Tu madre, la puta de todos 5

Una inocente merienda de amigos, desvela los secretos más íntimos de la madre de uno de ellos.

CAPITULO VII

CONCLUSIONES

Con toda la movida que habíamos montado al final volvimos a casa relativamente pronto lo cual nos daba la oportunidad de poder sentarnos para intentar sacar conclusiones.

Subimos nuevamente a mi casa y nos dispusimos a visualizar las grabaciones que habíamos hecho en el hotel.

Se trataba de intentar identificar algunos de los hombres que habían salido de la habitación número cinco con los que ya teníamos recopilados de las fotos del pincho.

Además, teníamos también que intentar recuperar las conversaciones de Skype que no iba a ser tarea fácil, teníamos también que visualizar el contenido de la tarjeta que habíamos encontrado en el zapato de Marisa y teníamos que intentar ver que eran las cifras que habíamos encontrado en el Excel del ordenador.

Algunas de las tareas, como esta última, se me antojaba prácticamente imposible, era muy complicado saber a qué correspondían aquéllos importes, en los que no figuraban concepto alguno.

Empezamos por comparar las grabaciones de los hombres que habíamos visto salir de la habitación 5 con las fotos que ya teníamos sacadas.

La grabación, lógicamente, no era de muy buena calidad. pero tenía la ventaja de que al salir asustados de la habitación miraban para todos lados y pudimos conseguir unos buenos primeros planos de las caras.

"Este tío me suena", le dije a Pablo.

"A ver?, Dijo mirando las fotos del ordenador, "sí, es este, y por cierto que mierda de polla tiene".

"Coño, tío tu que miras, las caras o las pollas"

"Jaja, hay que verlo todo", me dijo.

“Mira este de la perilla y el bigote, este también está en las fotos”, me dijo.

“Joder si, parece un grupo más o menos fijo de folladores, o al menos algunos de ellos”, contesté.

Pero aquello seguía sin contestar ninguna de nuestras preguntas.

Le deje a Pablo con los reconocimientos faciales, y me dedique yo a intentar descifrar el log de Skype. Con un sqlspy, conseguí acceder a la base de datos, y de ahí al texto de los mensajes. Estaban en texto plano, es decir sin ningún tipo de formato ortográfico o gramatical. Lo cual hacía mucho más difícil su lectura.

Tampoco sabía que tenía que buscar. A través de búsquedas, localicé todos los contactos con los que había mantenido conversaciones. Me propuse leer un poco de cada uno, y si alguno me llamaba la atención ya quedarme con ese. Aunque antes pensé buscar algunas palabras claves como Hotel, hora, dinero…., euros, no sé por qué, pero tenía la impresión de que el dinero tenía algo que ver en todo este embrollo.

Empezó a darme resultados mis búsquedas.  Había un tal Donpimpon, que siempre mantenía conversaciones subiditas de tono con ella, así es decidí centrar mis búsquedas en el tal Dompimpon, que por cierto vaya nombre de usuario más ridículo.

Aislé todas las frases en que aparecía el Dompimpon. Y me las saque a un Word. Por un momento llegué a pensar que el Dom, podía corresponderse con alguien que fuera dominante, pero el pimpón, no tendría mucho sentido.

Frases cada vez más fuertes, conminando a Marisa, a entregarse a él.

“Me perteneces”, “Sabes que puedo hacer contigo lo que me plazca”, “Follaras cuando, donde y con quien yo quiera, zorra, y sabes que no puedes negarte” Las contestaciones de Marisa, eran monosílabos, si, no o lo sé, o no lo sé, cosas así.

“Pablo, lee esto. A esta tía la están extorsionando sexualmente”, le dije

Pablo lo leyó.

“Joder con el Dompimpon, ¿pero que tendrá contra ella o de ella para extorsionarla?

“Mira también hay citas, escuetas, Miércoles 28 hotel NH Atocha – Habitación 125  - 18,30 horas , o Lunes, 2 - Motel Zouk, Alcalá de henares, código 5278 18 horas . En algunos decía “los comensales que iba a ser”, en otros le decía la ropa que tenía que llevar, Falda de vuelo por debajo del culo, sin bragas ni tanga, con un top arriba. Incluso en una le dice que fuera disfrazada de enfermera. Ella solo contesta con un OK”

“Bueno vamos a intentar colocar todo”, le dije.

Me cree, al más puro estilo de pizarra de comisaría mientras investigan algo, un fichero jpg con la imagen de un corcho pizarra, allí fui pegando, en el centro, una foto de Marisa, totalmente desnuda abierta de piernas, y por debajo de ella, fui pegando las cosas que teníamos, que no era muchas.

Las caras de los folladores, las frases del Skype, las cifras, del Excel, la lista de hoteles que habíamos identificados, ampliados ahora por las frases del Skype, la cara del tío que dejo al lado de las cuatro torres. Un nombre, DOMPIMPON sobrevolando a todos los folladores.

Nos quedaba por mirar el contenido dela tarjeta que encontramos en su casa.

“Pablo vamos a echar un vistazo a lo que había en la tarjeta”, le dije

“Ya lo tendrás tu más que visto”, dijo riendo.

“En serio que no, no he abierto nada”, le dije muy digno, entre otras cosas porque era verdad.

“voy a enganchar la Tablet al ordenador, para verlo en grande.”

Abrimos la primera carpeta, contenía un puñado de fotos, con la misma temática que las recuperadas del pincho. Pero en estas había una ventaja teníamos el código EXIF, al ser fotos originales, el cual nos podía dar datos como la fecha, hora, el dispositivo con el que se había hecho, incluso ya rizando el rizo, la ubicación GPS.

Echamos un rápido vistazo a las carpetas. Realmente solo las dos primeras carpetas, contenían fotos. El resto videos.

“Sería interesante colocar los videos por fecha. Del más antiguo al más nuevo, quizás así podríamos saber el comienzo de esto”, me dijo Pablo.

Me puse manos a la obra. Saqué todos los videos, a una carpeta del ordenador. Tardo un rato en copiarlos, pero eso nos permitiría más rapidez en el proceso. Cuando ya estuvieron todos los ordene por fechas del más antiguo al más moderno. El más grande, era el primero, el más antiguo. Casi 18 Gb.

“Tío, son tres horas de video. ¿Traigo las palomitas?”, le dije a Pablo.

“Jaja, si, aunque será mejor llamar a Telepizza.

Empezamos a ver el video.

Era de una sucursal Bancaria. No diremos la entidad por discreción. Hay trasiego de gente, entrando y saliendo. En un momento se ve entrar a Marisa, lleva un traje de chaqueta muy formal, con camisa blanca, un pañuelo en el cuello, y un maletín.

Se dirige a una de las mesas, se sienta y habla con la empleada.

En la mesa de al lado de donde estaba Marisa hablando con la comercial que la atendía en ese momento, había un hombre también resolviendo sus asuntos.

"Para, para el vídeo. Rebobina unos segundos. Para ahí. ¿Te suena ese tipo?", Me dijo Pablo.

Coño claro que me sonaba.

"Es el que iba en el coche con Marisa, al que dejo en las cuatro torres", exclamé.

"Exacto", dijo Pablo exultante, "tío el rompecabezas empieza a encajar"

Cierto, ya teníamos lo que posiblemente fuera el primer encuentro entre Marisa y ese hombre.

Seguimos visionando el vídeo. Vemos como la empleada que atiende a Marisa la dice repetidamente con la cabeza que no. Marisa gesticula y se le nota bastante angustiada.

El tío de la mesa de al lado no pierde detalle y cuando Marisa se levanta dispuesta a irse, él también lo hace y la aborda junto a la entrada del banco.

Hablan durante un largo rato. Se ve que Marisa empieza a cambiar la cara. Llega un momento en que él le coge por los hombros y la mira cómo con aspecto paternal suponemos que diciéndola que no se preocupara.

Llega incluso a abrazarla, aunque es un abrazo cariñoso, suponemos que antes las continuas muestras de agradecimiento por parte de Marisa.

Se ve como salen juntos del banco y ahí se corta la emisión.

Vuelve un poco más tarde. Se les ve entrando en una recepción que se nos antoja podría ser la de una de las cuatro torres. Luego se les ve subir en el ascensor y por último caminar por unas oficinas hasta entrar en un despacho.

Es un despacho descomunal el tío debía de ser alguien importante. Él se sienta detrás de la mesa y Marisa enfrente de él.

Hablan Durante un buen rato. Se ve como Marisa abre su bolso saca la cartera, saca el carnet de identidad y se lo da al hombre.

Este lo fotocopia rellena un pequeño impreso en el ordenador y se lo da a firmar a Marisa.

De momento no ha habido audio suponemos que las cámaras de seguridad solo reflejan la imagen y omiten el audio porque muchas veces sería inaudible.

El hombre utiliza su teléfono y al momento entra otro compañero le presenta a Marisa y se sienta con ellos.

Se aprecia como el segundo hombre está más atento a Marisa y su cuerpo que lo que realmente están hablando.

Siguen hablando un rato. Al final el segundo hombre le pide algo a Marisa. Está saca del bolso lo que entendemos podía ser una cartilla de un banco. El hombre fotografía la primera página, el número de cuenta.

"Tío ahí es donde encajan las cifras que encontraste en el Excel", dijo Pablo.

"Joder, pero es un pastón, son importes de 6 cifras", le dije sorprendido.

"A ver vamos a Elucubrar un poco supongamos que Marisa necesito una importante cantidad de dinero que no solo no puede pedir al marido, sino que además seguramente tampoco podría conseguir. Acude al banco a pedir un préstamo en el banco le dicen que no, seguramente porque no tiene avales suficientes para cubrirlo y el hombre lo oye y se ofrece generoso a prestarle esa cantidad.

Un tío altruista o con una gran visión de futuro.

El segundo hombre sale del despacho se quedan otra vez Marisa y el benefactor solos charlan durante un rato.

Vuelve a entrar el segundo hombre y habla con el primero. Marisa sonríe mirando a los dos.

Se levanta cogiendo su bolso dispuesta a irse. En ese momento los dos hombres se acercan a ella y le tienden la mano. Ella, tremendamente agradecida, les da un par de besos en las mejillas a cada uno. Sale del despacho.

En ese momento se corta el vídeo vuelvo a aparecer segundos más tarde, se ve nuevamente a Marisa en el despacho de aquel tipo vestida de otra forma lo cual indica qué es otro día. Abre el bolso saca un sobre y se lo da al hombre.

Este lo abre, contiene dinero. Lo cuenta. Saca un talonario de recibos. Rellena uno, lo firma y se lo da a Marisa. Se corta nuevamente el vídeo. Vuelve a aparecer y la escena se repite. Esto ocurre hasta en 15 ocasiones.

En La dieciséis se ve como Marisa sentada enfrente del hombre saca el sobre se lo da el hombre lo abre y lo cuenta y le dice algo que entendemos sería que ahí no está todo el dinero.

Al hombre se le ve muy contrariado y a Marisa muy preocupada.

"Vamos a ver" dijo Pablo", al final todo es cuestión de una deuda económica. Llega un momento por el motivo que sea que Marisa no puede pagar y el tío decide cobrarse en carne."

"Tú crees", le dije

.

"No, no lo creo. Lo estamos viendo", me contestó.

"¿Pero, y qué deuda podía tener ella para necesitar una cantidad tan importante de dinero, no poder decírselo al marido y luego no poder pagarlo?”, Le dije.

"Bueno eso es algo que tendremos que averiguar sigue pasando el vídeo", me contestó.

Se ve otras ocasiones en que Marisa acude a la cita con el tipo y cumple con su compromiso sacando el sobre y dándoselo.

Llega un momento en que Marisa está enfrente del hombre hablando con él. No abre el bolso, no saca sobre, al tío se le ve bastante malhumorado. La hace gestos con la mano de cinco, que entendemos que podía ser que le debía cinco pagos.

El tipo cada vez está más malhumorado y gesticula más. Llega un momento en que se levanta va a la puerta del despacho y la cierra con llave.

Se coloca al lado de Marisa apoyado en la mesa y la habla. Ella le mira con mirada atónita y sorprendida. Él se va hacia el otro lado de la mesa, abre un cajón saca una carpetita con un papel y se lo muestra a Marisa, debía de ser el contrato que ella firmo en su día.

Vuelve a apoyarse en la mesa al lado de Marisa y la sigue hablando.

Llega un momento en que Marisa con las manos temblorosas empieza a desabrocharse los botones de la blusa que llevaba. Se la quita y la deja encima de la mesa del despacho. El hombre la hace un gesto y ella se desabrocha el sujetador se lo quita también y lo deja al lado de la camisa.

“Buff, esto huele a follada descomunal”, le dije a Pablo.

“Sigue, sigue”, me contestó.

La dice algo, ella se levanta, y comienza a desabrocharse los vaqueros. Los deja caer al suelo.

El hombre la hace señas de que los recoja, y los deje junto al resto de la ropa.

Ella lo hace, él le lleva las manos a las tetas, se las soba, la agarra de los pezones. Los mordisquea.

Marisa esta solo con el tanga. Se la nota abrumada, avergonzada, humillada.

El la hace una indicación señalando con el dedo su bragueta.

Marisa se agachó soltó el botón del pantalón del hombre, bajo la cremallera y los bajó hasta las rodillas.

Después le bajó los calzoncillos también, y le cogió la polla con una mano.

Antes de llevársela a la boca miró hacia arriba a la cara del nombre con cara suplicatoria pero el hombre la dijo que adelante.

La verdad es que el tío tenía un buen rabo.

Marisa empezó a lamerle el capullo y a metérselo lentamente en la boca.

El tío le decía algo y ella cada vez metía más su polla en la boca.

Llego un momento en que el hombre la sujeto la cabeza con las dos manos y empezó fallársela.

Cada vez le metía más la polla en su boca hasta que llegó un momento en que prácticamente la tenía toda dentro.

Marisa se echó hacia atrás y no pudo evitar vomitar en el suelo.

El hombre visiblemente enfadado la soltó un bofetón que acabo con el cuerpo de Marisa en el suelo. Supongo que la diría algo como “Puta estúpida, no sirves ni para comerte una polla como es debido”

La levanto del pelo volviendo a dejarla de rodillas y la hizo gestos de que volviera a comérsela.

Ella, estaba asustada después del bofetón, pero volvió a metérsela en la boca y el hombre comenzó de nuevo a fallársela.

Esta vez Marisa cambio el vómito por un exagerado babeo que empezó a salir de la boca cayéndola por las tetas y el cuerpo.

Cuando el hombre se cansó de follarle le la boca la levanto, la tumbó boca abajo sobre la mesa del despacho quedando su culo fuera.

De un tirón le arranco el tanga. La dio un par de azotes fuertes en las nalgas. La tocó el coño. Debía de estar mojada porque la metió un par de dedos y se los llevo a la boca para que los lamiera.

Marisa lo hizo con un cierto asco, pero le lamió los dedos al hombre.

Luego empezó a follarla a saco, como si no hubiera un mañana. la embestía con todas sus fuerzas sujetándola por la espalda contra la mesa para que no se moviera.

Cuando se cansó de follarla el coño, fue a por su culo. Eso fue dramático para Marisa que se ve que no lo tenía muy usado.

No se andaba con miramientos. Con los dedos mojados en el flujo de Marisa, se los untó y metió en el ano.

Cuando juzgo que ya estaba suficientemente lubricado, le puso la punta en el ano, y se la metió de un golpe.

Marisa pegaba botes en la mesa y golpes con los puños, porque sin duda la estaba doliendo mucho.

La enculaba, haciendo que su polla hiciera todo el recorrido, sacándosela casi del todo, alguna vez lo hizo, y luego metiéndosela otra vez de golpe.

Cuando el hombre vio que iba a correrse le sacó la polla del culo, puso a Marisa nuevamente de rodillas y se la metió en la boca corriéndose dentro.

Marisa hizo intención de escupirlo, pero el hombre la sujeto la boca con una mano y la debió decir algo así como traga puta, haciendo que luego abriera la boca del todo y se la mostrara para comprobar que efectivamente lo había tragado todo.

Después de aquello, Marisa se vistió rápidamente e intentó salir despavorida del despacho.

El hombre, la retuvo, señalándola la mancha del vomito de antes. Marisa, se puso a cuatro patas, y empezó a lamerlo. Así estuvo un buen rato hasta que consiguió quitar lo más posible la mancha.

Ahora, si, salió del despacho casi corriendo.

A Pablo y a mí aquella escenita nos había hecho sacarnos las pollas y cascárnoslas como dos monos.

"Para, para", me dijo Pablo, vamos a tomar aire.

Toda la pandilla nos habíamos visto desnudos muchísimas veces tanto en el cole cuando nos cambiábamos para la gimnasia como luego ya de mayores en el vestuario jugando al fútbol o incluso en la piscina, por eso para nosotros no era un mundo vernos así, ni cascárnoslas juntos viendo una peli porno. Eso sí cada uno a lo suyo.

La verdad es que el tema se estaba aclarando a pasos agigantados.

Ya sabíamos quién era el que explotaba sexualmente a Marisa, porque la estaba explotando, era evidente.

Sabíamos el motivo. La deuda económica. Desconocíamos otras muchas cosas, pero a este ritmo, se irían también aclarando todas.

Decidimos parar por hoy. Había sido un día de muchas emociones, muchas tensiones, y muchas excitaciones.

Mañana continuaríamos….

CONTINUARA