Tu mi Cordura Yo tu Locura (Chapter 11)

Historia de Amelia - Chapter 11: El otro lado de la historia.

Ha sido un vuelo cansado, pero por fin me encuentro en mi Chilito lindo, tantos recuerdos vienen a mi cabeza. Aquí fue donde perdí lo mejor que me ha pasado.

Veo a lo lejos a mi amigo Roberto que viene entusiasmado a recibirme.

-Robertito mi amor –me lanzo hacia sus brazos con emoción.

-amiga! Estas divina, que te has hecho. Estas una mamacita –me dice acomodando mi pelo detrás de la oreja.

-pues solo me teñi el pelo de negro, me quede bien?

-sí, demasiado bien amiga.

-y cuéntame cómo han estado las cosas por aquí?

-pues bien Amelia, me hiciste falta –me dice mientras recoge mis maletas.

-tú también Tito pero tuve que marcharme –agacho la mirada.

-si lo sé –me dice mientras me toma de la mano para llevarme al vehículo.

-y Xavier no te ha dicho nada porque no iras a verlo este fin de semana?

-si objeto pero lo convencí que pasara tranquilo con su amiga y nos encontrábamos después –me dice.

-le has dicho que venía? –pregunto intrigada.

-no aun no le he dicho pero igual tocara decirle o se enterara cuando te vea en mi departamento.

-de eso te quería hablar Roberto, será mejor que vaya donde mis padres.

-no estás loca, ellos viven muy lejos de la ciudad. Te quedas conmigo y punto.

-es que no quiero que tengas problemas con Xavier –le digo preocupada.

-no tranquila mi amor, que el tendrá que aceptarlo. Quien sabe tal vez se puedan llevar mejor –me dice sonriendo.

-Tito, el tipo me odia. No me quiere verme ni en pintura. Fue bien claro la última vez que hablamos, si prácticamente el me obligo a salir del país.

-fue una amenaza pero solo eso. Jamás le hubiera permitido que te hiciera eso.

Llegamos al carro y acomodo mis maletas, dentro del vehículo y seguimos con nuestra platica.

-bueno si hablaba en serio o no, igual no me dejo opción. Y será bien difícil que se lleve bien conmigo –le digo.

-no importa, tendrá que aceptar que eres mi amiga. Fácil, si hace problema se queda sin sexo y hablo muy en serio –me dice riendo.

-que eres terrible para castigar Tito –rio.

-ya no me conoces amiga soy la peor –me guiña el ojo.

Veo el paisaje mientras viajamos, extrañaba mi país ya casi dos años fuera de él. Tanto tiempo y aun así no hay ni un día que no me arrepienta de todo lo que hice.

-y esa cara? –me pregunta tito.

-no nada –le digo.

-como que nada. Estas llorando –me dice preocupado.

-lo estoy? –pregunto confundida.

Paso mi mano en mi mejilla y siento como cae una lágrima sobre ella. No me había dado cuenta que lloraba.

-parece que si lo estoy –le digo mientras agacho la mirada.

-mi amor tranquila si, trata de olvidar todo lo malo.

-de hecho estoy recordando lo bueno –le digo.

-entonces porque lloras?

-porque lo perdí –digo y volteo mi mirada hacia la carretera.

Pasamos el resto del viaje sin comentar mucho hasta que por fin llegamos al departamento de Roberto.

-woah! Tito, sí que has cambiado este lugar. Esta más serio, no es tu estilo –rio.

-ya sabes el amor –sonríe. Xavi viene a menudo y bueno lo decoramos de acuerdo al gusto de ambos.

-sigo pensando que mala idea que me quede Roberto.

-tranquila. Ven que te muestro donde te quedaras.

Me llevo a mi antigua habitación la que ocupaba antes de irme a vivir con ella.

-está casi como la deje –le digo.

-claro mi vida, si casi no recibo visitas.

-y bueno ahora cual es el plan –le digo.

-pues no sé, comamos algo y nos tomamos unos traguitos para ponernos más al día.

Fuimos por una pizza, a comprar vodka y cigarrillos. Luego volvimos al departamento.

-cuéntame ahora, como estuvo Argentina que fue lo que paso con Gabriela –me pregunta.

-todo mal con ella, nunca debí tener algo con ella.

-pero porque te termino? –me pregunta.

-porque se dio cuenta que mi corazón está ocupado –le digo mientras bebo un sorbo del licor.

-ay amiga, aun?

-nunca deje de hacerlo –le contesto.

-no sé qué decirte.

-dime como esta ella? –le pregunto.

-pues la última vez que la vi estaba bien.

-esta con alguien? –le pregunto con mucha desesperación.

-ósea, con alguien estable no que yo sepa. Ella anda con muchas ahora. Se ha vuelto una jugadora.

Cuando escuche eso no pude controlarme, mi llanto salió de mí.

Roberto se acercó y me abrazo.

-tranquila Amelia, no ibas a pensar que no tocaría a otra mujer –me dice.

-no es eso –le contesto entre lágrimas.

-entonces?

-es que yo la dañe. Roberto esa mujer era la más tierna, la más romántica, y a la vez la más sexy, ella sabía lo que era realmente amar, creía en el amor y en toda la ilusión y ahora enterarme que es así y por mi culpa me parte el corazón. Soy un monstruo por dañar a la persona que me amo tanto y soy una idiota por no haber valorado a la persona que amo.

-tampoco digas eso Amelia, aquí todos te ven como la mala de la película, la perversa que la dejo, tanto así que ahora hasta tú lo crees. Ellos no saben todo lo que paso, solo lo que vieron esa noche. Pero yo si se lo que paso y tú también, así que no te trates así amiga.

-igual no justifica lo de esa noche.

-yo se te equivocaste, te pasaste de copas y la cagaste. Pero aún recuerdo ese día y se cuál fue el motivo que te llevo a beber tanto. Me llena de ira saber que no estuve para ti en ese momento. Pero y ella? Ella donde estuvo, trabajando como siempre. Ese día la necesitabas más que nunca.

-tranquilo Roberto. Ya paso, no me recuerdes ese día.

-sabes que hice con ese tipo? –respira hondo y luego continua. Saque el hombre que hay en mí y le di su buena golpiza.

-hiciste eso? Porque no me lo habías contado –le digo alterada.

-porque no quería volvértelo a mencionar pero ahora ya ves, te hice justicia.

-gracias, de verdad Roberto no sé qué haría sin ti –lo abrazo.

-algún día se lo contaras?

-ya para qué. Después te tantos años, no puedo venir ahora de un momento a otro a alborotar su vida. Además Xavier fue muy claro, si me acercaba a ella me mandaría a la cárcel.

-Xavier no lo haría. Solo lo dijo por amenazarte. Además tú no robaste nada, se lo debiste decir Amelia.

-se lo explique a Xavier cuando vino a amenazarme pero no me creyó, y bueno después de lo que vio Catalina mucho menos me creería. Fui una cobarde, una cobarde que la dejo en ese hospital porque no pudo aguantar verla así, mucho menos sabiendo que era por mí.

-pero me llamaste a mí para que le dijera a Xavier y no se quedara sola.

-pero era yo la que debió estar con ella, pero no pude. Porque tenía que ser así, porque me tenía que costar tanto demostrar mis sentimientos.

-yo sé que la amaste, yo vi lo emocionada que estabas cuando te pidió pololeo.

-pero ella no lo vio, yo siempre me guarde en un refugio que impedía demostrar mis sentimientos. Acepto que al inicio no quería nada serio, porque pensaba que ya no debía creer en el amor, pero después de nuestro primer beso en aquella pista de baile y cuando me pidió ser su novia, sabía que me enamoraría de ella fácilmente, y por eso me empeñe en ser tan antipática. Yo misma me sabotee.

-eso fue por tu mala experiencia antes de conocer a Catalina.

-si por Valeria, ella me hizo ser así, que no demostrara mis sentimientos que no valían nada y yo le hice lo mismo a Catalina. Soy una mierda Roberto –lo digo llorando fuerte.

-tranquila –hace un sonido tratando de calmarme.

-yo la ame Roberto, la ame y aun la amo.

-lo se amiga, lo sé.

Roberto me llevo a la habitación y me acostó en la cama tratando de calmarme. – Tengo merecido todo esto–. Ahora solo quisiera volver en el tiempo y no ser esa persona dura para demostrarle a ella todo lo que realmente sentía.

Me calmo pensando la última vez que la vi tocando el piano, aquella melodía que ella compuso para mí, nunca la olvide. Me duermo profundamente para soñar que aún estoy con ella.

Despierto por los gritos de Roberto, parece que está discutiendo. Abro los ojos y siento que están hinchados. –Llore mucho anoche, cada lágrima bien merecida–.

Me levanto de la cama hacia el baño y me veo al espejo, estoy hecha un desastre. Enjuago mi cara y me peino antes de ver que la pasa a Roberto. –De seguro le dijo a Xavier que me encontraba aquí–.

Veo a Roberto con su móvil en la mano y me hace señas de que me quede tranquila, aun así me siento mal no quiero causar discusiones entre ellos, se lo mucho que se aman.

Al terminar la llamada Roberto respira fuerte.

-que paso Tito? –le pregunto.

-Xavier que me hizo tremendo drama.

-le dijiste que estaba en tu departamento?

-no, solo le dije que estabas en el país y que nos vimos.

-no crees que si tuviste problemas con el solo al decirle que me viste, no será peor cuando se entere que estoy aquí?

-no se Amelia, pero ni creas que voy a dejar que te vayas. Sabes que necesito? –me dice haciendo puchero.

-que necesitas amor?

-necesito un spa, que me hagan un masaje y un tratamiento facial, porque ay gorda es lo único que me relaja.

-siempre sales con cosas mi Tito –rio.

-tú también amor necesitas un poco de relax, mírate esos ojitos. No quiero verte así –me dice mientras me abraza.

-bueno está bien Tito, desayunemos y nos vamos al dichoso spa, la verdad no me vendría mal –le sonrió.

De verdad me relajo mucho ese lugar, aunque no puedo sacarla de mis pensamientos. Si no pude hacerlo en todos estos años mucho peor ahora.

Fuimos a dar unas vueltas con Roberto hasta que nos dio hambre.

-que hambre tengo –me dice tocándose la barriga.

-si yo también Tito –lo digo mientras acomodo el reloj de mi muñeca para ver la hora. Uy! Ya mismo son las 3:00 de la tarde –exclamo.

-mira estamos cerca de un lugar de sushi que Xavier dice que es buenísimo. Te apetece? –me pregunta.

-sabes qué me dices sushi y estoy adentro –rio.

-cierto tu obsesión por el sushi.

-ya sabes que me encanta comerlo y hacerlo –le digo.

-uy! si para que negarlo pero te queda delicioso.

Después de unos 20 minutos estábamos en el lugar. Pero Roberto no se estaciona.

-qué pasa? Es aquí? –le pregunto.

-si aquí –contesta.

-yo pues amor, estaciona –le digo.

-es que…ese es el auto de Xavier –me dice sorprendido.

-no te dijo con quién vendría?

-no pues si ni sabía que venía para acá. Pero veo que no está solo –se queda callado un momento y continua. Ese auto de allá es de Catalina –me dice señalando una SUV color negro.

Siento mi corazón latir a mil, al saber que esta tan cerca de mí.

-estaciónate Tito –le digo.

-no Amelia que piensas hacer. Tu sabes cómo puede ser Xavier de temperamental –me dice asustado.

-necesito verla, solo espera un momento aquí –le digo mientras me bajo del vehículo.

-Amelia! –escucho como grita Roberto pero no me detengo.

Entro de manera cautelosa al restaurante y los busco con la mirada pero no los encuentro, entro más al lugar y por fin puedo verla. Ahí se encontraba ella, absolutamente hermosa como siempre, sentía que me desmayaba en cualquier momento.

De pronto ellos se levantan de sus lugares y salgo rápidamente del lugar.

-vámonos Tito –le digo apresurada.

-que paso te vieron? –me pregunta asustado.

-no, pero van de salida parece. Arranca!

Roberto salió rápidamente del lugar, no creo que nos hayan podido ver.

-ahora si me puedes contar que paso? –me dice enfadado.

-no te enojes Tito, solo que iban saliendo y podían vernos.

-y la viste?

-si la vi –contesto.

-y? –me pregunta curioso.

Agacho la mirada y suspiro antes de responder.

-la amo más o igual que antes.

-ay Amelia –lo dice mientras suspira.

-necesito hablarle Roberto.

-pero no habías dicho que no vale la pena hacerlo después de tanto tiempo.

-si pero ahora que la vi, necesito por lo menos explicarle todo lo que paso –lo digo agachando mi mirada, tratando de contener las lágrimas.

Nos dirigimos a otro sitio donde preparan sushi, pasamos la tarde tranquilamente, luego en el departamento nos pusimos a ver películas hasta que se hizo de noche.

-creo que ya se me borro la raja de estar sentado –me dice riendo.

-menso –rio fuerte. Pero si, ya mis nalgas están planas –rio.

-y bueno gorda ya pensaste en lo que harás mañana? –me pregunta.

-pues no, aun no tengo trabajo. Me tendrás como tu chef personal –me rio.

-uy! No. Me quedare gordísimo –ríe. Pero bueno creo que puedo conseguirte algo de trabajo.

-en serio Tito? De verdad me encantaría comenzar a trabajar –le digo con emoción.

-pues no es como el súper trabajo que tenías allá, pero mientras buscas algo más; está bien –me dice.

-no importa Tito, lo que sea. Solo que no sea cocinar en el puesto de completos de la esquina –me rio.

-no pues boba –ríe. Es un instituto de gente adinerada, el High College.

-si claro, se cual es. Y tú crees Roberto que necesiten un chef? O solo será vender la comida comprada?

-si necesitan mi amor, si ese comedor parece restaurante de 5 estrellas son platos a la carta que le dan a los estudiantes.

-que chévere. Ya pues de una Tito, que tengo que hacer? –le pregunto.

-por ahora ir mañana para que te conozca la directora del instituto. Pero ya hable con ella, es amiga de mi mama, así que fue fácil hacerlo –me sonríe.

-eres el mejor mi Tito. Te amo –le digo mientras le doy un beso en la mejilla.

Al decirle te amo a Roberto me pongo a pensar porque no pude hacerlo con tanta facilidad con Catalina, hubiera querido decírselo siempre, pero las palabras no salían de mí. Todo hubiera sido tan distinto si le hubiera demostrado cuanto la amo.

-de nada, ya sabes que somos casi hermanas –se ríe. Bueno gorda a dormir, mañana me toca trabajo y tú también tienes que madrugar.

-si mi amor, hasta mañana. Descansa –le tiro un beso.

La alarma de mi celular suena con la melodía de Adele “Make you feel my love”, dicen que si pones una de tus canciones favoritas de alarma la terminas odiando, pero jamás me hartaría de las canciones de Adele y menos de esa, cada vez que la escucho recuerdo cuando Catalina me la dedico.

Al despertarme voy de inmediato a darme una ducha, el calor es insoportable. Me encanta ducharme mientras escucho música. Al Salir me doy cuenta que Roberto ya se había marchado a su trabajo. Busco en mi maleta la ropa menos arrugada que tengo la cual resulta ser una falda de color negro, el largo me llega más arriba de la rodilla y una blusa con escote color blanco, me pongo unas botas largas, me maquillo y me peino. Estoy a punto de salir pero mi estómago me pide comida, así que me preparo rápidamente unos huevos bendict y estoy lista para salir.

En camino al instituto paso por el departamento de Catalina, sé que no debe encontrarse ahí, pero igual quiero torturarme con el recuerdo. Tantos buenos recuerdos vienen a mi mente.

-mira mi amor este lugar, también está de buena oferta –me dice Catalina mientras me abraza.

-esta como carito –le digo preocupada.

-no te preocupes por el dinero, es el lugar que vamos a compartir juntas.

-no sé, sabes que si tuviera un buen empleo no dejaría que estuvieras haciendo tu sola estos gastos. Pero nadie quiere contratar a una novata –le digo agachando la mirada.

-no importa mi amor, de verdad. Sé que cuando se den cuenta de todo tu talento te contrataran en los mejores restaurante –me dice mientras pone su mano en mi mentón y levanta mi rostro para verme a los ojos. Yo solo quiero estar contigo, despertarme y verte a mi lado. Acaso tienes dudas? –me pregunta.

Como decirle que con ella no tengo dudas de nada, que es lo mejor que me ha pasado, pero no puedo demostrárselo como quisiera. –Porque tengo que ser tan fría? Porque tengo que seguir con el temor de volver a ser lastimada?–.

-lo que menos tengo es dudas –le digo mientras me acerco y le doy un beso.

Estamos solas en la cocina, y nuestros besos aumentan, esta es la única manera que puedo demostrarle cuanto la amo, sin tener que decirle. Quiero que sienta todo lo que siento por ella.

Una de mis manos baja hasta su entrepierna, ella se sorprende y me mira a los ojos.

-aquí mi amor? –me pregunta sorprendida.

-no me deseas acaso? –le pregunto sonriendo.

-siempre te deseo Amelia –se acerca pegando su frente con la mía.

Sus labios y los míos se vuelven a unir, mi cuerpo la lleva sobre la mesa que se encontraba en la cocina. Nuestra ropa se hizo un estorbo, desabotono cada botón de su blusa. Mis labios besan tiernamente su cuello, puedo sentir sus manos por mi espalda desabrochando mi brasier. Me separo de ella y me sonrió, retiro mi blusa y ella al ver mis pechos al descubierto empieza a besarlos y acariciarlos. Agarro su cara y la llevo hacia mí para volver a sentir sus labios. Ahora me agacho y retiro sus vaqueros, tengo a mi vista su sexo .Muevo su tanga hacia un lado y mi lengua comienza a saborear su clítoris, ella coloca sus manos sobre mi cabeza tirando de mi pelo, sigo pasando mi lengua por varios minutos, puedo sentir y probar cada vez más sus fluidos, ella está casi lista para acabar lo sé por sus gemidos, me levanto y la veo a los ojos mientras mis dedos la penetran, ella repite lo que estoy haciendo e introduce una mano en mi sexo. Sentirla dentro de mí se siente tan bien, acaricia mi clítoris muy rápido. Quiero que ella me vea directamente a los ojos, quiero saber que ella puede ver en mi como la amo y como la deseo.

-te amo –me dice jadeante.

-yo también –murmuro.

De repente nuestros orgasmos no se hicieron esperar. Nos besamos mientras podíamos recuperar la respiración. Luego la abrase, y le di un beso en la frente.

Nos vestimos antes de que llegara la agente de bienes raíces. La cual llego después de 10 minutos.

-y que han decido –pregunta.

-tendríamos que pen…–Catalina interrumpe mi oración.

-lo compramos –dice ella mientras me mira sonriendo.

-muy bien listo ya les traigo los papeles –dice la señorita.

Cuando se marchó me quede sorprendida, no pensé que tomaría la decisión tan rápido.

-no crees que es muy apresurado Cata?

-apresurado qué? Compartir mi vida contigo? No es apresurado para mí, yo no te quiero perder nunca.

-no eso no, digo apresurado en comprarlo, esta algo costoso y ni si quiera has pedido alguna rebaja.

-no importa amor, usted tranquila, solo alégrese y mire nuestro nuevo hogar. Y ya hasta lo estrenamos –se ríe.

-mensa –me rio.

-soy una mensa, pero una mensa que amas –se acerca y me da un beso.

“It all just sounds like ooooooooh. Mmm too young too dumb to realize. That I should’ve bought you flowers and held your hand, Shoulda gave you all my hours When I had the chance”

Mi celular reproduce la melodía de Bruno Mars – When I was your man, y vuelvo a la realidad.  Irónico que tenga esa canción de tono. –No hago más que torturarme–.

Puedo ver la hora debe ser Roberto regañándome por mi impuntualidad.

-alo –contesto con temor al regaño.

-mi amor donde carajo estas? Son las 9:30 de la mañana.

-si Tito se me hizo tarde pero ya estoy en camino –lo digo mientras pongo el auto en marcha.

-bueno amiga, ve rápido pero tampoco tan rápido que no quiero que me choques el auto –me dice riendo.

-no mi amor tranquilo. Te llamo luego y te cuento que me dicen.

-oki gordis, suerte. Besos.

Me dirijo rápido hacia el instituto tratando de sacar esos pensamientos de tortura de mí cabeza. Al llegar respiro hondo y me preparo para que todo salga bien.

-buenas tardes señorita tiene cita? –me dice le guardia del instituto.

-sí, claro la directora está esperando por mí.

-me ayuda con su nombre por favor –me dice mientras levanta el teléfono de la entrada.

-Amelia Sepúlveda –contesto.

Espero un minuto mientras el guardia se comunica.

-listo señorita, puede pasar –me indica abriendo el portón.

Nunca había estado dentro de este instituto es bastante amplio y lujoso.

-disculpe donde encuentro a la directora? –le pregunto al guardia.

-mire le indico, siga recto y luego dobla a la izquierda, se encontrara con unas oficinas, es la primera de ellas.

-ok gracias –le sonrió.

Llego fácilmente donde me indico el guardia y espero a ser atendida. Dentro de la sala de espera se encuentra una alumna que por lo visto no se encuentra de muy buen humor.

-que fastidio, otra vez aquí –la escucho protestar sola.

Solo la veo y me sonrió, recuerdo aquellas épocas del colegio cuando me castigaban y me hacían hablar con la directora.

-y tú de que te ríes? –me dice agresiva.

-pues no me estoy riendo estoy sonriendo.

-bueno lo mismo da, porque lo haces? –me pregunta mirándome enfurecida.

-pues recordé mis épocas del colegio, han pasado tantos años.

-pensé que eras estudiante.

-estudiante? Yo? –me empiezo a reír.

-porque te ríes?

-porque no creo que me vea tan joven para que creas que soy estudiante –me rio.

-de verdad? Woah cuéntame tu secreto, estas muy bien conservada.

-formol –le digo riendo.

-eres graciosa –se ríe. Cómo te llamas? –me pregunta.

-Amelia –contesto.

-mucho gusto soy Agustina. Y que te trae por acá? No me digas que serás profesora? –pregunta con temor.

-no nada de eso, posiblemente sea la nueva chef de acá.

-uy ahora sí que me caíste bien –me sonríe.

-y que te trae a ti aquí, en la oficina de la directora?

-pues esto –me dice mientras me muestra su mano.

-qué pasa con tu mano? –pregunto intrigada.

-están pintadas mis uñas po –contesta.

-y solo por eso te trajeron acá.

-bueno ya es la quinta vez que me llaman la atención por eso y ade…–es interrumpida por la directora que sale de su oficina.

-Agustina Duarte, le quedaron bonitas las uñas –le dice con sarcasmo. La próxima vez no se meta a mi oficina a coger mis esmaltes. Pase a la oficina.

Agustina se levanta y antes de entrar me sonríe.

-disculpe usted es la señorita Sepúlveda? –me pregunta la directora.

-si señora directora, soy yo –contesto.

-en un momento la hago pasar –me dice.

-ok yo espero.

Después de unos 15 minutos sale Agustina de la oficina de la directora, al abrir la puerta percibo el olor de la acetona y puedo ver las uñas de Agustina despintadas.

-ahora si señorita Sepúlveda pase –me dice señalando al interior de su oficina.

Me siento en el sillón mientras la directora se acomoda.

-desea algo de tomar? –me pregunta.

-no tranquila señora directora, estoy bien.

-así que Robertito me comento que es usted es chef –me dice.

-si así es, me especializo en comida gourmet pero puedo preparar de todo.

-muy bien. Me comentaron que usted trabajo en un hotel 5 estrellas de Argentina, no cree que de un hotel 5 estrellas a ser la chef de un colegio es gran cambio? –me pregunta.

-si la verdad que sí, pero no me parece malo tampoco, es algo temporal hasta que me estabilice un poco.

-bueno es honesta. Y cuál fue el motivo de su renuncia? Dejo botado un gran cargo allá en Argentina

-solo extrañaba mi país, deje muchas cosas importantes aquí –le contesto.

-muy bien señorita confiare en la palabra del niño Roberto.

Me causa tanta gracia que le diga niño Roberto, pero aguanto mis ganas de reír.

-Puede empezar mañana mismo –me dice mientras se levanta de la silla. Venga le mostrare su lugar de trabajo y lo que tendrá que hacer.

Voy caminando con la directora hacia la cafetería, me quedo sorprendida al ver el lugar es un muy grande.

Nos dirigimos hacia el interior de la cocina donde nos encontramos con dos personas más.

-buenos días –dice la directora al chico y a la chica que se encuentran en la cocina. Les presento a su nueva chef, ella estará con nosotros a partir de mañana. Espero le ayuden en cualquier duda que tenga.

Mucho gusto, bienvenida –dicen al unísono.

-bueno yo me retiro, la dejo en buenas manos Amelia –dice la directora mientras me tiende su mano para despedirse.

Al irse me pongo a examinar mi nuevo sitio de trabajo, la cocina es impecable, además aprovecho a conocer a mi nuevo equipo de trabajo.

-bueno espero nos llevemos bien –les digo sonriendo.

-mucho gusto me llamo Alejandro, me puedes llamar para lo que necesites estaré pendiente de cualquier cosa que me pidas –me dice mientras agarra mi mano y le da un beso.

Muy coqueto el muchacho, pero está viendo por el camino equivocado. Puedo notar que a la chica que esta con él, no le gustó mucho que este tomara mi mano.

-mucho gusto Alejandro –le digo sonriendo. Y tu cómo te llamas –digo mirando hacia la chica.

-mi nombre es Cristina un gusto –me dice.

-bueno espero con ansias el día de mañana para empezar a trabajar con ustedes –les digo a ambos.

-pero ya te vas? No quieres algo de comer, o lo que desees? –me dice Alejandro de manera insistente.

-no gracias estoy bien, que atento. Mañana nos vemos –les sonrió.

Salgo de la cafetería y me encuentro con Agustina, la cual se encuentra sentada fuera de la cafetería.

-pensé que no saldrías nunca –me dice sonriendo.

-acaso me esperabas? –le pregunto sorprendida.

-pues sí, me has caído bien, además quiero saber si tendré comida gratis –se ríe.

-gratis? –digo riendo. Ni bien empiezo y ya quieres que me echen.

-es broma y cuéntame, cuando empiezas?

-mañana, espero que me vaya bien –sonrió.

-es tu primer trabajo como chef? –me pregunta con curiosidad.

-no, antes trabajaba en el restaurante de un hotel.

-lo conozco?

-pues no sé, Se llama Gran Ceibos, es en Argentina.

-ósea tu eres de Argentina?

-no, soy Chilena, pero viví allá un tiempo.

-y que paso? Que te hizo volver.

-vaya que eres curiosa –le digo riendo.

-la verdad sí, soy bastante curiosa. Ya po cuéntame.

-bueno, solo porque me has caído bien.

-eso, vamos a chismosear –me dice riendo.

-pues regrese porque deje asuntos pendientes acá.

-que asuntos pendientes? Capaz que dejaste a tu pololo acá.

-por ahí vas –le digo riendo.

-de verdad?

-bueno en realidad a mi ex.

-ah y que paso con tu pololo?

-es polola y bueno cometí un error, y sé que no puedo y que ya es muy tarde para tratar de arreglarlo pero quisiera intentar.

-ósea que eres les o bi? –me dice alegre.

-soy lesbiana –le contesto.

-que emoción –me dice mientras sus manos hacen un gesto de entusiasmo.

-porque te alegras tanto que sea lesbiana? –le pregunto confundida.

-es que mi hermana también lo es, y bueno tu eres súper linda. Tal vez la puedas conocer –me pregunta.

-en serio? –me rio. Pero lamento decepcionarte, yo sigo enamorada de mi ex, lo siento.

-pero si solo sería una cita, pero bueno no te presiono, tal vez luego cambies de opinión.

-que terca eres, pero sé que tienes buenas intenciones. Y dime porque le buscas pareja a tu hermana?

-es que ella aún no se ha declarado les, y ni sabe que yo lo sé –se ríe. Pero además tiene una noviecita que me cae más mal.

-y porque te cae mal? –le digo riendo.

-no sé, es como antipática.

-y yo como soy? –le digo curiosa.

-pues no sé, como chévere, me caes bien –me sonríe.

-gracias Agustina, también me has caído muy bien.

-para las amigas y para mis cuñadas soy Agus –me dice riendo.

Río bastante fuerte al escuchar este comentario, me agrada la actitud de ella, tan alegre y llena de vida.

-ya me estás diciendo cuñada y ni conozco a tu hermana –me rio.

-eso se puede arreglar y cuando la conozcas vas a querer ser mi cuñada –se ríe.

-que eri chistosa, pero no insistas, ya te dije que tengo mi corazón ocupado –le sonrió.

-si está bien, ay el amor, el amor.

-bueno me tengo que ir, y tu deberías y a clases –le digo.

-uy no que me da una pereza, pero bueno. Hasta mañana, espero mi comida gratis por las risas que te saque –lo dice mientras se acerca para darme un beso de despedida.

-cuenta con eso.

Me ha divertido esa chica, pero ahora no me interesa conocer a nadie, solo pienso en ella, en Catalina.

Tengo la tarde libre decido hacer unas compras para el departamento de Roberto, ya que me quedare con él, tengo que comprar algo de víveres para la cocina. Me paso dando vueltas por el mall y entro a una tienda de música. En el centro del salón hay un piano hermoso de color blanco, me recuerda mucho al de Catalina. Me siento y comienzo a tocar las teclas sin presionarlas, claro no se entonar ni una nota, pero solo quiero recordar cuando ella tocaba para mí.

Al terminar de hacer mis compras puedo ver una llamada perdida en mi móvil. –No la debí escuchar al estar en la tienda de música–. Es un número de Argentina. Luego de unos minutos más vuelve a sonar.

-alo –contesto.

-alo, Amelia? Amelia, me escuchas –se escuchaba con interferencia.

-se escucha mal. Eres tu cristina? –pregunto.

-si soy yo, llamaba para saber cómo estas?

-bien, gracias a Dios, todo bien. Y tú? Como esta Federico? –le pregunto.

-muy bien, estaba preguntando por ti.

-dile que lo extraño mucho –le digo.

-solo a el –me dice con tono de decepción.

-a ti también cris, tu sabes que te quiero –le digo.

-también te quiero. Bueno te dejo porque se escucha feo, pero cuando puedas para hacer un video llamado.

-ok cris, te aviso. Besos cuídate.

Extraño bastante a Federico, ese muchacho supo ganarse mi corazón, pero tuve que regresar, a pesar de todo mi relación con cristina no término en malos términos, ella siempre supo de mis sentimientos hacia Catalina, pero quiso intentar hacerme olvidar y no lo logro.

He pasado casi toda la tarde haciendo compras, así que decido volver al departamento. Una vez en él, arreglo todas las compras en el refrigerador y decido tomar una siesta.

Parece que esa siesta hubiera durado minutos, pero ya son las 5:30 de la tarde y Roberto aun no llega. Reviso mi celular y puedo ver un mensaje de él.

Mensaje Roberto

Mi amor demorare un poco, porque me han puesto una cantidad de trabajo, pero creo que llego a las 8:00 a más tardar.

Me voy a la cocina a cocinar la cena, hago unos espaguetis con tomates rojos y albóndigas. Sé que le gustaran a Tito porque adora las pastas.

Luego de dejar todo listo voy a la sala a ver un poco de televisión, justo están pasando una película muy buena “We´re the Millers”. Me encanta Jennifer Aniston y como actúa.

Escucho las llaves en la puerta. –Roberto llego más temprano de lo que pensaba–. Me digo.

No me volteo a mirar, pero puedo escuchar que alguien habla detrás de mí.

-y tú que haces aquí? –me dice de manera agresiva.

Puedo reconocer esa voz, es Xavier.

OTRO CAPITULO MAS DE LA HISTORIA, ESPERO Y SEA DE SU AGRADO, GRACIAS POR LOS COMENTARIOS Y SUGERENCIAS. ME ANIMAN A SEGUIR ESCRIBIENDO.

NO SE DONDE ESTAMOS, SOLO SE QUE ESTOY MEJOR...."LA SOLEDAD ES UNA SADICA CRIMINAL Y LOS RECUERDOS SON AUN PEOR QUE UNA BALA EN EL CORAZON"

IRONIAS DE LA VIDA. IRONIAS DEL AMOR...SALIENDO DE LOS DIAS OSCUROS?. -LISNA-