TU MADRE, LA PUTA DE TODOS FINAL opción A

Una inocente merienda de amigos, desvela los secretos mas íntimos de la madre de uno de ellos.

FINAL

OPCION B

Marisa, se acercó a Carla. Cada vez se acercaba más y más. Hasta que quedaron cara contra cara. Marisa le acerco la boca a la boca de Carla, y empezó a besarla. Se dieron un beso profundo, mientras las manos de las dos cabronas no paraban de sobarse enteras.

Joder, que yo también quiero, quería decirlas a voces. Se pusieron de medio costado para que pudiéramos ver bien como morreaban, y como se metían mano, porque Carla le había subido el vestido a Marisa, y le metía mano en el tanga.

Madre de Dios, estas querían que no las folláramos porque ya no nos quedara leche para hacerlo.

“Al lio”, oí que le decía Marisa a Carla.

Marisa se puso frente a nosotros, y extendió las dos manos, y con un dedo de cada nos señaló a Pablo y a mí, haciéndonos señas de que fuéramos. Carla hizo lo propio con Oscar, yendo a por él y llevándoselo a un sofá.

Marisa, nos cogió con una mano la polla a cada uno, y empezó a pajearnos.

“Chicos, quiero que sepáis que hago esto porque me apetece un montón. No lo hago por sentirme obligada ni nada por el estilo, y si nada de esto hubiera pasado, seguramente me hubiera apetecido igual, en el momento en que os hubiera conocido a fondo. Pero si por cualquier tema a vosotros no os apetece o no queréis por principios o yo que sé el porqué, lo entenderé y aquí no ha pasado nada. Todos tan amigos”, nos dijo.

En mi vida había tenido la polla tan gorda y tan dura como al sentir la mano de Marisa acariciándola. No quería ni pensar lo que sería si eso lo hacía con la boca, o con el coño.

“Marisa, cielo, nunca te lo hubiéramos pedido, aunque moríamos de ganas, pero ¿cómo no vamos a querer?, verdad Pablo.

Pablo ya no hablaba, le había metido la mano por debajo del vestido a Marisa, y la estaba tocando el culo. Marisa me miró como diciéndome ¿qué coño esperas para comerme la boca?

Y lo hice, vaya que si lo hice. Una de las novias que había tenido, me había echado la bronca por comerle la boca de forma muy agresiva, me dijo. A las chicas nos gusta que se sea suave. Primer acercar los labios rozarlos con los míos, luego irlos abriendo con la lengua, despacio, no denotes que tienes prisa o ansiedad. Cuando la chica esté dispuesta, abrirá la suya comenzará el verdadero morreo.

Así es que era el momento de acertar o de pegar el resbalón. Lo hice tal y como me había dicho mi ex chica. El contacto de mis labios con los de Marisa, fue total. Toda la suavidad y calidez, hechos labios. Ella respondió dejándose hacer. Mientras Pablo, progresaba adecuadamente, y ya le había empezado a bajar el vestido a Marisa. Yo no me separaba de sus labios, aunque fuera el fin del mundo. Ella seguía aferrada a nuestras pollas, aunque sin duda conocedora de que estábamos a mil, prefería no hacer más que movimientos puntuales porque si nos pajeaba, nos iríamos como dos cerdos.

Realmente no vi, pero si sentí, como ahora lo que me rozaba era su sujetador.  Pablo le había dejado caer el vestido al suelo, me daba así con el hombro como diciendo, me toca.

Pero Marisa, comenzó un ligero jadeo. Nuestras manos habían alcanzado sus tetas y las tocábamos por dentro y fuera del sujetador. Yo con su teta derecha, jugando con su pezón, Pablo con la izquierda, y punteándole ya el tanga.

Yo no me podía pensar que la estuviéramos poniendo cachonda. Al menos tan pronto. Ella tenía que estar acostumbrada a esto, aunque seguramente sería bastante más frio de lo que los tres estábamos expresando en ese momento.

“Venir chicos”, nos dijo sin soltarnos las pollas y conduciéndonos al dormitorio.

¿Mira ves? Hasta la permitía que nos llamara chicos, en esas condiciones.

Llegamos al dormitorio. Ella se tumbó en la cama, ligeramente con las piernas cerradas, sin aparentar un deseo inminente de penetración. Nos quitamos las camisetas. Pablo ya se había apoderado de su boca, y la morreaba mientras la sobaba las tetas. Ella ahora se dejaba hacer.

Yo empecé a besarla el estómago, jugando con mi lengua en su ombligo. Fui bajando lentamente por el bajo vientre, hasta el pubis. Estorbaba el tanga. Me dispuse a quitárselo. Pese a haberle visto el coño mil veces en las fotos y videos, no sé si estaba preparado para vérselo al natural, tocárselo lamérselo, follárselo…

Empecé a tirar del tanga hacia abajo. Marisa levantó ligeramente el culo para facilitarlo. Cuando se lo saqué por los pies, fui recorriendo sus piernas con mis manos, hasta llegar a las ingles. Ella ya gemía sin contenerse. Cuando llegué a su coño.. Madre mía todo aquel coño para mí. Ella había separado ligeramente las piernas, yo con mis manos se las separe más. Al hacerlo los labios mayores se separaron dejando a la vista los labios menores, la vagina.

Llevé mi boca a ella y empecé a comérselo. Ahora los gemidos, fueron incrementándose, Marisa, estaba disfrutando, sin disimulos. Estaba muy mojada, y más que la había mojado yo lamiéndoselo.

Pensé que esta vez no se me adelantaba Pablo. Me coloque. Mi polla ya enfilaba el camino directo a su coño:  No me lo podía creer. Al final si, la iba a follar, iba a cumplir mi fantasía de todos estos días. Mi capullo, ya tocaba su coño.

La coloque sobre la raja. Empecé a recorrerla con mi polla arriba y abajo, jugando particularmente con su clítoris. Marisa, empezó a mover su pubis mientras empezaba a mamársela a Pablo. LO hacía y no paraba de gemir moviendo sus caderas, me estaba pidiendo a gritos que se la metiera, pero había tiempo y quería disfrutar el momento. Subí con mi cara hacia sus tetas, y empecé a mordisquearla los pezones, al a vez que no paraba de frotarla la polla contra su coño. Lo notaba cada vez más mojado, mientras Marisa seguía mamando la polla de Pablo y respirando y jadeando cada vez más fuerte.

La dije,

Marisa cielo, en serio quieres que te la meta ya?

Sin soltar la polla de Pablo de su boca, me dijo Siiiiii

“Pues cógemela y métetela tú”, la dije.

Tardó na y menos en hacerlo, sentí su mano buscándomela, cogiéndola, y llevándosela a su coño. Cuando la entro soltó un ufffff.

Empecé a follarla lentamente. Quería disfrutar el momento, y que ella también lo disfrutara. Además, tampoco quería forzar mucho porque me correría seguro. Necesitaba parar un momento.

Soltó la polla de Pablo de su boca. Este me hizo una señal de que le dejara, que iba a explotar. Pablo no se anduvo con miramientos y se la metió de una. Este sí la folló con intensidad, yo mientras la pellizcaba los pezones. El jadeo de Marisa era intenso y continuo, se convirtió en una inspiración y expiración constante, acompañada de una especie de espasmos. Se estaba corriendo como una desesperada.

Me fui a mear, dejando a Marisa y a Pablo en la cama. Marisa reposando su corrida, Pablo deseando tener la suya.

Al pasar por el salón, vi a Oscar follando como un toro embravecido a Carla.

Joder, si cuando acabáramos con Marisa, tenía ganas y leche, ya me gustaría montar esa potra.

Cuando volví al cuarto, Marisa hablaba con Pablo.

"Javier, le estaba diciendo a Pablo, que para mí era súper importante que tuvierais sexo conmigo. No se lo puedo pedir a Oscar, por razones obvias, por eso Carla me echa una mano."

"Oye pues por lo que he visto al ir al baño, lo hace muy bien. Menuda follada le está pegando a Oscar. A ver si otro día nos echa una mano a nosotros", la dije riendo.

“Mirar chicos yo tengo unos conceptos muy particulares de todos estos temas. La relación por ejemplo en este caso de una madre con un hijo, o un padre con una hija, mientras que sea una relación consentida, no deja de ser la relación de un macho y una hembra respondiendo a sus instintos sexuales más básicos. Es muy importante, que psicológicamente el hijo/a, este convencido de querer mantener esa relación. Por eso Oscar no está aquí. No estaba ni mucho menos convencido”.

O la buena de Marisa, era pitonisa, o había estado hablando con él del tema. Flipante.

“Otro tema, por motivos genéticos, sería que esa relación, se mantuviera, con la intención de procrear. Entonces sí sería nocivo porque el feto podría salir con taras.”

“también os habréis preguntado, en qué lugar de mi marido. Tuve la necesidad imperiosa de serle infiel, y de acostarme con muchos otros. Tengo la gran ventaja, bueno, tenemos los dos, que él viaja mucho, y cuando está aquí, llega tarde a casa. Eso ha facilitado las cosas, sobre todo para que yo no dejara de atender mi función de esposa. Yo a él, le quiero, con él vivo y supongo que no tendrá forma en cuanto a mi forma de satisfacerle sexualmente.

Ojo, no intento disculparme. Sé que, si él se enterase, seguramente pediría el divorcio, por aquello del ego de machito que todos los tíos lleváis dentro, pero sin enterarse, realmente no creo que pase nada.

Yo podría irme a jugar al tenis, al gym o a merendar con las amigas. Pero por todo lo sucedido, y siento reconocer esto, mi gran hobby ahora mismo es el sexo. Claro que voy a dejar de ejercer, pero aquí tengo a mis niños que espero estén dispuestos a darse un revolcón con esta vieja loca, de vez en cuando”.

"Marisa, te hemos ayudado a librarte de los malos, como no vamos a ayudarte a liberar tus tensiones sexuales?".

“Que morro tienes Javier”, dijo Pablo.

"Jaja, si lo hacéis igual de bien que con los malos, seguro que estaré muy liberada de mis tensiones sexuales. Pero ya está bien de cháchara, a partir de ahora, voy a controlar yo", dijo Marisa.

Buah, nos vamos a cagar, pensé. Marisa, con la charla, había conseguido lo que sin duda buscaba, y es al margen de fascinarnos como mujer que disminuyera nuestra excitación, y por lo tanto nuestra erección.

"Tumbaros los dos", nos dijo.

Aquella orden me supo a gloria.

Nos tumbamos. Ella se puso a cuatro patas de cara a nosotros. Con cara de “mala”, de “gata en celo”, nos cogió las pollas a cada uno con una mano.

Acercó su boca a mí polla y empezó a pasarme su lengua por ella. Mientras masturbaba suavemente a Pablo.

Estuvo un rato lamiendo la y luego paso a la de Pablo, ahora me pajeaba a mí. No hay que decir que rápido recuperamos nuestro estado pre conversación.

Volvió al rato a la mía, está vez la cogió con la boca. Con la mano libre empezó a masajearme los huevos.

" Ufff", exclamé yo.

"Nada de correrse aún, ¿eh chicos?", Quiero disfrutaros y que me disfrutéis a fondo”.

Realmente iba a ser difícil que, yo al menos, no me corriera, aquella boca hacia diabluras con mi polla.

Menos mal que iba cambiando de polla y daba tiempo a relajarse un poco.

Cuando ya entendió que si seguía nos correríamos, paró.

"Uhmmm, me gustan mucho vuestras pollas”, dijo, “ahora quiero comprobar la virilidad de mis “chicos erectus”

Repto un poco sobre nuestros cuerpos, y terminó por acoplarse sobre el cuerpo de Pablo.

Tenía la polla tan dura, que no tuvo que cogerla con la mano para metérsela. Marisa resbalo su coño sobre ella hasta que encontró el camino de entrada de la vagina. Ahí Marisa, empezó a aplicar sus conocimientos adquiridos con su nuevo hobby.  La veía tensar el pubis, supongo, para que le costara más a la polla entrar.

La fue entrando poco a poco.

Las caras de Pablo eran indescriptibles. Empezó a moverse lentamente, con pequeñas subidas y bajadas sobre pablo.

Sin duda ella sabía que el tiempo para corrernos no era mucho

“Despacio, Pablo, despacio. Siente como las paredes de mi coño envuelven tu polla. “¿Lo notas?”

“Siii”, dijo pablo con una voz casi imperceptible

Se echo encima de él y empezó a morrearle.

Aquella mujer no nos estaba echando un polvo nos estaba haciendo el amor.

Joder, y yo de miranda.

Estuvo un rato combinando las subidas y bajadas lentas sobre la polla de pablo, con movimientos en círculos de sus caderas. Entonces, me hizo una señal con la mano que me fuera para la parte de atrás.

Cuando llegue el espectáculo era brutal. Vi la polla de Pablo clavada en el coño de Marisa y su ano estaba muy abierto como si acabara de ser enculada, cosa que evidentemente no había ocurrido. Ya en las fotos yo aprecié ese detalle cuando se la veía como estaba ahora a cuatro patas bien abierta, yo pensé que realmente se debía a que acaban de sacársela, aunque ahora comprobaba que no, que era algo innato en ella.

Y allí estaba yo, con mi polla enfilando a Marisa. Yo había visto esa escena en multitud de pelis porno, pero nunca había hecho un sándwich. Supe que había llegado el momento. Mojé un poco mi capullo con saliva, y lo coloqué en su ano.

Al notarlo ella dio un ligero respingo, pero lejos de alejarse, arqueó más las caderas para que lo tuviera más a mano. No me lo pensé dos veces, empuje.

Una muy ligera resistencia al principio, y rápido mi polla se fue perdiendo dentro de su culo. Ella empezaba de nuevo a jadear.

“Chicos”, nos dijo, “Pensar que no existe un mañana que el mundo se acaba hoy. Que soy la única hembra que queda en la tierra, y que quiero que me folléis como posesos, Vamos cerdos follar a esta puta, romperme el culo, romperme el coño. Empezaba a subir la voz. Vamos parecéis niños no noto vuestras pollas”.

Cada vez se le entrecortaba más la voz, y acompañaba sus palabras con suspiros, jadeos, gemidos….

Yo dije esta zorra se va a enterar y empecé a darle con todas mis ganas. El ruido de mi cuerpo golpeando su culo, me asustaba hasta a mí.

Parecíamos tres posesos que solo vivíamos para el sexo. Note que me corría. Me salió del alma.

“Toma zorra, voy a llenarte tu puto culo de mi leche”, la dije mientras que efectivamente se lo llenaba.

¿Dios que la había dicho? Ella empezó a jadear muy rápido, agarrándose con todas sus fuerzas a las sábanas, mientras que Pablo, en medio de grititos, la soltaba toda la corrida en el coño. Yo seguía dándola, quería estar bien seguro de que se corriera, y pablo mientras le durara tiesa la tendría metida, no le quedaba otra.

Marisa, se soltó literalmente, cayendo sobre la cama ahora boca arriba.

“Ha sido increíble chicos, vaya corridón”, dijo al cabo de unos segundos cuando recuperó el aliento.

“Oye, perdona por lo de zorra, es que me vine arriba, y…..”, la dije avergonzado.

Se medio incorporó, me cogió la cabeza, por un instante pensé que me iba a soltar un ostión, y se la llevo a su boca, me morreó y me susurró, “¿tú crees que no me ha gustado que me lo dijeras?”

Estuvimos aún un rato tirados en la cama los tres. Pablo no decía nada. Simplemente debía de pensar que había pegado el polvazo de su vida.

Marisa, se levantó, y dijo,

“Chicos tenemos que irnos, Carla tiene trabajo esta noche. Son clientes de confianza, y no hace falta que yo esté con ella, y nosotros tenemos que reposar esta follada, que ha sido bestial.”

Fuimos al baño, nos lavamos y nos vestimos. Cuando salimos al salón, Carla y Oscar, estaban ya vestidos y sentados viendo la tele.

“La habéis echado larga, ¿eh?, nos dijo Carla sonriendo.

“Ya ves”, dijo Marisa, “que por cierto dicen que a ver cuándo te lo montas con ellos, jajaja”

“Cuando queráis cielos, sabéis donde estoy”, contestó Carla.

Nos besuqueamos todos y salimos a la calle.

Oscar nos miraba como diciéndonos, Cerdos, ya lo habéis conseguido. Pero bueno él tampoco se había ido de rositas.

Devuelta para casa los cuatro en el coche respirábamos, al menos nosotros tres, un estado de satisfacción total. Aun nos duraba el efecto de las corridas.

Yo ejerciendo de “chico erectus”, la dije

“Marisa, nosotros hacemos juegos de rol. Suelen ser guarretes, y Pablo ha tenido, como siempre, una genial idea, para uno nuevo. ¿Te gustaría a ti colaborar en alguno?

“Yo colaboro en todo lo que queráis. ¿De qué se trata ese nuevo juego?, preguntó Marisa.

“Bueno aún tenemos que matizar detalles, pero te diré el nombre que le hemos puesto, ‘Tu madre, la puta de todos”, la contesté.

“Joder, impactante sí que es. Ya me contareis los detalles”, dijo Marisa, que emanaba alegría, tranquilidad y complicada con nosotros, por todos los poros de su pie.

FIN