Tu corazón en la frente 3
Que por las noches me escondo para no hayarme tu boca, que ya no me reconozco, cuando me pierdo en tu sombra, que solo soy un fantasma...que vulnerable te nombra.
Tu corazón en la frente 3
Ok, dime ¿Qué pasa? Dije al salir del cuarto. Alicia yo ya lo sabía. * ¿Qué sabias? * Que mi hermano te engañaba. Dice bajando la mirada. * ¿Cómo? Explícate. * Yo los pille, como tú hace un mes más o menos. Sigue sin poder miarme. * ¿Y no me dijiste nada? Digo en un tono obviamente molesto. * No sabia cómo y además, el me pidió no decirte nada. Levanta la cabeza. * Entiendo. Era preferible traicionarme a mí que a el ¿no? Le reprocho. * Eso no es así. Sabes que yo no te haría eso, pero es mi hermano. * ¡Y yo tu amiga! Digo exasperada. * Lo se, pero entiéndeme no sabia ¿Qué hacer? De una u otra manera traicionaba a alguien. Intenta justificarse. * ¡¡Me engañaba, Alejandra!! Eso no es algo noble. * ¡Lo se! Me dice casi gritando. * Mira, mejor ya déjalo así. Ya esta echo. Me voy a caminar un rato. Me doy media vuelta hacia la puerta. * Pero Alicia su vos suena demandante. * Chao. Le respondo con firmeza. * ¡No te vayas así! Me pide. * No se de que otra manera tengo que irme después de escucharte. * ¡Perdóname! Yo sabía que estarían aquí. Por eso te traje. * ¿Qué? * Creí que así no traicionaría a nadie. * Pues creíste mal. Hubiera preferido no verlo, Alejandra. Le reprocho otra vez. * ¡Ya lo se! * Me voy. No quiero seguir hablando contigo. Le digo con dureza. * Lo siento. * Eso ya no importa. Lamentar no ayuda en nada. * Alicia otra vez esa vos suplicante. * Ya déjalo ¿quieres? Digo intentando no flaquear. * No quiero. Quiero que me entiendas y me perdones. * Eso no va a pasar ahorita y lo sabes. * Pero intenta acercarse a mí. * Pero ya me voy. Chao. La interrumpo y abro la puerta. * ¡No te vayas! * ¿Por qué no? ¿Me dirás algo mas que no se? ¿Tienes otro secreto para decirme? * Yo mira el piso de nuevo. * Ya ni quiero saberlo. Nos vemos. Le anuncio antes de cerrar la puerta detrás de mi. * Esta bien. Le oigo a lo lejos.
¡Ella lo sabía y no dijo nada! Dejo que siguiera sintiéndome miserable por terminar con Esteban creyéndolo persona. Es increíble que después de conocernos por tanto tiempo haya elegido mentirme a mi, por el, sabiendo que el estaba mal. ¡Joder! Como me molesta eso, no me lo puedo creer ¡¡dos en un día!! Primero Esteban y ahora ella. ¿Cómo me fue a fallar de esa menara? Yo confiaba en ella más que en nadie y me sale con esto. Ahora entiendo porque no me dijo nada cuando le dije que terminaría con su hermano. Se quedo quieta sin hacer ni preguntar nada, cuando el; ¿Cómo? y el ¿Por qué? Siempre están en sus labios.
¡¡¡¡Aggggg!!!! Me dan muchas ganas de ¡ahhh! mejor me doy una vuelta por el parque, son casi las 9 de la noche y, no habrá mucha gente dando vueltas por ahí. Necesito pensar un poco en todo esto antes de aunque su vos y expresión me decía que estaba angustiada, preocupada, pero no esta no se la perdono tan fácil ¡¡Se paso!! Al igual que su "correcto hermano" ambos me dieron por la espalda en conjunto.
- ¡¡Fíjate por donde caminas!!
- Perdón, perdón ha sido mi culpa. Digo mirando el vaso de plástico en el suelo.
- Es lógico que lo es, Alicia. Me dice la mujer.
- Señora tecnóloga. Le digo levantando mi cabeza.
- Señorita Alicia. Me responde con ironía.
- Lo siento. Esta vez la culpa fue mía. Me disculpo.
- ¡Eso esta mas que claro! Me has derramado todo el café encima. Dice mirándome a la vez que se mira su blusa manchada.
- Bueno, técnicamente fue usted misma. Yo solo la ayude un poco. Digo un poco en broma.
- ¿Qué? ¿Es que estas insinuando que es mi culpa? Me dice frustrada.
- No, no ¿Cómo se le ocurre? Respondo sarcástica.
- Me estas tomando el pelo Levanta su mirada.
- Tampoco, pero me disculpo. No fue mi intención que usted se derramara el café en su ropa. Lo siento. Le digo divertida por su expresión.
- ¡Vaya! Sabes pedir disculpas. Me dice sorprendida.
- Si, aunque no puedo decir lo mismo de otras personas. Digo mirándola directamente a los ojos.
- ¿Qué quieres decir con eso? Dice acercándose a mí.
- Nada. La dejo señora buenas noches.
- Buenas noches señorita.
- ¡Vaya! Vuelve a tratarme de usted estamos progresando.
- Ahhh comienza a decir.
- No se esfuerce, señora. No me va a ganar. Digo interrumpiéndola.
- Pero ¿Quién demonios te crees que eres? Me pregunta irritada.
- Pues Alicia ¿Quién mas? Le respondo divertida.
- ¿Siempre tienes una respuesta para todo? Me pregunta en vos baja.
- No siempre, señora. Solo digo lo que pienso y ya.
- Eres irrespetuosa al hacerlo. Me comunica.
- Eso es solo se le figura a usted.
- ¿Qué dices?
- Lo que escucho. La dejo me voy a mi casa porque me están esperando.
- ¿Tu novio? Me pregunta frunciendo la ceja.
- No.
- ¿Novia? Se atreve a preguntar.
- Quizás. Dije y me sorprendí a mi misma.
- ¿Eres lesbiana?
- Eso, señora - la mire un segundo. no es algo de su incumbencia. Termine por decirle y me di media vuelta hacia mi casa.
- No has terminado de hablar conmigo ¿Dónde vas?
- A mi casa. Y si, hemos terminado de hablar chao.
¿Por qué le habré dicho "quizás"? Yo no tengo novia. Aunque no entiendo la curiosidad de ella por saber eso ¿Lo será ella? No se y, francamente me da lo mismo. Lo que si no le permitiré es meterse en mis cosas como pretendió hacer recién y, para peor se lo permití. Es rarísima esta mujer. Muy cambiante en cuanto al humor, pasa de la irritación a l amable en segundos y con facilidad ¡Es muy extraña! Pero en fin, me causa gracia el hacerla enojar. Su expresión de "no tengo idea" es muy cómica.
Mejor me apuro, van a ser las 11 de la noche y es algo peligro la calle a esta hora. Además, Alejandra debe de estar preocupada por mi, pero debería dejarla al final que es por su culpa que me siento así. No tengo humor ni para decirle "hola" me siento desanimada y desilusionada. Se me bajo del pedestal ella y su hermano, pero no puedo omitir la preocupación de su vos al pedirme que no me fuera quizás fui muy dura con ella. Quizás de verdad no sabía como proceder con todo. No se, pero me lastima su traición hacia mi me lastima mucho.
Al abrir la puerta, estaba todo oscuro. Ya iban a ser media noche, pero por lo general las luces están aun encendidas a esta hora, mmm....
- Tal vez salio. Dije con la vos baja.
Cerré la puerta con llave antes de encender las luces del pasillo. Luego me voltee para dejar las llaves colgadas en la pared a un lado de la puerta y me encamine en dirección al sillón, donde hace unas horas atrás vi a Esteban con esa mujer. Busque el interruptor y al hacerse la luz la vi. Dormida en el sillón al lado de la ventana que dada al patio. Estaba e posición fetal, acurrucada no puede evitar quedarme mirándola por unos minutos. Siempre con esa sonrisa a medias que tan bien le conozco, que tanto me derrite. Al punto de concederle todo, aunque no me pida nada ¡Es genial!
Me encamine hacia la ventana y la cerré. Se le ponía la piel de gallina con el aire fresco que entraba. Luego di unos pasos mas hacia el sillón en frente de de ella y me senté en el a mirarla. Necesitaba descubrir como es que me había enamorado de esta manera tan fascinante, saber porque su expresión me conquista y seduce así, al punto de embobarme y me acerque a ella. Me arrodille a su lado, le quite un mechón de su cabello liso y negro de la cara. Vi sus pestañas largas, sus labios entreabiertos y desee poder besarla, pero no me atreví. Solo deslice un par de dedos por sus labios y luego me levante para coger la cobija que estaba en el respaldo del otro sillón.
La sentí removerse un tanto antes de dejar caer la cobija en su cuerpo para evitar que se enfermara por el frío. Aun me sentía enojada con ella, el echo de que ella supiera del engaño de su hermano y No me lo hiciera saber me irritaba mucho todavía, pero verla así dormida, con frío y acurrucada, como buscando calor, me debilitaba todo los pensamientos irritables que pude haber sentido hace unas horas atrás.
* ¿Por qué tenias que ser justo tu la que me mintiera? Pregunte en vos baja . * Perdóname, por favor. Dijo y me sorprendí. * ¿Hace cuanto estas despierta? Me apresure a preguntar. * Unos minutos. Me dice levantándose, poniéndose a mi altura. * ¡Y otra vez no dijiste nada! * Perdóname, por favor ¿si? * No quiero hablar de ello ahora. * Alicia, yo no puedo estar bien si tu estas enojada conmigo. Dice bajando la vos. * ¿Qué dices? ¿Por qué no puedes? ¿Qué quieres decir con eso? Pregunto apresurada. * Yo solo no quiero que estés enojada conmigo. * ¿solo eso? Intento curiosear. * No. Dice mirándome. * ¿Entonces? * ¿Por qué acariciaste mis labios mientras dormía? Pregunta acercándose a mí. * Fue un impulso. No debí hacerlo discúlpame. Trato de dar por terminado el tema. * ¿Qué te llevo a ese impulso? Insiste. * ¿te molesto? Digo mirándola a los ojos. * No me respondas con otra pregunta. * ¿te molesto? * No. ¿Por qué lo hiciste? Vuelve a preguntar. * Porque lo deseaba termino confesándole. * Me voy a dormir. Hasta mañana. Termino diciendo ante su silencio. * No te vayas * ¿Por qué?
Sus manos en mi rostro y su respiración en mi mejilla me respondieron sin necesidad de palabra alguna y el aire de un suspiro fue la guía de su camino a mi. El calido rose de su cuerpo contra el mío, sus rodillas tomando contacto con las mías, sus dedos escabulléndose por mi cabello suelto y el contacto delicado de sus labios en los míos me hicieron paralizar