Tu mi Cordura Yo tu Locura (Chapter 8)

Historia de Isabella - Chapter 8: Amor correspondido para unos, no correspondido para otros. Cuestión de suerte.

Lunes día de clases, día de pruebas y lecciones, a veces me pregunto cómo llegue a estudiar Medicina. –Tu padre–. Me contesto a mí misma.

Mi padre fue un hombre muy respetado en el gremio de los médicos, el Doctor Duarte Mendoza, cirujano cardiólogo. Lamentablemente el falleció hace aproximadamente un año y medio, la muerte de él nos tomó a todos por sorpresa, nunca menciono nada sobre su cáncer de pulmón, tal vez no quiso preocuparnos. Nos heredó todo a mí y a mi hermana, a mi mama le dejo la casa en la ciudad y la casa que tenía en Argentina. Mi papa tenía muchas propiedades, se podría decir que tengo mucho dinero gracias a los esfuerzos de mi padre, pero siempre mi papa nos enseñó a ser humildes, no me guste exhibir cosas, el auto que tengo me lo dejo mi padre, era de él. Mi hermana Agustina no piensa igual, ella quiere cumplir la mayoría de edad para poder comprarse un carro propio, mi mama solo la escucha con cierta decepción.

Desde la muerte de mi padre, nada fue igual en nuestra familia, el silencia es nuestro compañero diario, mi papa siempre me inculco estudiar medicina, y creo que también serán los pasos de mi hermana. Es un mundo maravilloso la medicina, nada es exacto, pero a veces quisiera llevar una vida menos estresante.

Un golpe de mi puerta me saca de mis pensamientos

-Isa, amor. Te busca abajo Karen –me dice mi mama a través de la puerta.

-ok mama, ya bajo. Gracias.

Por lo visto Karen se siente culpable por su actitud de ayer, pero pensándolo bien, yo me porte mal ayer, según Luciana eso no es engañar, entonces porque me siento como una mentirosa.

Bajo y la veo a Karen afuera de su auto.

-hola –agacha su mirada. Ven te llevo a la universidad –me dice mientras se acerca a recoger mis cosas.

-no era necesario que vinieras, tengo auto –le contesto.

-si pero, quiero hablar contigo, disculparme por lo de ayer y si no lo hago ahora no podré hasta la noche, sé que tienes todo el día ocupado.

-y también la noche –contesto.

-ves? Siempre buscas la manera de no verme –se enoja.

-no busco la manera de nada, es mi carrera que me ocupa tiempo Karen.

-bueno, déjame llevarte si? Hablemos en el camino.

-pero si me voy contigo en que me regreso?

-yo pasare por ti amor. Hoy sales a las 9 pm verdad?

-si –contesto.

-bueno sube.

Accedo a subir al vehículo de Karen, mientras me dirijo al asiento del pasajero puedo ver cómo pasa un vehículo, pero no sé si mis ojos me traicionan o lo que acabo de ver es verdad. –Catalina? Paso por aquí? –.

Karen me saca de mi trance.

-hey! Sube bebe –me dice.

En el carro comienza la interminable charla.

-discúlpame de verdad mi amor, pero me dieron muchos celos, tu sabes cuánto te quiero –me dice mientras toma mi mano.

Porque no puedo sentir lo mismo que sentí cuando roce la mano de Catalina, porque con Karen no siento más que el sudor de sus manos.

-mira Karen, no sé porque tus celos sin sentido. Me viste haciendo algo malo acaso con la doctora? No verdad? Entonces no se justifica la escena de ayer.

-si lo sé pero discúlpame no pasara otra vez –me dice apacible

-no crees que esto no está funcionando?

-no Isa, no me hagas esto, no me vayas a cortar solo por eso. Dame una oportunidad por favor amor –me suplica.

Me siento mal verla así, y después de lo que hice, soy mala persona. No quiero lastimarla así que accedo.

-está bien Karen, tratemos de que funcione –agarra mi mano y le da un beso.

-gracias bebe.

Al estar en la universidad comienza la rutina, mis clases, lecciones en fin. La llamada del Doctor Rúales me sorprende, me pide que me comunique con la nueva Docente, no me dice ni el nombre, por lo menos me indica que es mujer, luego me dice que me pasa el numero por un mensaje. Pero quien con él, está un poco senil, es mejor no discutirle.

Trato de comunicarme con ella a la hora del almuerzo, pero no tengo respuesta. –Muy ocupada la Doctora–. Me digo.

Luciana se acerca a mí.

-hola porque estas tan sola? –me dice mientras me da un beso en la mejilla.

-solo estaba repasando unos capítulos –le sonrió.

-siempre estudiando tú –ríe. Y como estuvo el resto de tu día ayer?

-muy bien.

-no quiero que por lo sucedido cambie nuestra relación, somos amigas –me dice preocupada.

-si lo se Luciana, no te preocupes.

No tengo pensado cambiar la relación que llevo con Luciana, es una gran persona, y muy divertida, claro que dejare de practicar las masturbaciones mutuas.

-y ya te sabes? –me pregunta.

-si ya he estudiado, bastante. Estaba tratando de comunicarme con la nueva Doctora de Psiquiatría.

-ah sí, cierto que se va la momia –se ríe.

-no seas mala, pobre Rúales –rio.

-ah cierto que tú eres su mano derecha –se burla.

-solo lo ayudo, me cae bien el Doc

-y bueno te contesto la doctora?

-no, pero creo que le dejare un mensaje.

Le dejo el mensaje a la nueva docente, y continuo con mis tareas diarias. La noche se demora en llegar, hasta que por fin termina la última clase del día.

-que harás ahora? –me pregunta Luciana.

-mi novia vendrá por mí –contesto desanimada.

-uy pero que ánimos por ver a tu novia –se me burla.

-que simpática que eres –le digo con sarcasmo.

-es bromita, y bueno porque no te entusiasmas verla?

-es algo difícil de explicar, pero no sé cómo terminar con ella, no quiero lastimarla.

-más la lastimas si te quedas con ella, no crees?

Solo haga una señal con mi cabeza de aceptación.

Las palabras de Luciana retumban en mi cabeza mientras espero a Karen, no sé cómo terminarla, pero tengo que hacerlo.

De repente Karen aparece y me subo al vehículo.

-hola amor –se acerca y me da un beso.

-hola, que tal tu día? –le pregunto.

-pues bien, un poco cansado. Y bueno dónde vamos? –me pregunta con entusiasmo.

-no sé dónde desees –contesto.

-tienes hambre? Vamos a comer algo ya?

-bueno vamos por pizza.

Durante el camino hablamos de diferentes temas, no sé cómo decirle, que es mejor dejar la relación.

-bueno llegamos –me dice mientras estaciona el vehículo.

Entramos al lugar y pedimos nuestra orden, mientras esperamos me atrevo a decirle.

-Karen, tenemos que hablar –le digo agachando la mirada.

-qué pasa? –su tono de voz se torna preocupado.

-creo que deberíamos darnos un tiempo –murmuro.

-un tiempo? Tú necesitas un tiempo, porque yo no. No lo quiero Isabella –alza su tono de voz.

-tranquila, que nos están viendo –la trato de calmar.

-a mí que me importan que me vean –me grita.

El mesero se acerca a nuestra mesa.

-señoritas, está todo bien? –pregunta el mesero.

-si está todo bien, gracias –contesto.

-ponga la pizza para llevar –dice Karen al mesero.

-ok señoritas, muy pronto estará lista.

El mesero se aleja.

-comerás en tu casa? –le pregunto

-no, no tengo hambre. Es para ti, de seguro no has comido nada en el día –me dice.

Me siento tan mal, ver como ella se preocupa por mí, pero no puedo seguir con ella por agradecimiento por su buen trato.

Durante el camino a casa no me dijo ni una sola palabra, cuando estoy a punto de bajar del vehículo, me dice con su voz a punto de quebrarse.

-espero y no te arrepientas de tu decisión –agacha la mirada.

-adiós Karen –lo digo mientras bajo del vehículo.

Sé que me porto mal, pero es lo mejor para las dos.

Una vez en casa alisto todo para la nueva docente mañana, espero no sea estricta, el Doctor Rúales era muy buen docente y también muy amable.

Reviso mi whatsapp y puedo ver que la doctora esta entre mis contactos, pero no tiene foto. –Bueno será conocerla hasta mañana–.

El despertador suena hoy me puedo levantar un poco más tarde, ya que mis clases comienzan a las 10 am, salgo a desayunar.

Puedo ver una nota en la refrigeradora, es de mi madre.

Se me hizo tarde amor, disculpa por no prepararte nada. PD: podrías pasar por el colegio de tu hermana y dejarle los cuadernos que en la mesa que se le quedaron. Gracias.

Debe estar bromeando. –Ir hasta allá, solo para dejarle los cuadernos a Agus, y mis clases qué? –. Me quejo mentalmente.

No tuve tiempo de comer nada y me cambie de ropa, use mi típica vestimenta un poco rockera. Es contradictorio muchas personas me ven y piensan que soy la chica rockera o la que escucha heavy metal, pero en realidad escucho de todo tipo de música, claro preferencia al rock, pero escucho de todo, menos ese estilo de música regetonero.

Me dirijo al colegio de Agustina, me identifico con el portero.

-hola buenos días, vengo a dejarle unos útiles a mi hermana Agustina Duarte.

-un momento por favor la anunciare para confirmarlo.

El colegio tiene mucha seguridad, es el típico colegio de ricachones, claro no me quejo yo también estudie aquí, es tan grande tiene canchas de tenis, futbol, básquet, piscina, y un gimnasio con sauna, además el comedor parece restaurante de 5 estrellas, con chef muy profesionales, y los profesores son los mejores, gracias a mi educación aquí se hablar a la perfección francés, inglés y algo de alemán.

-señorita, señorita –me grita el portero sacándome de mis pensamientos.

-si dígame –contesto.

-me informan que puede pasar.

-ok, muchas gracias –sonrió con amabilidad.

Camino por el campo, y agarro uno de esos carros de golf para transportarme al otro lado del campus.

Por fin logro ver el curso de Agustina, ella me ve a lo lejos, y sale.

-qué haces aquí Isa? –me pregunta con sorpresa.

-agradéceme que estoy acá –le digo mientras le entrego sus cuadernos.

-mis cuadernos de química, woah gracias Isa, como se me pudieron quedar –dice mientras se rasca la cabeza.

-bueno Agus me voy en una hora tengo clases.

-comiste? –me pregunta.

-no, no tuve tiempo.

-anda al comedor del colegio, hay una nueva chef que cocina muy rico, y además está muy bonita –me dice mientras me guiña el ojo.

Qué raro que me diga eso, porque piensa que me interesa si es fea o bonita. –Agustina, sospechara algo acaso? –. Me pregunto.

-y a mí que me importa que sea bonita –contesto molesta.

-claro que te importa –sonríe. Bueno Isa, ve para que comas algo.

-está bien, no me parece mala idea.

-toma mi carnet para que pidas cualquier cosa, me lo dejas con la chef que a la hora de colación voy a retirarlo.

-bueno, gracias Agus, chao.

-Isa espera –me dice antes que me marche.

-dime, que pasa? –contesto.

-necesito un favor –me dice mientras hace puchero.

-que quieres? –le contesto mientras la miro con sospecha.

-déjame el carro por favor, te lo ruego, no te pediré nada más.

-estás loca –le contesto.

-de verdad Isa, lo necesito y esta vez para hacer unas vueltas del colegio.

-y tus otros amigos no tendrán carro acaso –respondo.

-si pero vamos algunos hacer el trabajo y no todos tienen carro.

-si tú tampoco tienes –me le rio con malicia.

-porfa Isa, de verdad lo necesito –me dice con tristeza.

Siempre me dejo convencer por ella.

-está bien, pero no se te ocurra andar muy rápido, promételo.

-si claro Isa, muchas gracias, te pasas de buena hermana –se acerca y me da un beso en la mejilla.

Me alejo de Agustina pensando que me tocara ir en taxi a la universidad.

Me dirijo en dirección al comedor, y pienso en el comentario de mi hermana, de seguro ya noto mis preferencias, ya una vez adentro de la cafetería me doy cuenta que no había nadie así que comienzo a llamar.

-buenos días! Alguien que atienda? –grito.

De repente sale una chica debajo del mesón, dándome un susto.

-hola si disculpa por asustarte, es que estaba ordenando una cosas acá abajo.

Agustina tenía razón es una chica muy linda y joven, tiene muy lindos ojos.

-tranquila, que tienes para servirse? –le pregunto.

Después de indicarme diferentes tipos de alimentos, espero en la mesa mientras me los sirve.

-toma, disfruta, buen provecho –me dice mientras pone la bandeja de comida en la mesa.

-gracias, se ve delicioso.

Veo que ella se sienta en el otro extremo de la mesa, la noto algo pensativa, así que decido entablar conversación con ella.

-muy poca gente viene a esta hora? –le pregunto.

-ah! –me dice confundida.

-muy poca gente viene a esta hora al comedor? –le digo casi gritando.

-si muy poca –me dice mientras se levanta de su silla y se acerca a la mía. Lo que pasa es están todos en clase –se sonríe.

-ah claro –contesto. Está muy rica tu comida –le sonrió.

-si? muchas gracias –me devuelve la sonrisa.

Es realmente muy bonita, pero no me pasan las cosas que me pasaron con Catalina, ahora sí creo que fue amor a primera vista.

-supongo que no eres una estudiante fugada de clases? –me pregunta mientras ríe.

-no –rio. Nada que ver, vine a dejar unos cuadernos para mi hermana. –le digo.

-y tú a que te dedicas? –me pregunta.

-soy estudiante de medicina –contesto.

Ella agacha la mirada.

-dije algo malo? –le pregunto intrigada.

-no, no dijiste nada malo, pero la medicina y todo eso de los doctores me recuerda a alguien –puedo ver tristeza en sus ojos.

-alguien muy especial? –pregunto.

-si bastante especial, pero lo arruine todo –su voz comienza a quebrarse. Disculpa es que me vuelven los recuerdos.

-no tranquila, y bueno si esa persona sigue siendo tan importante y especial para ti, debes luchar por esa persona.

-no creo que me perdone nunca.

-amas a esa persona? –le pregunto.

-sí, amo bastante a esa persona, pero nunca se lo demostré y después fue demasiado tarde para hacerlo.

-si amas algo ve por ello, sea lo que sea que hayas hecho esa persona debe escucharte, pero vamos, inténtalo. Eres una persona muy bonita, si no te perdona, esa persona se lo pierde –le digo tratándole de dar palabras de ánimos.

-muchas gracias, me ha servido de mucho tu consejo –sonríe.

-lo intentaras?

-si lo hare, aunque me cueste, tratare –sonríe.

Veo mi reloj y me doy cuenta que es tarde y tengo que tomar un taxi, así que me despido.

-lo siento me tengo que ir, tengo clases. Toma por la comida, estaba deliciosa –le extiendo el carnet de Agustina.

-no déjalo, va por mi cuenta, ha sido muy gratificante charlar contigo –me dije devolviéndome el carnet.

-bueno gracias, también me ha gustado charlar contigo –le sonrió.

Estaba a punto de irme cuando recordé que tenía que dejar el carnet de Agustina.

-cierto lo olvidaba, mi hermana dijo que dejara este carnet contigo. Si puedes entregárselo porfis –le digo apacible.

-si claro, no te preocupes –agarra el carnet, lo mira y sonríe.

Se me hizo rara la reacción de la chica. –Qué raro, tal vez mi hermana sea amiga de ella–.

Una vez fuera del colegio me voy rápidamente rumbo a la universidad. Me dificulto conseguir un taxi, pero por fin voy en camino.

Por fin en la universidad, comienza la interminable rutina, de un momento a otro se va el día y llega la noche, falta menos de una hora para tener la clase de Psiquiatría con la nueva docente.

Estaba hablando con Luciana, mientras esperamos la próxima clase.

-y te contesto la doctorcita? –me pregunta Luciana.

-no pero le envié el mensaje, ojala y aparezca –digo preocupada.

-no, mejor que no venga y nos vamos de carrete –ríe.

-estoy empezando a creer que eres mala influencia –rio.

De repente mi celular empieza a sonar. Agarro y veo la pantalla es Karen.

-la novia –me dice Luciana con tono de burla.

-ex novia –contesto, mientras me alejo para contestar la llamada.

-hola Karen –contesto sorprendida.

-ven un rato, estoy en el carro frente a ti –mientras dice eso alzo la mirada y la busco.

-ya te vi, espera –le digo y cuelgo la llamada.

Me acerco a Luciana y le explico la situación.

-suena a problemas esto –me dice.

-no creo –le contesto. Pero por favor si no me doy cuenta que viene la doctora me timbras ya?

-si claro Isa.

Una vez en el carro de Karen,  no me dice nada, después de unos minutos trato de hacer menos incomodo el momento.

-me sorprendió tu llamado –le digo sin mirarla.

-te sorprendió o te molesto? –me dice a la defensiva.

-Karen no empieces, si?

-solo quiero hablar contigo –me dice.

-está bien hablemos –contesto.

-pero aquí no, vamos a un lugar más tranquilo.

-pero ya mismo tengo clases –le contesto.

-venimos enseguida –me dice mientras arranca el vehículo.

-Karen yo no me puedo ir –le contesto furiosa.

-bueno –frena de manera brusca. No sé qué fue lo malo que te hice para que me dieras este trato, tan mala fue nuestra relación? –me dice llorando.

-no, no es eso, está bien vamos a otro sitio para que hablemos –le digo.

Avanza a unos 10 minutos más allá de la universidad y se detiene.

-aquí estamos sola –me dice.

-sí, pero recuerda que en 30 minutos tengo mis clases.

-si tranquila yo sé –me contesta.

Se queda un rato callada y respira profundo antes de hablar.

-Isabella, yo te necesito conmigo –me dice con lágrimas en sus ojos.

-Karen no llores, tu eres una buena chica, muy atractiva pero yo no soy para ti –le contesto.

-el típico no eres tú, soy yo –sonríe con tristeza.

-no, solo digo la verdad, mira yo no  me siento bien en pareja, con nadie. Tú me tratas tan bonito y yo solo te trato como una amiga, tú mereces a alguien que te corresponda de la misma manera.

-pero dame una oportunidad, quiero ser aquella que te saque de ese cascaron y puedas sentirte a gusto conmigo.

-es mejor que no, por favor Karen –le digo mientras paso mi mano por su mejilla limpiando sus lágrimas.

Ella me ve directamente a los ojos y se acerca a mí, sus labios tocan los míos y le correspondo ese beso. Para por un momento y respira profundo.

-que me hiciste Isabella.

Me vuelve a besar, sé que no debo corresponderle estos besos, pero sé que ella sabe que son de despedida. De repente mi celular suena.

-hola –contesto.

-Isa, la doctora ya llego, estamos ya en salón con ella.

-ok, no me di cuenta de la hora, ya voy para allá –cuelgo la llamada de Luciana.

-me tengo que ir –le digo con apuro a Karen.

-si ya te acerco –responde mientras pone en marcha el carro.

-la verdad no me di cuenta del tiempo –le digo.

-yo menos, pero disculpa si por hacerte llegar tarde.

-no te preocupes Karen.

-podemos vernos esta noche? Te espero si deseas –me pregunta.

-no creo que sea buena idea.

-te espero en tu casa entonces, puedo? –me pregunta con insistencia.

-está bien, pero igual te confirmo porque no sé si tenga cosas que hacer luego.

-está bien no hay problema –me dice.

Por fin llegamos a la universidad, llevo 15 minutos de retraso, ojalá la doctora no sea tan estricta.

Me acerco al salón y puedo ver las caras de mis amigos, por lo que veo es un poco estricta la doctora. Luciana me hace señas que entre sin hacer ruido para que no se diera cuenta de mi atraso, pero para mí mala suerte la puerta se trabo realizando un sonido al intentarla abrir.

Puedo ver que la Doctora no se voltea, solo escucho su voz.

-porque llega a estas horas? –me pregunta con cierto disgusto.

-disculpe Doctora, se me hizo tarde –le contesto con arrepentimiento.

-Que no vuelva a pasar –lo dice desafiante mientras se voltea.

Me quedo paralizada, mis ojos nuevamente juegan conmigo. –Catalina? Es ella acaso–.

No me muevo de donde me encuentro hasta que ella por fin rompe el silencio.

-siga a su asiento señorita –me contesta frívolamente.

Elle continua dando la clase, tal vez no me reconoció. –No seas ridícula Isabella, una mujer como ella, porque te recordaría? –. Me digo a mi misma.

Me quedo detenidamente observándola mientras da la clase, lo bueno que puedo verla cuantas veces yo quiera sin que sin que se dé cuenta que me encanta.

Me pierdo en su figura, estoy embobada viéndola, de repente siento que Luciana me codea.

-que pasa Luciana –le susurro enfadada.

-Isa! la doctora pregunta quién es la representante, levanta la mano –me dice retándome.

Contesto rápidamente la pregunta de Catalina.

  • yo soy la asignada Doctora –digo mientras levanto mi mano.

Puedo ver como se nota sorprendida, tal vez me recordó.

-muy bien señorita, al terminar la clase se queda un momento conmigo para que me informe los temas –me dice mirándome a los ojos.

Su mirada me quema, y tengo que agachar la mirada y contestar.

-está bien Doctora.

Estoy muy nerviosa por quedarme a solar con ella, le habrá gustado verme nuevamente?

Puedo notar como de repente ella desvía la mirada hacia mí, me intimida tanto, siento mi corazón latir más rápido, que me pasa con ella, porque me hace sentir tantas cosas con tan solo una mirada.

Por fin ella despide a la clase, no me muevo de mi asiento y espero que se vayan todos. Luciana me hace un gesto de despedida. Mientras veo salir a Luciana puedo ver que la mirada de la Doctora se encuentra sobre mí, esta vez no me intimido y le devuelvo la mirada con una sonrisa. –Se acuerda de ti–. Me digo mentalmente.

Una vez con nadie en el salón me acerco a ella, siento como tambalean mis piernas de los nervios por tenerla cerca, pero trato de actuar con disimulo.

-aquí está la lista de temas Doctora –le digo.

Ella se queda observándome sin decirme nada, solo puedo ver una sonrisa en su rostro.

Hasta que por fin evoca palabra.

-pensé que jamás volvería a verte –me dice sin sacar esa sonrisa tan sexy de su rostro.

-pues ya ve Doctora el mundo es pequeño –río.

-si muy pequeño y poco predecible –me dice viéndome a los ojos.

No le desvió la mirada. Su mirada me hace sentir sensaciones nunca antes sentidas por nadie, me intimida pero a la vez siento deseo por ella, tengo la necesidad de sentirla cerca de mí.

Si sigo viéndola no poder controlarme, esta Isabella es nueva en mí, es una Isabella desconocida, así que bajo la mirada y rompo el trance en el que nos encontrábamos.

-aquí tengo la lista de los alumnos Doctora –murmuro.

Se me queda viendo nuevamente, no sé qué va ser de mi si me sigue viendo, es como si analizara cada detalle de mi rostro.

De repente me dice algo que me deja sorprendida.

-qué te parece si salimos de aquí y me ayudas a organizar el orden de las exposiciones para que le informes a tus compañeros –me dice.

Me da miedo salir con ella, tengo miedo de mí, de mis sentimientos, no sé cómo reaccionar, claro que muero por salir a solas con ella, pero sé que no está bien, que dirían mis compañeros si se enteran, aunque lo que realmente me preocupa es que ella se dé cuenta que me tiene fascinada.

-no está bien que salga con mi docente –solo puedo decir eso mientras escondo mi cabeza entre los hombros.

Se queda callada, no me dice nada, de seguro pensara que soy una cabra chica.

Digo cualquier cosa para romper ese silencio incómodo.

-es que la gente es mal pensada, y que cosas dirán –le digo.

Ella me sorprende con su reacción.

-no tranquila, si tienes razón, pero no te estoy invitando a salir así que tranquila no pienses eso, es estricta relación entre Maestra y Alumna, solo que si tú eres la “asignada del curso”, debería importarte este tipo de cosas. Pero tranquila que si no deseas cooperar buscaremos a otra persona que represente al curso –me dice con cierta arrogancia.

Me quedo callada, estoy tan enojada, me dolieron sus palabras, me trato de una manera tan idiota.

-no es eso Doctora, solo que pensé que.. –me quedo callada antes de delatarme.

-pensaste qué? –me pregunta.

-no nada –murmuro. Bueno vamos donde desee para arreglar lo de los temas –le digo.

Puedo ver que su rostro cambia, me sonríe. –Porque le alegra tanto que salga con ella? –.

-está bien, tienes auto? –me pregunta.

-sí, pero no lo traje –contesto.

No sé si mi hermana me hizo un favor o no al prestarme el carro, ahora podre pasar más tiempo con ella en el camino.

De camino a su vehículo, puedo notar la buena vida que se da la Doctora, hasta parece nuevo el auto.

De repente mi celular comienza a sonar, no me molesto en mirar quien es, ahora solo quiero estar con ella, así sea disfruta mi tiempo de “alumna-maestra” con ella.

Una vez en el auto me pregunta si quiero ir a un lugar en especial, no se me ocurre ningún sitio en particular, cualquier lugar con ella me parece bien, con tal de seguir viéndola.

-no ninguno Doctora –le contesto con timidez.

-ya no estamos en clases Isabella, así que puedes llamarme Catalina –me regaña.

-se me dificulta tutear a mi docente –le contesto.

En realidad, me gusta tratarla con respeto, pero bueno si ella me pide que la tutee, tratare de hacerlo.

Nuevamente mi celular comienza a sonar por un instante, interrumpiendo nuestra platica.

-yo creo que si deberías atender esa llamada –me dice mientras levanta la ceja.

Se ve tan hermosa. Que me hizo? Es como que estuviera hipnotizada por ella.

-sí, creo que sí –contesto mientras veo la pantalla del celular.

Puedo ver el registro de llamadas y es Karen. –Claro, debe estar en mi casa, lo olvide por completo–. Me contesto a mí misma.

Nuevamente llama y contesto la llamada, no escucho muy bien lo que me dice, así que trato de bajar el volumen, pero al hacerlo mi mano se cruza con la de ella provocando un roce entre ambas, nuevamente siento esa corriente eléctrica en mi al tocarla. Me quedo sin palabras viéndola a los ojos, tengo ganas y la necesidad de besarla.

-alo? Alo? Isa, esta ahí? –puedo escuchar a Karen al otro lado de la línea interrumpiendo mis deseos hacia Catalina.

-sí, aquí estoy –contesto confundida por el momento con la Doctora.

-demoras? Aun no voy a tu casa, pero si quieres te espero allá –me dice.

-no sé, creo que demoro un poco –miro de reojo a Catalina.

-yo te espero tranquila –me dice de manera insistente.

-no, no me esperes yo te llamo mejor cuando llegue –murmuro.

Karen me cuelga la llamada, de seguro se enojó.

Ella nota que algo raro sucedió y me pregunta si está todo bien, no le podía decir la verdad, además ella no sabe sobre mis preferencias, así que le digo que no es nada.

-bueno y donde quieres que vayamos? –me pregunta.

No se me ocurre ningún lugar, hasta que pienso en la cafetería cerca de la universidad.

-no sé, cerca de aquí queda un Starbucks –le contesto.

Su mirada cambio al escuchar ese lugar, tal vez no le gusta el café. Pero accede sin ningún problema.

Al llegar al lugar los nervios se apoderan de mí. –Estarás tomando un café, con la mujer que te inspira tantas cosas y que además es tu profesora? –. Malditos pensamientos que solo me ponen más nerviosa.

Ella puede notar mi nerviosismo.

-qué te pasa? –me pregunta.

-no nada –contesto sin mirarla.

-no parece que nada, te noto un poco nerviosa –me dice mientras agarra mi mano.

La miro directamente a sus ojos grises, tengo deseos de lanzarme a su boca, me siento tan sorprendida de la serie de sentimientos que ella provoca en mí, con tan solo un roce, con tal solo una mirada.

Ahora ella me desvía la mirada, tratando de evitar el momento.

-si ves, estas helada –me dice mientras suelta mi mano.

-bueno sí, estoy un poco nerviosa, es que no quiero que nos vean, no es normal que la estudiante salga a tomar un café con su Docente –le contesto tratando de disimular la verdadera causa de mis nervios.

Comienza a hablar sobre las relaciones clandestinas de alumnos y docentes, no logra más que ponerme incomoda, con su charla. Puedo ver su mirada de picardía y me encanta.

Trata de psicoanalizarme, es un terreno peligroso, no me siento cómoda al decirle mis preferencias, aunque sé que las de ella son las misma. –O será bisexual? –. Me pregunto a mí misma.

Ahora me dice que soy hermosa, mis ilusiones vuelven, pero sigue con su análisis, que me incomoda, no quiero ser una más de sus pacientes.

Cambio el tema rápidamente.

-los grupos de exposición, cuantos serán? –le pregunto.

Se ríe al escucharme, tal vez le causo gracia la manera tan poco sutil de cambiar el tema.

-porque se ríe? –le pregunto.

-por nada, algún día espero poder hablar otros temas contigo, que no sean de las clases –me dice sonriendo.

Solo agacho mi mirada y puedo sentir como mis cachetes se ponen rojos.

El resto de la charla hablamos sobre las exposiciones, entre ratos veía sus labios, me imaginaba como serán probarlos y pienso, porque nunca jamás había sentido esto por alguien, y de un momento a otro llega ella y provoca en mi todo lo que nadie pudo provocar.

Termina nuestra sesión de trabajo y se ofrece a llevarme a casa, tiene muy buena memoria ya que recuerda muy bien el camino.

-bueno gracias Isabella, de verdad me ayudaste bastante –me dice sonriendo.

-no se preocupe Doctora, cualquier cosa que necesite no dude en pedírmela –le digo devolviéndole la sonrisa.

Comienza a reír con picardía. –se ve tan linda, pero de seguro malinterpreto mi comentario –. Solo sonrió.

-te veo mañana en clases supongo –me dice.

-si hasta mañana –me despido mientras me dispongo a bajar del vehículo.

De repente me toma del brazo, recordándome la vez que lo hizo en nuestro primer encuentro. Se acerca a mí tomándome por sorpresa y me da un beso de despedida muy cerca de mis labios.

Me quedo paralizada, realmente no lo esperaba, siento como si me tiraran fuego en la cara, estoy completamente roja.

-esa es la manera educada de despedirse –me dice sonriendo.

No puedo decir nada, solo me dedico a bajar del vehículo. Puedo escuchar que al cerrar la puerta de mi casa, ella pone el carro en marcha.

Apenas cierro la puerta esta comienza a sonar. –Sera ella? Vendrá a darme bien ese beso–. Me digo con entusiasmo a mi misa.

Al abrir la puerta me encuentro con una imagen por grata, y además muy penosa.

-Karen, que hace aquí? –le pregunto.

Ella solo me ve con sus ojos inyectados de sangre. Puedo percibir aroma a licor proveniente de ella.

-Karen háblame, estuviste bebiendo –le digo.

-eres una perra –lo dice y luego comienza a llorar de manera descontrolada.

Trato de omitir aquel comentario que hizo y la consuelo hasta que se calme. La llevo a mi habitación, por suerte mi mama ya se encuentra en su dormitorio y no ve aquella escena.

Luego de unos minutos mientras llora recostada en mis piernas, trato de volver hablarle.

-Karen, porque tu reacción? No es nada de lo que estás pensando.

Su respiración es entrecortada, no puede emitir palabras debido a las lágrimas.

Acaricio su cabeza y esta queda dormida. Pasan 45 minutos y ella sigue sin despertar, de repente mi celular suena, veo la pantalla y casi se me sale mi corazón del pecho. Es Catalina.

Mensaje Doc Psiquiatría:

Sdfsoob n

No entendí que quiso decir, tal vez se le fue el mensaje, otra desilusión al saber que no me escribe a mí. Solo contesto con unos signos de interrogación.

Ella contesta rápidamente, disculpándose por aquel mensaje. Me pregunta que estoy haciendo, por obvias razón decido ocultar que no estaba sola en ese momento. Luego me invita a cenar, me quede tan sorprendida, pero esta vez no dejare que mi timidez y el que dirán me hagan rechazar la invitación de Catalina. Me hago un poco la difícil, y cuando estoy a punto de acceder a su invitación Karen se despierta.

Dejo el celular por un momento y la ayudo a ponerse de pie.

-estas bien? –le pregunto.

-sí, estoy mejor –me contesta mientras pasa una mano por su cabeza.

-tenemos que hablar –le digo.

-si lo sé, pero no quiero que me veas así –contesta tapándose el rostro.

-ya te vi Karen y sé que estás pensando cosas que no son.

-que no son? Yo te vi con esa Doctorcita de la otra vez –me dice casi gritando.

-cálmate, despertaras a mi mama, ya es tarde –le digo susurrando.

-ok, disculpa, ya me voy –me dice mientras tambalea hacia la puerta.

-no te puedo dejar ir así, te llevo a tu casa –le digo.

-puedes prestarme el baño un momento?.

-claro, ve –le contesto.

Mientras Karen estaba en el baño abro el whatsapp de mi Doctora Catalina, esperando que no haya tomado mi falta de respuesta como un rechazo a su invitación.

Mensaje de Isabella:

Si tiene razón, aceptare su invitación a cenar.

Quedamos de acuerdo en ir en carros separados para que no se vea muy sospechoso.

Se despide de mí, mandándome un beso, no puedo evitar tener una sonrisa de oreja a oreja en mi rostro. Sonrisa que se borra totalmente con las palabras de Karen.

-creo que no me equivoque con lo que te dije antes –me contesta riendo.

-mira Karen, antes te la deje pasar por tu estado, pero ya te encuentras mejor, y a mí me vas respetando, empezando porque estas en mi casa, y segundo no te he dado motivo para que me llames así.

-y lo que vi que? –me contesta desafiante.

-lo que viste nada, si no pasó nada. Además si hubiera pasado no tendría por qué importarte ni molestarte porque ya no somos nada.

-es fácil para ti decirlo, porque no sientes nada por mí, pero es feo para mi escucharlo y aceptarlo cuando estoy completamente enamorada de ti –agacha la mirada.

Sus palabras me dejaron sin habla, me sentí mal por ella, y tiene razón, es fácil para mí porque no siento nada más que cariño por ella, pero debe ser feo amar a alguien que no está ni ahí contigo, amar a alguien que le interesa alguien más. Lo peor es el amor no correspondido.

-vamos te llevo –le digo tomándola de la mano.

En el camino no dijo ni una palabra, solo miraba a la ventana. Al llegar a la casa solo suspiro muy fuerte.

-supongo que es todo –me dice mientras trata de limpiar lagrimas que salen de sus ojos.

-así es –le contesto.

-no podré olvidarte de un día a otro, pero lo tratare. Igual gracias por los buenos momentos.

-te quiero Karen no lo olvides, igual cuentas conmigo.

-Si no dudo que me quieras, pero por desgracia mía no lo haces con la misma intensidad ni de la misma manera que yo –me mira a los ojos. Sabes que será lo más difícil? –me pregunta.

-no, no lo sé.

-saber que yo seguiré pensando en ti, extrañándote, sufriéndote y que tu estarás pensando en otra persona, y que no tendré ningún derecho a reclamarte nada, solo tendré que seguir haciendo como si nada. Seguir con mi vida.

-no digas eso, si te ayuda te eliminare de todo, para que no sepas más de mi –le digo.

-no te preocupes, que al verte tan feliz, y ver que estás haciendo tu vida con alguien más me ayudara a poder olvidarte, sé que tengo que ser fuerte y aceptar que nunca me viste más que como una amiga, aceptar que esta “relación” solo estuvo en mi cabeza, fue relación de uno, porque nunca demostraste tener algún interés más que amistad.

-no digas eso yo no estoy con nadie más y no digas que no hubo relación porque si la hubo, pero no funciono.

-yo te conozco tan bien que puedo ver en tu mirada que te gusta alguien –agacha la cabeza. Al final de todo la culpa es mía –al decir esto se baja del carro.

Me mira mientras camina hacia su casa y me dice una última cosa más.

-solo para que lo escuches por primera y última vez YO TE AMO –me da la espalda y entra a su casa.

No puedo evitar sentirme mal por todo esto, actué mal y tal vez ella tiene razón, por eso esto no funciono, porque siempre la vi como una amiga.

Al llegar a mi habitación me puse a llorar, tal vez por lastima, lastima de no poder sentir lo que ella siente por mí, para no verla sufrir, pero no puedo mandar en el corazón, y simplemente con Karen no iba a funciona, aunque suene despiadada.

BUENO ESPERO LES GUSTE ESTE CAPITULO, ESTE CAPITULO PARA MI ES EL MAS TRISTE PORQUE TIENE UN SIGNIFICADO PERSONAL. DEJEN SUS COMENTARIOS Y SUGERENCIAS.

LA SEMANA PASADA ERA FELIZ, COMO PUDO CAMBIAR TODO TAN RAPIDO?..LAS PALABRAS QUE MAS DUELEN SON LAS QUE TE DEJAN MARCADA Y TE AYUDARAN A SEGUIR ADELANTE.

IRONIAS DE LA VIDA.IRONIAS DEL AMOR..EN LOS DIAS OSCUROS. -LISNA-