Tu mi Cordura Yo tu Locura (Chapter 9)

Historia de Catalina - Chapter 9: Sensaciones Extrañas

Creo que he tenido un sueño, no sé si el más bonito o el más horrible. No quiero abrir mis ojos, siento como mi cabeza late, tengo la boca seca, y siento un hueco en el estómago. –Que paso anoche? –. Imágenes a mi vienen a mi mente, y recuerdo aquella imagen de Amelia parada frente a mí. –Ella estuvo aquí–. Doy un brinco y me levanto de la cama tan rápido que me mareo.

Miro a mi alrededor y me doy cuenta que estoy en mi casa, pero como llegue aquí, no lo recuerdo.

Miro el reloj son las 12 pm.

-mierda! No he ido a trabajar –digo con rabia mientras busco mi celular.

Xavier tendrá que explicarme que fue lo que paso.

Marco y no contesta. Lo intento una vez más hasta que por fin obtengo respuesta.

Escucho a Xavier con voz de Ultratumba.

-Xavi, me he quedado dormida –le digo.

-hola Cata –me dice mientras trata de aclarar su voz.

-Xavier, no me digas que tampoco fuiste a trabajar –le pregunto sorprendida.

-no pues, me acosté re tarde Cata, además estábamos muy ebrios.

-si pues eso lo sé. Y ahora que diremos en el hospital? –le pregunto con angustia.

-pues tenemos que invertirnos alguna enfermedad, o algún inconveniente familiar –me dice.

-tocara llamar ya al hospital y decir cualquier excusa.

-si mi Cata, y no recuerdas nada? –me dice con intriga.

-creo que recuerdo algo, pero no sé si alucine –le contesto.

-que recuerdas?

-a Amelia –me quedo callada un momento. Ella estaba ahí? O estuve tan borracha que la alucine –le digo con intriga.

Xavier se queda callado.

-contéstame pues Xavi –le insisto.

-sí estuvo Amelia.

-y porque estuvo? Que paso? Que dijo cuándo me vio? Cuéntame.

-pues se sorprendió bastante al verte, también se preocupó por tu caída, y fue a verme por lo de Roberto.

-y que te dijo?

-básicamente vino a pedir una tregua, y a decir que se iría del departamento de Roberto, para que no tenga más problemas conmigo. También me dijo que hable con él, porque él está muy triste.

-y aceptaste la tregua?

-pues me toco, pero le dije que jamás olvidare lo que te hizo y que tan solo fingiría amistad con ella cuando Roberto este presente.

-y luego se marchó?

-sí. Se marchó –lo dice en tono dudoso.

-bueno, ojala que ya no tengas más problemas con Roberto. Ve hablar con él, Xavi.

-si ya hable con él. Quedamos vernos hoy.

-me alegra mucho –le digo.

-no parece que te alegrara Cata, te noto algo mal –me dice con preocupación.

-no es nada Xavi.

-sé que es por ella, cuando será que ella salga completamente de ti?

-no lo sé –solo puedo contestar.

Al terminar mí llamada con Xavier decidí tomar una larga ducha, tengo tanto que pensar. –Cómo es que tan solo un momento en la presencia de Amelia cambia todo en mí, como es posible que después de todo lo que me hizo la extrañe de cierto modo–.

Sin darme cuenta paso una hora en la ducha, el sentir caer el agua en cada parte de mi cuerpo me relaja. Al salir de la ducha me acuesto sobre mi cama, cierro mis ojos por un instante, pero de repente un mensaje del Whatsapp interrumpe mi momento de relax.

Vaya sorpresa, es un mensaje de Isabella. Solo al ver el nombre en la pantalla de mi celular me esboza sonrisa. –Isabella, no me explico que me pasa contigo–.

Mensaje de Isabella:

Hola Doctora que tenga un buen día, bendiciones.

Muy linda Isabella, me sorprende su mensaje, ella no se ve del tipo que toma la iniciativa.

Mensaje de Catalina:

Buenos días mi alumna favorita, buen día para ti también, espero con ansias nuestra cita.

Después de ese mensaje no volvió a contestar, de seguro se intimido.

Me levanto de la cama con la pereza más grande que haya tenido. Tengo que preparar el tema de exposición para la clase de hoy pero no he hecho nada.

Creo que cancelare la clase de hoy. Me decido y llamo a Isabella para informarle.

Contesta luego de dos timbradas

-hola doctora, como esta? –me contesta amablemente.

-hola Isabella, te llamaba para avisarte que hoy no daré la clase.

-porque tiene algún inconveniente? –me pregunta con preocupación.

-que alumna más curiosa tengo –le digo riendo.

-no, disculpe. Ok ósea todo cancelado –me dice con tristeza.

-no, lo nuestro no se ha cancelado –le digo.

-pensé que si –me contesta.

-no, pero quiero que sea una cita, quiero ir por ti.

-no creo que sea conveniente –murmura.

-estarás en tu casa?

-si –contesta.

-entonces pasare por ti a las 8:00 de la noche

-pe…. –no la deje terminar.

-no hay pero que valga. Hasta más tarde –le cuelgo la llamada.

Quiero que se dé cuenta que es una cita, claro hace mucho no tengo una, para ser más clara desde Amelia que no tengo una cita.

De pronto Xavier llama a mi celular.

-alo Xavi, como tu fue?

-bien, ya estoy bien con Roberto, claro me toco almorzar con ella también.

-ah y en dónde están? –pregunto curiosa.

-no preguntes eso Cata, no tiene importancia.

-tranquilo Xavi, que ni que quisiera ir a verla.

-si como no. –me dice con enojo. Pero bueno Cata no te llamaba para eso, pon en la noticias.

-que canal? Que paso?.

-el canal 11. Recuerdas a Adela? –me pregunta Xavier.

Se viene una imagen de aquella muchacha a mi mente, claro que la recuerdo a Adela Campuzano, siempre tuve una especie enamoramiento hacia ella, pero nunca decidí hacer nada.

-si Xavi me acuerdo de ella. Pero que le paso?

-no explican mucho, es como si se hubiera infartado.

-tan joven? Imposible. O tenía algún tipo de cardiopatía? –le pregunto.

-no se Cata pero mira lo que ponen como titular de la noticia.

Puedo ver que dice “Doctora muere por amor” me causa un poco de intriga, como pueden decir eso. –Morir por amor? Si eso fuese posible yo ya estuviera muerta–. Me digo a mi misma con ironía.

-es algo tonto que pongan eso.

-si tonto y raro también. Mañana vamos a su entierro Cata.

-si está bien Xavi.

Después de hablar con Xavier, no puedo dejar de pensar en Adela, tan joven llena de vida. Recuerdo como siempre la veía en clases, tan sola, concentrada en sus estudios. Hablamos muy pocas veces, pero le tenía una gran consideración a ella. No entiendo cómo pudo morir tan joven. No supe de ella después de terminar clases en la facultad, ya que me pude graduar antes y enseguida decidí hacer mi especialidad y cada una siguió con su rumbo.

Trate de sacar de mi mente la imagen de Adela ya que me llenaba de tristeza y recuerdo la cantidad de pacientes que debo atender esta tarde, así que salgo para mi consulta.

Se va rápido el tiempo, hasta que llega mi cita con Ángela. Veo muchas mejoras en ella, pero siento que el recuerdo la invade tanto.

Se porta un poco agresiva, diciéndome que no he amado nunca, si ella supiera todo lo que ame, si ella supiera que por culpa de amar tanto ya perdí esa capacidad.

Pero debo controlarme, no perder la cordura con ella, yo debo ayudarla.

Termino temprano mi consulta, son las 6:30 pm tengo poco tiempo para ir a casa y arreglarme.

Escucho música mientras voy en camino, extrañamente me dieron ganas de escuchar Adele. –Extrañamente o por ella? –. Pienso.

Rápidamente estoy en casa, tomo una ducha y me preparo a elegir mi vestuario. Elijo un vestido con escote de color azul cuyo largo me llega más arriba de la rodilla. El vestido lleva detalles negros así que uso tacones altos de color negro para combinar. Mi maquillaje habitual, solo esta vez uso lápiz labial rojo. Normalmente no me gusta usarlo pero me queda bien. Dejo mi cabello suelto con las puntas onduladas. Estoy lista para salir. Y son ya las 8:00 pm sin darme cuenta.

Llamo a Isabella para decirle que voy en camino.

-hola, Isabella.

-hola Doctora, ya se encuentra cerca? –me pregunta.

-no, se me hizo tarde, pero ya voy de salida.

-bueno, la espero.

Noto la voz de Isabella algo preocupada, o como sin ánimos. Agarro mi convertible y voy camino donde ella. Estoy ansiosa de verla, estoy ansiosa de saber cómo será una cita con ella. Vuelvo a sentir los nervios de la primera cita, cosa que no había sentido hace mucho.

Estaciono el vehículo y bajo a tocar la puerta, escucho la voz de Isabella en camino.

Mi corazón palpita tanto, tengo taquicardia, creo que ella podrá escuchar los latidos de mi corazón.

Al abrir la puerta nos miramos, directamente a los ojos. Me acerque y deposite un beso cerca de sus labios.

-hola –le sonrió.

-hola –me sonríe.

-estas realmente hermosa.

-gracias, usted igual –se ruboriza agachando la mirada.

-vamos –le digo mientras la tomo de la mano.

Abro la puerta del vehículo y ella entra y se pone cómoda. Durante al camino al restaurante la veo de re ojo, ella solo sonríe al atraparme mirándola.

-ya te dije que te ves hermosa? –le digo sonriendo.

-usted siempre es así? –me pregunta.

-como así?

-así de coqueta Doctora –me dice.

-la verdad?

-siempre –me contesta.

-pues es muy largo explicarte todo, pero sí, soy muy coqueta. –le digo.

Se queda callada.

-claro que no siempre fui así –agrego.

Llegamos al restaurante y parece que Isabella había olvidado nuestra conversación. Llega el mesero y hacemos los pedidos, mientras degustamos una copa de vino.

-te gusta? –le pregunto.

-si esta exquisito –contesta.

Me mira fijamente a los ojos.

-no crea que he olvidado nuestra charla en el vehículo –me dice desafiante.

Bebo un sorbo de vino y le contesto.

-dispara. Pregunta lo que desees –le digo.

-no sé por dónde empezar. Pero bueno empecemos por la parte de que dice que es coqueta, porque dice que antes no lo era? –me pregunta curiosa.

-porque es verdad. Antes no lo era.

-algún pasado tormentoso?

-has amada alguna vez a alguien Isabella? –le pregunto.

Se queda estática y luego agacha la mirada.

-eso es un no, supongo. Pero mira te lo pregunto para ver si compartes conmigo el dolor de amar tanto, tan ciegamente y no darte cuenta de una traición, que estaba a simple vista.

-ya veo, aun la ama –murmura.

Puedo ver como sus ojos quieren sacar lágrimas. –No lo entiendo, tal vez si me corresponde como yo o tal vez más–.

-no, no la amo. No miento me costó dejar de hacerlo –contesto.

-bueno no la amas, pero aun no la olvidas –me dice esquivando mi mirada.

-no lo puedo negar –contesto.

-entonces que hacemos aquí? –pregunta.

-cenando –respondo mientras me rio.

-no me da risa. No quiero ser una más de tus conquistas –lo dice seria.

-y quien te dijo que lo eras? –pregunto.

-ah, entonces no soy nada. Solo la alumna cenando con su docente.

-tranquila Isabella, porque sacas esas conclusiones, yo no he dicho eso.

-dime entonces que debo pensar –su mirada esta sobre la mía.

La miro un rato a los ojos, tratando de buscar las palabras para decirle todo lo que me ha estado pasando desde que la conocí.

Tomo sus manos con las mías y no aparto mi mirada de la suya mientras le hablo.

-te voy a decir que debes pensar –suspiro. Piensa que desde que te conocí, desde aquel accidente, no he logrado sacarte de mi mente. Piensa que desde ese día solo he pensado en besarte. Piensa desde que volviste a mi vida en aquel salón de clases, supe que mis plegarias fueron escuchadas. Piensa que en este preciso momento que sostengo tus manos, solo pienso en besarte.

No aparta su mirada de la mía, pero puedo ver como sus mejillas se ruborizan.

Llevo mi mano hacia su muñeca y toco su pulso.

-tú también lo deseas –le digo.

-qué cosa? –me contesta con intriga.

-tú también deseas que te bese, tienes el pulso muy acelerado –le sonrió.

Ella aparta mi mano de las suyas.

-creo que esto es un error –me dice mientras se levanta y sale del restaurante.

Me levanto rápidamente y voy tras de ella.

-Isabella! –la llamo mientras ella solo acelera el paso.

-Isabella! Espera –le digo mientras corro, y alcanzo a tomarla del brazo.

No me dice nada, solo me ve directamente a los ojos. Sabía lo que su mirada me quería decir. No lo dude, no lo pensé, solo la bese.

Ella no puso resistencia, su boca abrió paso a mi lengua, y hay estaba yo, dándole un beso, un beso que me hizo sentir tantas cosas que no puedo explicarlas.

Ella se apartó de mí  y me dijo.

-vamos de aquí.

La agarre de la mano y la lleve a mi auto. –a que se refiere con vámonos de aquí, será lo que pienso? – me pregunto.

Me encuentro con un sentimiento que hace mucho estaba olvidado, si hubiese sido otra persona y no Isabella, la hubiera llevado a mi departamento o a cualquier motel, pero con Isabella no era capaz de hacerlo, con ella tenía la necesidad de ser especial. Me asusto por todo esto que comienzo a sentir por tan solo un beso.

Ella agarraba mi mano, de pronto su timidez había desaparecido con aquel beso. En un momento su cara cambio cuando vio que estacionamos el vehículo frente a su casa.

No le digo nada solo miro su expresión.

-qué es esto?

-tu casa Isabella –le respondo.

-ya veo. –abre la puerta del carro.

Estaba a punto de bajar cuando la detengo del brazo evitando que sus pies toquen el pavimento.

-que quieres? –me contesta mientras aparta su brazo de mi con agresividad.

-no te pongas así.

-no sé cómo ponerme, de verdad disculpa esta no soy yo.

-a que te refieres con que no eres tu Isabella? –le pregunto.

-a nada. Solo fui una tonta hoy que quiso dejarse llevar –agacha la mirada mientras pasa su mano con disimulo por sus ojos evitando que viera las lágrimas caer. No estamos en la misma página –argumenta.

Me dio tristeza al verla así, sentí como su dolor se trasmitía a mí. –Qué es esto? Acaso estoy conectada con ella–.

Me lleno de rabia conmigo misma por hacerla llorar, es lo que menos quiero verla sufrir y menos por mí.

-si estamos en la misma página –le digo mientras la tomo nuevamente del brazo y la llevo hacia mí.

Vuelvo a caer en la gloria al probar sus labios, de repente olvido todo y me dejo llevar, mi boca no se aparta de su boca, mis manos pasan por su espalda. Me siento tan cómodamente extraña. Hace mucho no me sentía así, ilusionada, capaz de enamorarme otra vez. Tanto tiempo atrás que no me sentía así, que me siento extraña al sentirlo.

De repente alguien toca la ventana de mi lado del vehículo, nos apartamos rápidamente, limpiando nuestros labios.

Solo escuche una risa proveniente de fuera, pero por la cara de Isabella, supuse que no debe ser nada bueno.

Me volteo y puedo ver a una muchacha parada del lado de mi ventana, que me saluda mientras sonríe.

Bajo el vidrio para averiguar quién es, ya que Isabella se quedó estática ante la presencia de aquella muchacha.

-hola, cuñada? –dice dudosa mientras extiende su mano para saludar.

-hola –le devuelvo el saludo. Y tú eres?

-que mal educada, soy Agustina la hermana de Isa.

-no me habías dicho que tenías hermana –le digo a Isabella.

Ella solo mira a su hermana con quera de vergüenza.

-no ha salido a relucir en ningún tema –me contesta.

-si me imagino que lo que menos hacen es hablar –se ríe Agustina.

-Agustina, puedes hacer el favor de entrar. Ya voy para hablar contigo –le dice a Isabella a su hermana.

-si claro. Pero tranquila no te apures, sigan donde estaban –lo dice mientras le guiña el ojo a Isabella y sonríe. Un gusto conocerte, como dijiste que te llamabas? –me pregunta.

-no te dije –contesto. Me llamo Catalina ha sido un gusto conocerte Agustina.

-el gusto ha sido mío –me sonríe. Bueno Isa, te espero –se despide.

Isabella apenas podía hablar, trate de calmarla.

-tranquila, tan malo ha sido? –le pregunto.

-claro! Nadie de mi familia sabe sobre mi orientación sexual excepto una prima.

-pero mira tranquila, que te hace pensar que tu hermana dirá algo?

-pues es ella tiende a ser chantajista –me dice con preocupación.

-no te preocupes y ve habla con ella –le digo mientras deposito un beso en su mano.

-si está bien –me sonríe.

-tengo tanto que saber de ti.

-igual yo de ti.

-tendremos mucho tiempo para conocernos mejor –le sonrió.

-eso espero.

Me acerco y le doy un tierno beso en su boca.

-buenas noches mi Isabella.

-buenas noches –me sonríe y baja del vehículo.

Voy directo a mi departamento sin dejar de pensar ni un segundo en Isabella, como es que aquella mujercita me haga sentir tantas cosas. Tengo miedo de salir lastimada nuevamente, pero ella me hace querer correr ese riesgo.

Al llegar dejo un mensaje en su Whatsapp.

Mensaje de Catalina:

11:00 pm

Espero que no hayas tenido problemas con tu hermana, que tengas una buena noche, yo la tendré gracias a ti. Besos.

No me contesto ni la vi en línea, así que supuse que estaría aun ocupada con el problema de su hermana.

Tengo tantas cosas por conocer de ella, quiero saberlo todo, me quiero llenar de conocimiento sobre Isabella.

Me dispongo a dormir, sin dejar de pensarla por ningún momento hasta que puedo descansar.

Levanto con una sonrisa en mi rostro, veo mi celular con un mensaje de ella.

Mensaje de Isabella:

12:00 am

Muchas gracias por su preocupación, yo también tendré una buena noche gracias a usted. Descanse besos.

Me preparo para otra jornada de trabajo, llegando al hospital me encuentro con Xavier en el estacionamiento.

-hola perdida –me dice sonriendo.

-como que perdida, si hablamos ayer –me acerco a darle un beso.

-si pero no nos vimos y te extrañe –me hace un pucherito.

-bello mi amor consentido –me rio.

-y bueno Cata ayer fue la gran cita, que tal te fue?

-excelente –sonrió.

-anotaste con ella –me guiña el ojo.

-no nada de eso –contesto.

-a ver perdón? Escuche bien? –me dice mientras se mete un dedo en el oído para limpiarlo a manera de burla.

-pesado que eres.

-es que es raro que tú salgas con una mujer sin tener sexo –se ríe.

-pues si lo sé, yo también me sorprendí pero con ella es diferente Xavi.

-uy! Eso ya se para dónde va. Me recuerdas a la Catita enamorada –me sonríe.

-no sé, tú crees que debe detenerlo? Y no arriesgarme? –le pregunto.

-mira Cata si vas a ir por la vida con temor de creer en el amor por el miedo de que te hagan daño, quedaras sola siempre. Yo sé que tu vida de soltera es muy buena, pero no crees que ya deberías dejar las mujeres de una sola noche.

-si supongo tienes razón.

-pues piénsalo mi Catita –se acerca y me da un beso en la frente. Nos vemos para el almuerzo.

Me voy a mi consultorio y apenas entro me empujan contra la pared puedo ver a Camila que me besa desenfrenadamente, sus manos pasan por mi cuerpo y llegan a mi sexo. No hago nada para detenerla, estoy paralizada. –Por lo visto mi cuerpo tampoco está disponible para esas aventuras con Camila–. Pienso mientras me aparto de ella.

-qué te pasa? –me dice con intriga.

-no, nada. Solo que tengo muchos pacientes.

-eso nunca ha sido un impedimento –me dice mientras se acerca para besarme.

La aparto y me siento en mi sillón.

-veo que has conocido a alguien –me sonríe.

-porque dices eso? –pregunto curiosa.

-cuando es que Catalina de las Casas ha rechazado un polvo.

-pues hace años atrás también lo hubiera hecho –contesto.

-por eso, tu misma me confirmas mis sospechas. O llego alguien a tu vida o regreso tu pasado –me dice mientras se dispone a salir del consultorio.

Me levanto de la silla.

-Camila! Espera –le digo mientras me acerco a ella.

-dime.

-disculpa, por terminar esto así. Si conocí a alguien y no quiero arruinarlo.

-lo entiendo –se acerca y me da un beso tierno en mis labios. Disculpa, fue de despedida –me dice y sale de mi consultorio.

Estoy asombrada conmigo misma, no solo mi corazón decía que no debía hacerlo, mi cuerpo tampoco correspondía a las caricias de Camila. –que has hecho de mi Isabella?–. Me pregunto.

Durante el día todo se tornó igual, de repente veo el whatsapp de Isabella, pero no la encuentro en línea desde las 6:00 am. –Estará muy ocupada?–.

Salimos más temprano con Xavier del trabajo, para asistir al entierro de Adela.

-seguro es aquí? –le pregunto a Xavier.

-si Cata aquí, suerte no se te olvido venir de negro.

-no como me iba a olvidar –le digo.

Entrando al cementerio, puedo ver algunos compañeros de la Universidad. Me acerco con Xavier y busco a la familia de Adela para darle mis condolencias.

Saludo y había un miembro de la familia de espaldas mientras hablaba con otras personas, toco su hombro para que se voltee. Al voltearse puedo ver a Isabella.

-Isabella, que haces aquí –le digo con intriga.

HOLA DISCULPEN LA DEMORA, DE VERDAD NO PODIA ESCRIBIR, ME FALTA INSPIRACION. PERO GRACIAS A MIS TORTURAS CON PELICULAS Y CANCIONES DE "AMOR" PUDE ESCRIBIR ALGO. DEJEN SUS COMENTARIOS.

EXTRAÑA SENSACION DE QUE TE HE PERDIDO Y LUEGO RECORDAR QUE REALMENTE NUNCA TE TUVE....MIA LA CULPA ES PUES YO ME ENAMORE.

IRONIAS DE LA VIDA. IRONIAS DEL AMOR...EN LOS DIAS OSCUROS. -LISNA-