Me gusta

Me gusta que estés siempre ahí, a mi lado. Me gusta que seas mi sombra y me gusta ser la tuya. Me gusta adivinar lo que piensas y acertar, a veces. Me gusta que sepas qué ocupa mis pensamientos, tan claros para ti como leer en un libro. Me gusta saber todo porque todo eres tú. Me gusta tu boca, curiosa, mentirosa, golosa y sobre todo profunda. Tus dientes, duros, suaves, fuertes. Tu lengua, a veces tan suelta, a veces tan ocupada, pero siempre dulce. Me gustan tus manos, tus dedos cortos y fuertes, tus uñas largas, que me roban la sangre que corre por ti. Me gustan tus brazos, fuertes y firmes. Me gusta sentirme estrechado por ellos, a salvo de todo y todos. Me gustan tus pies, perfectos, tus piernas, tu espalda hasta donde deja de serlo y también ahí, mucho más ahí. Tus pechos, que recojo en las manos, los yergo y admiro, que saboreo. Me gusta que estés siempre húmeda, preparada. Que no tenga que pedir nada, porque ya me lo has dado, porque lo quieres aún más que yo mismo. Me gusta tu sexo, hambriento. Me gusta cómo ordena a las piernas, que por perfectas no dejan de serlo, apartarse, dejar paso para poder ser profanado, comido, ultrajado, babeado y aún así, adorado.

Me gusta estar dentro de ti. Que me mires con satisfacción al notar el glande en la garganta, tus labios en mi pubis y la lengua abrazada con fuerza al tronco. Preparada para tragar todo lo que pueda darte. Me gusta que te guste mi sabor tanto como a mí el tuyo. Que quieras violarme y lo consigas. Notar tus dedos en mi interior y hasta tu puño, no por pequeño menos duro, buscar mi punto de placer.

Me gusta saber que somos dos y somos cuatro y somos uno. Que siempre has estado aquí y siempre estarás. Que podemos serlo todo porque sin ti no voy a morirme, pero no podría vivir ¿Qué vida es vida sin vida?

Porque llevamos más de medio siglo conociéndonos y todavía nos sorprendemos. Sabiendo como sé de tu sabiduría y aún me sorprendes con tus alegrías, tus risas y tus ganas de vivir. Tanto como tú cuando me admiras, cuando veo el brillo de tus ojos al mirarme, tu sonrisa al escucharme. Tu mirada al despertarme.

En el útero nos conocimos, nos amamos y desde entonces no puedo imaginar a nadie mejor para estar a mi lado, a su lado.