Tu mi Cordura Yo tu Locura (Chapter 3)

Historia Catalina - Chapter 3: Amargos Recuerdos.

Estoy sin articular palabra, puedo notar la expresión de Xavier de culpa por contarme. –Amelia, otra vez en el país?, Nuevamente en la misma ciudad que yo?, que voy hacer–.

Recuerdo como fue la primera vez que la vi, mi corazón salía de mi pecho, es que simplemente es hermosa, habíamos quedado de reunirnos en un Starbucks cerca de su casa, la cita era a las 3:00 de la tarde, previa a la cita estaba muy nerviosa, no sabía que usar, como actuar con ella, mi sueño de conocerla por fin se estaba haciendo realidad, me sentía como una fanática que conoce a su estrella favorita, yo era su Fan, su Fan enamorada.

Busque una vestimenta que estuviera a la moda, siempre con mis vaqueros, una blusa un poco holgada con mangas largas de color blanco debido a el diseño de la blusa y a la transparencia de la tela tenía que usar una camiseta sin mangas, muy pegada al cuerpo de color negro, mi usual maquillaje con sombra en mis parpados, ojos delineados y brillo labial, me pongo mis tacos y me coloco un gorro tipo boina de color gris con blanco y negro que solo cubre una parte de mi cabeza pero dejando ver mi cabello libre. En camino al lugar paso por una florería, solo compro una rosa de color rojo, no podía evitar ser detallista, romántica y algo cursi, porque eso era antes una romántica empedernida, nada de lo que soy ahora.

Entro a la cafetería y puedo verla a ella de espaldas, mi corazón latía muy rápido estaba con taquicardia, sentía que no iba a poder decirle ni una sola palabra, quería marcharme del lugar pero de repente ella mira hacia la entrada y  me sonríe, yo le devuelvo una sonrisa, se ve preciosa cuando sonríe, estaba hermosa, me acerco muy despacio y estoy ya frente a ella, se levanta y me da un gran abrazo, inhalo ese aroma que emana mientras le correspondo el abrazo, podría pasar respirando ese aroma toda la vida, huele increíble. Una vez que la suelto examino cada parte de su cuerpo, estaba con una blusa larga de rayas color negro, unos vaqueros muy ajustados de color blanco, unas botas largas de cuero color negro de taco alto, al verla por mi mente solo pasaban las palabras. –Tienes que besarla! –. Ella me tenía a sus pies su belleza su adueño de mí, la observo y le sonrió y de manera tímida le entrego la rosa.

-Que linda, no debiste –me dice mientras sonríe.

Su voz por fin puedo escucharla, es una voz tan sexy, una voz perfecta.

- un pequeño detalle, me gusta ser detallista –contesto .

-me gustan los detalles, que sean románticas.

-yo soy así, claro no me ha ido muy bien siéndolo –agacho la mirada.

- no has tenido suerte en el amor?.

-no mucha.

-te sigo gustando como la primera vez que nos escribimos –pregunto sin timidez alguna.

Su pregunta me sorprendía, era una mujer bastante directa, no podía mentirle, mi cara me delataba al momento de verla.

-si me gustas mucho, eres muy atractiva, tu novia es muy afortunada –le digo.

-no tengo novia –contesta.

-pero si en tu Facebook te he visto muy cariñosa con alguien –lo digo mientras frunzo el ceño

-veo que me has estado espiando –levanta su ceja mientras lo dice.

Como le explicaba a esta mujer que se ha vuelto en la dueña de mis pensamientos, que aunque no sea nada mío, yo la celaba, yo suspiraba por ella, y me preocupaba por ella.

-no espiando, como crees –digo en tono nervioso. Solo he visto las publicaciones solo eso.

-y te dan celos? –pregunta mientras esboza una risa de picardía.

Me puse toda roja, antes de contestarlo, solo comencé a reírme de manera nerviosa.

-eso es un sí? –vuelve a preguntar sin apartarme la mirada.

-si –respondo.

-eri tan linda –toma mi mano mientras me sonríe.

Pienso que estoy soñando, que tal vez sigo dormida, por fin mi mano junto a la de ella, siento que estoy enamorada de esta mujer, me tiene hechizada, hipnotizada.

-no más que tu –respondo.

-me consideras tan linda?

-eres hermosa Amelia –me ruborizo y sonrió.

Conversamos bastante tiempo en  esa cafetería, nunca aclaro lo de aquella chica, no me importo en el momento porque me tenía hipnotizada con su belleza, salimos de aquel lugar quedamos encontrarnos el día de mañana, al despedirnos me dio un beso muy cerca de la comisura labial, mis sueños estaban haciéndose realidad.

Nuestras salidas fueron más frecuentes, pero habían detalles que no me gustaban de ella, pasaba mucho tiempo en el celular, al ver a alguien conocido soltaba mi mano, bueno lo acepte, ya que aún no habíamos formalizado nada. Cada día que pasaba con ella, era una esperanza más de poder tenerla para mí, una nueva oportunidad para hacerla mía.

Xavier no estaba en Santiago en esos momentos pero siempre nos comunicábamos, él pensaba que yo solo estaba obsesionada con ella, por su apariencia y porque teníamos algunos gustos similares me decía que porque tenga algunas cosas en común conmigo no la hace la mujer de mi vida. Y aun así si no tuviéramos cosas en común, el solo hecho de deleitarla me era suficiente para ser feliz.

Por fin una noche mis sueños se hicieron realidad, salimos a una discoteca con su mejor Amigo Roberto, esa noche me lo presento, me pareció un chico agradable, algo extrovertido, pero simpático. Roberto consiguió ligue rápidamente y me dejo a solas con Amelia, fuimos a la pista de baile, bailamos muy juntas, su mirada no se apartaba de mis ojos, sentía como su mano pasaba por mi espalda, era la señal, ella quería que la besara, acerque poco a poco mi boca a la de ella buscando su aprobación, y de pronto nuestros labios se juntan, siento mi lengua entrelazada a de ella, no existe para mí nadie más en el lugar solo ella y yo, siento que estoy a punto de desmayar, estoy besando a la mujer de mis sueños, no quiero que sea algo pasajero, la quiero siempre conmigo, al terminar ese beso, dejo salir palabras de mi boca sin pensarlo.

-se mi novia –le digo aun con mis ojos cerrados.

Ella solo sonríe y hace un gesto con su cabeza de afirmación y me vuelve a llevar a su boca. Así fue como caí profundamente enamorada de ella, cada día era un nuevo detalle, me esforzaba demasiado en no perderla, pero creo que tanto detalle, tanto amor la alejo, o quizás nunca fue realmente mía.

-Cata! –me dice Xavier casi gritándome.

Comienza hacer señas con sus manos sobre mi rostro.

-dime –le respondo.

-has quedado en blanco con lo que te dije, te encuentras bien? –pregunta.

Solo lo miro y sonrió, esa pregunta está de más. –Como estar bien, cuando me dice que la mujer que tanto ame, la mujer de mis sueños, la mujer que me destrozo vuelve a este país–.

Suspiro y contesto.

-me ha tomado por sorpresa Xavier, no sé qué hacer –respondo.

-Hacer de qué? –pregunta molesto. No se te ocurrirá ir a buscarla Catalina, recuerda por todo lo que pasaste.

-no claro que no, no la buscaría, ni le hablaría –respondo. Pero yo sé que ella se atreverá a buscarme –digo con tristeza.

-no creo que lo haga Cata –agacha su mirada. Además no dejaremos que eso ocurra, mira yo le he dicho a Roberto que ni se le ocurre darle información sobre ti.

-pero ella sabe dónde vivo Xavier, recuerda que ese departamento fue nuestro, mío y de ella –respondo exaltada.

-esa departamento es solo tuyo, ella no puso ni un peso para comprarlo –me dice enojado. Además tú crees que se atreva a buscarte, después de la canallada que te hizo?

-no lo sé, con ella nunca se sabe.

-vamos afuera, necesito un cigarro –le digo mientras me levanto de mi asiento.

Inhalo el delicioso humo de mi cigarro que me ayuda a relajarme.

-no quiero volverte a ver afectada Cata –me dice con ojos de tristeza.

-tranquilo Xavier, yo no volveré a enamorar nunca más, ni de ella ni de nadie –respondo.

-yo sé que la próxima vez que vuelvas a sentirlo, que vuelvas a amar, no saldrás lastimada –se acerca y me da un beso en mi frente.

-gracias Xavi –lo digo mientras lo abrazo. Y dime a que se debe la visita de ella en el país –pregunto curiosa.

-no es visita, vuelve a vivir acá –lo dice mientras sale humo de su boca.

-volvió con su novia? –pregunto.

-no! sola, no sé qué onda con su novia, así que no preguntes tanto –me regaña.

-no, si no me interesa tranquilo –respondo. Bueno vamos a comer que ya es muy tarde.

Comenzamos hablar de otros temas, dejando atrás el tema de Amelia, por fin nos sirvieron el famoso sushi que le encantaba a Xavier. –No se equivocó, esta delicioso–. Terminamos el delicioso almuerzo y nos despedimos, teníamos que descansar ya que mañana era el comienzo de la agotadora semana.

Voy camino a casa, pero por una extraña razón paso frente a la casa de Isabella. –Que te traes Catalina? –. No consigo verla, y sigo mi camino al departamento.

Abro la puerta del departamento y los recuerdos vienen a mí por si solos, me tumbo a la cama y comienzo analizar cada detalle, cada momento en el que no me di cuenta como ella jugo conmigo.

Los primeros meses de relación, fueron sin duda los mejores, yo sentía que no podía ser más feliz, ella pasaba bastante tiempo en mi departamento, cuando yo estaba en clases ella se quedaba igual, al llegar me alegraba tanto verla. No paso mucho para poder darme cuenta que la amaba, si antes ya tenía mis sospechas, ahora ya lo confirmaba yo amaba a Amelia.

Una noche después de hacer el amor con ella, no pude aguantarlo más y tuve que decírselo, ella solo me miro y me beso, nunca contesto con un Te amo, pero bueno pensé que como llevábamos tan solo tres meses no lo diría tan rápido, pero no fue así, luego cuando finalmente lo hizo y me lo dijo la sentí tan forzada, como si lo hiciera por contestar mis te amo.

Yo seguía viviendo con mis sentimientos no correspondidos por ella, eso me bastaba para ser feliz.  Yo si la amaba, yo si la necesitaba, estaba tan ciega, le propuse vivir juntas, ella dudo mucho al inicio, hasta que le mostré los posibles departamentos donde podríamos vivir juntas, y acepto, compartimos tanto durante año y medio, yo era feliz, no me importaba que ella no me amara como yo, no me importaba porque la tenía conmigo, ella estaba conmigo, mi mente se obligaba a pensar. –Algún día te amara como tú a ella, solo tienes que seguir demostrándole cuanto la amas–.

Pero todo mi mundo se derrumbó, el día que llegue muy temprano a la casa, no tenía muchos pacientes así que decidí sorprenderla y vaya que la sorprendí.

Entro a la sala no la veo, voy a la cocina y tampoco estaba, me acerco a la habitación, y se escuchan ruidos, más que ruidos se escuchan quejidos, mi corazón comienza a latir muy rápido sin a ver visto nada aun las lágrimas ya salen de mis ojos, ya sabría lo que encontraría, aunque mi mente tenía la esperanza de que no fuera así. –Debe ser la televisión, si solo es eso–. Me trato de decir una y otra vez.

Veo ropa de mujer en el piso junto con la de Amelia, alzo la mirada y ahí estaba ella, acostada boca arriba en la cama, con los ojos cerrados gimiendo, mientras que una mujer entre sus piernas le proporcionaba sexo oral.

Mi cuerpo siente tanta rabia, tanta ira, quería matarla, sacar a esa mujer y ahorcarla, pero sabía que era una locura, tengo que controlar mi ira de otra manera, así que hago un puño con mi mano y doy un golpe con todas mis fuerzas en la pared, al escuchar el golpe, ella abre de un susto sus ojos, su cara de placer cambio a la de preocupación de ser atrapada.

Sentía un dolor tan grande en mi mano, que pude notar que estaba fracturada, pero aun así el dolor de la mano era más tolerable al dolor que sentía en mi corazón, al dolor del engaño, la traición y el desamor.

Ella se levantó tan rápido de la cama empujando a su acompañante.

-Catalina, tranquila, tenemos que hablar –me dice en tono de súplica.

-hablar de qué? Ya me quedo todo muy claro Amelia –lo digo mientras lloro de manera descontrolada.

-déjame ver tu mano, estas sangrando –se acerca tratando de examinar mi mano.

-no me toques –contesto enojada .

Su acompañante, agarro rápidamente la sabana para tapar su cuerpo desnudo mientras buscaba su ropa que estaba tirada por toda la habitación, que por lo visto no la encontraba toda.

-aquí tienes –le digo a su acompañante mientras con mi pie pateo su ropa interior hacia ella.

La mirada de Amelia se dirige hacia a la de su acompañante, y mediante gestos le pide que se marche.

-tienes que ir al hospital, ven te llevo –me dice.

-quien era ella? –le pregunto mientras la miro furiosa.

Se queda callada, no dice ni una palabra.

-que, quien era ella te pregunte –le digo mientras que con mi mano sana agarro su rostro llevando su mirada en dirección a la mía.

-una amiga –contesta sacando bruscamente mi mano de su rostro.

-eres tan sínica, Amelia. No sé qué es más, tu cinismo –la veo a los ojos. O tu belleza –agacho mi mirada.

-ven vamos al hospital –me dice en tono apacible mientras coloca sus manos sobre mi espalda.

En el auto tenia tantas preguntas que hacer. –Quien era ella? Hace cuánto me engañas? Nunca me amaste? En que falle? –. Todo eso pasaba por mi mente, pero no salían las palabras, lo único que salía de mi eran lágrimas, estaba destrozada.

-baja, que estacionare el carro –me dice .

No le contesto y bajo del vehículo, rápidamente fui a la sala de urgencias y hable con un amigo que estaba de turno, me hicieron la radiografía, y efectivamente se veía una fractura, era una fractura del extremo distal de cubito y radio. Mientras esperaba al traumatólogo me percato que Amelia nunca volvió, luego de unos 20 minutos puedo ver a Xavier entrando a la emergencia.

- Catita, que ha pasado? –me pregunta preocupado.

-donde esta Amelia? –le pregunto.

-no sé, no la he visto, vino contigo?

-si vino conmigo, pero creo que se marchó –le digo llorando. Quien te ha avisado que estoy aquí Xavi?

-me llamo Roberto, me dijo que estabas aquí por tu mano, pero no me explico bien –me dice confundido. Pero dime Cata que ha pasado? –pregunta exaltado.

-Amelia, paso Xavier, solo abrázame –le pido mientras me acerco a él.

Me acompaño el resto de la tarde, luego quiso ir a mi departamento, pero me negué y le dije que quería hablar a solas con ella, el acepto.

Una vez en el departamento, entro con miedo, no sé qué más pueda encontrarme, lo primero que noto, es como no están las cosas de Amelia en nuestra habitación, su ropa, maquilla, zapatos, nada no hay nada de ella, me tire al suelo y lloraba desconsolada, llame enseguida a Xavier y acudió rápidamente.

Abrimos una botella de whisky mientras le contaba lo sucedido.

- Cata te dije que te veía enamorada solo a ti, te lo dije –me dice en tono triste.

Bebo un sorbo de mi bebida

-dime porque? Porque tu veías esas cosas, porque todos lo hacían, y porque yo no? –le pregunto.

-porque tú la amas y siempre has estado enamorada de ella, no viste más allá de tus narices, no quisiste ver más allá del amor que sentías –me contesta.

-dime que veías tú, dime que era eso que todos veían –le suplico.

-interés, solo vi interés de ella hacia ti, dime en todo este año y medio que estuvieron dime algún detalle de ella hacia ti –pregunta.

No podía pensar en ninguno, ella nunca fue detallista conmigo.

Me quede callada.

-lo ves? No se te ocurre ninguno –exclama. Ahora recuerdas cuando le compusiste esa canción en el piano? Te costó tanto y mucho esfuerzo, ella no valoro ni eso, solo dijo está muy bacán, te ha salido linda –lo dice en tono enfadado.

Ahora que lo recuerdo, cuanto tiempo invertir en componer aquella canción, de seguro ni la letra escucho, nunca más me pidió que la tocara, nunca más la nombro, capaz ni la recuerda.

-Roberto nunca te menciono nada, el sabia? –le pregunte en tono curioso.

-no sé si haya sabido, pero nunca me comento Cata como crees, yo te hubiera dicho. Pero una vez alguien te comento que había visto a Amelia en actitud extraña con otra chica – me lo dice mientras se levanta a buscar más hielo.

- si lo recuerdo –digo haciendo con mi rostro un gesto de no querer recordar.

-bueno nunca creíste nada de eso, estabas cegada Cata, tenías que verlo con tus propios ojos para descubrirlo y aceptarlo –me dice. Y revisaste que se llevó? –me pregunta.

-No! no creo que deba hacerlo, ella no se llevaría algo que no deba –contesto dudosa.

-igual yo de ti revisaría –me dice.

Me levanto y voy a nuestra habitación, busco en mi cajones y pude notar que alguien los ha revisado. –Mis ahorros, los habrá buscado? –. Reviso al fondo del cajón y no encuentro nada del dinero, las sospechas de Xavier fueron acertadas, Amelia se había ido con todo mi efectivo. Salí de la habitación llorando tan fuerte, que Xavier corrió a abrazarme, paso toda la noche conmigo e intento hacerme dormir.

Después de esa noche trate de buscarla, para preguntarle que paso, porque me hizo todo esto, pero no hubo rastros de ella, su celular apagado y tras eso me bloqueo de Facebook.

Xavier peleo con Roberto por unos meses, pensando que el ocultaba el paradero de ella, pero este lo negó una y otra vez, igual nunca le creí a él, Roberto solo trataba de encubrir a su amiga.

Luego de cinco meses de su abandono, de su robo, supe noticias de ella directamente de su amigo Roberto, el me lo comento cuando salimos con Xavier un noche, ella había vuelto a argentina, y aparentemente volvió a retomar la relación con la chica que tenía allá, la de las fotos, la que siempre negó.

Desde ese momento me convertí en la mujer que soy ahora, en una mujer fría, que no cree en el amor, en una mujer idiota que no le importa los sentimientos de nadie, tal vez me convertí en ella.

El sonido de mi celular me saca de mis amargos recuerdos y me trae nuevamente al presente. Sin abrir mis ojos trato de buscar mi celular, pero no lo encuentro, así que me levanto de la cama, y comienzo a buscarlo entre las sabanas, hasta que por fin logro encontrarlo. –Qué raro, es un número desconocido, y a mi celular privado–.

Tengo miedo en contestar, Y si es ella? Si quiere explicarme todo? –no! –. Me contesto. –Ella no te llamaría, ni te buscaría–.

Sigue sonando mi celular hasta que contesto –dios, será ella, será Amelia? –.

-Alo –contesto con temor............

SOLO CONTINUO SUBIENDO ESTE RELATO POR TI MI LULI POR FIN UNO TE GUSTO JAJA.. TE ADORO :)

PD: LECTORES ME SIGUEN SORPRENDIENDO xD