Tu mi Cordura Yo tu Locura (Chapter 2)

Historia de Catalina - Chapter 2: Accidente Oportuno

Abro mis ojos, miro hacia la ventana por el color del cielo noto que aún es de madrugada, miro hacia la otra dirección y puedo ver la presencia de una rubia en mi cama, estiro mi brazo libre hacia el velador de la cama buscando mi celular, la hora marcaba las 5:00 de la madrugada, trato de recuperar mi otro brazo, que se encuentra secuestrado por aquella rubia, mis movimientos solo hacen que ella se pegue más a mí, así que la despierto, antes que amanezca y encuentre mi brazo necrótico.

-heyyy!!! Rubia!!! – le grito.

No sé cómo llamarla, no recuerdo que me haya dicho su nombre, probablemente lo hizo, pero no me interesa recordarlo.

Como no obtengo respuesta, acerco mi oído cerca de su nariz para ver si respiraba. –Uff está viva–. No aguanto la sensación de hormigueo en mi brazo, trato de sacarlo rápidamente, pero al hacer esta maniobra riesgosa la rubia cae a los lados de la cama. Me cubro con las sabanas mientras la rubia grita.

-ouch!! –exclama la rubia. Qué coño te pasa tía?

Al parecer es española.

-disculpa, es que tenías prisionero mi brazo y ya se me estaba durmiendo.

-no vale, no te preocupéis, volvamos a descansar.

-tienes que marcharte –la miro seriamente.

-y porque tía? No me digas que vives con tu pareja? –se expresa haciendo gesto de preocupación.

-no, no es eso solo que no me gusta dormir acompañada.

-joder tía, pero si no te hago nada que no quieras, venga déjame dormir tranquila y nos echamos otro polvo en la mañana –se trata de acercar a mi mientras lo dice.

-no dije –aparto sus manos que estaban aproximándose.

-pero estas loca coño, primero me follas y ahora me botas, pues te puedes ir a casa de tu puta madre –buscaba sus cosas furiosa por toda la habitación. No encuentro mis pantaletas, veras si ayudas a buscarlas –me dice de manera autoritaria.

-las necesitas? –respondo mientras bostezo.

-como si las necesito? Claro que las necesito son mis pantaletas pues tía, que coño pasa contigo –comienza a rabiar.

Me causa gracia escucharla porque parecía que estuviera en una película pornográfica, mis pensamientos se trasforman de lo gracioso, a lo pervertido.

-ven, acá –le digo dando palmaditas sobre la cama.

-estás loca tía, tienes problemas de la cabeza.

-no quieres que te folle nuevamente? –lo digo con tanta lujuria en cada palabra.

-claro que quería, pero me has rechazado

-bueno no quieres entonces?

-no, estás loca –responde furiosa.

La española tiene una cara de confusión y enojo. Pero la entiendo, mi comportamiento siempre es tan impredecible, que confunde a cualquiera.

-bueno, puedes irte entonces, cierra la puerta a la salida por favor –me acuesto dándole la espalda.

-te he dicho que no puedo irme, porque no he encontrado mis pantaletas.

-te comprare unas nuevas, deja tu dirección con el portero y te las mandare a dejar.

-eres una completa imbécil, lo sabes? –su tono es tan molesto.

-si lo sé, pero aun así quieres que te siga follando –lo digo sin voltear a verla.

Lo siguiente que escucho es como se acuesta cerca de mí, pone sus manos alrededor de mi cintura, acerca sus labios a mi oído, y me susurra. –Fóllame, fóllame duro–.

Rápidamente me doy media vuelta y la volteo de lado, teniendo sus glúteos contra mi sexo, con mi mano agarro una de sus piernas y la coloco sobre mi cintura, mi mano pasa sobre su abdomen bajando hasta su sexo, el cual estaba muy mojado.

-estás lista para mí –le digo mientras inserto un dedo dentro de ella.

Ella solo respira más fuerte, comienza mover más sus caderas.

-Que gusto, Joder –me dice lujuriosa.

Mis caderas se mueven más rápido contra sus glúteos, y mis dedos están dentro de su sexo, entrando y saliendo, siento como caen sus fluidos en mis dedos, eso solo aumenta mi rapidez, gime que parece que le hago daño, pero no me detengo.

-me corro –dice entre gemidos.

-córrete en mi mano –le ordeno mientras muerdo su hombro.

-oh! Joder que bien follas.

Siento las contracciones de su sexo en mi mano, seguido por una gran cantidad de sus fluidos. Empujo mis dedos lo más al fondo de su sexo, ella se sigue retorciendo de placer.

-eres maravillosa tía, que buen polvo –lo dice mientras intenta besarme.

Esquivo ese beso

-tienes que marcharte.

-ay tía, no me has sacado aun la mano del coño y ya me estas botando –ríe.

-sí, verdad? –retiro mi mano de su sexo. Ahora puedes marcharte –esbozo una sonrisa maligna.

-sin duda alguna eres una imbécil, pero me has follado bien –se levanta de la cama y comienza a vestirse.

-no te olvides de.. –me interrumpe.

-si tía lo sé, no me olvidare de cerrar al marcharme

-ok, gracias –me rio.

-sabes no creo que siempre hayas sido una idiota, te han dejado trastornada –ríe y se marcha de la habitación.

No pude evitar pensar en su comentario, claro que me dejaron trastornada, jugaron conmigo, y por eso ahora soy lo que soy.

Conocí a Amelia por Facebook, no suelo andar mucho en Facebook, pero un día revisando las publicaciones encuentro que ella había subido unas fotos, quede impactada apenas la vi, había visto a la mujer más hermosa, sentí que mi corazón se aceleró, LA QUERIA PARA MI, LA DESEABA. Inmediatamente entre a su muro, no recordaba cuando la había agregado, ni porque motivo ya que no teníamos amigos en común, puse un me gusta en sus fotos, y deje un estado en mi perfil dedicado para ella pero sin nombrarla.

Catalina de las Casas:

He visto a la mujer más hermosa del mundo.

Luego de casi una hora veo una notificación, era ella, puso un me gusta en mi estado, estaba tan emocionada, sentí que había captado el mensaje.

Al ver su me gusta coloco en el mismo estado una cara feliz, en pocos minutos recibo un mensaje en mi buzón, era ella, era Amelia.

Amelia Sepúlveda:

Hola, nos conocemos?

Catalina de las Casas:

Hola, no creo tener ese gusto.

Amelia Sepúlveda:

Que gusto?

Catalina de las Casas:

El de conocerte.

Amelia Sepúlveda:

Gracias :), que linda.

Emm tu estado es para mí?

Catalina de las Casas:

Si :$ para ti

Amelia Sepúlveda:

Muchas gracias.

No sabía más que decirle, así que me atreví a pedirle su whatsapp, para poder contactarme mejor con ella, ya que lo usaba más que el Facebook.

Catalina de las Casas:

Tienes whatsapp?

Amelia Sepúlveda:

Siip, si tengo.

Catalina de las Casas:

Me puedes dar tu numero?

Apenas me dio su número comenzó nuestra historia, chateábamos pero no mucho, Amelia es de Santiago pero en el momento que nos conocimos se encontraba en argentina por cuestiones de trabajo tuvo que pasar casi un año en Argentina, nunca me atreví a llamarla tenía miedo de que al escucharla me enamorara de ella, uno de los problemas de Amelia es que era muy cortante, a veces me confundía porque me escribía de lo más lindo, me celaba, pero otras veces solo se limitaba a contestar lo que le preguntaba, nunca preguntaba nada de mí, en ese momento me debí dar cuenta que no le interesaba en lo absoluto, por un momento pensé que debía sacarla de mi mente, ella sabía claramente que me tenía a sus pies por eso hacia conmigo lo que quería. La honestidad no es su fuerte, cuando le pregunte sobre su vida sentimental me dijo que estaba soltera, pero en su Facebook tenia fotos con una chica. –Es solo una chica–. Fue lo que contesto cuando le pregunte sobre dichas fotos. Luego dedica estados para esa chica, tenía que sacarla de mí, pero era inútil al ver sus fotos, al ver su rostro, caía otra vez como una niña ilusionada. Mis chat con ella eran menos frecuentes, solo de buenos días, y buenas noches, ella contestaba mis mensajes cuando quería, podía ver como seguía en línea, pero ningún mensaje era para mí. Luego como si nada, contestaba el mensaje un día después, ella jugaba conmigo, y su táctica de ignorarme funciona tan bien, quería que fuera mía.

Cuando me comento que volvería a Chile, llore de alegría, por fin tendría la oportunidad de verla en persona, de hablarle, mi mente decía tal vez en persona sea diferente, y no sea esa chica hermosa pero idiota que he estado conociendo. Estaba ilusionado con su llegada.

“Everybody get up, WOO! Hey, hey, hey Hey, hey, hey Hey, hey, hey. If you can't hear what I'm trying to say, If you can't read from the same page, Maybe I'm going deaf, Maybe I'm going blind, Maybe I'm out of my mind.”

La melodía de Robin Thicke me saca de mis pensamientos. –Maldición quien llama tan temprano–. No he podido dormir nada.

-alo –grito enfurecida.

-ey! –escucho la voz de Xavier. Tranquila, me vas a dejar sordo –ríe.

-pero solo a ti se te ocurre llamar tan temprano –contesto.

-temprano? –escucho sus carcajadas. Mira tú reloj, estas perdida en tiempo y espacio Cata.

Quito el celular de mi oreja, y me detengo a mirar la hora. –Xavier tiene razón–. Son cuarto para la una. –Pero a qué hora paso el tiempo tan rápido–. No pensé que fuera tan tarde, todo en consecuencia de mis pensamientos sobre Amelia. –Maldita sea–.

-mierda Xavi, me he quedado en las nubes –digo asombrada.

-sí que duermes cata –sigue riendo.

-no estaba ni dormida que es lo peor –murmuro.

-ah no? Entonces qué hacías? No me digas que sigue la española contigo? –me pregunta.

Por lo visto Xavier si se había dado cuenta que era española, de seguro el, la conoció mejor que yo la noche anterior.

-no, como crees, ella ya se marchó –le contesto.

-ah! Ya me estaba sorprendiendo, pensando que había roto tu regla de no quedarse a dormir tus victimas –ríe muy fuerte.

-eso jamás! –respondo.

-bueno Cata, te llamaba para almorzar juntos, tengo algo que comentarte.

-sobre qué?

-en el almuerzo te cuento mejor –contesta.

-bien donde nos encontramos?

-te apetece algo de sushi? –me pregunta.

-me encantaría algo de sushi.

-bueno, conozco un nuevo lugar donde hacen el mejor sushi, pero no sé si puedas llegar esta bien escondido –ríe.

-a que antro me llevaras –contesto riendo.

-apunta la dirección.

Me indica el lugar, no creo que se me dificulte llegar, me despido de él y voy a darme una ducha, la necesito de urgencia dado a lo acontecido en las últimas horas.

Mientras me ducho Amelia vuelve a mis pensamientos. Los recuerdos de ella vienen por si solos a mi mente, el hecho que vaya a comer Sushi me la recuerda, se lo mucho que le gusta e incluso prepara unos muy ricos.  –Es increíble que te hayas enamorada de alguien tan egocéntrica, tan mentirosa–. Porque vuelves a mis pensamientos, porque ahora?, tan solo por un simple plato de comida apareces, como puedo odiar ahora a alguien que ame de manera tan ciega, sin importa lo que viera, o lo que me digan. –Rio al recordar lo tonta que fui–.

Salgo de la ducha y me contemplo en el espejo del baño, me seco mi rostro y mi cabello. –Cuantos recuerdos en este lugar, cuantas duchas juntas, cuantos jugueteos en este cuarto de baño–.

Me dirijo a mi habitación y me siento en mi cama, la cama que era nuestra y la cama que ahora es el pase de algunas chicas, seco cada centímetro de mi piel, me coloco loción en mis brazos, abdomen, piernas y comienzo a frotarla en mi cuerpo, procedo a secar y peinar mi cabello y estoy lista para elegir mi vestimenta. Voy a mi armario elijo un conjunto de vaqueros azules, con una blusa manga corta ajustada a mi cuerpo de color negro con detalles plateados en el frente, un cinturón negro de hebilla grande con detalles plateados a los lados que combina con mi blusa, me maquillo usando brillo para mis labios, delineo mis ojos y coloco un poco de sombra en mis parpados, un último detalle coloco un sombrero informal de color negro, me coloco mis tacones y agarro mi cartera negra ya estoy lista para marcharme, no sin antes verme en el espejo y aprobar mi aspecto.

-aprobado –digo en voz alta mientras me observo al espejo.

Salgo de mi casa y voy al garaje a elegir mi vehículo, hoy llevare mi SUV Ford Explorer, me pongo en marcha, coloco algo de música para el camino, pasan quince minutos y recibo la llamada de Xavier.

-ya saliste de tu casa cata? –me pregunta.

-si ya estoy en camino –respondo.

-ah ya, ya salgo entonces.

-y ese milagro? A qué se debe tu puntualidad? –rio.

-no te pongas pesada, o si no te hago esperar –contesta riendo.

-no te atrevas!

-ok, ok ya salgo, nos vemos.

-apura! –le contesto y cierro la llamada.

Ya me encuentro en la calle de la dirección indicada por Xavier pero no encuentro el lugar, conduzco despacio buscando a mis alrededores, saco mi celular y vuelvo a revisar la dirección que me indico Xavier.

-Pero si estoy en esa dirección, maldito Xavier y sus sitios refundidos –digo en voz alta.

Levanto la mirada y puedo ver a una chica delante de la SUV, freno rápidamente para no arroyarla, pero escucho un ligero golpe en el capo del carro.

-animal! Que no te das cuenta por donde vas –grita furiosa.

-disculpa de verdad, estaba revisando una dirección y no te vi –contesto sin mirarla.

-ósea que casi muero por una dirección –contesta irónica.

-tranquila, sé que fue mi error, déjame revisarte si estás bien –le pido.

-mejor voy a ver a un médico –sigue hablándome histérica

-soy médico, puedo? –respondo mientras extiendo mis brazos hacia su cara.

-ey! Que haces –exclama.

-tranquila, estoy examinando si no tienes algún golpe o rasguño en tu rostro. Ahora cierra y abre los ojos.

Al ver su rostro noto como cambia su mirada, me mira de manera distinta a la de unos segundos atrás. Coloco la linterna de mi celular para examinar su reflejo pupilar.

-mírame, directo a mí, si? –le digo mientras paso el reflejo de la luz por sus ojos.

-está todo bien? –me pregunta.

-sigue mi dedo con tu mirada –le digo mientras llevo mi dedo hacia arriba, abajo y a los lados.

-estoy bien? –me pregunta preocupada.

-bueno al parecer no tienes nada.

-me duele la rodilla –murmura mientras me muestra su pierna.

-veamos –contesto mientras me inclino para ver su pierna. Duele mucho? –pregunto mientas hago presión sobre el área afectada.

-ouch! Si –grita.

-flexiona y extiende la rodilla.

Ella comienza a realizar este movimiento sin ningún problema

-Tu dolió mucho al hacerlo? –le pregunto.

-no tanto –contesta.

-ok, es solo un rasguño, claro te duele, porque esta inflamado, ven te recetare un antiinflamatorio.

-no tranquila, estoy bien.

-no como crees, mira si yo ocasione esto, quiero tratar de arreglarlo.

-está bien –me dice mientras hace un gesto de aceptación con su cabeza.

-ven sube –le digo mientras camino al vehículo.

No me había detenido a observarla, pero es una chica muy bonita, por su vestimenta diría que es algo joven y rockerita. –Qué edad tendrá? Le pongo unos 23 años de esa edad no pasa–. Detengo mis pensamientos ya que ella se dio cuenta que la estaba mirando, regreso mi mirada hacia al frente, como si no la hubiera estado observando.

-lindo auto, es tuyo? –pregunta con timidez.

-gracias, si es mío –contesto. A donde te diriges para llevarte –le digo.

-sí que amable voy a mi casa –contesta rápidamente.

Quiero reír a carcajadas, pero por educación y por no hacerla sentir mal a ella por su respuesta solo le sonrió.

-es que no sé dónde vives –le sonrió. Ayúdame con la dirección.

-sí, disculpa, uy que tonta fui –se sonroja. Es a tres cuadras de aquí sigue que te indico –lo dice mientras se ventea con sus manos por el ardor que siente en sus mejillas.

-tranquila, no te sonrojes, fue divertido –rio.

-qué bueno que te causara gracia, pero de seguro pensaras que soy una boba, digo ese tipo de cosas cuando estoy nervios..-se queda callada mientras hace gesto de vergüenza.

-nerviosa? –le pregunto.

-si –murmura.

Me divierte ver la timidez de esta chica, son pocas las mujeres tímidas que he conocido, todas las que conozco son tan atrevidas y extrovertidas.

-y eso porque? –le pregunto. Mira no estés nerviosa que no soy mala, ni muerdo –le sonrió mientras le guiño el ojo.

Ríe tímidamente mientras esquiva mi mirada.

-es aquí cerca? –pregunto.

-si cerca de ese parque que está ahí –responde mientras señala aquel parque.

“Everybody get up, WOO! Hey, hey, hey Hey, hey, hey Hey, hey, hey.”

Mi celular dispara la canción Blue Red Lines, la miro de re ojo y puedo notar que sus labios se mueven queriendo seguir la melodía de la canción.

-disculpa –le digo. Debe ser mi amigo.

-no te preocupes –responde.

Contesto a través del manos libres del vehículo.

-hola Xavi

-como que hola? Donde estás metida catalina –pregunta enojado.

-se me presento un inconveniente –pero enseguida voy.

-un inconveniente, como no –responde. Llevo treinta minutos esperándote.

-no seas sínico Xavier, que tú siempre llegas una hora tarde a todo –rio con ironía.

-igual, no me gusta que me hagan eso a mí –ríe fuerte. Y bueno que inconveniente tuviste? Capaz que no encontraste el lugar –me dice.

-allá te cuento mejor. Y si!, no encontré el lugar –le digo.

-sabía que no encontrarías el lugar. Y ahora ya estas cerca? –pregunta.

-sí, pero primero voy a dejar a una amiga a su casa –contesto. Es cerca del restaurante.

-ah! Ya veo tu inconveniente, como siempre de cacería o no me digas que volviste a repetir plato con la española de anoche –ríe a carcajadas.

Siento mis cachetes rojos, hace tiempo no me avergüenzo de esa manera. –Voy a matar a Xavier–. Miro de re ojo y ella finge hacerse la sorda, ahora que pensara de mí. –Pero bueno que debe importarme lo que piense, no la volveré a ver–.

-Xavier! Estoy con el manos libres del vehículo –le digo en tono enfadado.

-oops! Este.. Me avisas cuando estés cerca Cata, para salir del restaurante y esperarte.

-ok –contesto enojada y cuelgo.

La miro a ella y me le sonrió, ella me devuelve la sonrisa, pero rápidamente baja la mirada.

-disculpa por eso, era mi amigo Xavier y no sabe cuándo callarse –le digo tratando de sonreír.

-no te preocupes –murmura. Te puedo decir algo?

-si claro, dime –respondo.

-es que te has pasado mi casa –contesta sonriendo.

-uy! Cierto que tonta –contesto. Por qué no me lo dijiste? –le pregunto.

-no quería interrumpir tu conversación –responde.

-que educada eres –sonrió con ternura.

Doy la vuelta y me detengo en el lugar que me indico. Ella me mira y sonríe.

-bueno gracias por traerme –me dice.

-no te preocupes, te la debía.

-si –sonríe. Te quería pedir disculpas por cómo te grite allá, lo siento –dije bajando la mirada.

-tranquila, tienes tu carácter, no? –le contesto.

-si –ríe. Pero es raro que me ponga así, soy una persona muy pacifica –contesta.

-bueno con lo que te hice, tenías razón al gritarme.

-igual no estuvo bien, pero bueno gracias por todo –lo dice mientras abre la puerta del carro.

Mientras baja recuerdo que tenía que recetarle la medicación y la tomo del brazo antes de que pueda bajar del carro.

-qué pasa? –en su mirada se nota confusión.

-es que, no te he dado la receta – le contesto.

-ah cierto, me olvide por completo.

Saco de la guantera del vehículo un recetario del hospital donde trabajo ya que no contaba con los míos y comienzo a llenar la receta preguntándole algunos datos.

-cómo te llamas? –pregunto.

-Isabella Duarte Castilla.

Ese apellido me suena familiar. –Duarte castillo?. –, donde lo habré escuchado.

-qué edad tienes? –le pregunto con bastante curiosidad.

-22 años –me contesta.

Casi acierto en su edad. –Por un año menos y acertaba–. Termino de llenar la receta coloco mi sello, firma y se la entrego.

-esta medicación te ayudara –le digo.

-gracias, has sido verdaderamente amable –sonríe.

-de nada, un gusto conocerte –extiendo mi mano para despedirme.

Ella devuelve el apretón de manos, siento raro cuando siento el contacto de su piel con la mía, la miro a los ojos, puedo contemplar esos ojos de color café claro, esta vez ella no esquiva mi mirada, su mirada me habla casi como si pudiera leer en ella lo que piensa. Me asusto al sentir todo esto, y rompo el trance en el que nos encontrábamos al soltar su mano.

-cuídate –le digo.

-ok –contesta de manera triste. Chao, cuídate también.

Se baja de mi vehículo y salgo casi corriendo de aquel lugar. –Que paso Catalina?, que fue todo eso–. Me pregunto una y otra vez, solo puedo contestarme a mí mismo. –No lo sé, pero tampoco quiero averiguarlo–.

Vuelvo en dirección al restaurante y no hace falta que llame a Xavier para que me indique el lugar, puedo ver su carro estacionado. Parqueo mi vehículo detrás del suyo y bajo.

Al entrar puedo ver a Xavier sentado esperando en una mesa, me hace un gesto con su mano para que me acerque.

-hola mi Catita linda, preciosa, hermosa –me dice regaloneándome.

-uy! Que eres pasado, verdad? –le contesto.

-ya Cata, discúlpame –lo dice en tono de súplica. Yo nunca hubiera dicho algo así de saber que alguien más podía escucharlo, te lo juro.

-si yo lo sé, pero chucha Xavier, me hiciste pasar una vergüenza –le contesto.

-que te dijo la chica con quien andabas? Y por cierto quién era? –pregunta.

-no dijo nada solo sonrió, y es una larga historia se llama Isabella Duarte Castilla –respondo.

-y esa quién es?.

-es que por buscar tu restaurante me distraje del volante y casi la atropello –le digo.

-en serio? –dice sorprendido. Y que le paso? Fue grave? –pregunta exaltado.

-no fue grave, solo tuvo un rasguño en la rodilla, le hice hasta un pequeño examen neurológico –rio.

-tanto fue el golpe para que le hagas el examen neurológico? –pregunta.

-no, si estaba segura de que no tenía nada grave –contesto.

-entonces porque le hiciste el neurológico? –me pregunta riendo.

-porque quería divertirme un rato –rio fuerte.

-qué mala cata –ríe a carcajadas. Ya te imagino parada en mitad de la calle haciéndolo, de seguro hasta se asustó la chica –sigue riendo.

-sí parece que la asuste un poco –contesto mientras suspiro.

-epa! Que fue eso? –pregunta sorprendido.

-qué cosa? –contesto confundida.

-ese suspiro –responde.

-suspiro? Yo suspire acaso?.

-ay! Cata, no me gusta para donde va eso, dime la verdad. Te gusto la chica?

No sé qué contestarle, porque ni yo sé que fue lo que me paso con ella, me gusta?, No me gusta? Y porque no he podido sacar su mirada de mi mente.

-no se Xavier, si es muy bonita, tiene un tipo de belleza no convencional. Ósea no es la típica rubia, de ojos azules, pero es muy linda como de mi tipo.

-a ver tu tipo –me dice mientras pone su mano en su barbilla en manera pensativa. Pelo negro oscuro, largo pero no tanto, ojos claros, piel muy blanca eso no puede faltar y que no sea ni muy gorda ni muy flaca, con partes bien proporcionadas, y preferiblemente que no utilice mucho maquillaje. Acerté en algo? –me pregunta riendo.

-casi en todo, huevon pesado –le digo riendo.

-te conozco Catita –responde.

-si me conoces mucho. Ah y por cierto Xavi no conoces a nadie con ese apellido? Duarte Castilla? –le pregunto intrigada.

-no Cata, pero si me suena el Duarte –contesta. No sé dónde lo escuche.

-a mí también me suena más el Duarte, que será.

-y bueno que paso con esa chica, han quedado en algo? –pregunta.

-no, como crees, es pequeña, tiene 22 años –le contesto.

-ah pero no es tan joven Cata, ni que tu estuvieras tan vieja, tienes solo 27 años.

-si pero igual, prefiero alejarme –murmuro.

-ya veo, si sentiste algo diferente por esta chica.

-si sentí algo pero no sé qué fue –contesto.

-que causo ella en ti? Ósea sentiste ganas de pasar una noche con ella, o que te inspiro? –me pregunta curioso.

-pues no se me paso por la mente nada sexual, me inspiro mucha ternura, como la necesidad de protegerla, ella no parece chica de una sola noche –le contesto mientras mi mirada se pierde recordando el rostro de Isabella.

-cuidado mi Cata, ya te he visto una vez así –me dice preocupado.

-si lo sé, pero tranquilo que no la volveré a ver nunca más –le digo.

-bueno si eso debe de ser, bien –contesta. Y bueno cambiando de tema, la razón por la que te hice venir aquí, la deseas saber? –puedo notar preocupación en su rostro al hacerme la pregunta.

-pues claro, por eso estamos aquí, dime que pasa? –le contesto.

-hable con Roberto esta mañana –su voz se torna nerviosa. Y me dijo algo pero no sé si quieras escucharlo –me mira y agacha la mirada.

-ya Xavier, dime que pasa –le ordeno.

-de acuerdo –me dice mirándome a los ojos. Amelia regreso al país –frunce el ceño, mientras espera mi respuesta.

LECTORES CADA VEZ USTEDES ME SORPRENDEN MAS JAJA...LULI INICIO ESTE 2014 JUNTO A TI Y ESPERO TERMINARLO IGUAL, CONTIGO. TE ADORO ATT. TU DOSTORA xD JAJA