Tu Amante Secreto

Tus pechos, dorados como el atardecer, tu vientre, suave como las nubes, tus labios, dulces como el néctar, rojos como cerezas.

Acabas de regresar de la escuela. Todo el día has pensado en mí. Al llegar, te das cuenta que de nuevo estas sola.. Tienes la casa para Ti solita, para saciar tus ansias, tus ganas de mí. Te diriges a tu recamara. Sientes el calor de tu cuerpo y quieres calmarlo, darle lo que te pide, lo que necesita. Llevas esa blusita azul del cole, que a veces es marrón y otras azul, como hoy. Sientes que la ropa te estorba, que la tela del sujetador te lastima los pezones.

Tienes las bragas empapadas. Sientes tu sexo hirviendo, no sabes como has aguantado el no tocarte en el cole. Todo ese tiempo fue un martirio. Has estado soñando lo que tantas veces te he dicho. Lo que deseas se haga realidad.

¿Aun me deseas cariño? ¿Aun sueñas con mi cuerpo?

Tus ropas ahora están en el suelo, víctimas de tus ansias desesperadas por tu cuerpo. Ese cuerpo con el que sueño. Tus pechos, dorados como el atardecer, tu vientre, suave como las nubes, tus labios, dulces como el néctar, rojos como cerezas.

Tocas tus pezones, erectos, sensibles, que te piden atención. Los pellizcas, los rozas, los frotas fuertemente. Bajas tu mano hacia tu sexo, recorriendo tu suave piel, sientes el calor de tu cuerpo, el calor de tu sexo, que palpita y ruega por tu atención. Lo tocas y descubres que sigues muy mojada, más que al principio. El pensar en mi te pone loquita. Imaginas que tus manos son mis manos, que te tocan, que disfrutan del secreto de tu sexo, que se mojan con el fruto de tu placer. Te frotas el clítoris ahora, susurras mi nombre, sientes mis manos en Ti.

Te imaginas que estoy entre tus piernas, sorbiendo tu placer, dulce como lo imaginé muchas veces, cálido también. Todo un manjar. Subo a tus pechos, los beso y los muerdo. ¿Sabes que me encanta tu piel? Esa piel morena. Tersa. Que tiene un sabor que no había probado nunca en mi vida.

Ahora te frotas más rápido, quieres sentirme dentro de ti, quiere que te haga mujer de una vez por todas. Lo deseas con toda tu alma. Me muerdes, me rasguñas y te desesperas. Pero yo quiero ir más lento, disfrutar de tu cuerpo con el que tanto he soñado. Déjame a mí disfrutar ahora, saciar mis ganas de Ti. Colmarme con tu sabor a mujer. Sabes que he soñado con este momento muchas noches. Por favor, déjame hacerlo. Te prometo que no te arrepentirás. Serás bien recompensada.

Ahora te tocas los pechos con más ansias, con más deseos. Tus placer ya no se conforma con frotar tu clítoris, quieres más, sentir más. Ahora tus dedos sienten tu calor, la fuente de tu placer, invaden tu intimidad una y otra vez, cada vez más rápido. Gimes, jadeas, dices mi nombre.

Te escucho y me dejo llevar por la ola de placer que te invade, vamos, soy yo quien te lo da. Me siento bien, contento, es una dicha poderte ver, en el momento más intimo para ti. En el momento que te desconectas del mudo para morir un instante, para tocar el cielo.

Dios, tu olor es tan embriagante, es tan adictivo, ¿Cómo me has podido negar todo este tiempo el poder olerte, el poder probarte? Estallan en tu mente mil estrellas, sientes una ola de placer que te ahoga, el abrazo del amor. El sudor baña tu piel dorada, haciéndola aun más hermosa y apetecible. Te quedas callada al igual que yo. Silencio absoluto que solo es interrumpido por el sonido de nuestra respiración. Me abrazas, te abrazo. Nos besamos.

Abres los ojos y ya no estoy, te sientes morir, lloras, por que descubres que todo ha sido, fruto de mi imaginación.