Tu mejor sexo (joi)

¿Podrás aguantar este joi?

Te encuentras tumbado en la cama, completamente en pelotas. Tu pene se encuentras rígido, duro, grueso y con una longitud de lo que se puede llamar hombre. Estás muy orgulloso de tu gran polla y tus dos huevos que se encuentran reposando sobre la fina y suave sábana. Delante tuya, la esposa que tanto amas tiene un cuerpazo de diez. Una larga y rubia melena, unas tetas grandes y firmes, una cintura de modelo, unas nalgas muy muy muy...apretadas y firmes, de esas que azotas con ganas cada vez que la ves agachada en la cocina.

Su coño bien rosa, depilado, como escondido entre sus piernas esperando ser devorado por tu falo que ya masturbas lentamente. Ella se acerca y tú te acomodas sobre el filo de la cama. Se agacha y empieza a acariciar tu miembro lentamente, suavemente, con un dedo lo acaricia de arriba a abajo y luego al revés. Tu hermoso pene es más largo que su brazo casi, ya palpita enrojecido por la dureza de tu erección. Ella te mira con esos ojos tan bonitos, azules y con brillo que hace que el corazón se te ponga a mil por hora.

—¿Un día duro honey?—pregunta con voz sexy y diciendo esa palabra en inglés que tanto te gusta.

Asientes con la cabeza, embobado mirando esos senos cuyos pezones parecen más duros que una piedra. Sientes su respiración golpear tu falo y pronto empieza a darle besitos a tus huevos. Es una sensación rara, nueva, extraña...pero no te disgusta. Los labios besan cada parte de tus testículos que parecen comprimirse y salirse de tu cuerpo. Con sus manos acaricia tus muslos y de pronto su lengua roza tu fina y sensible piel escrotal. Dejas escapar un pequeño gemido de placer.

—Shhh tu esposa se hace cargo de ello—dijo.

La lengua comienza a pasar por ambas pelotas y luego pasa al falo. La base de tu polla es besada, luego lamida pero muy poco y despacio. Sube despacio hacia arriba y justo antes de llegar a la glande se detiene. Tú volteas hacia abajo y ruegas para que la cabeza de tu polla sea sucumbida a su saliva. Pero ella niega con la cabeza y una sonrisa.

Con su mano, empieza a hacerte una lenta paja. La piel de tu hermosa esposa es tan suave que no hace falta más para hacerte gemir. Lo hace por toda ella, con ambas manos para poder ocupar toda tu larga virilidad. Dejas salir gemidos, uno tras otro, abriendo las piernas.

—¿Te gusta?—sus tetas tocan tus huevos.

Asientes como es normal, aguantando las ganas de correrte. Ella sonríe feliz y sin percatarte de ello se introduce toda tu polla en la boca haciendo que gimas más fuerte. Respiras de manera acelerada, deseando eyacular pero resistes. Quieres que el placer dure mucho más.

Ella succiona poco a poco tu polla, sacando tu miembro y volviendo a meterlo pocos segundos después. Te guiña el ojo, lo mete entre sus preciosas tetas haciendo que mires al techo por semejante placer. La mente se vuelve en blanco, solo ella y tú, teniendo un buen momento. Y es un no parar ya que sigue a su ritmo, sus tetas, la visión de su ser, todo. Todo te hace querer estallar.

—No, no...no tan rápido—se la saca y ves que tu miembro esta cubierto de saliva y enrojecido. Tus pelotas tan grandes que parecen pelotas de tenis.

Ella te agarra de la base del escroto y ata ligeramente una pequeña cuerda para evitar correrte. Luego, se acerca a ti y te da un beso en la frente, otro en los labios y finalmente te muerde suavemente la oreja mientras te masturba un poco.

—Alarguemos la diversión—dijo sonriente.

Se hizo dos coletas, como las que te encantan. Se tumba en la cama y se pone en cuatro patas, dejando una vista preciosa. Su raja se abre para ti al igual que su culo, puedes ver el pequeño agujero abrirse y cerrarse. Te colocas detrás de ella, restriegas tu polla sobre su culo. Os miráis y se muerde el labio.

Introduces tu polla en su coño y dejáis salir un gemido de placer. Tu cuerpo sudoroso en lugar de agobiarte te excita aún más. Ella no para de gritar como una perra en celo mientras la empotras con tu virilidad. Le das un cachete y luego otro y otro y otro...así hasta diez dejando sus nalgas rojas.

—¿Te gusta honey?, my pussy...my fucking pussy...—eso te pone mucho y aumentas el ritmo.

Tus caderas se mueven por inercia y ya estás al límite de correrte. No puedes aguantar más. Le dices que te vas a correr, que no aguantas, que quieres mancharla entera con tu corrida.

—¿Te vas a correr?—asientes—muy bien.

Para tu sorpresa se quita y la miras con sorpresa, estabas a punto. Ella se acerca a tu polla y empieza a chuparla de nuevo mientras te quita la cuerda. Las piernas comienzan a temblarte, sientes como tus huevos van a estallar y tu polla se tira ella sola hacia adelante. La miras y ves a tu esposa con la boca abierta y la lengua fuera esperando la eyaculación.

—Please darling, in my mouth—agarras tu enorme, gruesa y gran polla, das un gran gemido y se produce el momento esperado.

Toda la leche, ese gran chorro tan líquido llena la boca de tu esposa que la recibe en toda la cara. La boca se le llena tanto que algunas gotas caen por su mandíbulas y caen en sus hermosos pechos. La traga y te sonríe, luego te limpia la glande con su boca.

Caes rendido a la cama mientras tu falo pierde la dureza y comienza a volverse flácido. Y tú recuperas el aliento. Ha sido genial, maravilloso...no se puede describir con palabras. Y ella se va a la ducha.

Al cabo de unos días, te encuentras desnudo de nuevo. Tu esposa te mira con una sonrisa mientras te hallas esposado. En el borde de la cama sentado, tus huevos y polla reposan sobre la sábana. Ella enfundada en un traje de cuero que deja sus tetas y coño a la vista, acerca su bota y te pisa lentamente y no muy fuerte tu polla.

No te duele, sino todo lo contrario, te excita, besas su rodilla y es cuando aprieta. Sientes dolor, tus huevos están siendo aplastados por la dureza de la bota. Se coloca un arnés y de un suave empujón te tira a la cama.

—Hoy soy yo la que manda—te dice cachonda y dándote golpecitos con su polla de plástico.

Acerca su boca a tus huevos y se mete primero uno y luego otro en su boca. Luego se los saca mientras te agarra con fuerza el miembro.

—This dick...is a tiny, small and trash—se acomoda un poco y se agarra su pene—this cock is big and wonderful.

Poco a poco, lo va acercando a tu culo. Pero no opones resistencia alguna, simplemente dejas hacer a tu esposa que introduce la punta y luego el resto. Das un gemido de placer que resuena por toda la habitación. Ella empieza a moverse. Se apoya encima tuya y sus pechos presionan tu cuerpo.

—¿You liked bitch?—te da un guantazo.

Dices que sí como una perra, eso es lo que eres ahora. Su polla te da tanto placer que no dices nada más, simplemente te dejas romper el culo por tu esposa. Ella te pregunta que dirían tus amigos de su ti, de un tío tan bien dotado siendo enculado como una chica.

Te voltea y te pone a cuatro patas como estuvo ella. Muerdes la almohada, aprietas las sábanas mientras gozas como nunca antes. Entonces sientes una mano aferrarse a tus huevos mientras sigue el vaivén de su pene en tu culo.

—Maybe i should break your balls—dice apretando un poco.

Pides clemencia y luego vuelta a morder la almohada.

—No—dice antes de ejercer una gran presión sobre ellos.

Gritas en la almohada, tus huevos parecen que van a estallar. Entonces empotra su dildo hasta el fondo y entre esa mezcla de placer y dolor tu polla eyacula enormemente. Ella saca de tu culo su polla pero ni te percatas. Te mueves a un lado de la cama, donde no está manchado.

Cuando recuperas la vista, ves a tu esposa de pie. Ella te está mirando con una sonrisa triunfante. Su coño a la vista desde tu posición es magnífica y ante tu incredulidad empieza a masturbarse. No tarda en llenarte la cara y pecho con sus jugos.

Finalmente, coloca su bota en tu entrepierna y la remueve como si estuviera apagando una colilla en plena calle.

—Men are so weak—te da una pequeña patada que te hace encorvar de dolor.

Se baja de la cama y se marcha a la ducha mientras te agarras las pelotas esperando a que se marche el dolor y tu nariz huele los jugos de tu bella esposa.

Espero que les haya gustado este joi. Cualquier comentario y opinión es bienvenida. Y como siempre, mi correo es rositameler69@gmail.com Espero haberos sacado algo más que una sonrisa...jejeje. Debo admitir que me excita y bastante ver que me digan que se corren con mis relatos. El mejor fue un video corriéndose con el teléfono puesto en uno de mis relatos.

Un saludo ;)