TRIVIAL FOREPLAY juegos estimulantes preliminares

Mariano quería que le prometiéramos que iríamos hasta el final una vez que hubiéramos empezado el juego.

- ¡Hola tita! ¿Está el primo en casa?

Esa fue mi entrada esa tarde en el piso de mis tios. Mi tia Candela estaba superarreglada, ya preparada para salir y al verme se acercó, me dio un beso y me dijo:

- Está terminando ya de ducharse, supongo, porque lleva ahí un buen rato. Me coges a punto de salir Ismael. Voy de compras con mi amiga Rosana y luego tomaremos algo por ahí. Si quieres quedarte a cenar he dejado una tortilla de patatas y unos bistecs de pollo empanados. En el frigo tenéis también queso y algo de charcutería. ¡Recogedme bien la cocina después!

- ¿El tito no está?

- Se fue a casa de Mariano (era el vecino del segundo) y cuando se junta con su amigo pueden pasar allí horas perdiendo el tiempo juntos. Bueno cariño, me voy, recuérdale a tu primo que ……… y seguía hablando escaleras abajo, aunque yo ya no podía oírla.

Me dirigí hacia el cuarto de baño y entré sin avisar. Mi primo José estaba ya fuera de la ducha secándose con una toalla grande de baño. Enseguida se tapó sus partes.

-¡Como siempre te pillo sin estar preparado! – Le dije.

-¿Qué pasa? ¿Qué no sabemos llamar?

-¡Qué mosca te ha picado ahora! ¡Pero si nos vemos desnudos todas las semanas en los entrenamientos!

-Pero no es igual, coño.

-Claro en los vestuarios no te la vas a cascar delante de todo el equipo y aquí sí.

-Mira Ismael déjalo, espérame en el salón que ahora salgo.

Y unos minutos después estábamos reunidos en el salón pensando en planes para la tarde.

-Pues no sé qué decirte –dije. Mejor nos vamos a la calle y a lo que salga.

-Vale, pero antes me paso por casa de Mariano para decirle a mi padre que nos vamos.

Y subimos al segundo. Mi primo José llamó a la puerta y al rato abrió mi tio José Manuel. Estaba en calzoncillos y una camiseta de tirantes calada. Igual lo despertamos de una siesta, por lo menos eso parecía.

-¿Qué pasa hijo?¿Te ha mandado tu madre a espiarme? ¡Hombre, si está aquí mi sobrino Ismael!

Y salió al rellano y me abrazó y me dio un beso. Observé que también iba descalzo.

-Papá…¿tú te has visto?

-¿Qué quieres decir hijo?

-¡Que estás en calzoncillos!

-Bueno y qué. Estoy mas cómodo así.

-En casa vale, pero no estás en tu casa.

-Mira hijo. Mi amigo Mariano es como mi hermano. Si queremos nos ponemos en pelota y si no nos tapamos con un burka, y a los dos nos parece bien todo lo que el otro haga.

En ese momento una voz del interior de la casa gritó:

-José Manuel si es tu hijo dile que pase, igual le apetece jugar con nosotros a las cartas.

-No mejor nos vamos, ¿verdad primo? –dijo mi primo José mirándome.

-No sabíamos que hacer primo. Vamos a quedarnos un rato y echamos una partida de cartas. A ver si le ganamos a los viejos éstos.

Y entramos. Mi tio iba delante, ancha espalda y un buen culo, piernas cortas pero fuertes. Tras él mi primo, mas alto que su padre y mas delgado, y luego yo que cerré la puerta. Al llegar al salón, las persianas estaban casi echadas y había poca luz, dos botellas medio llenas de Chivas, varias latas de SevenUp y un cenicero con varias colillas en una mesa baja con un tapete verde y cartas desparramadas encima.

Mariano se levantó y besó a mi primo y luego me dio la mano a mí. Era un hombre mas bien bajito, quizás “unosesentaypoco”, manos cortas y grandes, llevaba puesto una camisa clara con algunas manchas y un pantalón corto beige con algún botón de la bragueta desabrochado, era bastante velludo y muy risueño. No era la primera vez que lo veía, aunque sí la primera vez que estaba en su casa. En contraste mi tio apenas tenía vellos, solo algo cerca de los pezones, pues sus piernas y brazos apenas tenían pelos. Serían de la misma edad o parecida, mi tio tenía 56 y Mariano quizás era un poco mas joven, pero muy poco más.

Nos sentamos alrededor de la mesa, Y Mariano nos sirvió whisky en dos vasos bajos con mucho hielo. Mi primo José abrió una lata de SevenUp y me pasó la mitad. Mi tio barajaba y repartió las cartas. Estaba a mi izquierda, encendió un cigarrillo y se recolocó sus genitales antes de mirar sus cartas.

Así estuvimos jugando tres partidas, ninguna de las cuales llegamos a ganar los jóvenes. Bebíamos jugando y solo mi tio fumaba a pesar de que mi primo ya se había quejado del humo, pero con mi tio no podía.

Llevábamos algo mas de una hora cuando mi tio tiró las cartas sobre la mesa. –Esto ya me aburre , dijo. - ¡Y qué calor! Y se quitó la camiseta quedándose solo con los calzoncillos azules ajustables. Sentado se le notaba algo mas la barriga, pero todavía mostraba un buen cuerpo y buenos y fuertes brazos. Nos miramos y no parecía que ninguno tuviera ganas de empezar una nueva partida. Mariano volvió a llenar los vasos de whisky y apuró una de las botellas. Mi primo se levantó al aseo y volvió sin la camisa, solo con el vaquero puesto. Mariano volvió a hablar:

-Tengo ahí un juego que es para gente atrevida, pero si os váis a echar atrás no lo saco.

Como nos picó la curiosidad mi primo le animó a que trajera el juego,  pero Mariano quería que le prometiéramos que iríamos hasta el final una vez que hubiéramos empezado.

-¿Pero bueno, dijo mi tio, qué es un juego de esos de rol que ahora están tan en boga?

-Es un juego para desinhibirse, pero hay algunas pruebas un poco subidas de tono.

-Bueno, dijo mi tio, no creo que nos sorprenda, tú y yo ya estamos de vuelta de todo y éstos dos ya saben de la vida más que nosotros, además que ya mi hijo va a hacer 21 años y mi sobrino es dos años mayor. Venga explica qué hay que hacer.

Y se levantó y volvió con una caja verde donde podía leerse “TRIVIAL FOREPLAY for men”, en su interior dos dados, un antifaz negro y varios sobres todos de color verde tamaño tarjeta de visita. No parecía que hubiera nada mas salvo una hoja de instrucciones en inglés y español. Mi primo cogió la hoja para leerla, pero Mariano se la quitó.

-Venga, yo os lo explico que es mas rápido. En cada jugada hay que poner una cantidad por jugador, para no abusar, digamos que un euro. No hace falta buscar ahora dinero, se van apuntando las ganancias y pérdidas de cada uno. Se tiran los dados y el que saque el número mas bajo tiene que hacer lo que diga la tarjeta que lee el que saca el número mayor.

Si resuelve bien, se lleva los 4 € y pasa a leer la siguiente carta. Y los demás echan los dados nuevamente a ver quién hace la siguiente prueba; si falla debe entregar 1€ a cada uno de los otros tres. Y volvemos a otra carta nuevamente. No sé si me explico.

-Que sí, hombre. Y además que jugando se aprenden las normas. Por mí de acuerdo. –lo interrumpió mi primo.

- ¿Pero qué tipo de pruebas son? –pregunté, porque aquí en la caja dice “juegos estimulantes previos a la relación sexual”.

- Previos, sobrino, previos, dice previos – dijo mi tio. ¿Qué te puede pasar? ¿Qué tengas que tocarle el paquete a tu primo? (y al decirlo se agarró sus genitales) Venga hombre, si aquí somos todos como familia y estamos entre hombres, vamos a jugar sea lo que sea.

- Pues vamos a jugar , dije sin mucha convicción.

- Ya sabéis que una vez que empezamos hay que llegar hasta el final, son muy pocas pruebas. – dijo Mariano y me repartió a mi una hoja y un boli para que yo apuntara las ganancias y pérdidas de cada uno.

Hice un cuadro con cuatro columnas con nuestros nombres y varias filas apuntando el número de la prueba. Y empezamos a tirar los dados. La puntuación mas alta la sacó Mariano y yo la más baja.

Mariano leyó: “Con los ojos tapados tienes que acertar el orden en que te besan los labios los otros jugadores”

-Pues empezamos bien -dije mientras me ponía el antifaz negro. Me puse en pie con los brazos atrás y escuché a Mariano decir –Abre un poco los labios, chaval. Al ratillo una boca se juntó a la mía y una lengua me ensalivó mis labios. Noté el sabor a tabaco de mi tio. Luego vino un beso con los labios apretados casi todo el tiempo y el último un beso donde una lengua con sabor a whisky se coló en mi boca y mezcló su sabor y su saliva con mi lengua. Fue el que mas duró.

Por supuesto acerté, pero no dije que había sido fácil. –Mi tio, mi primo y Mariano en ese orden. Premio. Ya tengo 3€. Y los demás menos 1.

Echaron los dados entre los tres y perdió Mariano. Ahora me tocó a mi leer : “Apoya tus codos sobre una mesa o silla y eleva tu trasero. Los otros participantes te van a tocar tus nalgas y tendrás que acertar el orden en que lo hacen”.

Mariano buscó el espaldar de una silla, pues la mesa era muy baja y, al momento, dijo –Un momento que me quite el pantalón, así notaré mejor vuestras manos para intentar acertarlo. Y se quedó con su camisa y unos calzoncillos blanco y rojo tipo bóxer. Y se puso el antifaz.

Empezó mi primo que puso sus dos manos en cada glúteo y empezó a moverlas queriendo abarcar todo el culo, no tenía prisa y terminó pasando sus dedos por la raja del culo sobre el calzoncillo de Mariano. Luego fue el turno de mi tio que directamente buscó el ojete a través del calzoncillo, presionó con sus pulgares y luego manoseó ambas nalgas. Yo, me fijé en que mi tio al mismo tiempo movía sus caderas como queriendo follarlo y se notaba que su pito se había animado dentro de su calzoncillo azul. Era mi turno y aunque pensaba simplemente tocarle y manosearle las nalgas, al tener ese trasero ante mí y con los pelos que salían de sus perneras, me atreví a hurgar también en su raja y presionar su ojete, incluso hacer con mi dedo corazón movimientos de entrar y salir de su ano.

Mariano se volvió y se quedó mirando hacia arriba como cavilando, todavía con el antifaz puesto, y mi tio nos hizo observar sonriendo que tenía una buena erección y una mancha húmeda delataba que le había gustado.

-Ismael, José Manuel y José –dijo.

Y al momento gritamos los tres -¡Fallaste!

–Bueno, pero lo has disfrutado, aunque ahora tengas un menos cuatro. –dijo mi tio.

Parece que los prejuicios o pudores que pudiéramos tener cada uno de nosotros se habían disipado, porque enseguida mi primo dijo: -Venga, sigamos, pásame los dados.

Esta vez le tocó a él perder y hacer la prueba y a mí nuevamente leerla:

“Dobla tu cuerpo hasta apoyar tus manos en las rodillas. Los otros jugadores se pegarán a tu culo y te pondrán un rabo. Debes acertar el orden en que se pegan a tu trasero”

Si a mi primo le molestó no dijo nada. Se puso de pie y adoptó la postura sugerida. Volvió a hablar Mariano. – Mejor te quitas los vaqueros. Me miró mi primo a mí y empezó a quitárselos mientras Mariano decía mirándome a mí : –Mejor todos en calzoncillos para no darle ninguna pista en el roce.

Y me desabroché mis dockers caqui y también el polo blanco hasta quedarme solo con unos calzoncillos negros tipo slip, creo que también tenía ya mi polla morcillona, aunque al que mas se le notaba la polla erecta era a Mariano, que seguía con su camisa, los demás solo estábamos con los calzoncillos. Mi primo los llevaba rosa palo de un tejido ajustable como su padre, se puso el antifaz y volvió a la postura requerida. Mariano hizo una señal de que él empezaría.

Continuará