Tu mi Cordura Yo tu Locura (Chapter 6)
Historia de Catalina - Chapter 6: The Comeback
En el camino al vehículo el celular de Isabella suena, pero ella no se molesta en contestar la llamada.
-tienes que contestar esa llamada? –le pregunto.
-no, no debe ser nada importante –me contesta.
Ella sube al vehículo, la veo detenidamente y le pregunto dónde le gustaría ir
-quieres ir a algún lugar en especial?
-no ninguno Doctora –me contesta con timidez.
-ya no estamos en clases Isabella, así que puedes llamarme Catalina.
-se me dificulta tutear a mi docente –me contesta.
El celular de ella comienza a sonar nuevamente.
-yo creo que si deberías atender esa llamada –la miro y levanto mi ceja.
-sí, creo que sí –me contesta mientras ve la pantalla de su celular.
Nuevamente suena el celular y ella se dispone a contestar. La música estaba un poco alta así que extiendo mi mano para bajar el volumen, ella hace lo mismo, de tal manera que nuestras manos se chocan, ese roce es algo inexplicable, produce en mí una especie de electricidad, siento como mi piel se eriza con el contacto de su mano.
Ella mi mira y no puede evocar palabra alguna, mientras la persona con la que habla espera en el línea.
-sí, aquí estoy –contesta al teléfono.
-no sé, creo que demoro un poco –me mira de reojo mientras lo dice.
-no, no me esperes yo te llamo mejor cuando llegue –murmura.
Puedo ver que se siente incómoda al contestar ese llamado, debe tener novio, o quizás novia. –De seguro novia, después de la manera en que te vio aquel día–. Me digo a mi misma.
-tienes problemas? Si deseas te llevo a tu casa –le digo sin mirarla.
-no, tranquila, no es nada –me contesta.
-bueno y donde quieres que vayamos? –le pregunto.
-no sé, cerca de aquí queda un Starbucks.
Con solo esas palabras los recuerdos vienen a mí, la primera cita con Amelia. De tantos lugares en Santiago ella quiere ir a Starbucks.
-está bien, vamos –le digo mostrándole una sonrisa fingida.
En el camino el perfume de Isabella hace desaparecer por completo mis pensamientos sobre Amelia.
-ya llegamos –le digo con entusiasmo mientras estaciono el auto.
Nos ubicamos en una mesa y muy pronto nos trajeron nuestros pedidos. Podía ver que ella se notaba algo incomoda y nerviosa.
-qué te pasa? –le pregunto.
-no nada.
-no parece que nada, te noto un poco nerviosa –le digo mientras agarro su mano.
Ella solo me mira a los ojos sin decir nada, puedo notar lo sorprendida que esta al verme tomar su mano.
-si ves, estas helada –le digo mientras suelto su mano.
-bueno sí, estoy un poco nerviosa, es que no quiero que nos vean, no es normal que la estudiante salga a tomar un café con su Docente –me contesta.
-pero si sabes que muchos lo hacen? –le sonrió.
-si pero bueno, igual no está bien.
-y si sabes que muchos docentes y alumnas mantienen otro tipo de relaciones?
Me gusta verla incomoda antes mis preguntas.
-si claro que lo sé, pero no sé a dónde quiere llegar con esto.
-solo quiero hacerte entender que no es el pecado más grande venir con tu docente a tomar algo, y mucho menos si la reunión es estrictamente de trabajo –no aparto mi mirada de sus ojos mientras tomo un sorbo del café.
-si sé que es por trabajo, pero los demás no –me contesta.
-te importa mucho la opinión de los demás? –pongo mi mano en mi mentón esperando su respuesta.
-me está psicoanalizando Doctora? –se ríe sutilmente.
-me descubriste –saco la mano de mi mentón y la pongo sobre la mesa.
-y respecto a su pregunta, pues de repente si me importa lo que digan los demás.
-y eso a que se debe –le pregunto intrigada.
-pues no lo sé, inseguridad tal vez –se encoje de hombros.
-inseguridad? A qué? Física no creo que sea, porque eres hermosa –se ruboriza al escuchar mi comentario.
-hermosa? Un poco exagerado, no cree? –se ríe tímidamente. Pero no es física –contesta.
-tienes algún secreto, o algo de lo cual temas que se enteren?
Noto lo incomoda que se pone ante mis preguntas, y de repente hace un cambio radical de tema.
-los grupos de exposición, cuantos serán?
Solo me rio al escuchar cómo cambio el tema de conversación.
-porque se ríe? –me pregunta.
-por nada, algún día espero poder hablar otros temas contigo, que no sean de las clases.
Agacha su mirada, sus mejillas cada vez se ponían más rojas. Solo me sonrió al verla así, me causa tanta ternura Isabella.
El resto de la charla es sobre las exposiciones, en ocasiones noto como ella me queda viendo mientras le hablo, se nota que es una chica inexperta, y muy tímida. Luego de unos 45 minutos terminamos de arreglar todo. Me ofrezco a llevarla a su casa, en el camino ambas no decimos nada, puedo notar como de vez en cuando ella mira su celular, de seguro tiene a alguien.
Hasta que por fin llegamos a su casa.
-bueno gracias Isabella, de verdad me ayudaste bastante –le sonrió.
-no se preocupe Doctora, cualquier cosa que necesite no dude en pedírmela.
Al escuchar esas palabras tantas cosas se me vienen en mente, son palabras peligrosas que no debería mencionármelas porque me las tomaría muy en serio.
Le sonrió con picardía.
-te veo mañana en clases supongo –le digo.
-si hasta mañana –se despide mientras se dispone a bajar del vehículo.
La tome del brazo, repitiendo la acción que realice en nuestro primer encuentro. Me acerco a ella y le doy un beso de despedida muy cerca de los labios.
-esa es la manera educada de despedirse –le digo sonriendo.
Su cara en este punto es roja como un tomate. No dice nada, solo se baja del vehículo.
De camino a mi departamento no puedo dejar de pensar en Isabella, el destino la puso en mi camino, sé que es peligroso que me acerque a ella, no quisiera lastimarla pero algo en mi quiere seguir acercándose, algo en mi quiere a Isabella.
La llamada de Xavier me saca de mis pensamientos
-hola, como esta mi docente favorita? –ríe.
-hola mi amor, bien, saliendo de clases y tú?
-y que tal te fue Catita? –me pregunta. Y yo nada aquí en el departamento.
-que tal te fue con Roberto? –pregunto preocupada.
-pues no muy bien –dice algo triste.
-que te parece si paso por tu departamento?
-si Catita, me parece bien, te apetece tequila? –se ríe.
-Uy huevon pero si estamos día de semana.
-bien que quieres –ríe a carcajadas.
-si tienes razón, espero que tengas mucho limón –rio.
-bueno mi vida te espero.
Cambio mi rumbo al departamento de Xavier, al llegar el me recibe con un vaso de tequila, como siempre tan prendido él.
-que buen recibimiento –me rio.
-para que veas mi amor, soy el mejor anfitrión. –me extiende con su mano el vaso de tequila.
-bueno Xavi cuéntame que paso con Roberto.
-ay Cata, pues igual terminamos discutiendo –agacha la mirada.
-tranquilo mi Xavi, pero que le dijiste?
-le dije lo que tú me dijiste –suspira. Le dije que no debemos pelear por los problemas de nuestros amigos.
-y que te dijo?
-me dijo que si tenía razón, pero entonces que me disculpe con Amelia –se ríe sarcásticamente.
-ya? En serio? Pero también pide mucho el Roberto –le digo un poco enojada.
-si pues eso le dije. Que tenía yo que disculparme con ella, en tal caso es ella que debería disculparse con.. –lo interrumpo.
-conmigo –agacho la mirada.
-si po Catita, tú fuiste la afectada aquí, a ti fue a quien hicieron daño, ella no puede venir acá a exigir que le pidan disculpas después de todo lo que hizo, ella debería darlas –se enfurece.
-pero ella no lo haría, si no me hubiera venido a buscar antes, ahora no creo que este arrepentida de nada de lo que hizo.
Xavier solo se queda callado.
-mejor no hablemos de ella –le digo.
-si está bien Cata, bueno mejor háblame como te fue en tu primer día de clases?
-uy si, ni sabes la que me paso –me sonrió.
-cuéntamelo todo –me dice.
-recuerdas a la chica que casi mato con el vehículo?
-si claro, la que te dejo enamorada –ríe.
-pesado –le viro la cara. Bueno si esa.
-ya pos que pasa con ella?
-es mi alumna –sonrió.
-no! De verdad? Woah, que coincidencia –me dice sorprendido.
-si pues eso pensé yo, una extraña coincidencia –lo digo un poco preocupada.
-o el destino tal vez? –sonríe.
-no digas eso, yo no quiero creer en esas cosas ya, sé que no puedo enamorarme pero hay algo que me quiere tener cerca de ella.
-Cata no sé porque, pero se me hace que terminaras metida hasta las patas con ella.
-no quiero eso Xavier –digo enojada.
-has quedado en algo con ella?
-pues no, es mi alumna.
-y dime desde cuando eres tan moralista? –ríe. Yo creo que no has intentado nada porque te da miedo.
-bueno después de las clases salimos por un café, pero fue estrictamente de las clases.
-aja, si como no –lo dice con ironía.
-si claro, bueno aparte si quería estar a solas con ella –sonrió.
Al contarle a Xavier mi salida con Isabella recuerdo cada gesto de ella, el color de sus ojos, y sus labios tan provocativos.
-ay Catalina Andrea –ríe. Quiero conocer a la dichosa Isabella.
-no tengo fotos de ella po.
-pero tienes su whatsapp? –pregunta.
-tengo su número, pero no me he fijado si tiene whatsapp.
-si serás, a ver déjame ver –lo dice mientras agarra mi celular.
Se queda un rato revisando los contactos hasta que por fin rompe el silencio.
-aquí está la famosa Isabella –sonríe. Muy linda, tienes razón.
-en serio? Tiene whatsapp? Déjame verla –lo digo con inquietud.
-tranquila espera –lo dice alejando el celular de mí mientras ve la pantalla. Ah! y mira está en línea –lo dice riendo.
Forcejeo con él para quitarle el celular sin darme cuenta de las teclas que oprimo mientras lucho con Xavier para recuperar mi celular. Hasta que por fin lo obtengo.
-uy! Huevon pesado –le digo mirándolo con enojo.
Me pongo a mirar la pantalla del celular y veo que la ventana de chat de ella estaba abierta. Mi cara cambia de enojo a la de ira.
-Xavier te mato! –le grito.
-que paso?
-mira! Le mandaste un mensaje a Isabella.
-yo? Si yo no hice fuerza para tener el celular –me mira virándome los ojos.
-ósea que fui yo? –rio con sarcasmo. Pero para que andas hecho el pesado, ahora que pensara de mí.
-bueno disculpa Catita, ya tranquila –me abraza. Y que fue lo que se mandó?
-pues puras letras si sentido.
De repente mi celular suena, y era precisamente un mensaje de Isabella.
-es Isabella –le digo asustada.
-y que te puso? –pregunta con intriga.
-un signo de interrogación –lo miro a Xavier con cara de te voy a matar.
El comienza a reírse a carcajadas.
-no te rías –trato de no reírme de la situación.
-es el licor Catita, que me hace reír –sigue riendo.
-y bueno, le contesto? –le pregunto con inseguridad.
-trata de hacerle conversación Cata, veras que te contesta.
-está bien –respondo.
Mensaje de Catalina:
Sdfsoob n
Mensaje de Isabella:
¿?
Mensaje de Catalina:
Hola buenas noches, disculpa por ese mensaje.
Mensaje de Isabella:
Buenas noches doctora, no se preocupe por el mensaje.
Mensaje Catalina:
Te desperté?
Mensaje de Isabella:
No doctora, estaba estudiando.
Mensaje de Catalina:
Disculpa interrumpirte, y no me digas doctora.
Mensaje de Isabella:
Jaja ok, tratare.
Mensaje de Catalina:
Que harás mañana después de las clases?
Mensaje de Isabella:
Nada, supongo que estar en casa.
Mensaje de Catalina:
Quiero invitarte a cenar
Sé que dirás que no es apropiado, pero solo es para conocer un poco mejor a la representante del curso
Mensaje de Isabella:
Me toma por sorpresa. Y si, no es apropiado
Mensaje de Catalina:
Solo una cena, no es gran cosa Isabella.
No contesta después de ese mensaje, me dio un poco de tristeza, no sé qué me pasa. –Basta Catalina, recién la conoces, no debe afectarte–. Me digo a mi misma.
Xavier nota mi rostro.
-que te paso Catita? No te contesto?
-sí, pero la invite a cenar y dejo de contestarme y se desconectó –agacho la mirada.
-ah pero bueno capaz y se quedó dormida.
Después de unos 45 minutos de bebidas y charlas con Xavier, suena mi celular.
Es un mensaje de Isabella.
Mensaje de Isabella:
Si tiene razón, aceptare su invitación a cenar.
Me alegra mucho ver ese mensaje. –Acepto mi invitación, podría tenerla cerca de mí–.
Mensaje de Catalina:
Listo mañana después de clases te espero en el estacionamiento.
Mensaje de Isabella:
Mejor dígame el lugar que yo llevare mi auto.
Le indico la dirección del lugar y me despido de ella.
Mensaje de Catalina:
Bueno hasta mañana que tengas una linda noche :-*
Mensaje de Isabella:
Usted también, descanse :). Hasta mañana.
Xavier interrumpe mi sonrisa.
-ay! Pero miren a la huevona como sonríe –lo dice en tono de burla.
-que pesado que eres.
-y por lo visto han quedado en algo? –sonríe.
-si acepto la invitación –lo digo mientras hago un gesto triunfante.
-me alegra Cata, no te había visto así emocionada desde hace mucho.
-sí, desde que te hablaba de ella –agacho la mirada.
-bueno no pensemos en cosas malévolas ahora –se ríe.
-y que hora es Xavi? Estoy mareada ya, cuanto falta de la botella?
-son recién las 11:30 pm y falta como la mitad –se ríe.
-ya nos tomamos la mitad? –pregunto sorprendida. Ya deberíamos estar borrachos, que resistencia que tenemos los bebedores –rio a carcajadas.
-si mi Catita, ya bajemos toda la botella.
Entre charlas y risas no tardamos ni una hora en acabar esa otra mitad ya estaba muy borracha cuando terminamos la botella.
-qué es? –digo aturdida.
-que es qué? –me contesta confundido.
-qué hora es digo –mi cabeza da vueltas.
-huevona estas en la mismísima mierda de borracha –ríe fuerte.
-ya pues Xavi, no te rías –le pego en el hombro. Mejor llámame un taxi.
-ok ya te lo llamo.
-Xavi que hora es? –vuelvo a preguntar.
-son las 12:20 am Catita.
Después de un rato de hablar con la cooperativa de taxis cuelga la llamada.
-bueno, vienen en 10 minutos –me dice.
-Xavi, tu sabes que hiciera si la volviera a ver –lo digo con los ojos cerrados.
-a qué? –contesta.
-a que que?
-a quien digo –ríe.
-borracho también estas –rio. A Amelia pues –le contesto.
-no, que harías?
-le diría todas las verdades en la cara, la haría quedar como la más perra, porque eso es ella Xavi, una perra sin corazón –las lágrimas comienzan a salir de mis ojos.
-tranquila mi Cata, si es una perra y no merece que sigas botando más lagrimas por ella, después de tanto tiempo.
-igual me duele, igual la pienso, no sé ni como pude superar el amor que sentía por ella.
Se escucha que tocan la puerta del departamento de Xavier.
-deja yo voy Xavi, debe ser el taxista –le digo mientras recojo mis cosas y me levanto del sofá.
-bueno mi Cata, ten cuidado. –se levanta y me da un abrazo. Me llamas cuando llegues –me grita mientras me acerco la puerta.
Abro la puerta y me quedo paralizada, puedo verla a ella, a Amelia. Se encuentra parada frente a mí en la puerta del departamento de Xavier, con su cabello color negro, sus ojos color miel, sus labios rosados, su piel blanca. Esta con un abrigo negro, vaqueros negros y unas botas de color café. Esta preciosa como siempre.
Me quedo parada frente a ella tambaleándome y tratando de mantener el equilibrio para poder mantenerme de pie, paso mis manos por mis ojos, para saber si es verdad lo que estoy viendo. –Es ella, Amelia? O es un producto del alcohol?–.
Solo puedo decir.
-Amelia?
De repente todo se torna nubloso, solo escucho a lo lejos los gritos de Xavier.
-Catalina!!!
LULI GRACIAS POR HACERME SONRIER DIA A DIA, CON TUS LOKURAS :) ERES MI LOKURA, YO SOY TU CORDURA?? JAJAJA TE ADORO
OTRO CAPITULO MAS, NI YO SE PARA DONDE VA ESTE RELATO ESPERO Y LES GUSTE, DEJEN SUS COMENTARIOS.