – aunque reía porque me causaba gracia las puntadas que el decía, me daba un poco de pesar el que el tuviera razón; por ejemplo en este mismo momento, mi novio me mando al carajo y él que no era nada mío, me  estaba haciendo reír – dale hermanito, solo un besito.

-Te jodes, ya no te doy ninguno, que te los de tu “Alexito”, no que el besa rico y que te toquetea – Mario debería de ser actor, le creía mas su actuación que a muchas actrices – Pécoro inverecundo, eres un hijo del pecado, no te das cuenta que lo que haces te conducirá directo al averno.

-Awwww mi vida, estas imitando a Doña Juana y te queda perfecto – Doña Juana era una de esas señoras religiosas que se creen con la capacidad moral para criticar y juzgar a los demás – Si no me quieres dar un besito, mejor me voy. Al fin y al cabo mientras tú me ignoras hay un traficante de órganos que quiere mi corazón.

-Eres un copión, eso lo sacaste de la imagen que subí en mi Facebook hace una semana. Como sea, sabes que te amo “sos el amor de mi vida” – platicar con Mario siempre es una platica llena de tonterías que no cuadraban en una platica común – ya te doy tus besos y vete a dormir que si no vas a quedar arrugado – puso una voz afeminadísima y me dijo – Manita así no vamos a poder ser las mismas perras de siempre.

-Eres un completo loco Mario – ahora mi risa era real – por cierto no soy ninguna perra. ¡Yo soy una zorra! – Se que no es propio que nos llamemos así, pero así es como nos llevábamos, que mas da, al fin y al cabo era nuestra forma de llevarnos. – Buenas noches hermanito, gracias por despertarte a esta hora para mi.

-No estaba dormido estaba viendo la película de “Señales”, sabes que me encanta. – Uso de nuevo su tono afeminado para decirme – Si ya se soy una perra, pero así me amas.- se recompuso y me dijo – Buenas noches Lucky, no te preocupes, mas al rato me cuentas que te sucedió, miéntele a tu noviecito pero a mi… eso imposible.

Fui algo grosero, pero no le respondí, colgué el teléfono, me acosté en mi cama; me puse mis auriculares y no sé en que momento quede dormido.

Los rayos del sol entraban de entre la ventana obligándome a despertar, su cálido rozar hacia que me sintiera reconfortado, la música seguía inundando mis oídos de una manera lenta. No tenia ni la mínima intención de despertar, quería seguir acostado en mi cama. Jale las sabanas y me tape con ellas, tenia un poco de frio. Tome mi celular para apagar las canciones que a este punto sonaban algo molestas, me di cuenta que eran medio día y que tenia varias llamadas perdidas de Alexis, ahora era mi turno de ignorarlo.

-¡Arriba! – grite al aire, era hora de levantarse. El mundo no acabaría porque mi papá no me quisiese. Tenia ganas de darme una ducha con agua caliente y después tal vez iría a ver a Mario.

-Luca – mi mamá llamaba a la puerta – hijo nos vamos a la casa de la abuela, ¿Quieres ir? – era mas que obvio, que no quería estar cerca de mi padreni un momento.

-No, tengo planes con mis amigos – No era cierto, pero que mas daba – no se preocupen.

-Hijo ¿Estás bien? -  mi mamá estaba preocupada, pudo notar algo raro en el tono de mi voz – Por cierto Mario te espera en la sala. Cuídate hijo nos vemos mañana, quédate con Mario, me siento más tranquila así.

No hubo necesidad de contestar, mi mamá se quito tan pronto termino, de seguro mi papá la estaba apurando. Escuche como el auto arranco y salió de la casa. En momentos como estos, amaba la intromisión de Mario, de no ser por él mi mamá me hubiera obligado a ir a la casa de mi abuelita.

No es que no la quiera, amo a ese viejita, pero no quiero estar cerca de mi papá.

-A ver, a ver… Donde esta el chico mas sexy del barrio – Mario entro a mi cuarto, es el único que sabe como quitarle el seguro a mi puerta aun cuando no tenga llave – Lucky deja de masturbarte y salte a darme un beso.

-¿No te enseñaron a tocar? – Conteste desde el baño – Espera que me estoy bañando y no se te ocurra entrar.

Me sorprendió que me hiciera caso, se quedo afuera mientras yo me terminaba de bañar. Cuando salí de la regadera me mire al espejo, no estaba consiente de que tenia unas pequeñas marcas en la cara, no sabia que le diría a mi hermano, esto iba causar muchos mas problemas, tendría que ser sincero. Me enrolle la toalla de baño en la cintura y me dirigí al mi armario, Mario estaba de espaldas jugando con mi celular, así que no me vio. Me puse una playera blanca y unos jeans negros, tome unas sandalias y listo, mi disfraz estaba bien puesto.

-¿Viniste a mi casa a revisar mi celular? – Le dije para que se percatara de que lo había visto - ¡No, ya sé! Eres un maldito morboso, quieres ver las fotos que le tome ayer a Alexis mientras estaba desnudo.

-Ni de broma, wacala … demasiada información para mi cerebro. –Decía mientras arrojaba el celular a la cama y hacia una mueca muy chistosa de asco – No sé que le ves a Alexis, la verdad no esta nada guapo, tú y las fresas necesitan seriamente ir al oftalmólogo.

-¡Cállate! Solo porque Ariana es mi amiga y porque neta esta bonita – caí en cuenta de algo – te odio, me atas de manos. – Cuando le dije eso por fin volteo hacia mi y lo que dijo no fue de mi sorpresa - ¡¿Qué diablos te paso Luca?! ¡¿No me digas que fue el puto de mierda ese?!

-¡Hey cálmate!, el no sabe que estoy así siquiera. – Di un largo suspiro mientras cerraba los ojos – Me pelee con Migue y pues mientras nos separaban, mi papá me pego por accidente - ¡Mentira! Gritaba en mi cabeza – Ya no te preocupes… por cierto el “el puto de mierda ese” , es tu cuñado así que respétalo.

-No me recuerdes que tengo que tratarlo bien – no logro comprender porque a Mario no le cae bien mi novio, si tienen tanto en común. Les gusta el futbol, escuchan el mismo tipo de música, ven las mismas caricaturas japonesas en donde los personajes hablan raro… tendrían tanto de que hablar juntos.

-Tengo hambre, ¿ya desayunaste? – que estúpido Mario parecía abuelito, no importara que pasara él se levantaba a las cinco de la mañana siempre, solo se quedo mirándome fijamente mientras me fruncía el ceño – ok entonces acompáñame a almorzar.

Esa tarde solo fue una tarde de domingo normal, almorzamos (en mi caso desayune), vimos televisión un rato. En la noche quisimos ir a pasear, pero no quería, me daba una flojera total salir a pasear.

-Ve tú si quieres – le decía mientras el insistía – no quiero salir, quiero quedarme en mi casa.

-Vamos, para que vean que eres un chico malote, además tus marcas te hacen ver más sexy.

-No quiero salir, además si me ven o no, no me importa yo tengo novio y con que el me vea sexy me basta -¡Rayos!, no le había marcado a Alexis – por cierto, le necesito hablar.

-No me pienso ir de la casa – había visto el trasfondo de mi plan – si te quedas también me quedo. Además hoy pasan la película de Pokémon en la tele.

-Pareces un niño Mario – no podía creer que siguiera viendo esos monitos brincar – no pienso ver eso, así que olvídate de la idea.

-No te hagas, que por tu culpa me envicie con el anime, tu lo veías mucho.

-Si cuando estaba en español y tenia siete años, ahora ya no lo veo.

-Perra – me dijo mientras cambiaba el canal – no tenias que hablar a tu “Alexito” , ve no vaya a empezar su drama otra vez.

Subí a mi cuarto por mi celular, lo había dejando cargando, desbloquee mi celular y le marque. No había sonado ni el segundo tono cuando contesto.

-Hasta que por fin se digna mi noviecito a contestarme – estaba enojado, muy enojado - ¿Qué?, ¿Ya terminaste de hacer tu drama?

-No hice mi drama, solo se me paso marcarte – no le mentía, era, soy y seré muy olvidadizo – además tu no contéstate primero, ¿si te acuerdas verdad?

-Ya olvidémoslo, ¿Qué pasó, por qué me marcaste? – Ya no sentía la necesidad de desahogarme, solo me limite a decirle una verdad a medias – no podía dormir, me dio insomnio de nuevo.

-Está bien, no te preocupes la próxima si te contesto. ¿Qué haces Luque?

-Nada, Mario vino a acompañarme, vamos a ver una película y hacer palomitas. ¿Vienes?

-¡Va! ¿Crees que no diga nada tu papá?

-No está nadie, solo Mario y yo, anímate.

-No gracias, quédate con Mario.

No tuve derecho a replica, Alexis me colgó repentinamente, me quede boquiabierto, no sabia que es lo que había echo mal. Le intente marcar otra vez, pero no contestaba. Era el colmo, me molestaba que se comportara así. Me baje y me fui a la sala, la noche transcurriría tan normal como siempre.

Fue allí cuando en mi casa, no sé quién no soportaba a quién. Mi papá se negaba a disculparse, Migue mejor me evitaba. Mi mamá y Majo eran las únicas personas con las que estaba a gusto, así que fue allí cuando tome una decisión. Aceptaría la oferta de la mamá de Mario.

-No se preocupe Clara, que siempre quise que Luca nos acompañe, así Mario no sentirá tan brusco el cambio. – Decía doña Sofía la mamá de Mario – En la casa no les va faltar nada.

-¿Seguro que no es ninguna molestia? – Mi mamá estaba muy apenada de pedirle eso a doña Sofía – No sé en que momento se le ocurrió a Luca quitarse de la casa – mi mamá se percato de un pequeño gran detalle - ¿No hay problema que a Luca…?

-No es problema, sé que Luca es gay y no es nada raro, Clara vivimos en pleno siglo XXI esto debería de ser normal, incluso para nosotras que somos del siglo pasado. Además Luca es un muy buen muchacho, lo conozco desde que está en el Jardín de niños y cuando se hizo amigo de Mario fue muy buena influencia para él.

-Está bien, eso me deja mas tranquila. Entonces así quedamos le deposito cada quincena.

-No sé preocupe, que para mi un niño mas no es nada.

Y listo el trato estaba cerrado. Era oficial a partir de la semana que venia, estaría viviendo en otro lugar, con otra familia. Empezaría de nuevo, pero que masa daba.

-¿Qué paso con tu novio? – Preguntaba Mario, cosa que me sorprendía, pensé que estaría alegre de que no tuviera contacto con él – ¿Qué dijo cuando se lo contaste?

-¿Ya no es “Alexito” ? – le pregunté irónico. No había tenido tiempo, ni valor de contarle que había pasado – ¿Estarás feliz?, no sé que pasó.

-¿Cómo? – pregunto expectante

-No sé simplemente me dijo “Diviértete con Mario”, se dio la vuelta y no sé nada de él.

-Mentiría si te digo que no me gusta decirte “TE LO DIJE”, porque TE LO DIJE y me gusta decírtelo.

-Ya cállate, no quiero hablar de eso.

Mario me abrazo y se callo. Estaba llorando cual niño a quien le arrebatan su paleta, no entendía que había pasado o que había hecho mal. Ahora sólo tocaba esperar y ver que es lo que tenia preparado la “Gran ciudad” para mí.

Hubiera deseado no saber que había hecho mal, pero era más que obvio, muy en el fondo sabía cual era mi problema. No puedo creer que me había mentido a mi mismo, ahora que empiezo a recordar todo esto, es mas que claro, nunca ame a Alexis, solo fue una reflejo de a quién en serio quería…

Nota del autor: Sé que no hubo nada de sexo y que el capitulo estuvo, muy aburrido, pero ahora si empieza la historia. Espero que comenten, ¿Les gusto, no les gusto, lo odiaron?

Saludos

Azazel