Tu manera de amar (capítulo 6)

Intento

El transcurso de las horas dio paso a la noche y Amelia se encontraba ya en su recamara envuelta entre las sabanas y con toda la intención de dormir, pero la conversación que había tenido con Alejandra le impedía siquiera pegar los ojos. Aún no podía creer que a Carolina le gustaran las chicas, lo disimulaba tan bien. Pensar incluso en la teoría de Alejandra, sobre la atracción que posiblemente Carolina sentía por ella la hizo confundirse aún más.

Vinieron a su mente recuerdos de cuando ella estuvo en una situación parecida a la de aquella joven y de lo mal que la pasó, no precisamente por falta de apoyo por parte de Martha, más bien fue una cuestión de ella misma y su negación a aceptar lo que era, aunque la diferencia fue que Amelia tuvo el carácter y el valor de aceptarse tal como era. De cierta manera entendía la preocupación de Alejandra, se imaginó a su madre en una situación similar e inmediatamente se le hizo un hueco en el estómago. Pensó que posiblemente era una locura, pero quería ayudar a Carolina o al menos lo intentaría.

Pasaron los días sin tanta novedad, de vez en cuando Alejandra la visitaba en el ciber café y de a poco fueron entablando una amistad. Sin embargo, Amelia pronto tendría que renunciar a su empleo, pues las clases iniciarían dentro de poco y por los horarios se le complicaría seguir trabajando, indudablemente eso mermaba su ánimo.

Una semana antes cuando tenía pensado renunciar, habló con el dueño y éste le dio la oportunidad de seguir trabajando, pero ahora por las tardes, a manera de que no descuidara sus estudios, no lo podía creer, al parecer todo se acomodaba bien, podría ir a la escuela en las mañanas y por las tardes trabajar al mismo tiempo que aprovechaba para hacer sus tareas. Eso le devolvió la felicidad.

Su preocupación vino después, cuando estaba a un día de regresar a la escuela, se sentía comprometida y preocupada a la vez pues quería ayudar, pero no sabía cómo, temía fallar y que las cosas salieran peor de cómo se encontraban. Intentó calmar sus pensamientos y convencerse de que todo saldría bien y dejó las cosas en manos del destino.

Eran las 6:30 a.m. cuando la alarma comenzó a sonar, Amelia con los ojos entre abiertos inmediatamente la apagó. Se había despertado, pero se quedó unos minutos recostada en la cama, miraba hacia el techo y se preparaba mentalmente para lo que se venía. Pasando ese tiempo, sin más se levantó, se dio un baño y preparó sus cosas para la escuela.

Al llegar, se dirigió a su salón, buscó con la mirada a Carolina, pero no logró verla, faltaban minutos para la primera clase, había pocos compañeros, así que pensó que quizá llegaría en cualquier momento, pues aún había tiempo.

Minutos después, giro la vista hacia la puerta, y ahí estaba, tan presentable como siempre, con su pelo castaño y ondulado que le llegaba a los hombros y con unos ojos color miel, que en conjunto le daban un parecido sorprendente a Alejandra. junto a ella venían Karla y Leticia, que al cruzar la mirada con Amelia, no dudaron en hacer muecas de fastidio, pero ésta simplemente las ignoró

Amelia veía ya con otros ojos a Carolina, saber por lo que estaba pasando desvaneció los malos sentimientos que algún día existieron por parte de ella, ahora sólo estaba enfocada en ayudarla. Cuando ambas se miraron, Amelia le regaló una pequeña sonrisa, desconcertada Carolina se apresuró a tomar asiento, era la primera vez que no veía rencor en el rostro de Amelia y eso la dejó pensativa el resto de la clase.

Los días pasaron sin incidentes, Amelia aún no había podido avanzar mucho con el tema de Carolina, pues aquella joven de vez en cuando le sonreía, pero trataba de ser discreta, tal vez porque no quería que sus amigas lo notaran y empezaran a molestarla si veían algún tipo de contacto entre ambas.

Amelia se sentía desanimada, pensó que si sus antecedentes con Carolina fueran otros, y no tuviera a ese par de amigas, posiblemente todo sería más fácil. Pero no todo estaba perdido, al parecer el destino conspiraba a su favor, pues una mañana en clase de literatura, algo bueno por fin sucedería