Triplete rápido en el servicio

Las tres se presentaron con minifalda, y estuve cachondo todo el día…, esperando que llegase la hora de las cervezas.

Hola de nuevo, mis amables lectores y con dedicación especial a mi amable y nueva amiga de nombre Sophy...

Este relato es la continuación del titulado… “El orgasmo de Azucena gana la medalla de oro…”

Cuando llegué ayer viernes 10.07.2020, a la oficina y pude apreciar que las tres llevaban minifalda..., no me lo podía creer…

¿Estarían exentas de ropa interior…, también?

Me ponía cachondísimo por momentos, solo de pensarlo.

La tendría dura casi todo el día.

Como recordaran Montse había retado a las otras dos…, tanto  Azucena, como a Dolo a follarme por la tarde en la cafetería…, yendo en minifalda y sin bragas.

Aunque Dolo había dicho inicialmente que no, seguramente habría cambiado de opinión, por no quedarse sola y desmarcada de las otras, sintiéndose al margen.

El día me había parecido eterno…, esperando la hora de las cervezas con ansía libidinosa y con mi polla goteando preseminalmente…

Como recordaran le había metido la lengua un solo segundo en el coño a Azucena, cuando sonó el timbre y ella necesitada…, o más bien súper necesitada de un orgasmo, me había pedido que la follase…,  y durante apenas cuatro segundos se la había metido para que se corriese como una loca al segundo golpetazo…, de mi polla…

Volvamos a aquel instante después del orgasmo supersónico de Azucena…, que sin duda había ganado la medalla de oro merecidamente.

Salíamos por la puerta de la oficina los dos con cara de circunstancias pero sin demostrar nada exteriormente.

Mi polla había tenido que retrotraerse obligatoria y rapidamente. No había podido soltar nada de leche y deseaba soltarla de manera urgente…

-          Tardones…

-          Perdón, dijo Azucena…, tuve una urgencia en el último minuto…, cosa de mujeres... José Miguel, no es culpable de nada.

Nadie dijo nada y no quise ni mirarla, para que no se notase nada. Al menos las otras dos pusieron cara de compañeras comprensivas… Incluso Montse con cara de haberse quitado una “enemiga” de la competición…

Entramos en la cafetería y Tomas el dueño y único camarero en estos tiempos tan raros…, se puso contentísimo. En el pasado reciente nos dejábamos mucho dinero allí, cuando íbamos de cervezas todos los viernes.

Nos acoplamos en un rinconcito, cerca de los lavabos…, en unos taburetes alrededor de un tonel que hacía de mesa, donde pusimos nuestras mascarillas y un bote del para nuestro uso.

Antes de sentarse limpie aquellos taburetes…

Ellas no sabían que yo si sabía…, que posiblemente aquellos taburetes disfrutarían de lo lindo al estar en contacto con tres sensuales sexos calientes y excitados…

Hubiese dado cualquier cosa por ser el alma de aquellos tres taburetes y lamer aquellos tres coños…

Tonterías que piensa un depravado.

Sonreían mientras se sentaban.

No perdí detalle… No había visto nada de tela…, solo puntualmente durante una fracción de segundo…, pliegues sin nada de pelo…

La vista de sus piernas era excepcional…, hasta Tomas no dejaba de mirar aquellos tres preciosos juegos de piernas.

Solo de pensar que sus coños estaban calentando una parte de aquellos taburetes, me hacía palpitar la polla.

Nos preparó una ronda de jarritas fresquitas de cerveza con doble aperitivo como siempre.

Todos hablábamos de cosas intrascendentemente inútiles…, los rebrotes de Lérida, las elecciones del fin de semana, el chasco en la Unión Europea de nuestra ministra…, y como no del asunto de la tarjeta del coletas.

Todos hablábamos de cosas vacías…, aunque nuestras mentes estaban seguramente ocupadas en cosas más calientes… La mía al menos…, sí.

Ellas se miraban maliciosamente, sabiéndose poseedoras de un secreto que creían que yo no conocía… Que inocentes…

Mi mirada no dejaba de evidenciar que estaba absolutamente excitado con aquellas tres bellezas sensuales… No podía disimular que estaba absolutamente caliente…

Ver piernazas e imaginar lo que escondían…, hacia estragos en mi cabeza y en mi polla.

Estábamos solos de momento en la cafetería, pues era algo temprano aún.

Después de dos rondas de cerveza, tenía necesidad de ir al baño, y como no…, de echar leche urgentemente…

¿Cuál sería la primera…?. Hacia mis cávalas.

De todas maneras…, como todos ustedes saben…, la cerveza enseguida pide salir…

Me disculpé con ellas, diciendo que iba al servicio.

El servicio de la cafetería era muy similar al de la oficina. Había solo una puerta principal que decía “Servicios” y en un hall, aunque éste, sin espejo, ni nada de nada…,  había dos puertas…, una para los hombres y otra para las mujeres.

Dentro de cada aseo además del inodoro, un lavabo encastrado en un armarito donde Tomas siempre almacenaba papel higiénico y gel lavamanos, además del correspondiente espejo.

Entré en el servicio de hombres dejando obviamente la puerta ligeramente abierta, me saqué la polla ya bastante removida y oriné rápido para estar preparado para la primera sorpresa…

Me limpie la última gotita con un trozo de papel…

Al igual que aquella noche en Palma estaría esperando que fuesen una a una de aquellas mujeres…,  pasando por vicaria… Perdón, aún no lo sabían ustedes. Tiene explicación, pues aunque ya está escrito aún no está publicado, pues estoy repasando detalles… Ya podrán leer los detalles en el relato de Ivanna la trans…, cuando en un reservado aplaqué mi sed de mujeres con siete profesionales del placer, una tras otra al azar...

Volvamos a la cafetería y a mi primera gran sorpresa…

Mi polla estaba preparada…

Solo con la excitación mental que tenía, el calentón con Azucena hacia un rato…, mi polla estaba dura como una piedra.

Cerré los ojos.

Oí la puerta y los pasos.

Alguien paso.

Noté sus manos en mis ojos…, me quería decir que no los abriese…

Sus manos sensuales me pusieron a mil.

Me di la vuelta.

Unos calientes labios me besaron. Me agradecían que no abriese los ojos.  Después del beso, su dedo índice me tocó tres veces ligeramente mis labios…, como diciéndome que también me callase…

Me volví con los ojos cerrados.

Me abrazó…

Al estar tan cerca de ella, su aroma, no me era del todo desconocido, pero no sabía el motivo. Nuestras feromonas estaban conexionadas sin duda…

Dejo de abrazarme…

Noté como se volvía hacia el lavabo  y como se agachaba ofreciéndome su coño.

Cumplí mi palabra y no abrí los ojos de momento…

La luz era por sensor y si te movías mucho se encendía, pero si no, estaba apagada.

Mi polla ya buscaba su coño.

Con mi mano, noté su tremenda humedad.

Metí la polla hasta el fondo…, mientras olía y saboreaba mi mano.

Con mis manos agarré sus caderas.

Le di durante un minuto por lo menos treinta empujones de polla… Se estaba corriendo y contenía sus gemidos… No pude aguantarme y me corrí…

La luz se encendió al retirarse del lavabo.

Abrí los ojos un poco… era Dolo.

Su rostro parcial mientras se volvía…, en el espejo aparentaba deseo, confusión, gozo y contradicciones…, pero estaba preciosa.

Fue una sensación extraña pero muy placentera. Sin darle apenas tiempo para reaccionar le ayude a darse la vuelta, la subí al lavabo, le lamí el coño…, saboreé…, tragué…, y subí a besarla.

Abrió los ojos…

-          Por favor, no digas nada. ¿Vale?

-          De acuerdo Dolo.

-          Ha sido una tontería y me arrepiento de todo. Fue un juego. Jugué por morbo y les diré que no ha pasado nada. Sal después que yo. ¿Vale?

-          Vale.

-          Saber que querían follarte, me dio algo de envidia y quería volver…, digo quería probarte…

Cuando salí, Dolo estaba seria. Se me agolpaban en mi mente múltiples recuerdos y aquella frase entrecortada erróneamente… Especialmente aquel recuerdo imborrable de aquella sexta desconocida violadora…

-          Jefe…, vaya meadita más larga. (Dijo Montse).

Todos nos reímos…

Me ofrecían el gel y volví a limpiarme las manos. Ante todo responsabilidad…

Dejé mis pensamientos y seguimos en intranscendencias…, mascarilla si, mascarilla no…

Después de otro par de rondas y aunque no tenía mucha necesidad…, me disculpé de nuevo para ir al servicio. Estaba cachondísimo y quería follarme a otra…

Cuando Azucena entró al servicio, me besó. La estaba esperando con mi polla dura. Volví a cogerla en volandas y en un momento la estaba follando…

-          Que ganas tenia de ti… Azucena…

-          Yo también…, disculpa por lo de antes…, es que estaba muy necesitada…

-          No te preocupes…

-          Como Dolo ha dicho que ella no ha hecho nada…, sabía que estarías excitadísimo… Tenía ganas de haber pasado yo la primera, pero en el sorteo, me toco ser la segunda…

Habían sorteado el orden de ir al baño. Morbosas, lujuriosas y deseables mujeres…

Aunque hablando…, no parábamos de follar…

Empezó a gemir y a correrse al minuto y medio…, no pude aguantarme y me corrí al mismo tiempo que ella.

No perdí tiempo esta vez y me agaché a comerle toda la mezcla de fluidos para después fundirnos en un morboso beso blanco…

Seguimos hablando…

-          Por cierto…, nos hemos apostado a que pagaría todo…, aquella que consiguiese follarte antes de las tres.

-          Vaya por Dios… pensaba invitaros yo.

-          No querría que ellas se enterasen de esto. ¿Vale? Sal tu primero…, yo seguiré con mi excusa de la regla… ¿Te parece bien?

-          Por supuesto.

Cuando salí…, con cara de no haber roto un plato en la vida, pregunté por Azucena. Me contestaron que en el servicio…

Cuando Azucena salió, se disculpó con todos por su tardanza, alegando un nuevo pequeño contratiempo…, cosa de mujeres…

Dolo y Montse fueron al servicio juntas, sin duda estaban llenas de cerveza y tendrían que liberar presión en su vejiga…

Nosotros continuamos nuestra charla…

-          Buena jugada… (Le dije a Azucena).

-          Gracias. Me gustaría follar tranquilamente cuando quieras… (Me soltó)

-          ¿Mañana…, en la oficina?

-          Vale.

Le presté mi juego de llaves.

-          La contraseña de la alarma es 6996…

Sonrió.

-          ¿Sobre las diez?

-          Perfecto.

Las chicas salían del baño juntas…

Montse venía con cara de posible triunfadora…, aparentemente se había quitado a la primera contrincante y Dolo seguro que había seguido con su papel negacionista…, y se consideraba virtualmente triunfadora.

Dos rondas después…

Entraba en el baño, totalmente excitado pensando en follarme a Montse. Una pelirroja de ensueño, con cara de auténtica viciosa…

No se demoró en entrar y al verme con la polla dura sin mediar palabra se agachó a lamer mi polla.

Fue una lamida de auténtica profesional del sexo oral…

Esta mujer estaba hecha para el sexo…, sin ningún género de dudas…

Era multiorgásmica y lo supe cuando después de meterle mi polla después de subirla al lavabo y abrirle su precioso coño blanco coronado con un pequeño flequillo rojo no dejó de correrse y de entresacar pequeños gemidos entrecortados con sus labios apretados.

Tenía todo un cuerpazo.

La verdad, es que hubiese deseado seguir follándola durante horas y hacerle mil guarreras.

Las pelirrojas naturales son una de mis debilidades.

Cuando intuí que el tiempo pasaba, le dije que me iba a correr. Asintió. Quedamos para el sábado por la tarde para ponernos al día de orgasmos…

Su dirección la sabia, pero la recordó junto al piso y letra de su apartamento donde vivía sola desde que su novio la había dejado…

-          Sal tu primero, que si no va a ser muy evidente…

-          Vale.

Cuando salí, las otras dos me hicieron una radiografía absoluta de la cabeza, a los pies…, indagando o confirmando mirándome a la bragueta, la tranquilidad momentánea de mi polla.

Solo pude decir…

-          La cerveza…, es así.

Sonreímos.

Cuando Montse apareció…, iba de triunfadora. Se regocijaba en todo su esplendor. Se creía la gran triunfadora del reto.

La verdad es que tenía un cuerpazo de vicio.

-          ¿Queréis otra ronda? (Les dije)

Todas negaron con la cabeza.

-          Tomas, dame la cuenta.

-          Si, José Miguel. Enseguida.

-          De eso nada…, ¡Hoy pago yo! (Montse enfatizaba)

-          Tengo que celebrar un acontecimiento importante y quiero invitaros…

-          Enhorabuena. Cuéntanos… (Dijo Dolo).

-          Si, felicidades… (Dijo Azucena).

-          ¿Cómo es eso…? Pregunté.

-          Estoy saliendo con alguien desde hace muy poco…, y tengo muy buenas vibraciones… (sonrío maliciosamente mientras me miraba con cara de ninfómana seductora…).

Creo que incluso sacó levemente su lengua y se la pasó casi imperceptiblemente por su labio inferior…

Hoy es ya domingo 12.07.2020 y les escribo mis recuerdos del viernes y sábado…

Me he levantado algo tarde… Marga estaba con la regla.

Ayer pase la mañana en la oficina con Azucena… y por la tarde acudí a mi cita con Montse…

Me la estaría follando en su casa durante toda la tarde…, pero lo que no sabía aún ninguno de los dos…, es que nos depararía el futuro…

Planes hicimos mucho…, y como fue muy entretenía la tarde…, prefiero contarlo en un próximo relato que ya tiene nombre… “Incansable tarde con mi amante pelirroja…”

También les sigo debiendo…, el relato de ayer por la mañana con Azucena…, de título… “Llegué muy tarde a comer…”

Ultimemos el viernes y la sesión de cervezas…

Al irnos del bar…, ninguna de las tres reparó o quiso reparar en que tres de los cuatro taburetes quedaban con una inequívoca marca de fábrica…

Con unas servilletas, limpié diligentemente tres restos apetecibles de fluidos, antes de que el zorro de Tomas se diese cuenta… Mientras ambos veíamos alejarse aquellos tres cuerpazos hacia la calle.

Al salir me volví a mirar hacia el aseo…, y mentalmente recordaba aquel maravilloso triplete…, aunque demasiado rápidos lamentablemente los tres…,  en el servicio…

PEPOTECR.