Tu madre, la puta de todos tem 2 -4

Empezamos con los preparativos

CAPITULO IV

EMPEZAMOS CON LOS PREPARATIVOS

Al día siguiente, quedamos a instancias de Pablo, en mi casa. Esta vez subiríamos los cinco, y quería ver cómo reaccionaba la "raja" ante tanta polla joven.

Casi aviso a mi madre y la digo que se vistiera de esquimal ante tanto salido, pero el juego no era ese. El primero en subir fue, como no, Pablo, luego llegó Oscar y al rato Fernando y Luis. Mi madre los iba abriendo a todos y mandándolos para mí cuarto.

Llevaba la misma bata del otro día, con lo que entrada hizo las delicias de los chicos, al menos de Pablo.

"Mírala", me decía, “se ha puesto la misma bata porque sabía que venía a verla", y se reía.

"Chicos, queréis algo de desayunar?, preguntó mi madre. El que más y el que menos dijo que ya lo había hecho, menos Pablo, que la dijo que no le había dado tiempo, y que agradecía el detalle.

No sólo eso, se ofreció a ir con ella a la cocina, y ayudarla a prepararlo.

Me estaba dando cuenta de que mi madre, era un poco cabrona, y le gustaba el cuerpo a cuerpo con los colegas, al menos con Pablo.

Al rato volvió Pablo con su café en la mano y unas galletas, con cara de extasiado,

"Ya lo decía yo, "la raja" es una máquina, y que chochito tiene, rosadito y no muy grande pese a haber parido a este ganso y a la estrecha de su hermana", jajaja

Estaba claro que, pese al polvo de ayer con Marisa, la testosterona seguía a niveles muy altos, porque incluso a mí me ponía también los comentarios que hacía Pablo.

"Os imagináis que, entre ahora, se quite la bata y nos diga..."chicos, yo también quiero mi desayuno"

Más de uno se echó mano a la polla.

"Yo la daba hasta no poder más", dijo Fernando.

Y yo, y yo, y yo, jaja dije yo,

"Pues yo también y con derecho de pernada"

"Pervertido", me dijo Pablo.

Mirando a Fernando y a Luis les dijo,

"Ya tenemos casa, ayer hablamos con Marisa, y le contamos una milonga de que una amiga quería hacer una reunión pero que no tenía donde, que era muy buen chica pero que le hacía falta sacar algo de dinerito, en fin que nos dijo que sí, que como su marido viaja podemos aprovechar cualquier viaje para hacerla. Así es que ya tenéis la dirección para las invitaciones, a falta de día y hora.

En ese momento entró mi madre,

"Perdonar que os interrumpa pero voy a hacer la cama del ganso este,  que ya podría  hacérsela él.

Mi cama estaba pegada a la pared y para remeter las sábanas por el lado de la pared, mi madre no es que se inclinara hacia adelante, es que casi hacia el pino. No hace falta decir que en cuanto estos se percataron, las miradas solo se dirigían a un sitio, y además tuvieron premio, porque pese a que alguno, agachó la cabeza descaradamente para tener mejor perspectiva, tampoco les habría hecho falta, ya que llegó un momento en que la bata se la subió a media nalga, dejando una clara visión de su culo y del mollete del tanga, que mínimamente tapaba su coño.

Por un momento me temí que alguno no se contuviera y la echará mano, pero solo se echaban mano a sus pollas por encima de sus pantalones, con todo tipo de intenciones folladoras.

Y lo peor o lo mejor, aún no lo sé, es que yo creo que mi madre era consciente de que nos estaba enseñando todo y no hacía nada por evitarlo.

Al final terminó de hacer la cama y se fue.

"Madre mía", dijo Oscar, se la notaban los labios del coño, y se le veía parte de ojete, si tarda cinco minutos más en hacer la cama la deshacemos otra vez".

Y era verdad, mi mami se había mostrado a mí se amigos con no lo había hecho nunca. ¿Habría algún virus suelto por el barrio?

"Bueno a ver, la lista de la compra", continuó Pablo.

Lo hicimos, lógicamente tenía diferentes fechas de entrega, pero la más alejada, eran siete días.

"Creo que debemos empezar a hablar a nombre nuestras madres del tema, tanteándolas a ver por dónde salen.

Seguramente alguna nos saldrá conque que vergüenza, que ella no, etc.

Entonces, cuando tengamos la confirmación de alguna madre que se apunte empezaremos a picarla, las madres de mis amigos, van, vas a quedar como la más estrecha, no hay que comprar nada, etc etc. Seguramente a esas alturas ya le picará la curiosidad, al margen de otras cosas, y al final accederá."

¿Tenéis ya algún diseño para los carnets?"

"Algo hemos visto, sí. Lo que tenemos muy avanzado es el catálogo. Hemos pensado imprimirlo en cuche de 150 g. en la impresora láser del ciber", dijo Fernando.

"Perfecto. Hacer un boceto y lo vemos", dijo Pablo. "Esta tarde compraremos la tarjeta del móvil, y os daré el número de teléfono."

Oscar, se encargará de colocar las cámaras un día antes cuando no estén sus padres. Después de ese día he pensado que cada uno pongamos una cámara en nuestras casas para ver lo que hacen las mamis, por eso he pedido cinco con en vez de cuatro que dijimos, primeramente. También,  he pensado que Oscar se ofrezca generosamente a ayudar a su madre en los preparativos, y obsequiar a las asistentes, con un pequeño cóctel donde pondrá el chocholin.

Una cosa, donde dejamos todo para que no nos lo pillen hasta ese día?"

"¿En casa de Marisa?", dije yo

"Ya sería molestarla demasiado. Me inclino más por un trastero. No es un sitio al que no se vaya todos los días y esto es cuestión de una semana."

"Pues solo tenemos ti y yo", le dije.

"Pues adjudicado, el tuyo. El mío no hay literalmente quien entre. Además, deja ahí la bici mi padre. Sería arriesgado", dijo Pablo.

" Vamos que estás loquito por fisgar en mi trastero", le respondí.

" Lo has pillado, jaja, y espérate que no empecemos con tu hermana", me avisó.

"Veréis tíos, esperar un segundo", dijo saliendo del cuarto.

¿A dónde iría el loco este?, Me pregunté. Al momento volvió con un tanga de mi madre en la mano, y por lo que le habíamos podido ver al hacer la cama, era el mismo.

"No me digáis que no es néctar de dioses", dijo oliéndolo y lamiéndolo.

Lo fue pasando y todos repetían la tontería, hasta yo mismo lo hice.

No me explicaba cómo podría mojar tanto mi madre, estaba empapado, y no era de las babas de estos, porque el lamido era simbólico.

Por la tarde, Pablo y yo fuimos a comprar la tarjeta para el móvil. Ya teníamos una cosa hecha. Ya podíamos poner el Tic de verificación a una cosa.

Estando en la tienda, nos llamó Marisa.

“Chicos, ¿qué tal ayer con Julián?, nos preguntó

“Bien, al final bien, pero podías habernos avisado, así no nos hubiéramos cagado encima”, la respondí.

Marisa se partía el culo de la risa.

“¿Dónde estáis?”, siguió preguntando.

“En el centro comercial”, la respondí.

“¿Me esperáis y nos tomamos un refresco juntos?

“Si, pero como vulgar Dompimpon, tienes que venir con vestido de vuelo a medio muslo sin ropa interior”, la dije.

Pablo me miraba como diciendo hablara con Marisa, claro.

“Eso está hecho”, dijo ella.

“ Vale, te esperamos en la tienda de phause”, la dije.

“Ok”

“¿Que quería tío?, me preguntó Pablo.

“Secarnos, yo creo que se ha propuestos dejarnos sin leche de por vida”, le contesté.

“¿Tú crees?, me preguntó incrédulo.

“Pues ahora lo veremos, pero si viene, yo me la follo en el lavabo, es una fantasía que he tenido siempre”, le contesté.

“Cómo no te va a secar si no piensas más que en metérsela?, me contestó, cómo si el no.

“Bueno pues yo me la llevo al lavabo, y tú vas cogiendo sitio en el bar”, le dije.

“Y una mierda”, me contestó. Si hay que secarse, nos secamos, jajajaja”

Esperamos pacientes a Marisa. Tardó 10 minutos en llegar. Y si, al menos el vestido con falda de vuelo a medio muslo lo traía.

“Veo que me has hecho caso, zorrita”, la dije

“¿Cómo no te lo iba a hacer, mi señor?”, me respondió ella.

Buff, como me ponía esta tía por dios.

“Pero falta ver si vienes sin ropa interior, bueno ya veo que marcas pezones o sea que suje no llevas, ¿pero abajo?” la dije, yo con voz autoritaria. Bueno no sé si muy autoritaria porque Pablo se descojonaba, pero Marisa, se levantó sutilmente el vestido por delante, dejando ver que efectivamente no llevaba nada.

“Vamos para el baño, la dije”, nos metimos los tres en el pasillo que daba a los servicios.

Entré en el de hombres, y mira que no hubiera nadie. Tampoco olía excesivamente mal así es que les dije que entraran. Nos metimos los tres en una cabina. Siéntate ahí, zorra, la dije señalándola la taza del W.C.

Lo hizo.

“Máma”, la dije

Empezó a soltaros el botón del pantalón, y a decir..

“Yo, quería deciros, que he hablado con Carla”

No la deje continuar,

“Eso después, puta, ahora mama”, dije cogiéndola del cuello y apretándoselo

Joder no me iba a dar tiempo ni a que me sacara la polla, me iba a correr antes. Verme en plan dominante y ella que me obedecía, Buff.

Al final consiguió soltarnos los botones a los dos, y sacarnos las pollas, cuando iba a empezar a mamar, la dije,

“No hay tiempo para eso, ven, levanta”

Si me la mamaba me corría, ufff.

Me senté yo y la dije,

“Ves esta polla?”

“Sí”, contestó ella.

“La quiero dentro de tu puto coño ya”, la dije nuevamente en plan dominante.

Ella se sentó sobre mí con las piernas abiertas de cara a mí, me cogió la polla y se la metió.

¿Así, mi señor?, preguntó.

“No, la dije levantándome”, con ella sobre mí a horcajadas. La abrí las nalgas y le dije

“Pablo, Todo tuyo”, ofreciéndole el ano de Marisa.

Pero el genio, en vez de metérsela por el ano, fue también al coño. Ni que decir tiene que le entró sin ningún esfuerzo, y ahí nos tenías a los dos, polla con polla fallándole el coño a Marisa.

Marisa acusó la doble penetración, aferrándose más a mi cuello y empezando a morrearme, ni que decir tiene que con la calentura que llevaba yo, y el roce de la polla de Pablo, estaba a punto de soltarle el chorreón de un momento a otro.

“No os corráis, cerdos, quiero disfrutar esas dos pollas en mi coño”, nos dijo.

Entendí que se quería correr, así es que la desabroché el vestido y tuve acceso a sus tetas, que empecé a magrear a fondo y a estirarle y pellizcarle los pezones. Empezó a jadear con fuerza mientras no paraba de botar en nuestras pollas. No hay nada peor que una tía te jadee al oído si no estabas para correrte, da igual. Te correrás. Y yo quise ser fiel a la teoría y le solté un buen lefazo dentro de su coño. Notar mis gemidos y el lefazo dentro, la hizo botar con más fuerza y frecuencia, y empezó a jadear, y gemir, como una posesa, alternándolo con Ahyyy, dios, pero en voz alta.

Oímos que se abría la puerta del baño y que enraba alguien. La importó una mierda, ella siguió a lo suyo, hasta que se corrió.

Cuando lo hizo, también se corrió Pablo.

Les dije,

“Vámonos, que si el que estaba avisa a seguridad, podemos tener un lío.”

En un periquete estábamos los tres listos y salimos de la cabina. Marisa, iba agarrada por un brazo a cada uno.

“Chicos, me hacéis muy feliz, lo sabéis, ¿no?”, nos dijo

Parecíamos dos enamorados del brazo de nuestra amada. No decíamos nada, pero íbamos súper felices de hacerla feliz, y de que ella nos hiciera a nosotros también muy felices.

Mientras íbamos andando, la arrime la boca a la oreja, con lo que dio un respingo, y la dije…

“A ver si vas a ir dejando un reguero de leche, cerda”

Me ido un mini pico, y me dijo,

“No empieces otra vez Javier, que volvemos al lavabo”

La dije,

“No hay ovarios”

Ella rio y dijo

“lo que no hay es más leche, tengo a mis machos sequitos”

“Sequitos?, tú te la estás jugando”, la dije, “debes de querer que te follemos en mitad de las escaleras mecánicas”

“Ahora soy yo la que os digo… No hay huevos”, nos dijo con cara sádica.

“Anda anda, vamos a la cafetería que nos perdemos. Y por cierto Pablo, a que ha venido eso de hacer pollitas”, le pregunté

“Tío, yo también quería coño, espero que no te haya molestado”, me dijo.

“No me lo esperaba sinceramente”, le dije.

“Pues a mí me ha encantado tener a mis dos machos a la vez en el coño”, dijo Marisa.

Ante eso ¿que podíamos añadir?

Nos sentamos en la cafetería, pedimos los refrescos y empezó a contarnos.

“He estado hablando con Carla, y me ha dicho que, por supuesto colabora, que no hay ningún problema, y que e traerá sus juguetes claro. Me ha comentado que hace un par de años, estuvo como demostradora de todos estos productos en un sex-shop, por lo que no tendrá problemas en explicarlos a las mamis. Lo que si me ha dicho es que tenéis que ser más agresivos con el regalo. Algo que les haga si o si, probar el producto allí y darse el primer calentón o corrida en público.”

“Genial”, la dije, “¿Y que regalo sugiere ella?, la pregunté

“Me ha dicho que un lush, que es algo caro, pero que merece la pena, se correrán las cuatro como cuatro perras salidas, y eso romperá muchas barreras”, contestó Marisa.

“Cuesta 100 pavos el puto Lush, pero claro si funciona, merecerá la pena”, la dije a sabiendas, que estábamos agotando nuestros fondos.

“No os preocupéis, Si queréis regalarlo, lo compro yo. Contribuyo a la causa, jaja”

“Buah, eres la ostia Marisa. Muchas gracias. Si lo compramos, ¿no Pablo?”, dije.

“Sí, aunque no soy tan optimista como Carla de su éxito”, contestó.

“Bueno, al menos lo intentamos, y si no, dos para Carla y dos para Marisa, jajaj”

“Vale, ¿lo pedís entonces? Yo os doy el dinero”, dijo Marisa.

“No”, dije yo “se me ocurre ir a un sex-shop a comprarlo. Así podemos ver, comparar etc, ¿qué os parece?

“Por mí, bien”, dijo Pablo.

“Por mí también no tengo 400 pavos encima, pero podré pagar con la tarjeta”

“Vale vamos al de atocha, es el mejor que conozco, además por la hora que es, ahora empezará a tener ambiente”, dije

“Y para que quieres ambiente”, me preguntó Marisa.

“Con un bombón como tú siempre puede presentarse alguna situación morbosa”, la dije

“Ja, ja, ¿en que estás pensando? Dime”, dijo Marisa.

“Vamos de camino y te cuento”, la dije

CONTINUARA