Tu mi Cordura Yo tu Locura (Chapter 16)
Historia de Amelia - Chapter 16: El Adios
Tuve por un momento la ilusión que podría tenerla nuevamente junto a mí, pero ella mato esa ilusión cuando me dijo que quería darse una oportunidad con Isabella.
Ya ha pasado un mes desde esa amarga noche para mí, Roberto fue testigo de cada una de mis lágrimas por ella, pero después de esa noche he decidido alejarme de Catalina y tratar de sacármela del corazón.
En mi trabajo todo va excelente, me gusta trabajar en el instituto, bueno conocer a Agustina ha tenido mucho que ver con que me guste trabajar aquí. Me recuerda a mi cuando tenía esa edad. Hemos llegado a ser muy cercanas, aunque no sabe sobre Catalina, no puedo decirle porque de seguro le contara a su hermana y no quiero que Catalina arruine nuevamente su vida por mi culpa.
Ya han pasado dos semanas desde que me cambie de departamento, me gusta mucho este nuevo lugar, aunque extraño la compañía de Tito. Agustina me ayudo con la mudanza, debido a que Roberto trabajo hasta muy tarde ese día.
He tratado de no pensar en Catalina estos días, pero no puedo hacerlo tan fácilmente. Muchas veces paso por su departamento para tratar de verla, la he podido ver varias veces, y muchas de ellas no se encuentra sola si no con ella.
Hoy saldré con Agustina al cine, lo invite a Tito pero tiene planes con Xavier, la relación de ellos va muy bien. Lo mejor que pude hacer es mudarme de aquel departamento.
Una llamada me saca de mis pensamientos.
Es Agustina, de seguro para preguntarme a qué hora paso por ella.
-hola Agus, a que se debe tu llamado –lo digo bromeando.
-como que a qué se debe? Ya ven pues que se hace tarde para la película.
-si ya voy saliendo del departamento.
-bueno te espero afuera.
-oki Agus. Cuenta hasta 10 y estoy ahí –me rio.
-chistosita.
Me demoro unos 20 minutos hasta llegar a la casa de Agustina. A llegar puedo ver a lo lejos el carro de Catalina pero ya se aleja de la casa.
Estaciono el vehículo y espero a que Agustina se suba al vehículo.
-hace cuanto estas esperando ahí afuera? –le pregunto.
-hace como 15 minutos gracias por ser tan puntual –me sonríe fingidamente.
-disculpa –me rio y me acerco a darle un beso en su mejilla. Y estabas esperando sola?
-no, por suerte llego la cuñada –sonríe.
-ah, salió con tu hermana?
-sí, se van de fin de semana romántico.
-y a dónde van? –pregunto curiosa.
-no sé, creo que fuera de la ciudad.
Catalina me menciono hace muchos años atrás que tenía una casa en el campo, de seguro la llevo allá, conmigo nunca lo hizo.
Agacho la mirada y Agustina nota que me pasaba algo.
-que tienes Amelia?
-no, nada Agus. Sabes ya no tengo ganas de ir al cine.
-en serio? –se ve desilusionada. Entonces me bajo supongo.
-no, espera. No tengo ganas de ir al cine, pero si me vendrían bien unos traguitos.
-esa es la voz que me gusta –me dice riendo.
-bueno vamos a comprar algo para beber y nos vamos al departamento. Te parece?
La noto algo incomoda.
-no te gusto la idea? –le pregunto preocupada.
-no, si me encantó la idea. Vamos. No me pasa nada.
Agustina ha estado un poco rara conmigo últimamente, se la ve más cohibida. No se compara a la Agustina que conocí la extrovertida que decía lo que quería.
Fuimos a un market a comprar algo de licor, elegimos vodka, compramos dos botellas por si quisiéramos seguir hasta el amanecer.
Una vez en el departamento nos acomodamos en la sala y bebíamos el licor con algo de música de fondo.
-tienes cigarrillos? –me pregunta.
-no estás muy pequeña para fumar? –la regaño.
-pequeña yo? No, para nada, si ya estoy grande –me sonríe.
-tienes 18 años, recién cumplidos y dices que no eres pequeña, no me hagas reír –me rio.
-ya tengo edad para poder fumar –me saca lengua.
-bueno, bueno, creo que deje los cigarrillos en la cocina, tráelos.
-gracias y para que sepas no estoy nada pequeña ya en un mes salgo del colegio y seré universitaria.
-falta poco ya. Has pensando en algo que quieras estudiar?
-seré chef –se ríe.
-en serio? Ósea serás competencia, esconderé muy bien mis recetas de ti –rio.
-La verdad no se aun, pero a decir verdad y sin bromear desde que te conocí me ha llamado la atención ser chef.
Bebo un sorbo de mi bebida, y sonrió.
-y eso a que se debe?
Noto nerviosismo de su parte.
-pues no sé, porque me caes muy bien y me gus…–se queda callada un momento y continua. Me gusta como cocinas –sonríe.
-bueno eso si lo creo, soy la mejor cocinando –rio fuerte.
-y no eres para nada arrogante –ríe.
Seguimos hablando, de todo un poco hasta que Agustina toca el tema de Catalina.
-oye y que paso con tu ex? Nunca me dijiste si pudiste hablar con ella.
-pues no pasó nada. Ósea si hablamos pero bueno ya es muy tarde –bebo de mi bebida y enciendo un cigarro.
-aun la amas, puedo notarlo –me dice.
-sí creo que sí, pero trato de ya no hacerlo –agacho la mirada.
Ella se acerca a mí, me abraza y me mira a los ojos.
-mira Amelia tu eres una persona muy hermosa de verdad, y tienes una personalidad muy linda, me gusta porque se nota que tú no eres de las que le demuestran sus sentimientos a todos fácilmente, cuando alguien obtiene un te quiero o un te amo de tu parte, es porque realmente lo sientes así. Yo sé que encontraras a alguien más para ti, pero ahora estas cegada por todo eso que sientes por tu ex, que no te das cuenta de las cosas que tienes tan cerca.
Su mirada es diferente, nunca me había mirado de la manera en que lo está haciendo ahora, o tal vez es una mirada de lastima por mí. –Eso debe ser–.
-gracias Agus por todas esas lindas palabras, es increíble como en tan poco tiempo me has llegado a conocer tan bien y darte cuenta de mi personalidad. Ojala pase todo eso que dices, porque sé que con ella ya perdí toda esperanza.
La abrazo nuevamente, definitivamente Agustina es una gran amiga.
-y bueno siempre hablamos de mí y de mis sentimientos, ahora háblame de ti pues. Que paso con el chico que estabas saliendo? No te he visto últimamente con el –le digo.
-terminamos –me contesta.
-y eso? Porque?
-pues dice que no puede seguir conmigo si estoy interesada en alguien más –me mira seria al terminar su oración.
-y es verdad eso? Bien escondida lo tenías, quien es el afortunado?
-no importa quien sea. Aunque no sé cómo se dio cuenta de eso si nunca se lo mencione.
-bueno tal vez cambiaste tus actitudes con él, y te fuiste alejando sin darte cuenta.
-si tal vez.
-y es del instituto este nuevo amor tuyo?
-si del instituto.
-de seguro lo conozco, es Daniel?
-no.
-Marcos?
-no! nada que ver con él.
-entonces Mateo, las chicas del instituto se derriten por él –rio.
-no, no y no. No vas adivinar nunca y no te voy a contar. Si igual creo que nunca pasara nada con esa persona.
-porque dices eso?
-porque esa persona está interesada en alguien más o tal vez no le gusto.
-como no le vas a gustar –la regaño. Agustina eres súper bonita, de verdad. Y créeme a mí que mi gusto son las mujeres –me rio.
-de verdad?
-si muy linda –le sonrió.
-ósea tu si te fijarías en mí?
Fue rara su pregunta pero bueno Agustina siempre pregunta cada cosa.
-pues si hubieras sido compañera mía en mi época colegial y supiera que te atraen las chicas, no hubiera dudado en acercarme a ti –le sonrió amistosamente.
-tú crees que la edad es muy importante?
-porque preguntas eso? –le digo confundida.
-por lo que dijiste pues, de que si hubiera sido compañera tuya en el cole te hubieras fijado en mí. Ósea ahora no?
-andas rara –me rio. Pero digo suponiendo el caso de que entre las dos existiera alguna atracción sería difícil pues por la edad. Yo tengo 26 años y tú 18 pues.
-ah ok entiendo –se enoja.
-pero porque te enojas Agus. A menos que la persona que te guste sea mayor que tú. Por eso te molesto mi comentario, verdad?
Ella agacha la mirada y responde.
-si por eso.
-ósea es algún docente o trabaja en el colegio?
-sí.
-no me digas. Creo que se quién es.
Ella me mira asustada.
Pero ya me imagino de quien está hablando, con razón pasa metida tanto en la cafetería y yo pensando que me iba a visitar.
-dilo entonces –me contesta.
-Alejandro mi ayudante.
Ella se levanta del sofá y se ríe.
-me has descubierto –lo dice aun riendo.
-porque te ríes? –pregunto confundida.
-porque por lo visto fui tan obvia que te diste cuenta.
-ah! Bueno si no hubieras preguntado eso de las edades aun hubiera creído que es un compañero tuyo.
-y que piensas de lo que te dije, debo olvidarme de esa persona?
-si te lo aconsejo Agus, porque él esta con Cristina y se aman, además si es mayor para ti aunque no tanto y si tiene a alguien en su corazón, nada que hacer.
-bueno eso quería escuchar –me sonríe con tristeza.
Seguimos bebiendo, y sin darnos cuenta ya hemos terminado más de la mitad de la botella.
Ella está muy mareada, yo también pero no tanto. Debe ser porque ella no está acostumbrada a beber tanto.
Suena una canción muy romántica en la radio. Y si te quedas qué? de Santiago Cruz.
Ella se levanta del sofá y se acerca a mí.
-bailemos –me dice con una sonrisa.
-pero ese tema es muy suave.
-no importa, ven; es que me gusta esa canción.
Me levanto a bailar con ella, ella se pega mucho a mí y comenzamos a bailar.
Puedo notar que se encuentra nerviosa.
Pone su mejilla junto a la mía sin dejar de bailar. Luego se separa y me mira directamente a los ojos, como tratándome de decir algo. Nunca la había visto tan detenidamente, pero me gusta verla así. Se la ve muy hermosa. –Qué raro que nunca haya notado el color verde de sus ojos–.
Se acerca más a mí tratando de rozar mis labios. Puedo sentir tan cerca su respiración. Estamos a punto de besarnos cuando de repente suena mi celular.
Me separo rápidamente de ella, como tratando de salir del trance. Y le sonrió de manera nerviosa.
-este..tengo que..contestar –digo entre balbuceos.
Me acerco a la mesa donde se encuentra mi celular y es Roberto.
-hola Tito, como estas?
-bien mi amor, aquí extrañándote. Que haces?
-nada aquí con una amiga, Agustina.
-ah! la del instituto. Y que andan haciendo? No me digas que andas de asalta cunas –se ríe.
-no –me rio. Vinimos a tomar unos tragos al departamento, te unes? –le digo con insistencia para que venga y así no quedarme sola con ella después de lo que estuvo a punto de pasar.
-pues claro, ya Xavier se fue a su departamento y bueno no tengo nada que hacer.
-listo te espero.
Al colgar puedo ver que Agustina recoger sus cosas.
-te vas? –le pregunto.
-sí, es que recordé que tengo que hacer algo. Además como que he tomado mucho –ríe de manera incomoda.
-pero quédate y así conoces a Roberto.
-en otra ocasión.
Sale del departamento sin decir nada más.
No entiendo nada de lo que paso, porque estuve a punto de besarme con ella y porque hoy la vi más hermosa que nunca.
No puedo hacer esto, y mucho menos con ella que he llegado a tenerle tanto cariño.
Me acuesto en el sofá mientras espero a Roberto.
Escucho el timbre del departamento, por fin llego Roberto tengo mucho que hablar con él.
-ya era hora –le digo.
-ni un abrazo por lo menos –me hace puchero.
Lo abrazo.
-ahora si –me sonríe.
-te gusta que te consientan –me rio.
-si me encanta –sonríe. Y bueno donde está la famosa Agustina?
Me quedo callada por un momento.
-se marchó.
-le caigo mal? –me pregunta preocupado.
-no, no es eso. Es que paso algo Tito.
-qué cosa?
-antes de que llamaras, estuvimos a punto de besarnos.
-que!! De verdad? Justo llame en mal momento.
-bueno en realidad creo que llamaste en buen momento.
-porque? No te gusta ni un poco?
-no, ósea si me gusta, me gusta como amiga o bueno eso creía y no la había visto de otra manera hasta hoy. Hoy la vi fijamente mientras bailamos y fue como si la hubiera visto por primera vez. No sé si me entiendas.
-si te entiendo. Ósea que desde hoy la dejaste de ver solo como una amiga.
-eso creo. Pero es raro que ella haya querido besarme porque antes de eso, estábamos hablando tranquilamente hasta me comento que le gusta Alejandro uno de mis ayudantes y luego comenzó con preguntas raras.
-a ver cuéntame como fue que te dijo –me dice Roberto.
Luego de contarle detalladamente toda mi conversación con Agustina. Roberto se levanta del sofá y se ríe. –Que pasa que todos hacen eso cuando hablan conmigo?–. Me pregunto mentalmente.
-ay! Amelia –me dice riendo.
-qué pasa? Porque te ríes –le digo confundida.
-no hay más ciego que el que no quiere ver.
-porque dices eso?
-porque ella no está enamorada de Alejandro. A ella le gustas tú merme, que ciega que eres –se ríe.
Cuando dijo esto, comienzo a recordar cada vez que salimos, y las indirectas que no entendí antes, ahora las veo tan claras.
-de mí? Pero..no, no creo –me digo tratando de no aceptarlo.
-pero es obvio Amelia. Mira que te pregunto directamente si tú te fijarías en ella.
-pero fue como una suposición por lo que me conto.
-no! eso lo hizo para preguntarte que pensabas tú al respecto. Pero esa niña siente cosas por ti. Te apuesto todo que es eso.
-y que hago Tito?
-te gusta?
-sí, pero no me había puesto a pensar en eso sino hasta hoy.
-trata de hablar con ella, darle una oportunidad –me dice.
-pero yo soy muy grande para ella Tito, le llevo como 8 años.
-bueno si una gran diferencia. Pero para mí esas cosas son lo de menos, claro si es mayor de edad ya no es ilegal –ríe.
-bueno pero aún hay otro problema. Yo amo a Catalina y si no he podido olvidarla todos estos años no creo que pueda hacerlo ahora. Y ya he estado con alguien antes tratando de olvidarla pero no ha funcionado.
-tu amas a Catalina o crees que la amas?
-ya no lo sé.
-y bueno con respecto a que no la has podido olvidar con alguien más, tal vez se deba porque esa persona con la que intentaste olvidarla no era la indica. Escúchame Amelia tú tienes que sacarte a Catalina de la cabeza. Ella ya siguió adelante y tú puedes hacer lo mismo solo tienes que proponértelo, una vez que te des cuenta realmente que no tienes oportunidad con Catalina te será fácil olvidarla, pero mientras vivas con la esperanza de volver a recuperarla será difícil.
-pero si yo ya sé que no tengo oportunidad con ella, ella lo dejo claro y por eso me he alejado.
-no lo tienes claro porque sigues muy pendiente de ella. No te engañes a ti misma Amelia.
Tal vez Roberto tenga razón, quizás aún guardo la esperanza de que ella vuelva a mí, tengo que sacármela del corazón.
-está bien, lo acepto. Y tratare realmente de olvidarme de Catalina.
-y hablaras con Agustina?
-bueno no quiero hacerla ilusionar ahora porque yo aún tengo a Catalina en mi cabeza. Y no es justo para ella.
-ay Amelia, no quisiera estar en tu lugar.
Al día siguiente trate de comunicarme con Agustina pero no devolvió mis llamadas o mensajes, de seguro está molesta. Este fin de semana pase sin poder tener alguna comunicación con ella, tendría que esperar hasta el lunes para hablar con ella en el instituto.
Me levanto con mucho temor de ir al instituto no sé cómo hablar con ella, no sé qué decirle no quiero lastimarla. Por lo visto todo lo que toco lo daño y no quiero dañarla a ella también.
Al llegar hago mis labores habituales, Agustina esta vez no se ha escapado de clases para venir a verme. Debe estar muy molesta.
A la hora del almuerzo todos los estudiantes se acercan por sus platos de comida, pero sigo sin ver a Agustina, quiero salir a buscarla pero Cristina mi ayudante no pudo venir hoy porque se señita mal de salud así que no me puedo mover de la cocina.
A la hora de salida espero fuera del salón de Agustina. Y por fin sale.
Ella finge no verme y la sigo mientras camino a su lado.
-Agus! Espera no camines tan rápido. Que te pasa?
-nada Amelia, no me pasa nada.
-te noto rara conmigo como enojada, además no has devuelto mis llamadas o mensajes.
-he estado ocupada, nada más.
Tomo su mano y la alejo del grupo de estudiantes que salen del instituto.
-porque me traes aquí? –me pregunta.
-para que hablemos pues.
-pero hablar de qué?
-de lo que casi pasa –le digo seria.
-no pasó nada. No hay que pensar en lo que pudo pasar.
Me quedo callada un momento, me molesta verla así tan despreocupada por lo sucedido.
-está bien como digas –le digo con indiferencia. Seguimos siendo amigas?
De repente Daniel un chico del instituto se acerca dónde nos encontrábamos y abraza a Agustina por detrás.
-mi amor vamos? –le dice a Agustina.
Siento algo raro, cuando veo que él se acerca y la abraza, como una punzada en mi corazón.
-si espérame en la entrada –le dice ella sonriéndole.
Él se marcha.
La miro y levanto la ceja.
-así que estas saliendo con Daniel –le digo seria.
-sí, paso este fin de semana.
-me alegra –sonrió con falsedad.
-gracias –agacha la mirada. Y bueno respecto a tu pregunta, claro que somos amigas. Te llamo luego ok?
-ok, Bye.
Observo como se marcha. Porque siento como si ella me hubiera traicionado. –Celos? –. Ya no lo sé, todo esto está pasando muy rápido.
El tiempo pasa de manera fugaz y rápidamente han pasado 4 meses desde mi incidente con Agustina. La relación con ella volvió a la normalidad, nunca más volvimos hablar del tema, ella sigue con Daniel, aunque pasa más tiempo conmigo que con él. De repente hay momentos incomodos como cuando rozamos nuestras manos de manera accidental, los coqueteos, o a veces nos quedamos mirándonos por mucho tiempo, pero no ha pasado nada entre nosotras. Creo que es lo mejor por ahora.
Las navidades y fiestas las pase con Roberto. Para año nuevo el hizo una reunión en su departamento invito a Xavier y con él fue con Catalina.
Cuando la vi, pues me controle, bastante bien. Creo que estoy olvidándola. Aunque es inevitable sentirme incomoda cuando la escucho hablar de lo bien que le va con Isabella. Cruzamos pocas palabras esa noche. No me quiero entrometer en su relación.
Aunque pude notar que ella me miraba mucho, fui fuerte al no responderle las miradas, sé que en el fondo me debe extrañar un poco, yo también lo hago.
Hoy saldré con Roberto dice que tiene que contarme algo importante. Espero que este todo bien con Xavier.
Llego al departamento de Roberto y el me espera con un rico almuerzo.
-tienes hambre gorda? –me dice muy alegre.
-si un poco. Y a ti que te pasa? Tienes la sonrisa como la del guasón –rio.
-boba –ríe. Y bueno si estoy feliz. De eso quiero hablarte.
-cuéntame, ya me tienes con intriga.
Me muestra el dedo anular de su mano izquierda.
-eso es lo que creo? –le digo mientras me acerco a él.
-si amiga –sonríe.
Ambos comenzamos a saltar de la alegría y lo abrazo.
-mi Tito felicidades, te casas.
-si mi amor, ya por fin salgo del mercado –ríe.
-te deseo lo mejor mi amor. Y cuando será?
-pues no tenemos fecha aún, por ahora solo nos comprometimos, espero que a finales de este año.
-aún falta, pero hay poco tiempo para organizar.
-me tienes que ayudar.
-si mi Tito yo te ayudo.
Pasamos conversando y hablando de la boda de Tito. Cuando llego al departamento puedo ver a Agustina esperándome.
-hey! Agus. Que sorpresa –me acerco a saludarla.
-y tu vaga donde andabas? –me dice fingiendo enojo.
-por ahí por ahí –me rio con picardía para ver su reacción.
Últimamente ambas no celamos por casi todo, claro celos de amigas.
Ella se molesta ante mi comentario.
-así que por ahí? Ok –se dispone a irse.
La agarro del brazo para detenerla.
-espera! Estaba donde Roberto.
-y eso no pudiste decirme?
-si pero me da risa verte así, molesta –me rio.
-celosa dirás.
-bueno si, como sea. Eres la amiga más celosa que he tenido –me rio.
-pues tú no te quedas atrás.
-yo? No si yo no celo a nadie –abro la puerta de mi departamento para entrar.
Nos acomodamos y seguimos con nuestra discusión.
-nunca me has celado? –lo dice sorprendida.
-no nunca.
-y la vez que me fui con Daniel y mis amigos a la playa y no quisiste hablarme como por 3 días. Te acuerdas? –se ríe.
-bueno, pero eso no fue celos. Si no que estaba ocupada.
-si como no –me dice con incredulidad.
No le voy a dar la razón a ella, si la he celado, pero porque ella me lo ha permitido. A ambas nos gusta este juego.
-y bueno a que debo tu visita inesperada.
-pues nada en particular. Te quería ver, te extrañaba –me sonríe.
-y tu novio Danielito?
-en la casa.
-y porque no lo visitas a él –le digo de manera antipática.
-porque te extraño a ti, no a él.
-yo también te extrañaba –le sonrió.
Pasamos viendo películas, hasta que era demasiado tarde y Agustina se tenía que ir. A pesar de nuestros coqueteos y celos no ha pasado nada, ella ni yo lo intentamos.
Al día siguiente en el instituto todo va como de costumbre, pero de repente un hombre muy elegante entra a la cafetería. Puedo notar por sus rasgos físicos que es extranjero.
-buenos días –se acerca a saludarme.
-buenos días, en que le puedo ayudar –le contesto amablemente.
-estoy buscando a la chef, la señorita Amelia Sepúlveda.
Me parece raro que este hombre me busque, ya que no lo he visto nunca en mi vida.
-si soy yo. Dígame –le contesto con confusión.
-muy buenas señorita, me presento soy August Douglan dueño de la cadena de restaurantes Royal Rivers
El dueño de Royal Rivers, buscándome a mí, no lo puedo creer.
-mucho conocerlo, en que le puedo ayudar? –le pregunto con intriga.
-mi hija estudia aquí, y me ha hablado muy bien de su comida, la otra vez me llevo un plato de los suyos, y me ha gustado demasiado.
-muchas gracias.
-vera quiero ofrecerle que nos ayude con un banquete que se va a dar para un congreso de Psiquiatría en el hotel Golden. Le gustaría?
-claro, me encantaría.
-el congreso es el día Viernes. Tome mi tarjeta para cualquier duda –me extiende su mano y me da su tarjeta.
-muchas gracias por esta oferta estaré en contacto con usted –le digo con una sonrisa.
El sale de la cafetería.
Me siento muy feliz y muy halagada que un señor como él me haya venido a ofrecer una oportunidad así. Tengo que dar lo mejor de mí.
Le cuento a Roberto y a Agustina, se sienten muy orgullosos de mí.
Los días pasan rápido, me comunico con el señor Douglan para los detalles del evento.
El día del congreso llega y estoy muy nerviosa. Llego a la cocina y todos me miran raro. Me siento un poco intimidada.
-hola. Tú debes ser la chef de la que hablo el señor Douglan –me dice uno de los chef de la cocina.
-si mucho gusto. Mi nombre es Amelia.
-mucho gusto Amelia soy Esteban. Mira da lo mejor de ti esta noche, no te quiero presionar pero esta es una gran prueba para ti.
-prueba porque? –le digo intrigada.
De repente llega el señor Douglan a decirnos que es hora de comenzar.
Doy todo de mí y trato de sacar los platos muy rápido, el chef de la cocina supervisa cada uno de mis platos y me da una señal de aprobación.
Pase casi toda la tarde y noche en esa cocina. Al salir son las 10 de la noche.
-muy bien Amelia, de verdad que diste un buen servicio, creo que te ira bien –me dice Esteban.
-gracias –le sonrió.
Recogemos todo lo de la cocina, al salir me encuentro con el señor Douglan.
-Amelia la quiero felicitar. Me ha sorprendido. He recibido muy buenas referencias de usted.
-referencias? De quién?
-del gerente del restaurante que usted trabajo en Argentina, La góndola.
Me sorprendí, parece que me ha estado investigando.
-gracias por darme esta oportunidad.
-le tengo una oferta. Que le parece dirigir mi nuevo restaurante en Alemania?
-de verdad? –le digo sin poder creerlo.
-si de verdad. Esta noche ha sido una prueba para usted. Quería probar sus habilidades como chef y Esteban me ha dicho que se desenvuelve bien. Mire el restaurante abrirá en un mes, y me gustaría que usted fuera la encargada de ese restaurante. Que me dice?
-no sé qué decirle me toma por sorpresa.
-piénselo, y me llama en estos días, porque tendría que viajar unos días antes de la apertura para que se instale.
-si yo le avisare.
-seguirá escuchando de mí, chef. Pase buenas noches –me dice despidiéndose.
Esta es una oportunidad única para mi carrera, pero me iría dejando muchas cosas atrás. Tengo que pensarlo.
Al salir del hotel puedo ver a Catalina desde lo lejos. Se encuentra con un vestido de gala, de seguro asistió al congreso ya que era de Psiquiatría.
Me acerco a ella, noto que se encuentra mal.
-hola Catalina.
-Amelia. Que haces aquí?
-me llamaron para cocinar esta noche en el congreso.
-sabía que ese sazón se me hacía familiar –me sonríe.
-si era yo. Te encuentras bien Catalina te veo un poco tomada –lo digo mientras la sostengo ya que veo que se tambalea un poco.
-si estoy bien tranquila.
-no creo. Ven te llevo a tu casa. No puedes manejar así.
-no como crees, tú vives en otra dirección.
-vivo más cerca de lo que crees –le sonrió.
Ella accede y sube a mi vehículo. Nos quedamos calladas por unos minutos hasta que rompo el silencio.
-te pasaste de tragos hoy –le digo.
-pues estos días me he pasado mucho de tragos –se ríe.
-que te paso? Tienes algún problema?
-si tengo todo los problemas y por tu culpa –me dice con enojo.
-por mi culpa de que hablas –la miro con confusión.
Estaciono el vehículo frente a su casa y la ayudo a bajar.
-de que hablas Catalina porque dices eso?
No me responde y entramos a su departamento.
-de que hablo? Hablo de que tú sigues siendo un tormento en mi vida, que cuando quiero ser feliz te apareces nuevamente a arruinarlo todo –me dice mientras se acerca a servirse un vaso de whisky.
-yo no he arruinado nada Catalina. Me pediste prácticamente que me alejara y lo hice –me acerco a ella y le retiro el vaso de la mano.
Ella se molesta.
-pues tu fantasma sigue por este lugar.
-porque me tratas así cuéntame que paso.
Me conto todo lo que paso con Isabella, me duele que unas fotos mías con ella del pasado hayan causado todo esto, pero no es mi culpa fue el descuido de ella. Aunque por otro lado me alegra un poco saber que ella aun guardaba algún recuerdo de lo que fuimos.
-mira Catalina, si quieres yo voy, hablo con Isabella y le cuento todo.
-no! empeorarías las cosas. Solo no te metas Amelia. No te metas más.
-solo quiero ayudarte.
-ahora solo quiero beber, sabes que la he ido a buscar cada día desde nuestra pelea, ya han pasado más de 8 días y ella no me quiere recibir, ni si quiera atiende las llamadas, sale fuera de servicio la línea.
-no se entonces como pueda ayudarte pero no dejare que sigas bebiendo así.
-devuélveme el vaso de whisky. No quiero pelear contigo –me dice de manera apacible.
-mira Catalina solo por este momento deja de beber, esperaré que se te pase un poco el efecto del alcohol y me voy. Mientras hablemos tranquilamente. No te quiero ver beber así.
-bueno cuando tú te fuiste bebí igual y no te molesto –se ríe con sarcasmo.
-pues no te pude ver –le contesto seria.
-claro porque te fuiste sin decir nada.
-no hablemos de eso ya, sí?
-bueno háblame de ti. Estas con alguien? –me pregunta.
-no, estoy sola –agacho la mirada.
-no creo. Dime tranquila la verdad.
-es verdad no estoy con nadie.
-bueno pero te gusta alguien.
No pienso mentirle a Catalina así que le digo la verdad.
-bueno si me gusta alguien, pero no somos nada. Ni hemos tenido nada.
-eres rápida –me dice enojada.
-no me trates así. Además no estoy con ella. Y no tienes porqué molestarte o sentirte celosa.
-celosa? Yo? No me hagas reír –se ríe bruscamente.
-pues no parece que no tuvieras celos.
-y si los tengo que? –me mira desafiante.
-pues no deberías, si estoy tratando de ver otras posibilidades fue solo porque tú me dijiste que tu decisión está tomada. Y yo entendí que debo aceptarlo. Además como vas a tener celos de mí, si estas sufriendo por otra mujer.
-bueno no lo sé, tal vez porque aun eres importante para mí. Yo sé que Amo a Isabella, pero tú no eres tan fácil para poder sacarte del todo de mí.
-tu estas ebria, y mañana te vas arrepentir de las cosas que estás diciendo.
-tal vez lo haga, pero esto te lo puedo decir sobria. No creo que nunca te saque por completo de mi corazón. Siempre te tendré un cariño especial.
-no es justo que vengas a decirme todas estas cosas tratando de ilusionarme. Me voy –me levanto del sofá y estoy dispuesta a irme.
Salgo del departamento pero Catalina va detrás de mí y me detiene en la entrada.
-espera! –me dice mientras me agarra fuertemente y me acerca a ella.
Con su mano pone un mechón de mi cabello detrás de mí oreja y me mira directamente a los ojos. Su boca se acerca a mí y nos besamos.
Es raro lo que siento con este beso, lo que sentía antes al besarla ya no está. Sé que aun siento cosas por ella, pero ya no sé si es amor o cariño.
Ella se aparta de mí rápidamente.
-perdón, perdón, perdón –me dice llorando.
-tranquila Catalina, no te preocupes.
-no puedo, no puedo. Yo la amo, amo a Isabella –me abraza fuertemente mientras llora en mi hombro. Puedo sentir como tiembla.
-tranquila, tranquila –le digo tratando de calmarla. No pasa nada Catalina. Ven vamos para que te acuestes –la llevo hacia su habitación.
La recuesto en la cama y la arropo.
-Amelia por favor no le digas nada a Isabella, yo de verdad la amo, y no quiero arruinarlo más.
-Catalina tranquila, si nos besamos pero tú detuviste el beso. Te diste cuenta que estaba mal.
-creo que fue una prueba. Para darme cuenta que quiero mi vida con ella, con Isabella. La buscare cada día hasta que hable conmigo.
Pensándolo bien ese beso también fue una prueba para mí, para darme cuenta que Catalina ya no tiene ese efecto en mí. Pero no entiendo porque se ha ido ese efecto de un momento a otro, cuando después de todos estos años no había podido hacerlo. –Agustina? –. Me dicen mis pensamientos.
-está bien que luches por ella pero dale un tiempo, se debe sentir un poco presionada por tu parte ya que la buscas a diario. Porque no le das un espacio para que analice las cosas y te comience a extrañar –le digo.
-será? Dejarla un tiempo a solas? –me dice con duda.
-si ella te ama volverá a ti.
-está bien le daré unas semanas, para que piense.
-es lo mejor Cata.
Ella trata de dormir y después de unos minutos lo conseguí, salgo del departamento de Catalina y me dirijo al mío, tengo mucho que pensar.
A la mañana siguiente no me siento tan bien como pensé que me sentiría al recibir esa propuesta de trabajo, quiero decirles a Agustina y a Roberto pero no sé cómo lo tomaran. Ellos influyen mucho en mi decisión.
Recibo una llamada y es de Agustina.
-hola dormilona –se ríe. Y que tal te fue ayer?
-bien, les encanto la comida.
-qué bueno, yo lo sabía. Eres la mejor chef.
-gracias Agus.
-sigue en pie la comida de esta noche?
-si por supuesto, te paso a recoger a las 8 te parece?
-me parece perfecto. Entonces te espero bien puntualita –se ríe.
-claro muy puntual.
No sé si contarle lo de la oferta de trabajo. No sé qué hacer.
Llamo a Roberto para decírselo a él primero y que me dé un consejo.
-Tito, que haces?
-nada mi amor aquí despertando y tú?
-igual, veámonos para desayunar, te parece?
-si mi amor, te paso a ver.
-listo Tito.
Tito llega al departamento y le propongo desayunar en casa, prepare unos waffles con miel y unos omelette acompañados de tocino.
-se ve delicioso gorda –dice mientras se sienta.
-Tito quiero hablarte de algo importante.
-no me digas que estas embarazada –se ríe.
-si como no –me rio.
-ya amor, dime que paso?
Le conté lo de mi oferta de trabajo y no reacciono muy bien.
-a Alemania! Pero yo estoy en chile –hace puchero.
-si amor lo sé. Pero es una gran oportunidad.
-ósea ya tomaste la decisión? –me mira con tristeza.
-no aún no. pero quiero que me ayudes a tomarla.
-pero Amelia yo no quiero que te vayas.
-lo sé.
-sin embargo se cuánto significa un trabajo así para ti.
-qué hago?
-y Catalina? –me pregunta.
-bueno creo que con ella tengo toda más claro ahora.
-bueno y entonces Agustina? Porque ella es la que te ha ayudado a olvidar a Catalina y no lo niegues.
Me quedo callada un momento.
-no sé. Además ella aún no sabe nada de lo mío con Catalina. De seguro se enoja y no me quiere ver más. Así como le pasó a Catalina con Isabella.
-que les paso?
-pues se pelearon.
-como sabes eso?
Le conté toda la historia que me conto Catalina.
-qué pena. Yo creo que es mejor que le digas todo a Agustina, antes de que sea tarde –me dice.
-no sé qué me da más miedo decirle que me voy o contarle mi historia con Catalina.
-creo que ya tomaste la decisión de ir –me dice.
-porque?
-dijiste que no sabes que te da más miedo, decirle que te vas o lo de Catalina.
-lo hice? –pregunto confundida.
-si lo hiciste.
-creo que realmente quiero ir.
-entonces hay esta tu decisión, solo tienes que decírselo a ella. Yo te apoyare en lo que sea Amelia, como siempre lo he hecho.
Se levanta y me abraza.
Espero que sea la hora de mi salida con Agustina estoy muy nerviosa.
La llamo para indicarle que voy saliendo a su casa. Llego un poco más de las 8.
-como siempre tan puntual –me dice mientras me saluda con enojo.
-ay! Ya no te enojes –le sonrió.
Hablamos de varios temas mientras llegamos al restaurante.
Nos sentamos en una mesa libre.
-te ves muy linda –me sonríe.
-gracias, aunque tú te ves más linda.
Ella toma mi mano.
-quiero decirte algo –me dice.
-qué cosa?
-que he terminado oficialmente mi relación con Daniel.
Me alegro escuchar eso.
-de verdad? Y porque? –le pregunto sin demostrar ningún tipo de emoción.
-porque estoy enamorada de una persona muy especial.
Agacha la mirada y no puedo evitar sonreír, sé que se refiere a mí.
-y quien es el afortunado?
-no afortunado, afortunada. Es una mujer –me sonríe.
-pensé que eras hetero –le digo.
-también lo pensaba hasta que conocí a la mujer más hermosa y me enamore de ella.
-y quien es esa persona?
-la tengo frente a mí y estoy tomando su mano.
Me sonrió, pero a la vez me da tristeza al recordar lo de mi viaje.
-Agustina yo no sé qué decirte.
-déjame hablar a mi primero por favor –me suplica.
-de acuerdo.
-mira Amelia yo jamás en la vida me había fijado en una mujer. El día que te conocí si note lo hermosa que eras, pero te vi como una chica más, luego te fui conociendo y me gustaste tanto, al principio me costó aceptarlo pero luego me di cuenta lo mucho que me atraías. Y yo sé que por la edad tal vez tengas problemas o porque no has olvidado a tu ex o tal vez pienses que solo soy una chica confunda, pero no lo estoy, tengo claro que lo que quiero y te quiero a ti. Por eso quiero que me des una oportunidad de demostrarte que puedo hacerte feliz, sin importar la edad o sin importar nadie más.
Sus palabras me dejaron en las nubes, si ella supiera que todas esas razones que me dio no son ningún inconveniente ahora para poder estar con ella, que ahora el único inconveniente seria la distancia.
Respiro profundo.
-Agustina, yo estoy sintiendo todo lo mismo que tu estas sintiendo. Últimamente he pensado en ti, no en mi ex o en nadie más. Quisiera estar contigo, la edad ya no es inconveniente para mí, ni mi ex porque ya lo tengo todo aclarado gracias a ti.
-entonces podemos estar juntas? –me dice alegre.
Yo agacho la mirada.
-hay algo que te quiero contar. Y es el mayor inconveniente para que nosotras estemos juntas.
-qué cosa? –me mira asustada.
-me ofrecieron un trabajo como chef en un restaurante –ella me interrumpe.
-genial Amelia, eso era lo que querías volver a trabajar en un restaurante, pero cuál es el problema.
-es en Alemania –agacho la mirada.
Ella suelta mi mano.
-te vas? –puedo ver que está a punto de llorar.
-eso había decidido esta tarde, pero ahora ya no lo sé.
Agustina se levanta y se dispone a salir del restaurante.
Voy tras ella. Hasta llegar fuera del restaurante.
-Agustina! Espérame. Porque has salido así.
Ella no se voltea a verme.
-por nada –murmura.
La volteo hacia mí y puedo ver que está llorando.
Ella trata de cubrirse.
-no quiero que me veas llorar –me dice cubriéndose el rostro.
Yo la acerco hacia mí y la abrazo mientras acaricio su cabello.
-tranquila todo va a estar bien.
La miro y limpio sus lágrimas, ella me ve directamente a los ojos al igual que yo.
Tengo la necesidad de besarla ahora.
No lo pienso más y la beso, la beso con desesperación, no controlamos nuestros besos. Sus manos pasan por mi espalda.
De repente el sonido de un auto nos vuelve a la realidad.
Pego mi frente con la suya y sonrió.
-vamos a tu departamento –me dice y me vuelve a besar.
Nos subimos rápidamente en el automóvil. Mientras conduzco hacia el departamento ella no para de besar mi cuello, entre semáforos beso sus labios.
Bajamos rápido del automóvil. Y antes de poder abrir la puerta nos volvemos a besar. Tengo que hacerla mía ya.
Abro sin ver la puerta del departamento, al abrirla entramos y ella la cierra la puerta con su mano si apartarse de mí.
Continuemos besándonos hasta que llegamos al sofá, ella me empuja en él y se coloca sobre mí.
Besa mi cuello, llega a mis pechos y desabotona mi blusa. Comienza a besarlos de manera muy apasionada. Quiero tomar el control y trato de ponerme sobre ella, al hacer esto caemos al piso.
Reímos por un momento y seguimos besándonos en el piso de la sala. Me pongo sobre su abdomen y me inclino hacia su boca, mientras mi boca besa la de ella, mi mano saca sus senos de su brasier sin retirárselo aun.
-te gusta –le digo sin dejar de acariciar sus senos.
-me encanta.
Comienzo a besar sus hermosos senos, paso mi lengua sobre su pezón. Bajo hasta su abdomen y llego hasta su sexo. Retiro sus pantalones y con ellos su tanga. Comienzo a pasar mi lengua por su sexo de arriba abajo, hasta llegar al clítoris, ella gime cada vez más.
Mi lengua en su clítoris se mueve de manera circular, y meto dos dedos dentro de ella, al sentirlos ella arquea su espalda y mueve sus caderas para sentirlos más dentro de ella. Muevo mi lengua al ritmo de mis dedos. De repente saco mis dedos y meto mi lengua para probar todos sus fluidos. Sigo así por unos minutos y noto como ella se estremece.
-ven acá –me dice entre jadeos.
Me acerco a ella y comienza a besarme, rápidamente ella toma el control de la situación y se pone sobre mí. Retira mi brasier y comienza a chupar y morder muy despacio mis senos. Con su mano desabotona mi pantalón, rápidamente siento sus dedos sobre mi clítoris jugando con él.
Acerca su boca con la mía.
-estas muy mojada –me dice entre besos.
Sus besos siguen, yo levanto un poco mis caderas para retirarme por completo mis vaqueros.
Ella se sube sobre mí, poniendo su sexo cerca de mi boca. Comienza a moverse mientras yo paso mi lengua y mis dedos en él. Su mano se estira e introduce 2 dedos en el interior de mi sexo, al sentirlos comienzo a penetrar muy rápido su sexo, ella no para de gemir. Siento todos sus fluidos en mi cara.
Ella se da la vuelta y queda acostada sobre mí, haciendo el 69, su lengua pasa muy rápido por mi clítoris y sus dedos cada vez más dentro de mí.
Acelero mi paso, muevo tan rápido mis dedos que produce un sonido excitante de lo rápido que lo hago.
Después de unos minutos más ambas acabamos con un rico orgasmo.
Ella se pone sobre mi lado y se recuesta sobre mí.
-te quiero Amelia.
-yo también te quiero Agus.
-estoy feliz.
-yo también –sonrió y le doy un beso en su frente. Pero creo que me has mentido, ya has estado antes con chicas –le digo.
-no, nunca. Porque? –levanta su cabeza y me mira.
-porque parecías toda una experta –rio.
-pues solo me deje llevar y pensé que me gustaría que me hagan a mí y te lo hice a ti –sonríe.
-esto me ayuda a tomar mi decisión Agustina. Me voy a quedar aquí contigo.
Ella se levanta y se sienta en el piso dándome la espalda.
Yo me levanto y la abrazo por detrás.
-qué pasa? –le pregunto mientras beso la parte superior de su espalda.
Ella suspira.
-no quiero que desaproveches esta oportunidad, tienes que ir y cumplir tu sueño.
-pero no te quiero dejar –le digo con tristeza.
-no me perdonaría nunca si te quedas aquí por mí.
Se voltea y me mira esperando mi respuesta.
-no me pidas eso –le digo.
-es lo correcto –me besa.
Se levanta y recoge sus cosas.
-a dónde vas? –le pregunto.
-me tengo que alejar de ti, para que puedas cumplir tus sueños.
Me quedo impactada ante lo que me dice. Se viste rápidamente.
-estas segura de esto? –le pregunto.
-muy segura –se acerca a darme un beso y se va del departamento.
No puedo pegar un ojo esa noche, después de todo lo que paso, ella decidí dejarme ir, como si esto hubiera sido solo una despedida.
Han pasado 3 días desde lo sucedido y ella no se ha querido acercar a mí, ni ha querido hablarme.
Recibo una llamada del señor Douglan.
-hola señorita Sepúlveda, la llamo para saber su respuesta sobre el trabajo que le ofrecí.
Me quedo pensativa, y recuerdo las palabras de Agustina.
-si señor Douglan, acepto –lo digo con tristeza.
-muy bien, mire sale en 3 semanas aproximadamente, yo le tendré su pasaje listo y también el departamento en donde se quedara allá en Alemania.
-ok señor Douglan, me avisa cuando sepa la fecha exacta.
-muy bien señorita, la estaré llamando.
Quisiera hablar con ella y decirle que me queda poco tiempo aquí. Pero es inútil desvía mis llamadas.
Hoy pase mi carta de renuncia al instituto, la directora se decepciono un poco, pero al final se alegró por mí.
Han pasado ya un poco más de dos semanas y cada vez está más cerca el momento de mi viaje, Roberto se encuentra muy triste ante mi decisión y mucho más después que le conté lo que paso con Agustina, pero la entiende. Y dice que es lo correcto.
Estoy en mi cuarto sin hacer nada, pensando en Agustina en cómo me gustaría verla. Lee mis mensajes y no los contesta. No puedo ir a buscarla a su casa, ya que estaría Isabella y no estaría bien ir después de lo sucedido con Catalina.
De repente una llamada me saca de mis pensamientos.
Es el señor Douglan.
-hola señor Douglan, como esta?
-bien señorita Amelia, gracias por preguntar. Le llamo para darle una noticia no sé cómo la vaya a tomar.
-dígame.
-su viaje se ha adelantado para el día de mañana. A las 2:30 de la tarde.
-que! pero no he alistado nada.
-aquí tengo su pasaje, mejor vaya alistando todo. Esteban ira mañana temprano a su casa para entregarle el pasaje.
-está bien señor Douglan.
Esta noticia me cae como balde de agua fría, no he organizado nada, y no me puedo ir sin despedirme de Agustina.
La llamo pero sigue sin contestar. Miro el reloj y son la 1 de la tarde, le dejo un mensaje tratando de esperar alguna respuesta.
Mensaje a Agustina:
Agus, sé que quieres alejarte de mí, y entiendo que lo haces solo por mí. Pero han cambiado de un momento a otro el día de mi viaje y me acabo de enterar. Salgo mañana a Alemania. Por favor me gustaría tanto poder verte y hablar contigo antes de marcharme. Llámame o escríbeme por favor. Te quiero.
Llamo a Roberto y le digo la noticia.
-como, pero Amelia no has arreglado nada y no tuvimos tiempo de realizarte la despedida.
-si lo se Tito, pero no fue mi culpa.
-ahora estoy fuera de la ciudad con Xavier pero apenas vuelva voy a tu departamento, listo?
-si Tito, te espero.
Veo mi celular esperando tener un mensaje de Agustina y no veo nada. Sé que lo leyó y eso me deprime más.
Comienzo arreglar las maletas y de repente alguien toca la puerta del departamento.
Al abrir la puerta puedo verla a ella parada frente a mí. Agacha la mirada. Y luego se lanza sobre mí para abrazarme.
-discúlpame, por favor. No quería alejarme así de ti, pero tenía que hacerlo –me dice mientras llora.
-si lo se Agus. Tranquila. Ahora solo quiero que estés conmigo.
Nos besamos con mucha pasión. Los besos nos llevaron a mi pieza donde hicimos el amor, de una manera tan intensa. Sabiendo que sería la despedida.
-no olvidare esto nunca –me da besos en mi hombro.
-yo tampoco Agus. Te quiero tanto. De verdad has logrado que te quiera mucho.
-te iré a visitar, lo prometo –me dice.
-hare que cumplas esa promesa –nos seguimos besando por un momento.
-es raro justo dos personas importantes para mí se van mañana –me dice suspirando.
-quien más se va mañana? –le pregunto con intriga.
-Isabella, se va a Londres. Dice que por un tiempo pero yo sé que si conseguí estudiar allá se quedara.
-qué? y Catalina sabe de esto? –le pregunto exaltada.
-no, no lo sabe. Porque te preocupas tanto?
Me siento en la cama y suspiro.
-Agustina hay que tengo que contarte y no sé cómo lo tomes, pero quiero que me escuches y trates de confiar en mí.
-qué es? Me asustas.
-Catalina es la ex de la cual tanto te hablaba.
Ella se queda callada mirándome con confusión.
Luego de unos minutos habla.
-ósea que tú tienes que ver con lo que paso entre ellas dos? –me pregunta.
-si pero no de la manera que tú piensas.
Ella se levanta muy rápido de la cama, está furiosa.
-no puedo creerlo –me dice con furia.
La tomo de la mano y la miro.
-Agustina mírame a los ojos y date cuenta que no te miento. Yo no me entrometí en la relación de ellas, cuando supe que Catalina iba a darse una oportunidad con Isabella yo me aleje. Déjame explicarte todo. Para que lo entiendas, por favor.
Ella se tranquiliza y se sienta. Le cuento cada detalle de la historia, mi traición, por qué regrese a Argentina, lo que paso en el funeral, lo que paso en el departamento, el motivo de la pelea de Isabella con Catalina. Y le conté todo lo que Catalina está sufriendo por no tener a Isabella.
-esa es mi historia, es tu decisión si me crees o no –agacho la mirada.
-pero tú ya no sientes nada por ella? –me pregunta con seriedad.
-si es importante para mí y le tengo cariño por todo lo vivido, no voy a negar eso pero ya no la amo. Y lo comprobé la última vez que la vi, tanto ella como yo no sentimos nada de lo que sentíamos antes con un beso. Yo con eso me di cuenta que tú me gustabas mucho más de lo que pensaba.
Ella agacha su mirada y toca su cabeza.
-no sé qué decirte.
-dime lo que piensas, no te obligare a que me creas.
-si te creo Amelia, puedo ver más allá de tus ojos y sé que estás diciendo la verdad.
-entonces porque te pones así.
-es que es mucha información para procesar. Ósea mi cuñada resulta ser la ex de mi –se queda callada por un momento.
Le ayudo a completar la oración.
-de tu novia –le sonrió.
-eso somos? Y la distancia? –me pregunta.
-si eso somos. Eso quiero. Y respecto a la distancia ya pensaremos en algo.
Se acerca y me besa.
-me siento tan bien al contarte todo esto, y no cometer el error que hizo Catalina con tu hermana al no contarle.
-cierto. Isabella, ella debe saberlo todo –me dice levantándose rápidamente de la cama.
-ve y díselo. Y si no te quiere escuchar puedes hablar con Catalina y decirle de la decisión de Isabella.
-está bien yo hablare con ella. Pero usted señorita alejada de Catalina cuando yo no esté –se ríe.
-no tranquila si tengo mucho que organizar para mañana. Vendrás a despedirme al aeropuerto?
-no me gustan las despedidas –agacha la mirada.
-pero quiero que vayas –me pongo triste.
-yo pasare toda esta noche y la mañana contigo, y nos despedimos aquí. Pero no puedo estar allá y ver cómo te subes a ese avión –se entristece.
-está bien mi amor –me acerco y la beso.
-me dijiste mi amor –sonríe.
-sí, eso eres no?
-si lo soy –se la ve muy alegre. Chao mi amor ya mismo regreso.
Me siento tan feliz, de estar con ella. Sé que será duro llevar una relación a la distancia pero hare que funcione.
Son las 7 de la noche y Agustina no llega, me pregunto cómo le habrá ido. De repente tocan la puerta.
Abro y es Roberto.
Le cuento todo lo sucedido y se queda impactado.
-ósea que ahora tienes novia –me dice.
-si así es.
-y vas a llevar una relación a distancia con ella.
-ese es el plan –contesto.
-y tu novia es la cuñada de tu ex Catalina.
-sí.
-y le dijiste a tu novia que hable con su hermana y así pueda volver con Catalina, ósea para que pueda regresar con la mujer por la cual volviste al país.
-pues sí.
-a la cual ya no amas.
-exacto.
Se levanta del sofá y se ríe.
-ay! Como el mundo da vueltas –ríe.
-que eres pesado Tito. Y tienes razón pero creo que esto es lo mejor para todos.
Roberto me ayudo con algunas cosas para mi viaje, y después de un largo trabajo terminamos.
Escucho la puerta debe ser Agustina.
-hola amor –me saluda con un beso.
-que paso, como te fue?
Me mira con cara de decepción.
-pues me fue mal.
-por qué? Que paso? –le pregunto.
Roberto se acerca e interrumpe.
-mucho gusto, debes ser la famosa Agustina.
-famosa yo? Y por qué? –se ríe Agustina.
-pues porque esta señorita de aquí no ha dejado de hablar de ti –se acerca y pone su mano sobre mi espalda.
-que eres pesado Roberto. Deja que Agus termine de contar lo que paso.
-si cierto. Por donde me quede? –dice Agustina tratando de recordar. Ah, sí. Bueno fui a ver a Isabella, me acerque a ella y la vi viendo una foto de ella y de Catalina. Le insistí para que hable con ella y le diga de su viaje pero no quiso.
-y porque no le contaste todo lo que te dije amor –la regaño.
-porque quería hablar primero con Catalina y saber que le pasa realmente con Isabella, y bueno también porque pensé que sería mejor que Catalina se lo contara personalmente. Así que fui a buscar a Catalina para decirle del viaje. Pensé que con eso ella iría y haría hasta lo imposible por hablar con Isa.
-y no fue así? –le pregunto.
-no, se enojó. Me dijo que por lo visto ella no le importa a Isabella, ya que tomo una decisión tan importante sin ni siquiera decirle nada.
-pero entonces tú tienes que hablar con Isabella –le digo.
-le dije eso a Catalina, pero dijo que ya no, que no le diga nada. Que Isabella ya decidió, además me hizo jurarle y prometerle que no le diría nada. Prácticamente me lo rogo.
-y cumplirás esa promesa? –pregunta Roberto.
-yo sé que hago mal al no contarle a Isabella. Pero de seguro no me creerá nada a mí. Además anda súper idiota conmigo por interceder por Catalina.
-bueno, será –digo con resignación.
Pasamos el resto de la noche conversando, hasta que Roberto se tuvo que ir.
Agustina y yo nos dimos una despedida inolvidable. La hice mía muchas veces, definitivamente la voy a extrañar muchísimo, se ha vuelto muy importante.
A la mañana siguiente, me despierta el sonido de la puerta. Es Esteban con el pasaje de avión.
-gracias Esteban –le sonrió.
-de nada Amelia, que te vaya muy bien en Alemania. Te deseo toda la suerte del mundo.
Al irse, ya no puedo dormir y preparo el desayuno para Agustina que se encontraba aun dormida.
Se lo llevo a la cama para sorprenderla.
Le doy besos en su espalda para despertarla, ella se ríe con picardía.
-me gusta la manera en cómo me despiertas –se voltea a verme.
-a mí me gusta verte al despertar –me acerco y le doy un tierno beso.
-y eso amor? Es para mí?
-bueno para las dos, no seas glotona –me rio.
-que rico se ve todo, nunca me han consentido así –sonríe y me da un tierno beso.
Seguimos con nuestro jueguito en la cama. Hasta que era momento de alistarme para irme.
-bueno me tengo que ir, para despedirme de Isabella, tampoco quiero despedirla en el aeropuerto –me dice.
-está bien amor. Recuerda todo esto que vivimos, te prometo que vendré las veces que pueda a visitarte.
-lo sé –comienza a llorar.
No puedo evitar llorar con ella.
-trataremos de que esto funcione, sé que lo podremos hacer –le doy un beso en ambas mejillas y luego la miro a los ojos juntando su frente con la mía.
-lo haremos amor, yo te quiero mucho como nunca antes había querido a nadie y no dejare de luchar por esto tan lindo que recién hemos descubierto.
La beso y no quiero dejar de besarla.
Ella se aparta y me da un beso en la mejilla que me parece eterno.
-chao Amelia, que tengas un buen viaje.
-chao Agus, te llamare cuando llegue.
Ella sale del departamento. El tiempo pasa volando y ya es hora de que vaya al aeropuerto Roberto viene por mí.
Una vez en el automóvil Roberto se pone muy triste trato de tranquilizarlo. Al entrar al aeropuerto puedo ver a lo lejos a alguien que me resulta familiar.
Me acerco y noto que es Isabella.
-Roberto –lo llamo.
-qué pasa?
-esa es Isabella –le digo.
-ah cierto que hoy se va.
-voy hablar con ella.
-estas segura? Recuerda que Catalina no quiere que ella sepa nada –me dice.
-tengo que intentarlo. Además Catalina le hizo prometer a Agustina que diría nada pero no me lo hizo prometer a mí.
Sin más que pensar me acerco a ella parece estar sola. Toco su hombro para llamarla.
Ella se da vuelta y parece sorprendida al verme. También un poco disgustada.
-Qué haces aquí? –me pregunta molesta.
-pues parece que lo mismo que tú –respondo.
-ah, te vas? No funciono lo tuyo con Catalina –se ríe con sarcasmo.
-Isabella tu estas muy confundida, no sabes la verdad.
-cual verdad? Que estuvieron riéndose a mis espaldas todo este tiempo? Yo vi las fotos –me dice con enojo.
-esas fotos son viejas, muy viejas. Ni recuerdo cuando fueron tomadas. Y el único error que cometió Catalina es no decirte que regrese al país. Y si! No te niego yo hable con ella y trate de que me diera otra oportunidad, pero ella me dijo que se daría una oportunidad contigo, porque te quería a ti.
-no te creo nada.
-Isabella por favor escucha. Tú estas cometiendo un gran error al irte, escúchame. Después de que Catalina me dijo que estaba contigo no me acerque más y me lo dijo justo el día que se ennoviaron. Ella nunca te fui infiel ni nada por el estilo. Ella ha sufrido mucho sin ti, ha pasado llorando y bebiendo.
-si cómo no! Sufriendo y la vi besándose contigo fuera de su departamento.
Como diablos sabe eso? Tal vez fue a buscarla y al ver eso se marchó. –Me digo mentalmente–.
-y viste lo que paso después? –le pregunto.
-no fue necesario.
-pues sí lo era. Ella se aparto rápidamente porque no podía hacerte eso, yo he sido testigo de su sufrimiento y créeme que está muy mal. Piénsalo, antes de irte así. No cometas el error que yo cometí con ella y dejar las cosas así. Después me arrepentí tanto y cuando quise volver ya era tarde.
-y si la amas tanto porque me cuentas todo esto?
-ya mi historia con Catalina termino, por fin lo entendí, al verla a ella feliz supe que no podía hacer nada. Si la quiero mucho y es importante para mí pero ya no de esa manera. Además conocí a alguien muy especial que me ayudo a poder olvidar a Catalina y ahora soy feliz.
Los pasajeros del vuelo a Londres por favor acercarse a la puerta de abordaje .
Se escucha la voz de una señorita por todo el aeropuerto.
-ya es muy tarde, tengo que marcharme. Igual gracias por tratar de aclararme las cosas –me dice eso y luego se aleja un poco de mí.
-Isabella no esperes a que sea más tarde –le grito desde lejos.
Después de decirle eso me dirijo hacia donde Roberto, puedo ver que ella se acerca a su lugar de abordaje.
-no te creyó? –me pregunta Roberto.
-creo que sí lo hizo pero parece que no le importó.
-que mal.
Me dirijo hacia mi lugar de abordaje y espero que sea la hora de mi vuelo. Después de unos 15 minutos la señorita anuncia que debo abordar.
-chao mi Tito, cuídate. Te quiero muchísimo, eres como un hermano –lloro.
-yo también mi gorda. Cuídate. Me llamas, me escribes pero no perdamos contacto.
-yo volveré el día de tu matrimonio o si puedo antes. Chao mi Tito.
El me hace un gesto con su mano de despedida.
Me subo al avión y suspiro al saber todo lo que estoy dejando. Pero todo sea por dar un gran paso en mi carrera. Sé que muy pronto volveré a tener a Agustina en mis brazos.
Miro a la ventana mientras el avión despega y no puedo evitar llorar.
-Adiós mi Agustina.
GRACIAS POR SUS COMENTARIOS: HombreFX (ID: 853437) , littlestick (ID: 1432464) , Alexandra (ID: 1431923) , zuleyka (ID: 1433138) , karina (ID: 1255308) , melena82 (ID: 945677) . GRACIAS A TODOS LOS LECTORES ESPERO QUE ESTE CAPITULO LES GUSTE, EL SIGUIENTE SERA EL ULTIMO CAPITULO. DEJEN SUS COMENTARIOS.**
**"NO SOY COMPETENTE PARA TI, QUIERO SABER QUE ES LO QUE TIENE ÉL QUE NO TENGA YO, VEN DIME QUE NO SOY IDONEO PARA TI Y ASI CONSIDERAR CAMBIARME DE CUERPO Y DE HUMOR"**
**IRONIAS DE LA VIDA. IRONIAS DEL AMOR. EN EL MISMO LUGAR...-LISNA-.**