Tu madre, la puta de todos 6

Una inocente merienda de amigos, desvela los secretos mas íntimos de la madre de uno de ellos.

CAPITULO VII

CONCLUSIONES (continuación)

Me costó conciliar el sueño. Todo lo que habíamos vivido y descubierto hoy, me venía a la mente, cada vez que quería dormirme. Pero sobre todo el video de Marisa follándola el tío aquel, eso es que dominaba en mis pensamientos. Supongo que por la envidia que me daba de no haber sido yo.

Al día siguiente, Pablo se presentó a las 9 en mi casa. Yo aún estaba durmiendo. Mi madre entró en el cuarto y me dijo

“Despierta, ya perezoso, tienes visita”.

Por un instante temí lo peor. La policía. Al final nos han pillado por lo del Loob, y claro la matrícula del coche era la mía.

“¿Quién?”, la dije con voz temblorosa.

“Pablo, dice que habíais quedado”, me respondió.

“Ah, sí, sí, ya me levanto”, la dije. Se me quitó un gran peso de encima. Por un momento me había acojonado de verdad.

Salí en camiseta y gayumbos, y saludé a Pablo,

“Hola tío, me ducho y estoy contigo en 10 minutos. Dile a mi madre que me vaya preparando el desayuno y tu pídela si quieres algo también”

Me metí en la ducha y mientras me caía el agua por el cuerpo, empecé a pensar en que había dejado a Pablo solo con mi madre y mi hermana, aunque realmente no sabía si mi hermana estaba o se había ido ya al instituto o que, y mi madre estaba con la bata y debajo lo mismo hasta no llevaba nada.

Decidí aumentar el frio del agua, a ver si me despertaba del todo y dejaba de pensar en gilipolleces, toda la historia de Marisa, me tenía fuera de mí.

Pero aun así nada mas ducharme me puse la toalla en la cintura, y salí hacia la cocina, pensando, he tardado solo cinco minutos, ahora me encuentro a mi madre mamándosela a Pablo. No tenía arreglo. O terminábamos pronto con aquella historia de Marisa, o no sé qué iba a ser de mí.

Pablo estaba en el comedor con un café con leche y unas galletas, y otro al lado para mí.

“Tu madre es una maquina”, me dijo.

Yo pensé, ya está, se la ha mamado en cinco minutos.

“Le he dicho lo del desayuno, y ya tenía el café caliente, y lo ha puesto en un segundo. Y por cierto vaya raja que tiene en la bata, la he visto casi hasta la ingle” me dijo guiñándome un ojo.

¿Ves? Y si le doy tiempo, este me la emputece.

“Tío, no seas guarro que es mi madre, no es Marisa. ¿En serio, le has visto hasta la ingle?”

“Jaja, no tanto pero seguro que no llevaba nada debajo y me lo ha enseñado a posta”, dijo riéndose.

Hice ademan de darle un guantazo.

En fin, lo dicho había que terminar pronto con lo de Marisa, o no sé cómo íbamos a terminar.

“Tío no sé cuántas llamadas tenía de estos, y mensajes de wasap. No sé qué decirles”, le dije

“Sí, yo también, pero de momento no podemos decirles nada, y mucho menos a Oscar. Tenemos que tener las ideas muy claras antes de hablar con ellos” me dijo.

“Vale, ¿y cuál es el plan para hoy?”, le pregunté.

“Bueno continuaremos viendo el video ese y los demás, e intentaremos seguir sacando conclusiones. Yo creo que podemos ya partir de una, y es que el benefactor-follador de Marisa, es el tal Dompimpon.”

“Sí, yo anoche también lo pensé. Encaja todo con él”, le dije, ¿“y esta tarde no tenemos que ir a asaltar ningún banco o una embajada o algo así?

“Pues no lo sé, depende donde nos lleve Marisa”, me respondió.

“Ah, pero ¿qué vamos a seguirla esta tarde también?, le pregunté.

“Hombre espero que no, que lo que veamos en los videos y las conclusiones a las que lleguemos, sean suficientes para no tener que volver a hacer saltar la alarma de ningún sitio”, me contesto.

Ambos reímos. Estábamos locos, pero nos había salido bien. Vete a saber si nos colamos en el hotel, como habríamos terminado.

Acabamos el desayuno y llevamos las tazas a la cocina dejándolas en el fregadero. A Pablo se le noto cara de póker al no ver allí a la de “la raja”. Fuimos a mi habitación, mi madre estaba terminando de hacer la cama.

“Chicos, termino enseguida”, nos dijo mientras se inclinaba hacia adelante para remeter las sabanas. Yo veía a Pablo que no la quitaba ojo del culo. Le di un meneo en el hombro como diciéndole ¡ya está bien!, pero a él le hacía gracia y la miraba con más cara de cerdo. Incluso hizo ademan de levantarla la bata por detrás a ver si realmente no llevaba nada.

Me puse entre medias de él y de mi madre, para que aquello no fuera a mayores, porque, aunque parezca increíble, la situación, estaba empezando a excitarme.

Termino “la maquina” y salió del cuarto, aunque aún tuvo tiempo de ponerse de frente a nosotros y efectivamente la raja de la bata dejaba bastante al aire.

Nada más salir ella, Pablo me dijo,

“Tío, no veas las ganas que me han dado de empotrarla contra la cama, tiene que tener un buen polvo tu mami”, cuando terminemos con Marisa, empezamos con ella”, me dijo partiéndose el culo.

Supongo que lo normal es que me hubiera levantado, le hubiera pegado dos ostias, y le hubiera echado de mi casa, pero coño que se me había puesto el rabo duro como una piedra. No sabía si no estábamos volviendo unos enfermos sexuales, unos pervertidos, unos depravados….

“A lo nuestro, tío, deja a la de la raja en paz”, le dije cortando el tema.

Se sonrió.

Encendimos el ordenador, y actualice la pizarra, poniendo al tío del coche, como Dompimpon.

También añadí conceptos en el documento de Excel, poniendo

Deuda: 135.000 euros y luego Pagos en los 1500 euros que figuraban debajo. Había un total de 18 pagos de 1500 euros. Eso sumaban 27000 euros. Pero sabíamos por el video que tenía plazos no pagados.

Es fácil que llevara en esa situación más de dos años. Y aun le quedaban 6 años por pagar, más las deudas y los intereses. No creíamos que, con las folladas, estuviera amortizando nada, simplemente se había convertido en eso, en una esclava sexual como le decía Dompimpon en el Skype.

Nos dispusimos a continuar viendo el video

Lo bueno de esto es que podíamos comenzar el video donde lo dejamos anoche. Terminamos con Marisa saliendo del despacho de Dompimpon.

La grabación, sigue con nuevas entregas de Marisa, de dinero, sin mayores novedades, salvo que Dompimpon, ya no era el hombre afable del principio, sino que cada vez que Marisa acude a pagarle, la trata como basura, tirándole el recibo al suelo, y haciendo que lo recoja a cuatro patas con la boca, pero sin ningún tipo de actividad sexual.

La secuencia de entregas, se interrumpe con unas grabaciones de la vida familiar de Marisa. Se la ve entrando en su casa, saliendo con su marido y con Oscar, entrando en su trabajo, de compras en un centro comercial, …

La habían estado siguiendo, y grabando. Hay escenas endiabladamente cercanas, y estas ya si con sonido, por lo que las realizaba alguien con móvil o cámara en mano, y que se mezclaba perfectamente con el ambiente donde estaba Marisa, por lo que evidentemente, ella no lo conocía. El vídeo terminaba con todo un informe exhaustivo sobre Marisa.

Nombre, apellidos, fecha de nacimiento, lugar, nombres de los padres y dirección. Nombre de un hermano y hermana y dirección, Nombre completo del marido los mismos datos en cuanto a parentesco, Nombre de la empresa para la que trabaja, dirección, cuadro directivo, y email de cada uno, incluso una foto de Marisa en su puesto de trabajo.

Y un mensaje final.

“LO SE TODO DE TI”

“A ver, abre el siguiente vídeo”, me dijo Pablo.

Lo abrí. Ya lo habíamos visto, este estaba entre los que encontré borrados en el pincho.

“Bueno”, dijo Pablo. “¿Porque alguien se toma tantas molestias, para follarse a una tía?

“¿Porque le debe ciento y pico mil euros?, le contesté yo.

“Si, bueno eso es una razón de peso. Pero este lo preparó antes de saber que no iba a poder devolvérselo, o al menos lo intuyo. Y además tiene que ser un tío poderoso. Pudo pedir en el banco las grabaciones de las cámaras, que luego incorporó al video. Para eso tiene que moverse a nivel de director del banco. Luego ya en su empresa, lo tuvo más fácil. Yo me atrevería a decir que es el director general, el dueño o algo así. No tuvo ningún problema para conseguir las grabaciones, y, además, diría que el dinero que le dejó a Marisa, lo cogió de la propia empresa.”

“Sigue, sigue, me tienes alucinando con tu poder de deducción, porque además casi todo encaja”, le contesté.

“Creo, que, en algún momento, Marisa debió de revelarse, y amenazarle con denunciarlo, quizás después de la follada del despacho, y el debió de decirle que lo tenía todo grabado, y que como se pusiera tonta su familia se iba a enterar de sus trapicheos con el dinero y de la follada en el despacho. Excepto la ostia por vomitar, tampoco se ve que ella este forzada a hacerlo. Y eso se puede cortar. Luego, cuando ella ya saliera acojonada, pudo implementar el resto del video. Para un tío poderoso, ponerla alguien siguiéndola y que recopile esos datos no tiene que ser problema. Se lo envía diciéndola que, igual que se lo envía a ella, se lo puede enviar a quien quiera. Creo que nuestro próximo paso tiene que ser si o si, hablar con Marisa.”

“Joder”, le dije, ¿Ya tenemos toda la información para hablar con ella?

“Creo que tenemos lo suficiente para hablar con ella. Bueno ahora lo hablamos. Voy a mear, a ver si pillo en el baño a la de la raja duchándose en pelotas, y la empotro allí mismo. Si ves que tardo es que la estoy frotando la espalda, o algo, jajajaja”, me dijo Pablo.

“Serás cabrón?, le dije

“Jajaja, si, ahora cuando venga te cuento lo que se me ha ocurrido”, me contestó.

Allí me quedé como un gilipollas esperando a que volviera el Pablito, y rogando no estuviera mi madre en la ducho y si lo estaba que hubiera cerrado la puerta con pestillo. Coño, no había pestillo. Me levanté como si tuviera un resorte en la silla, y me fui para el baño. La puerta estaba cerrada, y oí a Pablo reírse dentro. No me jodas, no me jodas, no me jodas, dije para mí.

Tenía ya el picaporte de la puerta en la mano, cuando oí ruido en la cocina. Fui para allí y allí estaba la de la raja, sana y salva. Además, ya estaba vestida.

Volví corriendo a mi cuarto para que Pablo no viera que había salido a ver qué pasaba. El volvió al momento.

Aún venía riéndose.

“Que te pasa, de que te ríes”, le pregunté.

“Que la de la raja, llevaba bragas. Bueno tanga, se lo ha dejado en el baño. Y por cierto ha debido de tener algún pensamiento obsceno, porque estaba empapado. Y por cierto tío, estaba riquísimo”, me dijo con cara de salido.

“No me jodas que es verdad todo eso”, le pregunté.

“Coño, ves y lo veras, pero no lo lamas, que ya lo h hecho yo, jajaja”, me dijo partiéndose de risa.

Fui al baño, el cabrón decía la verdad. Lo cogí y no pude evitar llevármelo a la nariz. Podía ser más cuidadosa con esas cosas habiendo tíos en casa. Bueno qué coño ella estaba en su casa, y hacia lo que quería.

“Vale tío, tenías razón”, le dije.

“Y lo has lamido, ¿eh?, traes toda la boca llena de flujo”, me dijo partiéndose de risa.

“¿Que dices?, no”, le dije como un bobo limpiándome la boca.

“Jajaja”, seguía riendo pablo, “Pues mira, a mi toda esta historia de Marisa, me ha puesto brutísimo. No ya ver las fotos y los vídeos, que también, sino la historia de ayer, de subir a su casa, entrar en su dormitorio, revolver sus cosas, su lencería, ver sus consoladores… . luego seguirla, indagar sus datos… En fin, todo. Y he pensado hacer lo mismo con las madres de todos. He pensado llamar al juego “Tu madre, la puta de todos”. El objetivo último, seguro que irrealizable, es follarnos a alguna, y una condición indispensable para participar, es que el que quiera jugar tiene que comprometerse a follarse a la madre, la que sea, incluso la suya.”

“Joder, tío que fuerte. ¿Y no se te ha ocurrido un nombre un poco más light?”, le pregunté.

“Es todo morbo, ya te digo que no creo que seamos capaces de conseguir nada de ninguna. Salvo de Marisa, claro”, dijo Pablo.

“¿Tú crees que Marisa, dejara que la follemos?”, le dije

” Cuento con ello, aunque creo que realmente solo lo haremos tu y yo, seremos los que sabremos lo que hay. Pero bueno hablando de Marisa, ¿cómo hacemos para hablar con ella?”

“Chico yo creo que lo mejor es coger al toro por los cuernos. Presentarnos en su casa y decirla que queremos hablar de Dompimpon”, le dije a Pablo.

“Si, pero cuando estemos seguros de que podemos hablar con ella. Llamar a Oscar, y decirle que nos avise en cuanto sepa que su madre no sale una tarde”, dijo Pablo.

“Chicos me voy. Javier no me dejéis todo mangas por hombro”, dijo mi madre sonriéndonos.

Según salía de la habitación me dijo pablo al oído,

“Seguro que va al baño otra vez a cambiarse de tanga, se ha debido de correr entera con esa sonrisita.

“Cerdo, que eres un puto cerdo. Espera que la pregunto a qué hora vuelve”, le dije saliendo detrás de mi madre.

Cuando volví, me dijo Pablo,

“Qué, ¿se metió en el baño?”, me pregunto riendo

“No, se quitó el tanga, me lo dio y me dijo hincharos a lamer, cerdos”, le dije riendo yo también.

“Buah, ya está en el bote, jajaja”, dijo tocándose la polla.

“En serio, me ha dicho que no volverá hasta la hora de la comida, o sea que, si quieres empezar por ella, tenemos la mañana libre”, le dije.

“Tampoco te vengas arriba. Son las once. Tres horas. Pero venga tu manda un wasap a Oscar diciéndole eso, y yo empiezo a fisgar”, me dijo Pablo.

“Tu aquí, pegadito a mí”, le dije

Le mandé el wasap a Oscar, y me fui con Pablo a la habitación de mis padres.

“Esa es su mesilla, su lado de la cama”, le indique donde dormía mi madre.

“Ah pillín como se nota que le has plantado la polla en el culo ya”, me dijo abriendo el cajón de la mesilla.

“Pues sí, ya lo viste en la foto. Revuelve lo menos posible”, le dije a Pablo.

Pablo no es que revolviera poco, es que sacaba literalmente todo del cajón.

“Tío, que se va a dar cuenta”, le dije

“No creo que haya una tía, tan Ataxofóbica, que recuerde como ha dejado el cajón”, me dijo Pablo.

“Ataxo, que?, le dije

“Que tenga tanta fobia con el orden, hombre”, me dijo como suponiendo que debía de conocer ese palabro.

No encontró nada en la mesilla, al margen de la cantidad de cosas inservibles que se guardan en los cajones, para no usarlas nunca.

Lo coloco lo mejor que pudo. Fuimos a la cómoda.

Abrió el cajón de la ropa interior. Empezó a juguetear con sus tangas, y bragas. Rebuscó por debajo. Nada.

Fuimos al armario miro por todos lados, también en las cajas de zapatos.  Nada.

“Joder tío, la de la raja, es la madre teresa de Calcuta”

“Claro, macho, ¿qué te habías creído?, mi madre es una santa”, le dije muy convencido.

“Sí, todas lo son. Tú tienes trastero, ¿verdad?”, me preguntó.

“Sí, claro como tu casa, es la misma manzana”, le dije.

“Y qué mejor sitio que el trastero para guardar cosas privadas?

“Vale”, le dije, “pero eso lo dejaremos para cuando hagamos el juego. Ahora intentemos cerrar el tema de Marisa”

“Sí, tienes razón. Esperemos la respuesta de Oscar.”

Nos fuimos a la calle, había que intentar liberar un poco la mente de madres, coños, tangas, y demás, jajaja

CONTINUARA