Tu cercanía es mi hoguera

La tensión sexual por fin se termina...

Tu cercanía es mi hoguera

Mis compañeros del grupo de trabajo al que invite un gran amigo que conocía de hace algunos años encajo muy bien con platica y excelente presencia, Leonardo es un hombre con mucha conversación, muy coqueto y atento con las mujeres, es muy difícil de dejar de notar en algún salón, reunión o evento social, tengo 28 años y él me lleva por 10 años.

Dieron más de la 1 de la madrugada y las cosas parecían no tener fin, entre risas, los dueños de la casa parecían encantados con la presencia de Leonardo, entre historias y anécdotas, les interrumpí para comentarles que ya era tarde y al día siguiente teníamos un viaje de tres horas a Cancún, así que acompañaría a Leonardo a su hotel y lo acompañaría para que llegará con bien, aún ebrios y yo con poco vino en las venas.

Sólo tome mis cosas, llegó nuestro uber que nos estaba esperando en la puerta, subí y ya abordo Leo comenzó a platicarme más de sus historias llegando al hotel, desde la recepción se escuchaba la voz y la guerra de chistes que daba a los pocos dependientes del hotel y la recepción, siempre de buen humor y muy agradable, fue toda una completa odisea cruzar por el lobby del hotel y llegar a los elevadores, hacia calor en Mérida y una rica humedad, se antojaba cerrar con una bebida fría en la habitación, así me lo repetía Leonardo mientras subíamos por el elevador.

Entre más chistes risas y bromas entramos a la habitación, abrí entramos y Leonardo de forma automática se escurrió en la única cama de su habitación, bastante lujosa de costumbre el buen gusto que este tipo tenía para la vida, de inmediato prendí todas las luces, sin dejarme reaccionar me pidió su bebida fría, así que le preparé algo de tequila, agua mineral y sobre todo hielo, dos bebidas corrieron desde el bar de la habitación.

Sonó mi teléfono, le pedí que me disculpará para poder atender la llamada, era mi nena que llevamos unos años viviendo juntos, me preguntó dónde estaba.

Hola cariño, estoy en el hotel de Leonardo, se puso algo inconveniente y no tuve el corazón de dejarlo que se fuera solo a su hotel, mañana saldremos a Cancún por carretera, nosencontramos allá amor.

Colgué el teléfono, cuando voltee vi a Leonardo muy sonriente, sólo esbozó una mueca que me dio risa, Adriana siempre decía que me imaginaba que yo iba a ser como Leonardo en unos años más, Leonardo siempre ha chuleado a Adriana, dice que los dos hacemos una pareja tan hermosa, y más que por sus 24 años y su piel tan blanca parecemos dos piezas de porcelana para coleccionar, que adornaría la sala de estar, Leonardo es un gran amigo.

Tomó su bebida de golpe, diciendo que era refrescante, caminando hacia el cambiador de la habitación se fue desnudando, quitando la camisa, mientras me gritaba que le prepara otro trago, el ultimo de la noche, así que le hice caso, lo que yo quería que ya se acostará, teníamos un día importante mañana y viajar en carretera me da mucha responsabilidad.

Salió solo en bóxer negros acercándose para poder beber su último trago, brindamos, y me pidió que no lo dejara beber solo, que eso no es de amigos, entre bromas fueron una tanda de tres tragos más, confesándome que no me preocupará, que necesitaba estar relajado y que contrato un chofer para que nos llevara a Cancún y nuestros compromisos, a lo que me quito un peso de encima, así que me relaje un poco y pude disfrutar de los últimos chascarrillos de Leonardo mientras se metía a la cama, le pedí una toalla o una cobija para poder dormir en el sofá.

No seas tonto, no te voy a dejar que duermas allá, no eres mi perro, duerme como la gente, anda apaga la luz y vamos a dormir.-Me dijo acomodandose en la cama -

Me pidió que durmiera con él, me dijo que no habría problema en dormir en la otra esquina, sin darme pena ni apuración, comencé a desnudar quedando sólo en bóxer blanco, busque las luces, las apaga y sentí como cada quien se acomodaba en la cama. Sin tener que esperar tanto sentí como el silencio de la habitación me ayudo a quedarme dormido y quedando profundamente dormido empecé a soñar.

No sé a que horas desperté entre sueños, sintiendo que el bóxer explotaba con mi deseable erección, sin tanto hacer aspavientos me agarré la verga por arriba de la ropa y medio pude sobármela para luego quedar otra vez dormido.

Había trascurrido poco tiempo cuando me desperté con la sensación exquisita de una mano se apoderaba de mi tronco y lo tocaba de arriba para abajo, entre el vino y lo adormilado dejé que continuará, eché la cabeza hacia atrás sin cuestionarme tanto, deje que Leonardo continuara. Sentía deliciosos, y entre esas delicias fue que poco a poco fui despertando mi conciencia.

Haciéndome el dormido lo deje accionar, jugar ser aquel que diera el primer movimiento a una tensión sexual que llevaba varios años, de piropos y de muestras de cariño entro los dos, esto iba a ser grande, me abandone en el juego, era yo su antojo y su juguete. Entre apretones y sobadas sentí como me jalaba un poco el bóxer dejando libre mi verga completamente dura, fue suave que posó su mano sobre éste, sentí como se arrastro un poco más por la cama para acercarse más a mí.

Venacá mi nene-Me dijo-

Su mano experta comenzó a moverse con delicadeza muy exacta y deliciosa experiencia, él sabia justamente qué hacer conmigo, tan beatiful, tan testy, me dejó completamente inmóvil a tanta maestría, estaba tan excitado que me costaba trabajo pasar saliva, sentía apretada la garganta, la mano de Leonardo se movía irresistible, pude percatar que con la otra mano buscaba bajarse los bóxer negros para poder liberase, daba pequeños saltos para poder liberarse por completo, dieron la señal perfecta unos gemidos unos movimientos de la cama para darme cuenta que Leonardo se estaba masturbando, mientras yo muy tonto seguía haciéndome el dormido.

Después de una pequeña tregua, sentí que Leonardo se arrastraba más hacia mí quedando casi enredado entre mi pierna y sintiéndolo encima de mí, que en realidad se acomodaba en mí, luego supe para qué... Ya casi sobre mí tomando con su calidez de mano y aliento, se introdujo mi poro en su boca, sentí un calor difícil de describir, su lengua se retorcía buscando cada uno de los contornos de mi verga... y sus labios se hacían chupón deliciosamente adhiriéndose en mi piel junto con los empalagosos sonidos de la respiración, la saliva el aire el deseo y las onomatopeyas inmorales con su voz profunda, gozoso de probarme, de lamerme. Ya mi agitada respiración era notoria no pude evitar soltar un leve gemido, Leonardo no dejaba de chuparme.

Mis caderas desnudas buscaron moverse para poder levantarme y fue cuando sentí sus manos apretar mis nalgas, las busco, las apretó y acariciando, me estaba llevando a lugares que Adriana no podría.

Su boca se adaptaba a mi, de hombre a hombre pero esta condición la verdad nunca la tome en cuenta en ninguna fantasía, sólo me encantaba ver a Leonardo y sentir su coqueteo como un juego que nunca ocurriría, flotando me deje llevar, su deliciosa felación me daba lo más hermoso y erótico de Leonardo me sentí tan deseado con los sonidos que se despedían de la ronca garganta, me quería beber hasta la última gota, poco a poco sentí que mi calidez en borbotones de leche salían disparadas increíblemente mientras él en la excitación de verme en el cielo, tomaba el tronco mientras intentaba beber al intentar que nada se desperdiciaba, estuvo jugando como niño con su comida, embadurnado su labios mezclándolos con saliva desobediente de su boca a mi miembro de sus dedos en los brillos de la oscuridad que me hacían dar pequeños colapsos de felicidad para caer entre las sábanas blancas de un hotel entre la península de Yucatán.

Entre mi leche y la perdida de la dureza, no tuve tiempo para reponerme cuando me di cuenta de lo que seguía, Leonardo se emparejo entre el desorden de la cama, sintiendo la dureza de tu daga entre mi muslo, entre esta deliciosa madrugada. Sentir su cuerpo excitado Leonardo entre una risa maliciosa se aproximo a mi oído, fue como un auto reflejo que mi mano derecha busco tocarlo, sujetarlo por el tronco de su miembro, palpitaba parecía que se movía con propia voluntad, los gemidos se hicieron más intensos, Leonardo perdió el control, su cabeza se hundía en su almohada mientras podía jugar con él, ahora era todo mío, entre lo que escuchaba y lo poco que podía ver por la luz del exterior comencé a sentir excitado otra vez y con una erección que brillaba en la oscuridad, me sentía un niño jugando con un adulto... o tal vez el adulto quería jugar más a ser mi juguete.

Me moví entre lo que ahora es el tablero de mis fechorías, hincado frente a él, un poco temeroso abrí la boca y deje que las cosas tomarán su lógica, sentí la punta de su rica cabeza, rosando mis labios entre su glande, cada forma se adaptaba mi lengua a él, su sabor me parecía invasor y sin asco sentí cada milímetro de su piel, Leonardo empujó su herramienta al interior de mi boca su larga y fina la abrase con mi lengua no la quería soltar era un vicio que no quería dejar de saborear, un manjar que me regalaba los sonidos animados de Leonardo que me invitaban a no parar. Poco a poco, sorbo a sorbo, lengüetazo a lengüetazo se perdieron de su sabor mientras las convertía en más largas y profundas lamidas, suaves cerrando su superficie suave y dura a la vez.

Sin darme tiempo hacerlo terminar, Leonardo se tomo de mí, mi verga estaba dura como en un principio, me comenzó a masturbar mientras con su mano izquierda me acerco a él, mientras frentes estaban pegadas, los dos jadeando como locos, con ganas de más, estaba excitado al cien.

Duro como antes intente mamarlo un poco más, Leonardo me aparto de él.

Espera,necesito algo para los dos, quiero algo más de ti.-Me dijo apurado -

De un salto Leonardo se escapo hacia el baño, sin tardar ni darme oportunidad a recuperarme, solo lo vi saltando desnudo, llegando de nuevo a lado de la cama, sentí de pronto la luz de una lampara, pequeña e indiscreta, la bribona que ha mirado miles de orgias y lo que ha escuchado esa pequeña lampara, un luz tímida me dejo verme excitado con la tranca a mil dura y lista, Leonardo estaba igual, dejando un pequeño bote en la cama, busco acercarse de nuevo, poniendo su propia saliva en la mano la dirigió hacia mi verga se sentía muy diferente y delicioso, me chupó con frenesí. Lo que me hizo gemir mas fuerte de inmediato su cara me busco, me pidió que aguantara que aun no me viniera. Con las dos manos busco mi nuca, me acerco apasionadamente a él, estaba perdido en sus ganas, me beso tierno fuerte sentí su cara contra la mía mis manos buscaron rápido su cintura, busque su verga, estaba duro, Leonardo me hizo que retrocediera dentro de la cama, retrocedí en la cancha mientras Leonardo se acomodaba, y vi la intención, a lo máximo que llevaría esto, Leonardo no tenía miedo, quería más delicias, quedando frente a mi de espaldas vi como buscaba con desesperación el pequeño frasco que trajo del tocador, lo abrió me lo dio, era un frasco de crema lubricante para piel.

Te quiero dentro de mí.-Me dijo excitado-

Me dijo mientras sin contestarle solo moviendo la cabeza para afírmale puse lubricante en una mano, busque abrir su nalgas, Leonardo gimió como una chiquilla, estaba más que excitado, estaba loco, perdido ausente de aquel don juan que admiraba, pero aun así me encantaba, él mostrándome el culo, yo acomodándome detrás de él, acariciando su culito con mi dedo, tome con la mano llena de lubricante mi verga, me masturbe un poco, la sensación era alucinante, Leonardo con su mano derecha abrió un poco sus nalgas, me acerque más con mi verga apuntando a su culo, mi glande sintió su orificio tan indefenso, empuje y la cabeza se introdujo lentamente, mi frente callo en su espalda al sentir el calor que me invadió mi pene.

¡Más!...¡Más!-Me rogaba suplicando -

Me invito a continuar penetrando, empuje más y logre sentir la mitad de mi barra dentro de él, era delicioso en realidad delicioso. Lo logre, por fin se lo clave completamente y sin moverme me quede así jadeándole en su nuca, sentía el abrazo de su culo a mi verga, esa sensación difícil de explicar, con mi mano derecha tome su hombro y así comencé a moverme atrás y delante, nuevamente, sin pausas con ritmo de nuestros sonidos.

La mano izquierda busco mi mano en su hombro... me pidió una pausa, ligera como una pluma, mientras se acomodaba, para ser él, que controlará cada arremetida, era él mi péndulo de placer.

Era tan rítmico y la sensación de sus paredes a cada exacerbado movimiento pronto me llevó a perderme en el mar del gozo que no pude estar inmóvil, tuve la necesidad de ser yo el que más violento busque estallar en su interior darle una descarga de leche caliente que se regaba hasta el fondo de sus entrañas, una sensación que me hizo perderme en gemidos y movimiento de cadera con más impaciencia para tratar de sentir cada sentimentero de  su culo, penetrarlo una y otra vez con disparos que se producían de mi leche, de mi pasión... rendido encima de leonardo mientras mi verga salía de él, su culo dilatado deslizaba ríos de leche, que ahora era de él.

BANDA SONORA : (Monsieur Periné - Tu M'as Promis)

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