¡Tú la llevas!
Èl espera a su sumisa en el piso de esta para una sesion sorpresa. La sesion termina al aire libre con la sumisa abandonada intentando volver a casa.
-¡¡TU LA LLEVAS!!-
Puta entra en su apartamento e inmediatamente se da cuenta de que Él está allí y se dirige a la sala de estar. Él tiene llaves del piso de Puta y entra y sale cuando quiere. Él está en medio de la alfombra, de la que ha retirado una mesa de centro.
- ¿Quieres jugar? -
Ella duda un momento. Al final responde que sí con la cabeza y pasa a ser de su propiedad hasta que Él decida liberarla.
- Antes de empezar, tengo los zapatos algo sucios. Ponte a cuatro patas y límpiamelos con la lengua, putita.
Puta vacila un momento pero se dirige hacia Él mientras se recoge el pelo con una gomilla que lleva en la muñeca. A Él no le gusta que el pelo de Puta le tape el rostro cuando la usa. Ella hace lo que le han ordenado, pero cuando está de rodillas hace un mohín.
- Esto no.....No puedo hacerlo. Por fa..
Él le cruza la cara. La bofetada deja tirada a Puta sobre la alfombra.
- Desnúdate y ponte en la primera posición de espera.
Él va a buscar todo lo necesario al dormitorio y cuando regresa, Puta le espera desnuda como le ordenó. De rodillas, con las piernas separadas, sentada sobre los talones de manera que al apoyar todo su peso en ellos y separarse, abran bien el culo y el coño de Puta. Tiene el tronco erguido y la cabeza baja con la mirada en el suelo y las manos sobre las rodillas con las palmas hacia arriba.
Él le ordena ponerse a cuatro patas y le pone un juego de muñequeras y tobilleras. La coge por el pelo y la lleva hasta la puerta corredera de la terraza. La sujeta de cara al cristal con unos soportes de ventosa. Las manos separadas en alto y los pies también separados por una barra sujeta a las tobilleras.
Él coge los objetos que ha traído del dormitorio. El primero son unas bragas de algodón blanco de Puta. Las ha tirado en plato de la ducha y ha meado sobre ellas. Cogiéndola por el pelo le gira la cabeza y se las introduce en la boca. Tiene que empujar algo pero al fin entran por completo.
- Eso se queda ahí. ¿Entendido? -
Ella asiente mientras que Él ve el asco y la sumisión en sus ojos, que empiezan a lagrimear por las arcadas.
El segundo objeto es una fusta. Él comienza a fustigarle los costados desde las caderas hasta las axilas de manera que la parte flexible de la fusta aterrice realmente sobre la parte delantera de Puta, desde el vientre hasta los pechos. Al principio los golpes son tan suaves que casi parecen caricias. Él da mucho recorrido a la fusta con movimientos muy lentos para ir calentando la piel, sin dar nunca dos seguidos en el mismo sitio. Puta está en tensión esperando el siguiente golpe que Él demora intencionadamente.
Cada pocos golpes, Él se pega a ella por detrás y le va susurrando cosas al oído.
- ¿Estás bien putita mía? Sabes que me has desobedecido ¿sí? ¿Te duele mucho?........ - Puta responde con movimientos de cabeza y Él le mordisquea unas veces los lóbulos de las orejas y otras el cuello mientras le acaricia suavemente las partes castigadas. Puta gime contra las bragas y se deja hacer.
Siempre que ella se acerca al orgasmo Él se separa y continúa así, fustigándola y pegándose a ella para acariciarla y susurrarle, a intervalos. Los golpes demasiado fuertes dejan marcas que en ocasiones Él ha regalado a su sumisa pero que causan un dolor extremo, arruinando el castigo rápidamente. Los que le propina ahora son incluso demasiado suaves pero su efecto acumulativo va calentado poco a poco la piel de Puta. Unido a los descansos que le da, le permite alargar el castigo bastante tiempo. Al principio, Puta solo siente un calor mezclado con placer que se va extendiendo por todo el cuerpo hacia las extremidades humedeciéndole la entrepierna.
En un momento dado, Él deja de azotarla e introduce dos dedos en su coño.
- Esta chorreando zorra. Veo que te gusta. -
Mete uno de los dedos de golpe en el culo de Puta y ésta pega un respingo y se pone de puntillas retorciéndose.
- Este agujero lo tienes seco y cerrado, furcia, pero eso lo arreglaremos antes de acabar. -
Él comienza de nuevo con el castigo. De vez en cuando, gira la muñeca hacia abajo y la fusta cae sobre el pubis de Puta. Entonces ella se retuerce y gime un poco más fuerte. Según pasan los minutos, el calor que siente en los pechos, el vientre y los costados empieza a aumentar, haciéndola sudar y el placer comienza a disminuir. Los breves descansos que Él le da cada vez le alivian menos.
Después de un buen rato, lo único que siente Puta es una quemazón en las zonas castigadas. Está completamente empapada en sudor y el resquemor que nace en el tronco le recorre la espina dorsal explotando hacia fuera, hasta la nuca y las extremidades. Cada vez se retuerce mas violentamente, tirando de sus ataduras mientras suplica a través de su mordaza.
Él la coge del pelo y tira hacia abajo para controlarla. Con la cara vuelta hacia arriba a Puta le cuesta retener la mezcla de saliva y orina que se le ha acumulado en la boca y lo traga todo. Cuando cree que ya no puede aguantar más, Él la suelta, se pega a ella y le introduce el mango de la fusta en el coño que todavía esta húmedo. Con la otra mano acaricia el coño de Puta como a ella le gusta, mientras vuelve a mordisquearle y besarle el cuello y la nuca.
Puta empieza a gemir de nuevo y a apretarse contra la mano que le acaricia por delante.
- Antes de correrte me avisas, ¿de acuerdo guarra? - Ella asiente.
Siguen así unos minutos, hasta que Puta, a punto de correrse, se lo hace saber gritando a través de las bragas y moviendo la cabeza. Él se detiene dejándola al borde del orgasmo y con el mango de la fusta sobresaliendo del coño.
- Procura que eso no se te caiga del coño zorra. -
Puta intenta apretar los músculos de la vagina. Él le gira la cabeza y le saca las bragas de la boca. Ella nota la boca algo entumecida y casi no puede articular palabra. Él va a buscar una botella de agua a la cocina y de regreso tira las bragas en la ducha y vuelve a mear sobre ellas.
Ya en la sala, se coloca detrás de Puta y le ofrece el agua que ella bebe agradecida.
Por favor mi Señor...-
¡Cállate! - Y vuelve a introducirle las bragas en la boca. - Antes de que acabe la noche me suplicarás que te deje limpiarme los zapatos con la lengua, guarra. -
Él retira la fusta del coño de Puta y comienza de nuevo a fustigarla de la misma manera que la primera vez. Después de casi cuarenta minutos, Puta ha recibido cuatro tandas de azotes y ha estado a punto de correrse otras tantas veces.
Al terminar la quinta tanda de azotes, Él se agacha y le suelta los tobillos. Después vuelve al dormitorio y trae un pequeño trozo de piel con un pelo suave y abundante y comienza a acariciar las zonas castigadas de Puta.
¿Te gusta? ¿Te alivia un poco? - Ella asiente
¿Estás bien? ¿Te sostienes bien sobre las piernas? - Puta asiente de nuevo. Después de un rato acariciándola, se acerca a ella y con un brazo le rodea la cintura sosteniéndola.
Deja el brazo muerto.-
Con la mano libre le suelta un brazo y se lo baja con cuidado hasta dejárselo junto al costado y luego suelta el otro. A Puta le duelen algo los hombros al cambiar de postura los brazos y siente un poco débiles las rodillas pero le gusta sentirle a Él contra ella y que le trate con cariño después de cada castigo. Él la coge por el pelo y le ayuda a arrodillarse.
- Gatea hasta la puerta de entrada y espera allí, putita.-
Mientras Puta obedece, Él va a buscar todo lo necesario y vuelve con un consolador, un collar de cuero con una traílla y una tira muy fina de tela. En el salón coge el llavero del bolso de Puta y retira solo la llave de la puerta del piso.
En el recibidor encuentra a Puta en la primera posición de espera. Cuando Él se acerca mantiene la vista clavada en el suelo. Él le pone el collar y descuelga un abrigo corto de mujer del perchero.
- Levántate zorrita y cógete los codos por detrás de la espalda. –
Le pasa el abrigo por encima de los hombros y le abrocha únicamente el primer botón. Puta queda cubierta con el abrigo aunque por la abertura de este se entrevé su cuerpo desnudo. Él abre la puerta y tira de la traílla mientras apaga todas las luces. Antes de cerrar la puerta le saca las bragas de la boca y las tira dentro del piso.
Puta avanza detrás de su Amo, que de vez en cuando pega un tirón a la correa para que ella no se quede atrás. Aunque ya es algo tarde, Puta se debate entre su excitación y los nervios por poder cruzarse en cualquier momento con un vecino. Ambos suben por las escaleras hasta la azotea y cuando salen todo está a oscuras, así que Él enciende una pequeña bombilla que hay encima de la puerta y se coloca en el centro de la zona iluminada. Cierra la puerta tras ellos e introduce la llave en la cerradura para que nadie pueda sorprenderlos.
- Arrodíllate y chúpamela, zorra. Hazme una buena mamada, ya sabes cómo. -
Puta se arrodilla y empieza a trajinar con la cremallera y los calzoncillos hasta que por la abertura del pantalón aparece el miembro con una media erección. Puta se inclina hacia delante y se lo mete por completo en la boca mientras mira a su Amo directamente a los ojos. Sabe que lo que más le gusta a Él es la mirada de su sumisa cuando le chupa la polla. Él apoya sus manos en la nuca de ella y le empuja la cabeza contra su entrepierna hasta que siente sus labios contra el pubis y los huevos. Puta cruza las manos a la espalda mientras acaricia la polla de su Amo con la lengua dentro de su boca. Entonces nota como el miembro de Él comienza a crecer y el glande empieza a introducirse en su garganta. Empieza a lagrimear de nuevo por las arcadas pero se obliga a seguir con lo que está haciendo sin moverse. Cuando Él la siente completamente dura, suelta la cabeza de Puta.
- Puedes seguir furcia. Por ahora vas bien. -
Puta pone una mano en el culo de Él para atraerlo hacia sí y con la otra le acaricia suavemente los huevos. Al mismo tiempo comienza a balancearse sobre las rodillas adelante y atrás. Puta está concentrada en lo que hace procurando no rozarle la polla con los dientes. Lo hace lentamente hasta la misma base dejando que le entre hasta la garganta. Sabe que si no lo hace así, el le cogerá por el cogote y se la dejara un buen rato metida hasta el fondo sin importarle las arcadas. De vez en cuando se detiene en la punta lamiendo con ternura el glande y el frenillo, dejando que la lengua aletee un rato sobre ellos y aprovechando para mirarle a los ojos a su Amo. Después recorre todo el miembro con la lengua hasta la base y lame lentamente los huevos. Sube otra vez hasta la punta, la chupa con mucha suavidad y vuelve a empezar metiéndosela hasta el fondo una y otra vez. De repente Él le coge del pelo, le lleva la cabeza hacia atrás y le escupe un par de veces en la cara. Se queda un rato mirando como resbala su saliva por la cara de su puta y buscando un atisbo de desafío en la mirada de Puta.
¿Te gusta guarra? -
Si mi Señor -
Como sólo ve sumisión y aceptación le da un buen bofetón, cambia la mano con la que le sujeta el pelo y le da otra bofetada en la otra mejilla. Puta ve venir los golpes pero se aguanta el gesto reflejo de apartar la cara para no endurecer el castigo. Además las bofetadas de su dueño le hacen sentirse una verdadera puta y eso le humedece por completo.
¿Sigues disfrutando furcia? -
Sí, mi Señor - Y era cierto. Puta disfrutada muchísimo siendo usada de esta manera por su Dueño llegando a temblar a causa de los nervios y la excitación. Estaba completamente mojada y cachonda.
Pues sigue chupando perra. -
Puta vuelve a meter la punta de la polla en la boca y acariciarla con la lengua mientras mira a los ojos a su dueño. Él la mira y sonríe.
- Serás puta. -
Ella sonríe con la polla en la boca y asiente con la cabeza.
- Luego te voy a mear en la boca, furcia. -
Ella abre un poco los ojos simulando sorpresa mientras le acaricia el frenillo con la lengua. Luego se encoge de hombros y asiente sonriendo. Si su Amo y Señor quiere usar su boca para mear, quien es ella para negarse. Además no le disgusta, aunque le gusta mucho mas exhibirse meando para su Dueño, sobre todo por las posturas, los sitios y los momentos para hacerlo que Él le impone. Puta sigue chupando disfrutando del momento. En este momento ambos experimentan un éxtasis difícil de explicar.
La sensación de poder que Él paladea en ese momento por la dominación y humillación de Puta le produce un tipo de placer que va mas allá del meramente sexual del orgasmo, emborrachándolo hasta casi hacerle perder la conciencia. Y que le provoca síndrome de abstinencia y le pone de mal humor cuando pasa demasiado tiempo sin disfrutarlo. Aunque a veces llega a odiar su papel de dominante por todo lo que conlleva, la planificación, puesta en escena y la responsabilidad de controlar todos los pequeños detalles de los cuales una sumisa muchas veces no se percata excepto cuando no salen bien. Solo en estos momentos, con una sumisa bien adiestrada a sus pies y con la cual se compenetraba perfectamente se sentía completamente recompensado.
Por su parte, Puta, a pesar de no haberse corrido en toda la noche, del castigo y la humillación o precisamente por ellas se siente completamente excitada, tan húmeda que incluso tiene los pies sobre los que se sienta mojados por sus flujos, a punto de correrse sin ni siquiera tocarse.
Pero sobre todo se siente feliz, completamente realizada. Sabe por sus amigas que la mayoría de las mujeres se sienten satisfechas con una buena sesión de sexo con la persona que ellas elijan. Y que se escandalizarían de saber de los gustos de ella y se quedarían de piedra viendo alguna de las grabaciones que tiene de sus sesiones.
Pero al igual que Él, lo que siente en este momento va mas allá del simple placer sexual. Aunque su placer es tanto o más intenso que el de su Dueño, es completamente distinto, pues nace de satisfacer la para ella salvaje necesidad de sentirse dominada y usada. La placidez que alcanza al sentirse eximida de la responsabilidad de tomar hasta la más pequeña de las decisiones que le afectan mientras se halla bajo el dominio de Él, le produce una descarga de adrenalina que es sexo "normal" difícilmente puede igualar. Ese es el verdadero placer de la sumisión, abandonarse por completo, liberada hasta de sí misma. Pero también consigue gran placer colmando un deseo, a veces más intenso, que tiene de ser castigada y humillada, a causa del espíritu indómito que en ocasiones se rebela precisamente buscando lo que esta noche ha conseguido. A veces se pregunta quién controla a quién.
Él llega a atisbar en algunos momentos lo mucho que depende de su esclava y el poder que ésta ejerce sobre su Dueño y deseando que ella no llegue a ser consciente nunca de ello.
Cuando Él no puede aguantar más le coge la cabeza con ambas manos.
- Te voy a follar la boca zorra.-
Puta es una esclava bien adiestrada así que cruza las manos a la espalda y se deja hacer. En su coño empieza a sentir la necesidad de ser usada también por ahí. Él empieza con unas embestidas largas y profundas, pero según aumenta la urgencia de su deseo, estas se vuelven más rápidas. Cuando por fin eyacula, aprieta con tal fuerza la cabeza de Puta contra su entrepierna que esta no puede respirar apenas durante unos segundos y tiene que reprimirse para no adelantar las manos e intentar separarse, lo que le valdría otro castigo. Al sentir los chorros de esperma contra la garganta se concentra en tragarlo sin sufrir arcadas mientras los ojos le lloran abundantemente.
Él se queda con los brazos caídos a los costados sufriendo ligeros espasmos, restos del intenso orgasmo que ha tenido. Mantiene los ojos fijos en los de Puta, que le devuelve la mirada mientras apoya sus manos en las de su Dueño. Solo en momentos como estos puede ella iniciar el contacto sin ordenes de por medio. Mantiene el glande entre sus labios. Lo besa y acaricia con muchísima suavidad porque sabe que ahora mismo es extremadamente sensible y no quiere disgustar a su Dueño.
Él espera a que Puta haga lo que tiene que hacer. Mientras, le sonríe y le acaricia la cabeza y la cara. Ella busca su caricia con un leve movimiento mientras sigue chupándole. Puta se siente pletórica. Sabe que ha colmado los deseos de su Dueño y Señor y que él está satisfecho de su putita. Por eso desea enormemente hacer lo que se espera de ella. Echa ligeramente la cabeza hacia atrás para liberar la polla de su boca y luego se inclina para besarla. Puta sigue mirando a los ojos de su Dueño. Sabe que solo se le está permitido en momentos así.
- Mi Señor, le suplico que permita a su puta limpiarle los zapatos con la lengua. -
Él le mira con un gesto de indecisión y la mirada casi perdida. Puta comienza a desesperarse.
Mi Señor, se lo ruego, por favor. Lo deseo de verdad.-
Hazlo guarra.-
Puta se pone a cuatro patas, inclina la cabeza y empieza a lamerle intensamente los zapatos mientras la cadena de la traílla repiquetea en el suelo.
- Trabaja bien la unión con la suela, perra.-
Puta obedece y sigue un buen rato así hasta que Él deja caer un buen escupitajo en el suelo al lado de Puta. Esta lo oye caer y sigue lamiendo.
- Límpialo guarra.-
Esta vez Puta no lo duda ni un momento y pasa la lengua sobre la saliva de su Señor hasta que en el suelo solo queda una mancha húmeda. Entonces sigue con los zapatos.
- Ponte de nuevo en la primera posición de espera. Vamos zorrita. Y levanta la cara con la boca bien abierta.-
Ella obedece cerrando los ojos. Sabe lo que viene ahora. Él suelta un primer chorro de orina que no acierta del todo y cae sobre su cara y su cuello. Controla mejor la presión y dirige el chorro justo a la boca de Puta. Esta bloquea la garganta con la lengua y deja que la orina le llene la boca y se derrame sobre su cuerpo. Aunque es uno de los objetivos que tiene para ella su Dueño, aun no es capaz de tragárselo todo sin dejar caer una sola gota. Pero como Él dice, con tiempo.....Le encanta esa sensación de la orina caliente mojándole el cuerpo y formando un charco sobre el que ella esta arrodillada. Cuando Él termina cumple con lo que se espera de ella. Espera a que su Señor le diga que ha terminado, cierra la boca y se traga el líquido que ha quedado dentro.
Muy bien pedazo de puta, sigue con los zapatos.-
Permiso para hablar mi Señor.-
Dime zorrita.-
Su puta tiene ganas de mear mi Señor.-
Sigue con los zapatos.-
Ella obedece y cuando está en ello Él le da permiso. Cruza los pies calzados con unas sandalias de tacón mientras sigue chupando porque a su Dueño le gusta que se moje los pies cuando se mea encima para Él. Al principio le cuesta concentrarse pero consigue liberar el líquido de su vejiga que lanza a pequeños chorros. Alguno cae sobre sus pies aliviándola, y acaba en el charco sobre el que está a cuatro patas. Mientras, Él comienza a envolver la llave con la tira de tela. Cuando termina se mete el pequeño bulto en la boca para empaparlo de saliva. Se inclina sobre Puta. Con una mano se apoya en la grupa de su zorra y con la otra le hurga en el ano. Ella gime sorprendida y se encoge un poco. Él de da un azote y ella responde subiendo el culo y ofreciéndolo a sus dedos. Al tener que bajar un poco los hombros siente como sus pechos se mojan en el charco que tiene debajo y se le endurecen los pezones. Él va lubricándole el culo con los jugos de su propio coño. Cuando está lista se saca la llave envuelta en tela de la boca y se la introduce por el culo, empujándola todo lo que puede hacia dentro. Ni un gemido. Sonríe y se incorpora.
¿Están limpios ya guarra?-
Si mi Señor.-
Ponte en la posición de espera tercera.-
Ella obedece y apoya una de las mejillas en el suelo entre los pies de Él. Arquea la espalda hacia abajo y sube el culo todo lo que puede. Con las manos separa su carne más tierna. Su culo y su coño deben quedar totalmente abiertos y expuestos. Lo correcto es que se vea como los dedos se hunden en su carne con las puntas casi tocándose y mantienen la piel de esa zona tirante hacia afuera. Él coge el consolador que sobresale del bolsillo del pantalón y se vuelve a apoyar en la grupa de Puta. Por su forma no es lo más apropiado para usarlo en el culo, así que lo hunde varias veces en el coño de Puta y cuando está bien empapado de jugos empieza a meterlo por el culo de su zorra.
Puta empuja con las caderas contra aquello que intenta penetrarla. A pesar del dolor, con las puntas de los dedos casi metidas en su ojete, tira hacia afuera intentado dilatarlo al máximo. Al final el consolador comienza a entrar lentamente, Entonces el aparato comienza a funcionar y ella se relaja un poco y facilita que acabe entrando del todo. La sensación de llenado y la vibración que Puta experimenta la excita muchísimo y gime un poco. Cuando el consolador entra por completo, Él le ordena ponerse en la posición de espera cuarta en un sitio seco. Puta obedece y se pone tumbada boca arriba al lado del charco. Flexiona las piernas con las rodillas completamente separadas e intenta llevarlas a los pechos. Mientras pasa los brazos por dentro de las piernas y se abre el coño y el culo como antes. El consolador sobresale de su culo un par de centímetros. Él comprueba que las suelas de sus zapatos no tienen nada pegado o clavado nada cortante, pasando por ellas la palma de las manos. Las encuentra ásperas únicamente.
Coloca un zapato sobre la cara de Puta.
¿Vas a terminar de limpiarlos zorra?-
Si mi Señor.-
Puta coge el zapato con ambas manos y comienza a lamer toda la suela durante un buen rato.
- La puta ha terminado de limpiarle la suela de su zapato mi Señor.-
Él apoya ese pie en el suelo y presenta el otro zapato a su propiedad. Cuando termina ella se lo anuncia y Él apoya ese pie en las tetas de Puta mientras se guarda la polla y se sube la cremallera.
¿Estás bien zorrita?-
Si mi Señor.-
No sé si quieres seguir....-
Mi señor, usted sabe que soy de su propiedad y puede disponer de mí como guste.- Él quita el pie de encima de Puta y se queda de pie a la cabeza de esta.
Tienes metida la llave de casa en el culo puta. Cuando me marche te masturbaras hasta correrte al menos una vez. Luego vuelve a casa, ¿de acuerdo putita mía? -
Si mi Señor.-
Él se arrodilla a un lado de la cabeza de Puta y le besa largamente en la boca.
- Has sido muy buena preciosa. Estoy orgulloso de ti. De verdad.- Ella le sonríe y Él le da un beso en la frente antes de irse.
Cuando Puta se queda sola se incorpora y en cuclillas se saca lentamente el consolador del culo. Tiene la esperanza de que la llave salga también pero no es así. Se hurga un poco con los dedos en el culo pero no consigue nada. Se dirige hacia la puerta de la azotea que su Dueño dejo abierta y baja un tramo de escaleras. Al llegar a un descansillo se pone de nuevo en cuclillas y comienza a masturbarse. Al principio se mete un dedo en el culo y con la otra mano se acaricia por delante. Cuando está bastante excitada coge el consolador del suelo y comienza a frotarse con él la vulva. Tarda poco en sentir como se acerca el orgasmo y cuando lo hace es tan intenso que cae sobre las rodillas y se apoya con una mano mientras que con la otra sigue acariciándose con el consolador alrededor del coño.
Cuando se relaja vuelve a hurgarse en el culo con los dedos y consigue tocar la llave pero no sacarla. Se queda en la oscuridad esperando pero la tensión de la sesión, los picos de placer y dolor pasan factura y se hunde en una modorra que le cierra los ojos. Se encuentra agotada, tanto que cuando le vuelven las ganas de mear, lo hace en el sitio sin moverse. Va a ser una noche muy larga.
Puta se despierta. No sabe cuánto tiempo ha pasado. Ha acabado medio sentada en un charco de orina fría. Le ha despertado el ascensor. Llega a su piso, un tramo de escaleras por debajo de donde ella está ahora. Le ilumina el resplandor de la luz de su descansillo.
- Joder...-
Espera que no le dé a nadie por tender la ropa de noche. El vecino entra en su piso y después de un rato Puta se acuerda de la llave. Intenta cogerla metiéndose un par de dedos a la vez que hace fuerza hacia fuera. Esta vez lo consigue. Con tanta humedad la tela ha formado un paquete compacto alrededor de la llave. Lo intenta pero no consigue deshacer el nudo que cierra la tira de tela. Al final Puta tiene que utilizar los dientes y consigue liberar la llave.
Se dirige muy despacio hacia su puerta atenta a cualquier ruido que le obligue a esconderse. Al final entra en su piso y se queda de piedra. Él aún está allí. Las piernas casi le fallan. No cree que pueda continuar con la sesión y el ha debido oír la puerta, así que se dirige hacia los ruidos en la cocina y se asoma tímidamente.
- Mi Señor....- Él se gira.....y sonríe.
-Hola Guapa. ¿Terminamos, de acuerdo? - Se acerca a ella y la coge por la cintura. Y la mira con curiosidad.
¿Bien?- Ella le rodea el cuello con los brazos.
¿Bien? Joder la próxima vez no hace falta que me "sorprendas" tanto con el final. Ya te vale. Me he pasado media noche en la escalera.- Juan la mira sonriendo.
No exageres, solo has estado media hora larga. ¿Pero te ha gustado todo? - Juan pega su mejilla a la de ella, le besa el cuello y vuelve a mirarla a los ojos.
Sabes de sobra que si, aunque el final......- Juan simula cara de sorpresa.
¡Oye!...Pero si te di la oportunidad de dejarlo...- Ella le mira con asombro.
Tendrás cara. Si lo llego a hacer, ¿me hubieses castigado por desobediente, capullo!- Juan se ríe.
Claro!......bueno solo un poco.- Se inclina sobre ella y la besa en la boca.
He hablado con la Abuela, puedo pasar mañana a recoger al crio, ¿vale?- Le vuelve a besar.
Mmmm....vale....Te voy a manchar. Estoy muy sucia.- Juan se aparta y le da un cachete cariñoso en el culo.
¿Te duchas? A la cena le falta poco. Y te la sirvo en el sofá, vale...- Ella sonríe y asiente.
Solo tardo un minuto.- Cuando él se da la vuelta, ella le da una colleja y sale disparada hacia la ducha.
¡TU LA LLEVAS!-
FIN
Avilés, 19-04-2009
Neuromante
cronopaisaje@hotmail.es