TRIVIAL FOREPLAY (el juego continúa)

Hasta la última prueba no puede haber fuegos artificiales. Así que aguantad y disfrutad con la que os toque.

Segundo capítulo del juego llamado TRIVIAL FOREPLAY

… Y Mariano hizo una señal de que él empezaría.

Mientras se acercaba a mi primo, que esperaba que alguno de nosotros se pegara a su trasero, Mariano introdujo su mano dentro de su calzoncillo y se meneó su pija ostensiblemente dentro de su bóxer. Se acercó a José y le cogió por ambas caderas antes de apretar fuertemente, de un solo golpe, sus genitales contra el culo de mi primo. Luego se quedó un buen rato empujando sus caderas sin despegarse de él. Cuando se despegó me miró como indicándome que era mi turno, mientras se volvía a agarrar su nabo por dentro del calzoncillo.

Yo me acerqué a mi primo y lo cogí por los hombros y luego arrimé mi nabo a su culo. Quería quedarme solo un buen rato apretándome contra él, pero empecé a mover también mis caderas y noté como mi primo se dobló un poco mas y se abría de nalgas. Miré a Mariano que seguía meneándose su polla dentro del bóxer que ya mostraba una buena mancha.

Era el turno de mi tio, de espaldas a mi observé que se sacó su polla por la abertura del calzoncillo, y enseguida se pegó al trasero de su hijo. Fue solo un momento, pero pude ver la cabeza rosada de su polla antes de que se pegara al calzoncillo rosa de José. Luego abrazó fuertemente a su hijo y también hizo varios movimientos atrás y delante de cadera. Antes de retirarse del todo, volvió a guardarse su polla.

-Tengo alguna duda , dijo José, pero creo que mi padre, mi primo y Mariano en este orden.

- También fallaste, pero creo que ya eso a nadie le importa , comenté.

Como volvío a perder Mariano en el juego de dados, mi primo le leyó la siguiente prueba:

“Toca con tu mano los genitales de los demás concursantes por encima de la ropa. Debes acertar el orden en que los tocas”

Y rápidamente se sentó en una silla, se puso el antifaz y alargó su mano derecha al frente. Mi tio me hizo señas de que yo fuese el primero y me acerqué a Mariano, le cogí su brazo por la muñeca y le acerqué su mano al contorno que mi polla dibujaba en el slip. Enseguida noté el apretón de su mano en torno a mi miembro, abría su mano, la refregaba por todo el paquete y luego lo cerraba en torno a la polla apretándola fuertemente, así varias veces hasta que bajó a los huevos, los sopesaba y los apretaba también, vuelta a la polla, la recorre varias veces y se detiene en el glande donde sus dedos han detectado humedad. Intenta meter la mano por el elástico del slip y, aunque de buena gana me hubiese dejado que me bajara el calzón y me la agarrara bien, ya mi tio está a mi lado y lo coge por la muñeca y se lleva a su entrepierna la mano de Mariano.

Mariano vuelve a tocarle como anteriormente me hizo a mí, pero observo que mi tio ha dejado el glande de su polla justo en la abertura delantera del calzoncillo y, a la fuerza, Mariano se la tiene que tocar a pelo, y claro, éste no se corta y se esmera en agarrar y tratar de sacar mas la polla de mi tio.

Llegado el turno de mi primo José, Mariano está casi jadeando, al mismo tiempo que abarca y soba la polla de mi primo, se menea su polla con la otra mano. A mi primo también le está gustando el meneo que le están dando, observo que su polla parece la más larga de todas. Yo se la he visto floja varias veces y era mas o menos como la mía, pero ahora observo que en erección me saca algún centímetro.

-Bueno, vamos a la siguiente prueba, ya tienen que quedar pocas.

-Un momento papá, Mariano tiene que intentar adivinar de quienes son los nabos que ha tocado.

-Ah claro, dijo mi tio. Es que todavía no me ha tocado hacer ninguna a mi y ya tengo ganas.

-Mariano, tu respuesta. Dije.

-Pues estoy seguro que Ismael, José Manuel y su hijo. – respondió Mariano.

-Bien, esta vez has acertado. –dijo mi tio.

-Y también lo he disfrutado. –contestó Mariano.

En este momento se me ocurrió hacerle una pregunta que me rondaba la cabeza, y es que las pruebas eran muy directas y no me cuadraban con el título de la caja:

- A ver, Mariano, por qué una caja tan grande para un puñado de pruebas tan solo.

-Bueno, en realidad traía muchas, pero yo he seleccionado las mas interesantes para no alargarnos demasiado. Además, que iba muy poco a poco y así se nos baja el instrumento. Hay pruebas para todos los sentidos: que si le hueles el sobaco, que si le chupas un pezón, que si le tocas el ombligo, que si le quitas una prenda a los demás, en fin, un montón así de mariconadas y las tengo ahí guardadas y he dejado las mas directas.

Pero si queréis empezamos en el orden en que vienen, ahora… ¡son mas de cien pruebas!

-No, no, déjalo, en otra ocasión, dijo mi primo. Vamos a intentar terminar ya a ver quien gana, ya no hay vuelta atrás.

-Venga, sigamos, voy ganando yo con un +4, pero rico, lo que se dice rico, aquí no se hace nadie con este juego.

Mariano ya tiene la nueva carta en su poder y los dados vuelven a darme por perdedor, y mi tio se enfada porque sigue sin perder y hacer alguna prueba.

-Bueno, se la cedo a mi tio.

-No, no, dice Mariano. El juego es el juego. Y leyó:

“Tienes que darle un beso a la parte del cuerpo que los otros concursantes te acerquen, y acertar qué parte del cuerpo es y en qué orden”

Miré a los tres y, a estas alturas de la tarde, ya no tenía ninguna duda de qué parte del cuerpo de cada uno iba a tener que besar. Ahí estaba mi primo José, alto y fibrado, casi lampiño, se le marcaba ostensiblemente el contorno de su polla en el rosa de su calzoncillo. Mi tio José Manuel, bajito y casi lampiño también, pezones negros y grandes y barriguita cervecera. Aunque le había visto frugalmente la polla, no sabría decir si era muy cabezona ni larga. Y Mariano, el dueño de la casa, un hombre bajito muy peludo y que si no se había corrido ya era de milagro, porque seguía tocándose su miembro cada dos por tres. Y yo, un poco mas bajo que mi primo, no tan delgado, vello pero sin llegar a considerarme un oso y una polla mas que aceptable. Me puse el antifaz y a esperar sentado.

En mis labios noté el sabor ácido de una polla que alguno de los tres me había colocado delante. Junté mis labios dándole un beso y algo de precum se quedó pegado a mis labios. No podía saber de quién era, aunque eso me daba igual. En ese momento se escuchó a mi tio:

-¡Es muy poco, tiene que ser una chupadita mejor que un beso!

-¡Hala papá, ya lo estropeaste! –dijo mi primo . ¡No puedes hablar, ahora sabe que eres tú!

-Si casi ni me he enterado del besito, yo que lo estaba disfrutando. ¡Por lo menos que le pase un poco la lengua! ¡Si llego a ser yo el que hace la prueba ya veríais que contentos íbais a salir de esta prueba!

-Bueno, bueno, mejor empezamos. Y tú Ismael procura que sea un buen beso, como si morrearas una boca. – zanjó Mariano.

Y volvimos a empezar. Esta vez lo primero que sentí fueron unas manos apoyándose en mi cabeza y la dirigieron hasta que mis labios rozaron la cabeza de una polla. Sabía mejor que la primera, abrí la boca y mis labios apretaron el capullo. Con la lengua la pasé por el agujerito de su polla y la pasé repetidamente haciendo círculos antes de retirarme.

Luego vinieron otras manos mas rudas que me volvieron a empujar sobre una polla dura que casi me entró por la nariz. Hice lo mismo. Abrí la boca y cuando iba a cerrar mis labios sobre su prepucio, noto un pequeño empujón como queriendo que me la trague. Oigo un leve jadeo. Saco la lengua y la paso por toda la cabeza, estoy seguro que vuelve a ser mi tio, con la lengua la llevo a lo largo de su tronco. Creo que es una polla corta. Pero ahí lo dejo.

Y el último debería ser Mariano según mis cálculos. Nada mas sentir la polla en mi boca, noto que está bien lubricada, lo cual me confirma que es Mariano (supongo), también aprieta queriendo introducirmela, hasta los pelos de su pubis llego a sentir pero cierro los labios y solo lo consuelo con un sonoro chupetón en su polla cabezona.

Cuando me quito el antifaz veo a Mariano con su polla todavía sin guardar y su calzoncillo por debajo de dos buenos huevos peludos. En efecto es una polla cabezona y corta y está tan tiesa que las venas parece que le van a explotar.

-Tú has sido el último , digo mirándolo a él, y mi primo el primero y, en medio, mi tio. Veo a mi primo asentir.

-Las pruebas deberían ser que el que perdiera debería dejarse hacer lo que el otro quisiera, aunque hubiera un tiempo.

-Bueno papá. Ese juego lo piensas bien, pones unas normas claras y lo jugamos otro día. Vamos a la siguiente prueba. ¿Cuántas quedan Mariano?

-Tres, ya veréis que morbo. Pero hasta la última no puede haber fuegos artificiales. Así que aguantad y disfrutad con la que os toque.

Cojo la antepenúltima prueba y ellos tres vuelven a echar a suertes. Mi tio vuelve a enfadarse. La siguiente prueba le vuelve a tocar a mi primo.

“Seguimos con el sentido del gusto. Tienes que acertar quién es quién pasando tu lengua por el ano de cada uno de tus compañeros mientras ellos se abren las nalgas”

-¡Uy qué rico que te coman el culo! –Se oye decir a mi tio.

Continuará