Tu madre, la puta de todos tem 2 -14

Retomando los preparativos del juego de rol

CAPITULO XI

RETOMANDO EL JUEGO DE ROL

Aquella noche, dormí como un bebé. Entre la liberación de las tensiones del día anterior y el polvazo que habíamos echado, me dejó el cuerpo como un reloj.

Miré el móvil, tenía un mensaje de Juan Manuel en el grupo,

"Muchas gracias compañeros por el día de ayer, ya casi me vuelve a responder la polla, jajajaja.

Javier, te paso el link con la noticia que hablamos, espero sea de tu conformidad."

Abrí el enlace,

"Hayan el cuerpo sin vida de una mujer que responde a las iniciales de C.R.M.

El cuerpo que estaba desnudo de cintura para abajo, apareció en el trastero de su casa y presentaba signos de violencia sexual.

La Guardia Civil, busca a dos hombres de raza gitana que fueron vistos por unos testigos salir a la carrera del lugar de los hechos".

"Genial, Juan Manuel, ha quedado perfecto", le dije. "Muchas gracias compañero"

Le enseñé la noticia a mi madre.

"Mira, este es el final de tu dependencia de los gitanos", la dije.

"Joder, como os lo curráis. Yo flipo", me dijo ella.

"Esto ha sido a través de Juan Manuel, que tiene contactos de su época en activo".

"Llamamos a Alba a ver qué tal va?", me dijo mi madre.

"Espera un poco, que allí es una hora menos", la dije.

"Cierto", me contestó ella.

"Bueno, ahora mamá, tengo que tenerte un poco vigilada, los primeros días, que no haya recaídas. Tú cuando necesites tratamiento me lo dices y ya buscaré una forma de aplicarlo. Pero nada de cosas raras. Tu, por ejemplo, me dices SINDROME, y listo"

El resto de semana, hasta que volvieron Carla y Alba, paso dentro de la normalidad. Mi madre requirió tres veces asistencia, para la que conté con la inestimable colaboración de Pablo, Luis, Fernando y Oscar.

En estas ocasiones y por su deseo, solo la vendé los ojos, para no sentir tanta vergüenza, por lo que también pudo usar la boca con nosotros. En la primera de ellas y cuando la follé yo, la puse de Zorra, Puta y guarra hasta las orejas. A ella la encantaba, y los otros pillaron también la onda, y hacían lo mismo. Cinco pollas lecheras, jóvenes y hambrientas, eran más que suficiente para dejarla satisfecha para un par de días.

También nos dedicamos a indagar sobre Carmen. Las fotos que había hecho Pablo nos sirvieron para convencernos de que aquel coño y culo, teníamos que volver a follarnoslo. No obtuvimos mucha información, pese a que llamé a Ángel, y este me confirmó, su nombre, la edad, y que llevaba varios meses yendo a demanda. Es decir, cuando él la llamaba, ella iba. Que trabajaba bien, y que era simpática y agradable al trato.

También aprovechó Ángel para decirme que cuando quisiera volver a llevar a mis dos hembras, que le llamara, que habían gustado mucho a los clientes, que fueron a conocer sus coños. Le dije, que no se preocupara, que sería una de las primeras opciones.

Hablamos con Juan, el hijo de Carmen, sin grandes pretensiones, solo para intentar acercarnos a él y nos facilitaba la entrada en su casa. Nos dijo que estaba divorciada, desde hacía años, y que él no la conocía amigos fijos. Que salía muchas tardes y noches, sin saber dónde iba, y que no andaban mal de dinero.

Aquello nos hizo sospechar, que estábamos, en el caso de Carmen, ante una profesional.

Su hijo, Juan, era un chaval majo, tenía solo 19 años, pero se le veía de mente abierta, y sin meterle, ni mucho menos en nuestra pandilla, si que empezamos a frecuentar nuestros encuentros con él.

Fuimos esperando el regreso de Carla, y lógicamente de Alba, dando los últimos toques al juego de rol.

Probamos el cambiador de vos, y funcionaba perfectamente. Lo lush, ya los teníamos cargados y activados. Las cámaras también. Solo faltaba el empezar a decírselo a las mamis que faltaban, ya que la mía y la de Oscar, eran fijas. Además, ahora al estar también mi madre metida en el tema, podía llamar a la de Pablo, que tenía mucha confianza con ella, si a el le ponía pegas.

Los tres se lo dijeron a sus madres.

Laura, la madre de Luis, pese a que en un principio le dijo que no cuando Luis le dijo que iban a ir todas las madres de sus amigos, no quiso significarse, aunque sí que le dejó claro que no compraría nada.

Fátima la madre de Fernando, con su mala ostia habitual, le dijo que no estaba para tonterías. Nosotros siempre pensamos que esta mujer, estaba siempre tan cabreada, porque había tenido a Fernando muy joven, y no había tenido tiempo de vivir la vida.

Le dijimos a Fernando que no le demostrara demasiado interés que ya les llamaría o mi madre o Marisa, para apretarla un poco.

Y Marta, la madre de Pablo, fue la que más contenta dijo que sí. Había oído hablar de ellas en el trabajo, pero nunca la habían invitado a una reunión así.

Así es que ya podíamos rellenar las invitaciones y enviárselas. A excepción de Fátima que le diría a Marisa, que hiciera el favor, como anfitriona de hablar con ella.

Fijamos la reunión para dos días después de la llegada de Carla y Alba. A las 6 de la tarde, una hora en que daba menos pereza ya salir de casa.

Marisa al final hablo con Fátima, y contándola una milonga de que era una chica que necesitaba el dinerillo que sacaba en las reuniones, que se había separado hacía poco y que le ex no la pasaba nada de dinero, pues logro llegarle a la fibra a Fátima y al final accedió.

Bueno pues ya estaban todas. Decidimos que el primer Juego de Rol que le tocaría a quien compara algo, sería un Entrenador personal gratis, una semana.

Ellas no lo sabrían, pero realmente se trataría de un entrenador personal sexual.

Llamé a Ángel,

"Hola, tío, soy uno de los putos pervertidos, Javier", le dije.

"Hola hombre, que se te ofrece?", Me preguntó él.

"Recuerdas que te dije si tenías contactos de tíos que se ofrecieran para follar maduras?", Le pregunté.

"Sí, claro. ¿Te hace falta alguno?", me preguntó.

"Sí, me hará falta uno que tenga un rabo descomunal que, si se folla a alguna de estas zorritas, no se le olvide nunca", le dije.

"Como de descomunal?", me preguntó.

"Pues uno de esos de 25x6, o algo así", le dije.

"Jajaja, tu quieres reventarlas", me dijo.

"Todas han parido, a lo sumo, les podrá romper el culo, digo yo".

"Bueno, yo creo que tengo alguno que puede servirte. ¿Cuáles serían las condiciones?", Me preguntó.

"Tendría que hacer de entrenador personal durante una semana. Y durante ese tiempo follársela todo lo que pueda. Pero follársela, no violarla", pregúntales disponibilidad y precio”.

"Ok, entendido. Les pregunto y te digo", me dijo.

"Vale, muchas gracias tío", le contesté.

El objetivo final que teníamos, es conseguir que alguna al menos pasara por el fuckhole.

Otro juego,  que habíamos pensado era la "tarde oscura", y consistía en que la escogiera se metería en un cuarto oscuro sin saber lo que le podía pasar. Habíamos pensado buscar tres o cuatro negros para que la dieran hasta no poder más.

Habían surgido más ideas, como una tarde en el asilo, para que la follara un grupo de viejos, o la reina del botellón, meterla en un botellón de jóvenes y que también la dieran por todos lados.

También habíamos pensado en un spa, un masajista, ....

Pero para cualquier cosa de esas, hacía falta que ellas lo eligieran, y eso no ocurriría a no ser que se pusieran súper cachondas, y centrábamos todas nuestras esperanzas en el Lush.

También habíamos llegado a pensar en invitar a Carmen a la reunión, pero al margen de que no la conocía nadie, pese a haber sido compañera del fuckhole con Marisa y mi madre, ya la habíamos follado todos por lo que el interés decrecía enormemente.

Al final llegaron Carla y Alba las dos venían guapísimas muy morenitas y aparentemente se lo habían pasado muy bien.

Le puse a Alba al tanto de la situación, en cuanto a lo que se refería a nuestra madre.

Se asustó mucho con lo del letargo, pero luego se felicitó de lo bien que había salido todo.

También la dije la terapia que estaba llevando, y alucinó bastante, aunque realmente algo así se imaginaba.

Yo la pregunté, que tal con Carla, su respuesta fue escueta, pero 'a buen entendedor pocas palabras bastan', me dijo,

"Es una máquina la tía, en todos los sentidos y terrenos"

Eso me dio que pensar que Albita había triunfado en Canarias, cosa por otro lado previsible; dos tías solas y un montón de guiris.

“Eso que quiere decir que habéis triunfado?”, la pregunté.

“Bueno”, dijo ella en plan interesante, “quiere decir que encontré quien me buscara granitos en la espalda y en el resto del cuerpo”.

“Que cabrona, esto debe ser genético, ya te buscaré yo a ti granitos a fondo”, la dije.

“Más quisieras”, me contestó en plan zalamero.

“Oye, hablando de guarreo, y para que lo sepas todos, que para eso estas metida hasta las cejas en esto. A nosotros, me refiero a la pandilla, nos gusta hacer juego de rol. Ya hemos hecho muchos, y todos guarritos, desde cogeros una braga o tanga usado, llevarlo como trofeo, estudiarlo todos, y luego eso sí devolverlo, hasta frotarnos la polla con vosotras en algún momento que estuvierais dormidas. Si, ya sé que somos unos putos guarros, pero es lo que hay”, la dije.

“Guarros, salidos, pervertidos… se me acaban los calificativos. Y que conste que ya había notado yo algún movimiento raro con mis tangas”, me contestó ella muy digna.

“Chica lista”, la dije, “Por cierto a los chicos les encantó tu tanga usado, su aromilla.”

“Pero que putos guarros, y seguro hasta lo lameríais”, dijo ella.

“No, eso no. Ya estaba muy seco, pero se dé uno que si lamió uno de mama que acababa de quitar”, le dije.

“Pablito, yo creo que es el más salido de todos”, me dijo.

“Bueno, bueno, ahí estamos, jaja”, la contesté, “aunque también es verdad que últimamente estamos consumando más”.

“Jope que fino te has vuelto consumar para decir follar. Y vosotros también formáis parte de la terapia de mamá”, preguntó ella.

“Si, pensé en llamar a un poblado de gitanos para que aplicaran ellos la terapia, pero no lo consideré apropiado”, la dije yendo de sobrado.

“Y tú también participas”, preguntó ella un poco escandalizada.

“Así es”, la dije, “y mama lo sabe”, la contesté.

“Madre mía", dijo ella, “yo no sé si es que todo el mundo se ha vuelto loco, o es que yo me estoy perdiendo algo”.

“Alba, hombre – mujer, macho – hembra, esa es la única explicación. ¿Qué diferencia hay entre metérsela a tu madre o a tu hermana, o metérsela a la madre o la hermana de otro?, ninguna. Y no es a la única mamá que nos hemos follado”, la dije.

“Ya a Marisa, y Carla es pilingui, jaja hemos intimado mucho estos días”,  me dijo Alba.

“Vaya, pensé que sería más discreta”, la dije.

“Digamos que fue una noche que se nos fue la mano con el ron, jajaj”, cantamos hasta el La, La, La.”, me dijo divertida.

“Y seguro que os follaríais a todo Tenerife”, la dije.

“NO, nos faltaron algunos”, dijo ella súper divertida, “pero nuestros chichis al terminar, parecían la torre de babel, como decía Carla, de tanta leche de diferentes nacionalidades, e incluso razas:”

“Que putones”, la dije.

“Buah, no veas en la misma playa, en toallas tiradas por la arena, todo el que iba apareciendo no lo hacía. No me he sentido más guarra en la vida, y no creo que me sienta así nunca más”, me dijo.

“O sea que os montaron hasta negros”, la dije.

“Si, dos que aparecieron por allí. Y la verdad, no podíamos desaprovecharlos”, me dijo yo creo a medio correrse.

“Vaya, vaya con la Albita, te tongo yo que llevar al fuckhole”, la dije.

“Y eso que es?”, me pregunto, “Bueno, si, agujero de follar, pero no entiendo.”

Se lo explique, diciéndole que Marisa y mamá habían participado en la primera sesión de terapia.  La conté que las habían follado por lo menos 15 o 16 tíos y solo en tres horas, y sin ron. La enseñe las fotos de Carmen, para que se hiciera una idea.

“Joder, casi me gana, eso hay que probarlo, jajaja”, me dijo ella divertida.

Realmente parecía que Alba había madurado mucho en esa semana.

Pues no sé si ya metidas en juerga, Carla te habrá contado algo del juego de rol que estamos preparando.

“¿Lo de la reunión de tuppersex?, me dijo Alba.

“Joder, veo que, si te contó, si”, la dije.

“Si, igual que me contó que tu no la habías follado. Que solo Oscar, porque Pablo y tú, estabais con Marisa, que fue una especie de fiesta de agradecimiento porque la habíais ayudado a salir de un buen marrón, que no me contó.”, me dijo.

“Sí, si así es, pero luego Oscar, también ha estado con Marisa”, la dije.

“Y ahora el objetivo son las otras tres mamis, ¿no?”, me preguntó.

“Si, bueno yo creo que las oportunidades son cero, pero bueno nos entretendremos.”

“Y a mí no me pensáis invitar, claro”, dijo Alba.

“No, tú no eres mami”, la dije.

“Ya, y tampoco estoy entre vuestros objetivos, ¿no?”, preguntó Alba.

“Yo no he dicho eso”, la contesté.

CONTINUARA