Tu manera de amar (capítulo 7)
Juntas
En clase de literatura, Amelia estaba absorta en sus pensamientos, volvió en sí cuando escucho que todos comenzaron a hacer escándalo, esto debido a que la maestra dijo que trabajarían en equipos para la realización de un proyecto. todos ya formaban sus grupos, pero rápidamente los calmó e indicó que ésta vez, los equipos serían de dos. Las quejas no se hicieron esperar, pero poco le importó pues se limitó a decir que el trabajo valdría una considerable calificación y que sólo tenían 5 minutos para organizarse y elegir con quién trabajarían.
La mayoría a regañadientes formaron sus equipos, Karla y Leticia sin pensarlo acordaron que trabajarían juntas, dejando a Carolina fuera, quien no podía creerlo, pues esperaba otra actitud por parte de sus amigas.
— Chicas, no pueden dejarme fuera. -Decía con cierta molestia, a lo que ambas sólo se limitaron a decir que lo sentían, pero por cuestiones de tiempo y distancias de sus domicilios, les vendría mejor hacer el trabajo ellas dos. Carolina sólo mostró una cara de enfado y resignación.
Pasando el tiempo estipulado, la maestra empezó a pedir los nombres de los integrantes de cada pareja, cuando llegó el turno de Amelia pudo notar que no había elegido a nadie, inmediatamente preguntó quién más estaba solo, por lo que Carolina dudosa, levantó la mano.
— Bien, ustedes dos trabajaran juntas. — Dijo sin preguntarles, mientras las señalaba. A lo que ambas asistieron, aunque se pudo notar que a Carolina no le agradó mucho la idea.
Al finalizar la clase, inmediatamente las amigas de Carolina empezaron a alterarse pues le decían que no podían creer que trabajaría con la rara del salón. A lo que ésta sólo dijo que no tenía opción.
Pasaron dos días después de la asignación de grupos por lo que Amelia consideró que era el momento de organizarse con Carolina para ir preparando el trabajo, pues no tenían mucho tiempo y entre más rápido lo hicieran, sería mejor. Dudo un poco en hablarle pues se encontraba con sus amigas. Sin embargo, el trabajo le importaba más, así que se animó.
— Hola ¿Podemos hablar para lo del proyecto? — Dijo mientras veía que el par de amigas se reían y las dejaban solas.
— Sí. — Escuchó decir a Carolina. — Pero aquí no, no quiero que nos vean juntas. — Expresaba con voz baja mientras miraba a su alrededor, como cuidando en verdad que nadie las viera.
— En la salida te paso la dirección de mi casa y la hora en la que te esperaré. — Dijo mientras se retiraba.
— De acuerdo, nos vemos después. — Expresó Amelia, quien no evitó sentirse mal pues Carolina la había tratado con tanta indiferencia y como si fuera un bicho raro del que todos huyen.
Al terminar la última clase, la mayoría de sus compañeros salieron rápidamente, mientras que Amelia guardaba sus cosas, levantó la vista y pudo notar que Karla y Leticia salían también y atrás iba Carolina, quien rápidamente paso frente a ella y dejó un papel arrugado en su butaca. Esperó a que terminaran de salir para tomar el papel, al desdoblarlo pudo notar que en él se encontraba la dirección de Carolina y la hora en la que se verían.
Observó su reloj e inmediatamente salió de prisa pues apenas y tendría tiempo de ir con Carolina y regresar a su casa para poder cambiarse e ir al ciber.
Rumbo a la casa de carolina, pensaba en tantas cosas que cuando se dio cuenta ya había llegado. Tocó el timbre y después de unos segundos, salió Carolina, se veía tan diferente sin uniforme.
— Pasa. — Le dijo mientras vigilaba que nadie estuviera afuera.
— Toma asiento. — La invitó mientras iba por algo para beber.
Amelia se sentó cuidadosamente, observaba con disimulo cada detalle de la casa, pudo notar que había varias fotografías de Carolina y Alejandra juntas, parecía que se llevaban bien, pensó que quizá al igual que ella, Carolina había crecido sin padre, pues por más que observó, no vio ninguna foto con alguien más que no fuera su mamá.
A los pocos minutos Carolina regresó con dos vasos de agua.
— Toma — Decía mientas ofrecía el vaso a Amelia, quien lo recibió un poco apenada, pues no quería causar molestias.
— Y bien, ¿Qué haremos entonces? — Decía Carolina mientras se sentaba en otro sillón de su sala. Su actitud había cambiado totalmente, aparentaba más tranquilidad.
Amelia estaba un poco confundida, no sabía si esa actitud era sincera
— Empecemos por buscar el tema sobre el cuál trabajaremos, — Atinó a decir mientras tomaba un sorbo de agua.
— Y bien... ¿Qué se te ocurre? — Preguntaba con curiosidad. Amelia no estaba entendiendo, pareciera que Carolina era otra.
— Emmmh, pues la verdad no he pensado mucho.
— Bueno, no te preocupes, vamos a mi cuarto, ahí está mi computadora y seguro encontraremos algo.
Ambas se levantaron, Carolina se dirigía a su habitación mientras Amelia la seguía.
Una vez ahí, comenzaron a buscar en internet y al cabo de media hora, ya tenían elegido el tema. Estaban emocionadas pues encontraron bastante información.
Dentro de poco, Amelia tenía que irse, pues su trabajo la esperaba, por lo que se lo hizo saber a Carolina.
— Eh, a las 4 me tengo que ir, — Expresó con el rostro un poco apenado.
— ¿Por qué? — Preguntó Carolina mirándola un poco sorprendida.
— A las 4:30 entro a trabajar y apenas me dará tiempo.
— Entiendo. — Carolina se mostraba comprensiva.
— ¿Y puedo saber en qué trabajas? — Quiso saber Carolina.
— En un ciber café que está en la zona centro. — Respondió Amelia.
— ¿En serio? — Se sorprendió Carolina. — Mi mamá trabaja por esos rumbos. — Dijo un tanto emocionada.
Amelia se puso nerviosa, pues estuvo a punto de decir que lo sabía. Sin embargo recordó que Alejandra le pidió que la plática que tuvieron quedara solo entre ellas. Realmente no sabía qué tan malo podría ser decirle a Carolina que ya conocía a su mamá, sin tener que mencionar lo de sus conversaciones, pero optó por no decir nada y sonreír levemente, después lo hablaría con Alejandra.
— Bueno, por ahora dividamos el trabajo y cada quien investigará una parte. Ya mañana podemos vernos para ver qué tanto avanzamos. ¿Te parece? — Sugirió Carolina, que increíblemente se le notaba que estaba a gusto. — Amelia no objetó nada, le pareció buena idea y más porque vería a Carolina. Aunque estos pensamientos los borró inmediatamente de su cabeza. ¡¿Qué cosas estaba diciendo?!
Al transcurso de unos minutos, Amelia ya estaba por marcharse. Por lo que comenzó a guardar sus cosas.
— Entonces mañana nos vemos a la misma hora? — Preguntó Amelia, que se sintió observada por Carolina.
— ¡Claro! — Espero que logres avanzar con la tarea. — Le dijo con una sincera sonrisa.
— Así lo haré — Respondía Amelia devolviendo el buen gesto.
Ya una vez en la puerta, Carolina la abrió para que su compañera saliera.
— ¡Cuídate y gracias por venir! — Expresó Carolina,
— ¡Hasta mañana! — Dijo Amelia mientras se retiraba y escuchaba cómo se cerraba la puerta.
Ninguna de las dos lo dijo, pero se podía leer en sus rostros, que ambas estaban contentas de haber trabajado juntas.