Tu mi Cordura Yo tu Locura (Chapter 13)
Historia de Catalina - Chapter 13: Encuentros Inesperados
Por favor se les pide a los pasajeros de los vuelos a despegar que se acerquen a la puerta de abordaje – se escucha la voz de una señorita por todo el aeropuerto.
No sé cómo llegue aquí, solo sé que no puedo dejarla ir, tengo que estar con ella. Apenas me entere que se iría del país dude en buscarla, pero ahora me doy cuenta que mi destino esta con ella y así supe que debo impedir que se vaya.
6 meses antes
Aquí me encuentro en mi auto a unas pocas cuadras del cementerio donde están enterrando a Adela, nunca imagine que el día de hoy me encontraría con ella, y en estas circunstancias. Trate de ser fuerte, de no demostrarme débil ante ella pero mi corazón le gano a mi cerebro, simplemente soy débil a ella.
Siento como nuestros labios se unen, haciéndose uno solo, mis manos están perdiendo el control, la deseo tanto. Mi cuerpo extraña su tacto. Las manos de ella también me desean y comienzan a desabotonar mi blusa, no puedo parar, es como si hubiera perdido el control de mi misma. De repente la imagen de Isabella viene a mi mente, tan inocente, tan sincera, no puedo hacerle esto. No puedo.
Me hago hacia atrás y con mis manos me separo de Amelia, por su cara puedo notar que no entiende que es lo que pasa.
-ey! Que pasa? –me pregunta consternada.
-Amelia, no puedo hacerlo –le digo mientras me abotono mi camisa.
-porque no? Tú me deseas, al igual que yo. Y sé que tu corazón aun me ama, yo sé que no me has olvidado. Puedo sentirlo
-Amelia por favor, no me vengas con eso. No te confirmare o negare nada de lo que estás diciendo.
No podía darle la razón, no podía decirle que soy tan idiota que todos estos años lejos de ella tratando de olvidarla, se fueron abajo con tan solo con estar cerca de ella por unos minutos. –Que débil soy–. Pensé que la había olvidado del todo, pero me equivoque, no sé lo que siento por ella ahora, pero aun no la he podido olvidar.
-no es necesario que lo digas Cata, no quiero sonar arrogante pero yo lo sentí así, siento que me aun me amas y eso me da motivos para seguir luchando por ti, no me rendiré contigo –me dice mientras pasa su mano sobre mi mejilla.
-yo ahora estoy empezando a salir con alguien Amelia y me gusta Isabella, es buena chica no quiero lastimarla, porque yo más que nadie sé que ser lastimado por alguien que amas y aprecias duele.
-no quiero entrometerme en tu vida, no quiero arruinarte la felicidad de volver a ser feliz, pero yo sé y ahora más que nada sé que te podría hacer feliz. Solo trata de pensarlo.
-no creo que haya nada que pensar Amelia, lo nuestro ya se acabó hace mucho tiempo, y si te amé, te amé como no tienes idea pero todo eso ya se acabó, y tu ayudaste para que eso se acabara, yo sé que ya me explicaste pero aun así me engañaste.
Ella agacha la cabeza y comienza a llorar.
-tienes razón te engañe pero me arrepiento tanto de es Catalina –lo dice sin parar de llorar.
Yo también me arrepiento tanto de que lo haya hecho, de no ser por eso en estos momentos aun estaría con ella.
-no llores más, si? –le digo mientras la abrazo.
De repente suena mi celular. Puedo ver que es Xavier pero no quiero hablar con él, aun me duele tanto que se haya entrometido así, ignoro la llamada.
Ella puedo ver quien me llamaba.
-tienes que hablar con el Cata, no destruyas esa gran amistad por esto. Recuerda que solo lo hizo por cuidarte y protegerte –me dice mientras pone su mano en mi espalda.
-sé que tengo que hablar con él pero ahora no puedo, porque estoy llena de rabia y sé que lo trataré mal.
El celular de ella comienza a sonar. Ella contesta y presto atención a lo que dice.
-aquí afuera, necesitaba tomar un poco de aire.
Tal vez ella se trae algo con esa chica –me digo a mi misma.
-no te preocupes, ve con tu mama. Nos vemos mañana.
-ok chao.
Ella cuelga y me mira.
-era Agustina –me dice.
-como que está muy joven para ti –aparto mi mirada de ella.
-celos? –me dice sonriendo. Sabes que lo mismo te iba a decir yo de tu novia, como que es muy joven para ti.
-bueno la tuya es más joven –le contesto seria.
-no te pongas celosa. Ella ni es mi novia, es una amiga, me cae muy bien.
-celos? Yo? –rio con sarcasmo. Estoy muy lejos de tener celos.
Trataba de disimular pero ella lo noto, claro que tengo celos, celos que no debería tener pero ella aun esta tan dentro de mí.
-bueno, no se te olvide que te conozco tan bien y se cuándo te dan celos –ríe.
Trato de evadir la conversación.
-bueno, vamos. Porque te están preguntando mucho.
-Catalina –me dice apacible.
-qué pasa?
-antes de volver a mi realidad, quiero que sepas que esto es lo mejor que me ha pasado desde que volví, y quiero agradecerte por escucharme y darme la oportunidad de explicarte todo. Espero que algún día me perdones.
Pongo mi mano en su mejilla y la miro a los ojos.
-has cambiado tanto, nunca pensé escucharte así, eres una mujer tan diferente a la Amelia que conocí, la que evita decir un te amo.
-esa Amelia ya murió, el perderte me ayudo a superar mis problemas para demostrar mis sentimientos, ahora no me da miedo decirte Te amo.
Agacho la mirada.
-un poco tarde, no crees? –le digo.
-si lo sé –contesta mientras una lágrima rueda por su mejilla.
Limpio esa lagrima con mi mano.
-y ya te perdone Amelia, hace mucho tiempo –le digo.
-gracias Catalina –pone su mano sobre la que puse en su mejilla, presiona más mi mano contra su rostro cierra los ojos y suspira.
Nunca pensé tenerla así, tan real, tan sincera, puedo sentir realmente que me Ama. Eso me asusta, si antes me tenía loca por ella tratándome indiferente, ahora con este trato no sé qué sea de mí. Tengo que cuidarme de sus encantos, de su belleza. Solo verla me dan ganas de lanzarme hacia ella. No puedo evitar analizar cada detalle de su rostro, su pelo negro resalta su piel blanca, se la ve preciosa.
Me alejo de ella para poner en marcha el motor. Estaciono un poco lejos de la entrada para que no nos vean juntas, al estar ahí recuerdo a Isabella. –Que le diré, tengo que contarle la verdad, y si me vio salir con Amelia? –.
-bueno vuelvo a mi realidad, espero volverte a ver –me dice mientras abre la puerta del carro.
-me ha gustado hablar contigo –le sonrió.
Ella me devuelve la sonrisa y sale del vehículo. Dejo que entre ella primero y luego de unos minutos más hago mi entrada, trato de buscar a Isabella pero no la encuentro. Respiro con alivio, no quiero hablar con ella después de lo que paso con Amelia, con qué cara la voy a ver.
De repente recibo una llamada y es Isabella.
-hola –contesto temerosa.
-hola, donde te has metido? Desapareciste de un momento a otro.
-ah, es que –me quedo callada por un momento.
Es mi momento de decirle pero no puedo hacerlo.
-es que me llamaron por un paciente y salí a contestar la llamada afuera para no llamar la atención –le digo.
Sueno convincente.
-ah está bien, te estaba esperando pero mi mama se quiso regresar rápido a donde mis tíos. Aunque yo creo que me iré a casa.
-ah bueno, disculpa por hacerte esperar. Nos vemos mañana?
-bueno. Está bien –escucho algo de decepción en su voz, no puedo hacerle esto a Isabella, sé que ella es especial.
-sabes no creo que aguantare hasta mañana, te puedo ir a visitar a tu casa?
-en serio? –me dice con entusiasmo.
-si de verdad. A qué hora puedes?
-yo creo que a eso de las 8, te parece?
-listo, pasare a esa hora, besos
-hasta más tarde, bye.
No sé cómo disimular con ella, pero creo que se dará cuenta de que algo me pasa, me siento como basura, no quiero mentirle, no sé qué hacer.
Mi celular vuelve a sonar, es Xavier, vuelvo a ignorar la llamada.
Me dirijo a mi departamento, y puedo ver el carro de Xavier estacionado. –justo al que no tengo ganas de ver–.
Me bajo del vehículo, y el baja del suyo.
-Catalina, que ha pasado? Por qué no me contestabas –me dice mientras camina detrás de mí.
No le contesto y sigo caminando hacia la puerta.
-ey! Háblame –me dice mientras me agarra del brazo.
-eres la última persona con la que quiero hablar en estos momentos –le digo con furia.
Él se queda callado y me suelta.
-me imagino que Amelia te conto todo.
-si me conto todo, todo lo mal amigo que fuiste al verme sufrir por ella y nunca decirme lo que te había contado. No debiste Xavier.
-entremos y hablamos bien me dice.
No le respondo abro la puerta de mi departamento y la dejo abierta para que él pueda pasar.
-mira Catalina sé que hice mal al no contarte, pero te estaba protegiendo, después de verte así tan mal por ella, después de ver como dejaste tu mano, me prometí al protegerte y eso hice.
-pero no debiste entrometerte de esa manera, manejar mi vida así, yo puedo tomar mis propias decisiones.
-si no te conté nada, es porque nunca le creí, no le creí ni una sola palabra, estaba cegado ante todo lo que hizo que no pude ver más allá. Sé que debí contarte pero no lo hice, discúlpame por favor Catalina, eres mi mejor amiga, solo quería que no te volvieran a lastimar.
Me quedo callada, yo sé que Xavier me quiere, y creo que trataba de protegerme pero no debió decidir por mí.
-sabes que si me hubieras contado tal vez me hubieras ahorrado tantas lágrimas.
-solo pensé en lo que te hizo ella y en lo que podría hacerte, de verdad lo siento tanto Catalina –se sienta en el sofá tratando de tapar sus lágrimas.
-tranquilo Xavier, si te creo. Creo que hayas tratado de protegerme, solo que no debiste decidir por mí, gracias por tus buenas intenciones, pero solo causaron más mal.
-lo sé.
-te perdono, pero no vuelvas a ocultarme ese tipo de cosas, por favor.
-te lo juro Cata, no volveré hacer algo así.
Lo abrazo mientras le pido que se tranquilice.
-te quiero Cata.
-yo también Xavi.
Solo espero que el odio que siente por Amelia no lo obligue a seguir ocultándome cosas, aunque después de lo que me dijo hoy no creo que la odie como antes.
-Cata, ya es hora de que la escuches.
-no creo que sea el momento – le conteste .
- es ahora o nunca, y mejor que sea ahora.
Por las palabras de él fue que me decidí a escuchar a Amelia, aunque ahora pienso si habrá sido una buena decisión o no.
-Cata y que paso con Amelia? –me pregunta.
-pues hablamos.
-y? –me pregunta con intriga.
-y nada Xavier, no puedo estar con ella así de un día a otro como si no hubiera pasado nada.
-pero te explico todo?
-si lo hizo y le creo, pero aun así me engaño y tengo muy grabada esa imagen en mi mente.
-que sentiste tu Cata? Aun la amas?
Una pregunta muy difícil, que al decir verdad no se ya cómo responderla.
-no se Xavier, no sé qué siento por ella, pero sí sé que ella esta aun presente aquí –le digo apuntando a mi corazón.
-qué problema Cata, y aparece justo a ahora.
-la ironía del amor, cuando veo un poco de luz al final del túnel y que tal vez puedo ser feliz con alguien más aparece la mujer que fue el gran amor de mi vida, diciéndome que me ama.
-qué piensas hacer?
-pues no lo sé, pero quiero darme una oportunidad con Isabella, aunque me da miedo lastimarla porque ahora estoy tan confundida.
-y no pasó nada mas?
-nos besamos –me quedo callada un momento. Y si no me detengo creo que pasaba algo más.
-tú te detuviste? Woah –me dice sorprendido. Y porque te detuviste?
-por Isabella –contesto. Y porque te sorprendes tanto?
-porque que tu hayas sido fuerte a los besos de Amelia que la amaste tanto, eso quiero decir que esa chica Isabella significa mucho para ti.
-si significa mucho, pero tengo tanto miedo de lastimarla. Ella no es como las otras, no es alguien con mucha experiencia, no quiero ser yo la que la haga sufrir.
-pero porque piensas que la harás sufrir Cata? No vayas con ese pensamiento.
-porque ahora estoy más confundida que nunca. De verdad no sé qué hacer, no sé si contarle o si no contarle.
-te aconsejo que lo hagas, aunque podría omitir lo del beso. Solo contarle lo que significo Amelia para ti.
-yo le digo que no sé lo que siento por Amelia?
-pues no se Cata, es tu decisión. No decidiré por ti.
-te tomaste muy en serio lo que te dije.
-no es eso, pero tengo que entender que las decisiones importantes en tu vida las debes tomar tú. Te puedo aconsejar pero no a decidir por ti.
-está bien Xavier, si tienes razón. Ahora tengo que ir a ver a Isabella, quede en pasar por su casa.
-está bien Cata, te dejo para que te arregles.
-oki Xavi, luego te cuento todo.
Tomo una ducha para relajarme y sacar de mi cabeza todo lo sucedido hoy, al salir seco mi cabello y busco algo de ropa en mi armario. Falta poco para las ocho, así que salgo directo para donde Isabella. Trato de pensar las palabras correctas que decirle, como explicarle todo, espero no me acobarde.
Me estaciono y toco el timbre de su casa por unos minutos hasta que por fin abre.
-hola –me dice mientras se acerca a saludarme.
-hola, te encuentras sola? –le pregunto.
-sí, mi hermana ha salido y mi mama se quedara donde mi tía. Ven pasa –me dice haciéndose a un lado para dejarme entrar.
Estamos solas, el momento perfecto para contarle todo.
-lindo hogar –le digo mientras entro.
-si mi mama lo decoro casi todo.
Nos sentamos en la sala.
-tiene muy buen gusto.
Nos quedamos calladas por un momento hasta que rompo el silencio.
Y como así te dejaron sola? No es muy tarde para que tu hermana que salga?
-pues ella sale a la hora que quiera, además salió con la chef del colegio, este Andrea creo que se llamaba, no recuerdo –me dice.
-Amelia –le contesto sin pensarlo.
-tienes buena memoria –me dice.
Trato de inventar cualquier cosa, los nervios me matan.
-bueno en nuestra profesión debemos tener muy buena memoria –le sonrió de manera nerviosa.
-bueno si es cierto. Y si con Amelia salido, creo que llegara tarde.
-ah ella son..? –le pregunto con intriga.
Sé que no debo entrometerme y mucho menos debe darme celos pero no lo puedo evitar.
-no se –me contesta dudosa. Amigas supongo, nunca he pensado que Agustina tengo gustos por las mujeres.
-ah me parece bien –sigo contestando sin pensar.
-porque? –me mira confundida.
-digo porque ella se la ve muy joven para esa otra chica.
-ah? Y ahora importa la edad? Mira tú, ya veo que piensas de esto.
-no, ósea no me malinterpretes si no que tu hermana es mucho más joven pues.
-bueno, espero que de verdad no te importe en mi caso que sea menor que tú.
La veo a los ojos, y verla me trae tanta tranquilidad, no aguanto las ganas de besarla así que me acerco a ella y le doy un tierno beso.
Me separo de ella y la miro a los ojos.
-no me importa la edad. Simplemente me gusta estar contigo Isabella.
Ella se sonríe y ahora es ella quien me besa.
Quiero decirle, decirle todo, mi historia con Amelia, pero no puedo, no quiero hacer nada que pueda lastimarla.
Ella se acuesta sobre mis piernas mientras yo acaricio su cabello, es la oportunidad para decirle.
-quiero deci…..–ella me interrumpe.
-gracias me dice.
No entiendo a qué viene su agradecimiento.
-gracias porque? –le pregunto confusa.
-por esto. Yo sé que es muy pronto, pero no se contigo siento algo que jamás sentí por nadie, y me haces feliz.
Después de eso, no puedo decirle nada. No quiero que me odie.
-sabes que yo también me siento feliz contigo. Y contigo siento tantas cosas, que no puedo explicar, siento como seguridad contigo y sé que llevamos muy poco conociéndonos pero siento como si te conociera de toda la vida.
Me agache y deposite un beso en sus labios.
-yo nunca me he sentido así por nadie, contigo es la primera persona que me pasa. Me da miedo pero es algo de lo que quiero tomar el riesgo.
Pasamos hablando ella acostada en mis piernas mientras yo acariciaba su pelo, conociéndonos más.
-color favorito? –me pregunta.
-tengo que decir que el negro.
-el mío también –me contesta.
-si porque eres una rockerita –le digo mientras trato de hacerle cosquillas en su estómago.
-para –me dice riendo. Y bueno quien te dijo que soy rockerita? Mi estilo de ropa es como punk. Además Escucho todo tipo de música.
-digo por tu vestimenta, toda dark –me rio.
-pero si me visto así, pero no quiere decir que sea rockera, simplemente me gusta ese estilo de vestimenta.
-ósea escuchas de todo?
-si de todo. Bueno no escucho reggaetón.
-ósea de todo menos reggaetón?
-si se podría decir.
-Justin Bieber? One direction? –me rio.
-ay! No pues tampoco así.
-entonces no escuchas de todo.
-bueno tienes razón –se ríe.
Me encanta verla reír no puedo parar de verla, ella se da cuenta y se sonroja.
-porque te pones roja? –le digo mientras acaricio su mejilla.
-me hacer sonrojar cuando me ves así –me desvía la mirada.
-es que eres hermosa Isabella.
Ella levante su cabeza de mis piernas y se acerca a mí, coloca sus brazos alrededor de mi cuello, mientras yo coloco mis manos alrededor de su cintura y me besa.
Puedo sentir en sus besos la necesidad que ella tiene de tenerme. Podría hacerlo, pero no dejare que mi primera vez con ella sea el mismo día que me encontré con Amelia.
Me aparto de ella y sonrió. Por su rostro veo que no le gusto que me haya apartado de ella.
-no te gusta que sea así –me dice mientras saca sus manos de mí.
-no es eso. Me encanta que seas así.
-no parece –me dice con tristeza.
-tú no eres cualquier chica Isabella, tu mereces algo sumamente especial y quiero dártelo.
-eres tan linda.
-no más que tu –acaricio su mejilla.
-disculpa que sea así, es la primera vez que me pasa. Nunca nadie me ha llamado la atención de esa manera.
-cómo? Ósea que nunca has estado con nadie?
Se queda callada por un momento.
-no, nunca. Soy virgen.
Me parece tan tierno que lo sea, ahora quiero hacerla sentir tan especial.
-di algo –me dice. Te molesta?
-no, como dices eso. No me molesta. Me causa ternura.
-es que nunca antes había tenido la necesidad de sentir íntimamente a otra persona. Por eso nunca lo he hecho.
-pero si has tenido novias? –le pregunto.
-sí, he tenido pero no ha pasado nada más que besos, y por eso creo que mi primera novia me termino.
-cuantas novias has tenido? –pongo cara seria.
-solo dos, con la última se terminó hace poco. Y bueno también tuve dos novios en el colegio pero creo que duro tres días con uno y con el otro como cuatro horas –se ríe.
Me rio ante su comentario de los novios.
-y con ella tampoco tuviste esa necesidad de sentirla íntimamente a ella?
-no tampoco, de hecho lo evitaba y ponía excusas.
-y conmigo si la tienes?
-si –se pone toda roja.
Me acerco y beso tiernamente sus labios, pongo mi frente contra la de ella.
-tendrás esa primera vez conmigo y te prometo que será muy especial.
Agacha la mirada y se sonroja más.
-incluso así roja te ves preciosa –le doy besos en sus mejillas.
De repente el celular de ella comienza a sonar con la melodía de “The Scientist” de Coldplay
“Come up to meet you, tell you I’m sorry I don’t know how lovely you are, I had to find you Tell you I need you Tell you I set you apart”
Mira la pantalla del celular antes de contestar.
-es mi hermana –me dice mientras presiona el botón de contestar.
Me distraigo analizando la sala, puedo notar que tiene muchos videojuegos junto al televisor. Me encantan los videojuegos aunque no juego hace mucho, no me da mucho tiempo con el trabajo, la consulta y ahora mucho menos con las clases.
Termina de hablar rápidamente.
-parece que ya viene mi hermana.
-me debo ir? –le pregunto mientras estoy dispuesta a levantarme.
Ella me detiene y me agarra del brazo.
-no, quédate –me sonríe.
-bueno –me acerco y le doy un beso. Veo que tienes muchos videojuegos.
Ella sonríe con vergüenza.
-este, pues sí. Me encantan los videojuegos.
La veo y me sonrió.
-piensas que soy muy niña? –me pregunta agachando la mirada.
-no para nada. Me encantan los videojuegos, de hecho tengo una consola de Xbox 360 en mi departamento, pero ahora casi no puedo jugar no tengo mucho tiempo.
-en serio? –me sonríe.
-porque tanta sorpresa? Acaso me crees tan vieja para jugar –le digo haciendo puchero.
Se ríe fuerte.
-no, si no que cada vez que se mas de ti me gustas más –se sonroja.
-que linda eres –la abrazo. Y dime que consola tienes?
-tengo un ps3, quieres jugar?
-si me parece bien, hace mucho que no juego así que no te rías –le sonrió.
-la consola esta en mi cuarto, vamos? –me pregunta mientras se levanta del sofá.
-yo la sigo y entro a su habitación.
Puedo analizar cada detalle, su cuarto es un poco oscuro, pintado de color negro unas paredes y otras de blanco se ve bastante bien. También noto que tiene una guitarra Gibson acústica de color negro.
-tocas la guitarra? –le pregunto.
-si toco desde los 12 años –me dice.
-interesante, sabes a mí me encanta la música, me apasiona.
-de verdad? Y tocas la guitarra?
-pues si se entonar una que otra canción, mi especialidad es el piano.
Le digo mientas me acerco y agarro la guitarra
-toca algo, para escucharte –me dice sonriendo mientras se sienta en la cama.
-está bien, creo que esta canción te gustara –le sonrió.
Me siento en una silla que se encuentra en su pieza me acomodo y pongo el capo de la guitarra en el tercer traste y comienzo a rasguear las cuerdas. Puedo ver por su sonrisa que ella identifico la canción enseguida.
Estoy tocando la canción que ella tiene de tono “The Scientist”. Cada vez que toco tengo que cantar, así que la melodía comienza a fluir en mí, cierro mis ojos mientras sigo con la canción. No me doy cuenta cuando ya termine de tocar toda la canción.
Al abrir mis ojos puedo verla a ella muy sonriente.
-tocas y cantas hermoso Catalina –lo dice mientras comienza aplaudir.
-vas hacer que me sonroje –lo digo ya con mis mejillas ya coloradas.
-es la verdad y esa canción me encanta. Gracias por tocarla para mí –se acerca a mí y me a un beso.
Me gusta que ya este mas suelta conmigo, que ya no esté tan tímida. Aunque la timidez de ella es algo que me atrae tanto.
-gracias a ti por ese beso –le digo mientras me levanto de la silla para dejar la guitarra en su puesto.
-bueno ahora que quieres jugar?
-pues no sé, que juegos tienes?
Me nombro varios juegos y la mayoría los conozco, tal vez si sea una adicta a los videojuegos al igual que ella. Entre los que nombro, me decidí por “Resident Evil 6”
-me encanta ese juego –me dice mientras lo coloca en la consola y agarra los players.
Pasamos jugando por un rato, puedo sentir que alguien entra a la casa, pero parece que se dirige directo a su habitación.
-debe ser mi hermana.
-no dirá nada porque estoy acá?
-no tranquila.
Sin darme cuenta entra conversaciones y el juego ya eran la 1:30 am.
-rayos –digo mirando mi reloj. Es muy tarde.
-sí, no me había dado cuenta la hora.
-supongo que me tengo que ir.
Ella hace una cara de tristeza.
-no quieres que me vaya? –le digo sonriendo mientras acaricio su rostro.
-la verdad que no.
-es que después pensaran mal. Digo por tu hermana o si tú mama llega.
-quédate, si nadie se dará cuenta –me sonríe.
-me estas tentando.
-eso quiere decir que…? –me dice con intriga.
-que si está bien me quedo.
Ella sonríe como una niña que obtiene su capricho. Me encanta.
-no creo que tenga que ponerme para dormir.
-yo te puedo prestar algo –me dice dirigiéndose hacia su armario.
Comienza a buscar por un rato y por fin me pasa una camisa de mangas largas de cuadros.
-bueno es lo más decente que encontré –sonríe.
-si está bien. Me gusta –le sonrió.
-yo iré a ponerme la pijama en el baño y tú puedes cambiarte aquí –se dirige a buscar su pijama.
Luego de encontrarla entra al baño.
Saco mi vestimenta y solo me quedo en tanga, me retiro el sostén ya que me resulta súper incomodo dormir con él puesto, me pongo la camisa y abotono sus botones, es bastante larga así que me cubre hasta un poco más arriba de mis rodillas.
Al terminar me acuesto en la cama, me siento nerviosa, me pone más nerviosa el hecho de dormir con alguien que me atrae tanto sin hacer nada. Eso no lo he hecho nunca, cada mujer que duerme conmigo corre peligro. Pero con ella tengo que controlarme, la deseo, pero a la vez quiero ser especial con ella y mucho más respetar su casa.
El sonido de la puerta del baño me saca de mis pensamientos, cuando la veo salir del baño, mi corazón comienza a latir más rápido, la veo con una pijama muy pegada al cuerpo, consta de un short que parece casi cachetero de color rojo muy sexy y una blusa sin mangas que le llega al ombligo, puedo ver su abdomen, tiene un cuerpo de maravilla. No puedo evitar morderme el labio. Ella parece notarlo.
-no te dará frio dormir así? –digo con tono nervioso.
Nerviosa yo? Sorprendente.
Se ríe mientras se acerca a la cama.
-pues estoy acostumbrada, disculpa pero de verdad no tengo nada menos exhibicionista que esto. Y bueno la camisa que te di.
-no tranquila si no me molesta –me rio.
-te gusta? –me dice sonriendo.
Solo me rio y me acerco a darle un beso.
-me encanta –le digo.
Nos acomodamos bajo las sabanas, aun no apagamos las luces.
-sabes, me siento rara –me dice volteándose para verme
-rara, cómo? –le pregunto mientras me acomodo.
-ósea rara en el aspecto que jamás he sido así con nadie, pero contigo todo fluye, me siento tan bien como si nada más me importara.
-yo también me siento cómoda contigo Isabella, y créeme que hace mucho que no me sentía así con nadie.
-hace mucho? Ósea con la chica que aún no puedes olvidar?
Se me hizo un nudo en la garganta, justo ahora la menciona, haciéndome sentir culpable. Es momento de decirle todo aunque me bote a patadas de la cama.
-bueno si respecto a eso te quería hablar, esa chica es… –me interrumpe.
-no me expliques Catalina, si yo entiendo que has tenido tu pasado –se acerca y me abraza.
Como es posible que sea tan cobarde y no continuar contándole.
Me deje llevar con su abrazo haciéndome olvidar de todo.
-te quiero Isabella –lo digo sin pensar en voz alta.
Ella me mira y me sonríe tímidamente.
-yo también te quiero.
Se acerca y comienza a besarme, nuestros besos cada vez aumentan de intensidad, mis manos no logran controlarse y comienzan a acariciar desde la parte alta de su espalda hasta llegar a sus glúteos, ella cada vez me besa con más intensidad, su lengua esta por todo mi boca. Puedo sentir como mi sexo comienza a tener pequeñas palpitaciones.
La presiono más hacia mi cuerpo, sintiendo sus pezones erectos sobres mis pechos. Paso mi mano por su abdomen y meto mi mano por debajo de su blusa, aun sin dejarla de besar.
Acaricio sus pechos, y mis dedos comienzan a jugar con sus pezones. Ella detiene los besos para respirar.
-te deseo Catalina –me dice entre jadeos.
-yo también –le digo y la vuelvo a besar.
Puedo sentir como la mano de ella pasa por mi abdomen y va bajando hacia mi entrepierna. Cuando está a punto de poner su mano sobre mi sexo.
Agarro su mano para detenerla.
-que pasa –me dice con respiración entre cortada.
-quiero que sea especial Isabella, me muero por hacerte mía ahora en este instante, pero quiero contenerme para que sea algo que no olvides nunca.
Se aleja un poco de mí.
-está bien, entiendo –puedo notar un poco de desilusión en su mirada.
-mira te juro que valdrá la pena toda la espera, y no creas que no te deseo, porque no te imaginas como me dejaste –me rio. Pero vamos a esperar un poco.
Se ríe y me abraza.
-está bien. Gracias por ser tan linda conmigo, aunque me hayas dejado toda asa –me dice riendo.
-también me dejaste igual –la abrazo fuerte.
Extiendo mi mano y apago la luz de la lámpara, no me deja de abrazar y caemos dormidas profundamente.
Despierto sin necesidad de que suene la alarma de mi celular, son las 5:30 am. Tengo que ir a mi departamento para arreglarme y llevar mis cosas al trabajo.
Miro hacia mi pecho y veo a Isabella. Me da pena despertarla, comienzo acariciar su cabello, creo que me podría enamorar muy fácil de ella.
Me levanto sin tratar de despertarla pero fallo en el intento.
-que paso? –me dice con voz de dormida.
-shhhh, nada sigue durmiendo –le digo susurrando.
-te vas? –me pregunta.
-sí, es que tengo que ir a ver las cosas para trabajar, y arreglarme.
-está bien, gracias por esa linda noche –sonríe sin abrir los ojos.
-gracias a ti –me acerco y le doy un beso en la frente. Mas luego te marco. Descansa.
Ella se queda dormida al instante, creo que ni recordara haber hablado conmigo.
Voy directo a mi departamento cuando llego son las 6:20 am, me dispongo a tomar una ducha y comienzo a alistarme para un día de trabajo.
Recibo la llamada de Xavier, no me había dado cuenta que tenía 3 llamadas perdidas de él.
-y tu –me dice con intriga.
-y yo que? –me hago la desentendida.
-donde andabas que ni contestabas.
-estaba con Isa.
-que! –lo dice con exageración.
-no seas exagerado –me rio.
-ósea que tú y ella?
-no, nada de eso, solo me quede a dormir con ella.
Comienza a toser como si se estuviera atorando por la impresión de la noticia. Como siempre tan bromista.
-perdón? Escuche bien?
-si pesado escuchaste bien.
-tú con una mujer en una cama solo dormir? Woah, creo que hoy se acaba el mundo – comienza a reír.
-bueno te cuelgo –le digo molesta.
-no te molestes Catita, pero me sorprende, tienes que contarme todo.
-eres peor que vieja copuchenta –me rio. Más tarde te cuento todo, ya te dejo que voy saliendo al hospital, tu donde andas?
-ya en camino al hospital, si ya sal porque vas tarde.
Miro el reloj y tiene razón, faltan 20 minutos para la entrada.
-bueno te veo allá.
Al llegar al trabajo veo que hay pocos pacientes, el viernes ha empezado con buen pie.
Comienzo atender a los pacientes agendados en el sistema, y recibo varias interconsulta para ver a pacientes en la emergencia. Xavier debe estar muy ocupado también, porque no me ha venido a ver para que le cuente lo sucedido la noche anterior.
Mientras termino con un paciente en la emergencia se hacen la 1 de la tarde puedo ver a lo lejos a Isabella con un grupo de sus compañeros, ella me ve y me sonríe.
Le hago señas con la mirada para que se acerque. Me alejo y salgo de la emergencia para que ella me siga.
Después de unos 2 minutos ella aparece.
-hola –le digo acercándome a saludarla con un beso en la mejilla.
Ella se puso toda roja.
-qué pasa? –le pregunto.
-es que nos pueden ver –me dice con incomodidad mirando a todos lados.
-tranquila, si fue un beso en la mejilla.
-pero igual tu eres mi Docente.
Me da risa verla así.
-te ves linda así, toda asustada. Me dan ganas de besarte aquí mismo –me sonrió.
Ella se pone aún más roja.
-para –me sonríe con timidez.
-está bien, está bien. Estas en práctica? –le pregunto.
-si pero el doctor aun no aparece.
-que harás después?
-pues nada, ir almorzar y luego a las clases que tengo de psiquiatría.
-ah y que tal esa Docente, he escuchado que es excelente –me sonrió.
-si es muy buena docente pero es algo amargada –me dice seria por un momento y luego no aguanta la risa.
-amargada, no?
-bromita –se ríe.
-bueno te parece si te invito almorzar?
-pero ya es tarde y debes tener hambre, aun no llega el doctor.
-que doctor es?
-el doctor Simón Vera, porque?
Saco mi celular y le marco. Isabella solo me ve confundida.
-hola Simón, como estas?
-bien Cata, y ese milagro llamándome?
-Pues nada acordándome de los ingratos –me rio. Y por donde andas Simonin?
-pues en el banco, tengo que hacer unos depósitos, y bueno esta infinita esa cola.
-ah! Y no vendrás por el hospital?
-no creo que alcance, porque?
-porque por ahí vi a un montón de alumnos tuyos buscándote.
-cierto, me había olvidado –se ríe. Ni les digas que no voy, que esperen hasta que se den cuenta que no llego –se ríe con malicia.
-que malo –lo digo riendo. Bueno Simón, y cuando salimos con el Xavier?
-no se Cata, organiza y me avisas. Bueno Cata te dejo que me ven los guardias del banco, veras no le digas a los alumnos.
-ok Simón, cuídate. No les diré tranquilo.
Isabella me ve con una sonrisa.
-siempre te sales con la tuya? –me dice.
-casi siempre –sonrió.
-bueno supongo que ahora puedo ir almorzar contigo.
-sí, avísale a tus amigos, para que se marchen porque igual me da pesar que estén esperando pudiendo hacer otras cosas, ya he pasado por eso.
-está bien, les diré y nos vamos?
-sí, solo diles que si pregunta Simón ustedes los esperaron.
-listo, donde te encuentro?
-voy al consultorio a ver mis cosas, cuando termines pasas por ahí y nos vamos.
Me dirijo al consultorio y entro a recoger mis cosas, de repente alguien toca la puerta.
-pasa –grito pensando que es Isabella.
Sigo buscando mis cosas sin alzar la mirada.
-llegaste rápido –le digo.
-me esperabas? –me dice esa voz familiar.
Levanto la mirada y puedo ver a Amelia parada en la puerta.
Me quedo sin palabras, estoy sorprendida de verla, no pensé que apareciera por acá a buscarme.
-qué pasa? –me pregunta confundida.
-Amelia, que haces aquí? –le pregunto.
-vine a visitarte.
-para qué?
Puedo ver que su mirada cambia y se entristece.
-pues pese que para seguir hablando.
-pero ahora no sé si sea el momento, mira estoy en el trabajo –trato de excusarme.
-está bien.
Me da pena verla así y cambio de opinión.
-espera, está bien siéntate.
Ella entra y cierra la puerta.
-gracias –me dice mientras sonríe, pero aun noto tristeza en su mirada.
-y bueno que quieres hablar?
-sobre lo que paso ayer, no he podido dejar de pensar en lo que paso en el auto Catalina.
-pero no es momento que hablemos de eso ahora.
Ella se levanta de la silla y se acerca de la mía, poniéndose de cuclillas frente a mí.
-entonces cuando? –me dice con tono de tristeza.
Se acerca un poco a mí, y rápidamente su nariz y la mía están muy cerca, siento su respiración sobre la mía. Casi puedo sentir sus labios sobre los míos cuando de pronto alguien toca la puerta del consultorio.
-Doctora se encuentra ahí? –puedo escuchar la voz de Isabella detrás de la puerta.
Me levanto rápidamente de la silla alejando a Amelia.
-Isabella! –lo digo mientras pongo mi mano sobre mi frente de manera preocupada.
Amelia me ve con cara de enojo y tristeza a la vez.
Le hago señas para que no hable. Ella solo me mira con rabia.
-Catalina! –sigo escuchando la voz de Isabella.
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ME INTERESA SABER,
SI SE SIENTE MEJOR CON ÉL,
SI TE BESA DESPUÉS.
SI SE TE ERIZA LA PIEL
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****IRONIAS DE LA VIDA. IRONIAS DEL AMOR. CERRANDO UN CICLO...-LISNA-.****