Tríos

Mi primera vez en un trío bisex

Tríos

He estado varias veces con dos hombres, pero solamente dos con un hombre y una mujer. Esto último es más difícil de conseguir, pero si se puede elegir y teniendo en cuenta mi bisexualidad prefiero tener una polla y un coño a mi disposición que dos pollas, aunque ciertamente tener una polla en cada mano e irlas chupando una detrás de la otra tiene un morbo de lo más y cuando una te folla mientras mamas la otra, mejor aún y por supuesto también me gusta cantidad.

Está claro que estas cosas son muy personales y para gustos los colores, pero en mi caso pienso que en la variedad está el gusto y comerse un coño mientras te están follando o comerte una polla mientras te estás follando un coño son variaciones todas igualmente placenteras. Aunque eso, como ya he dicho, sea mucho más difícil que reunir tres pollas, y más a estas edades en las que hay que aprovecharlo todo y las parejas que quieren hacer un trío buscan cuerpos que gusten más a la señora.

Pero esto no siempre fue así.

Como he dicho, la primera vez que estuve con una mujer y un hombre ya había hecho dos tríos con hombres, así que el hecho de estar disfrutando del sexo con dos cuerpos (al margen del género) no me venía de nuevo.

Lo curioso es que la primera vez que hice ese trío bisex fue con Clara, una antigua pareja, cuando tenía alrededor de los cuarenta años, en los primeros años de nuestra relación, cuando ella era muy activa sexualmente y lo probábamos todo. Ella misma a veces decía bromeando que tenía un coño insaciable y la verdad es que era multiorgásmica y se corría una media de tres veces antes de que lo hiciera yo.

En algunas ocasiones, después de algún polvo de los de la época habíamos hablado de lo que se sentiría haciendo un trío y ambos decíamos que seguramente nos lo pasaríamos bien pues los dos teníamos la energía sexual a tope. Bromeábamos discutiendo de si el

tercer elemento sería un hombre o una mujer y ella, riendo, decía que con otra mujer ya que en aquellos tiempos también era algo bisexual. Había tenido una experiencia con una prima suya que a veces me había contado y de la que guardaba un buen recuerdo. Yo, naturalmente, le decía que seguramente ella disfrutaría más con otro hombre, pero en realidad no lo decía por ella, lo decía por las ganas que yo tenía de hacerlo.

Ella también sabía de mis escarceos con hombres, pero solamente le había  dicho que había tonteado con un amigo gay aunque yo ya tenía unas cuantas historias bastante más fuertes.

Esa era la época en que hablábamos de nuestras fantasías abiertamente y sin complejos. El tiempo y una enfermedad lo complicaron

todo.

Aquellas conversaciones eran simplemente de cama y en el día a día nunca se planteaba en otros contextos. Nos veíamos y charlábamos con amigos, pero el tema del sexo era de lo más convencional y nunca nos

atrajo nadie ni a ella ni a mi, por lo menos lo suficiente para comentarlo.

Ella tenía un amigo, antiguo compañero de trabajo, que me había dicho que era gay. Nos habíamos encontrado en varias ocasiones y yo no lo veía homosexual. Era muy educado y amable, pero yo en ningún

momento vi nada que indicara otra cosa. Seguramente habían sido confidencias de amigos compañeros de trabajo.

También nos había visitado en un par de ocasiones pero sus conversaciones habían sido siempre sobre otros compañeros de su antiguo empleo y poca cosa más. Yo casi siempre me quedaba al margen de sus historias porque siempre hacían referencia a situaciones y personas desconocidas para mi.

En aquella ocasión ella me dijo que él la había llamado para preguntar si podía pasar por casa ya que quería hablar con ella.

Naturalmente dijo que sí y ya habíamos acabado de comer y estábamos tomando vino en el sofá cuando llamó a la puerta. Fui a abrir y pude ver que tenía la cara un poco descompuesta. Se sentó en el sofá al lado de mi mujer y le ofrecí una copa de vino.

Me sorprendió diciendo que si no me importaba y si teníamos prefería algo más fuerte, como whisky. Fui a la cocina y le llevé una buena dosis. Inmediatamente dio un trago que casi dejó vacío el vaso.

Después de hablar de cómo iba la vida y otras banalidades, imagino que le entró el valor de hablar estando yo delante y le comentó que se había separado de su pareja, aunque nunca me enteré si su ex era hombre o mujer

Como ellos tenían más confianza pensé que le incomodaba que yo estuviera delante y se lo pregunté, pero me dijo que no, que no le importaba que yo me quedara. Siguió hablando y vimos que sus ojos empezaban a humedecerse.

Dio otro trago de whisky que vació el vaso. Cogí el vaso y me levanté pera volver a llenarlo y cuando volví de la cocina él tenía la cabeza apoyada sobre el hombro de ella y ella rodeaba sus hombros con el brazo.

Esa imagen me produjo un ligero pinchazo de lo que creo que pudieron ser celos, pero enseguida dio paso a otra sensación más física que tuvo su reacción en ese músculo que normalmente se pone duro cuando el cerebro le da la orden y sin todavía saber por qué mi polla creció.

Dejé el vaso sobre la mesita y fui a la cocina otra vez para colocarme bien el paquete pues tenía la polla doblada por la súbita erección, pero ahora era más evidente que antes que yo estaba empalmado ya que se podía ver claramente el bulto alargado por debajo de los pantalones. Volví intentando disimular y me senté en el sofá al otro lado.

Él le estaba dando las gracias por su comprensión y tenía una mano encima de la pierna de ella. Al notar que yo me había sentado, sin girar la cabeza y sin mirar, extendió la otra mano y me la puso encima de la pierna rozando mi dura polla. Él evidentemente lo notó, pero no dio muestras de sorpresa.

Y a ti también, os aprecio mucho a los dos, dijo bajando y subiendo la mano por mi pierna.

Por un momento me quedé de piedra. En ese momento supuse (aunque no lo tenía muy claro) que al no mirar donde ponía la mano, la posó demasiado arriba y se encontró con mi erección.

Ella, al seguir la mano de él con los ojos se dio cuanta de que yo estaba empalmado y me miró a los ojos.

Sus ojos eran muy expresivos y yo aprendí a leerlos. En ese momento, al mirarlos y ver una media sonrisa me vinieron a la cabeza aquellas conversaciones que habíamos tenido sobre un trío y noté

como mi polla se movía con pequeñas convulsiones que yo no podía controlar.

Ella seguía mirándome y él separó la cabeza de su hombro, la agachó un poco hacia delante y nos acarició las piernas sobre las que tenía las manos de arriba abajo hasta rozar de nuevo mi polla varias veces mientras seguía diciendo lo que nos apreciaba porque éramos muy buenos amigos…

Entonces ella me hizo un gesto como de asentimiento, le hizo girar la cabeza y puso sus labios sobre los de él suavemente, como queriendo ver su reacción y esta fue inmediata. Abrió la boca y le metió la lengua dentro a ella al mismo tiempo que subía la mano que tenía en mi pierna y me agarraba el paquete apretando suavemente.

Aquello ya era una declaración lo suficientemente evidente para abrir barreras, sus mentones subían y bajaban indicando que las lenguas estaban peleándose dentro de sus bocas y ella me miraba directamente a mi para ver la cara que yo hacía y como

diciéndome sin palabras que aquel era el momento.

Como acostumbro a hacer, y además me estaba poniendo a cien, seguí su iniciativa.

Ella alargó la mano y me cogió el brazo para que me moviera e hiciera algo y eso hice, no vacilé y ya sin disimulos me levanté, me puse delante de ellos y me desabroché el cinturón y los pantalones liberando mi oprimida polla que quedó justo delante de sus cabezas.

El fue el primero que giró la cara hacia mi, me acarició la polla un poco y se la metió en la boca. Luego se acerco ella y empezaron a lamerla uno por cada lado turnándose en metérsela en la boca.

Como ya he dicho, yo ya había tenido algunos encuentros sexuales con hombres antes de ella, pero siempre habían sido en lugares muy discretos y con poca luz; saunas, cines y sex shops. De vez en cuando, si tenía tiempo, me iba a alguno de esos sitios, daba un par de vueltas y siempre acostumbraba a pillar algo pero Clara no sabía nada de eso, simplemente conocía mis ideas por nuestras

conversaciones y siempre a nivel teórico.

Pero para mi, la situación de aquel día era completamente nueva, muy nueva y excitante. A plena luz con ella y otro hombre.

Sus bocas se encontraban y se lamían la saliva que cada vez era más abundante, tanto en mi polla como en sus bocas. Mi mujer, que sabía lo que me gustaba se mojó un dedo con la lengua y me puso una mano por detrás

hasta que encontró lo que buscaba y después de

masajearme un poco con el dedo para relajar los músculos del ano fue metiéndolo poco a poco hasta el nudillo del dorso de la mano mientras seguía lamiendo mi polla y chupando la lengua de él. Verla así era algo desconcertante, pues nosotros habíamos probado muchas de las cosas que puede probar una pareja, pero esto era distinto.

Verla metiendo su lengua en la boca de su amigo que me la estaba chupando mientras me follaba el culo con su dedo me estaba volviendo loco. De nuevo fue ella quien tomó la iniciativa; se levantó, nos cogió de la mano a cada uno y sin decir nada nos hizo ir a la cama.

Ahí ya nos desnudamos los tres y comprobé con grata sorpresa que el también tenía una buena polla preparada para la ocasión. Ni grande ni pequeña, de las buenas, vamos.

Yo me habría lanzado sobre ella a chuparla inmediatamente, pero me contuve para ver cómo seguía el tema. Me tumbé en la cama boca arriba desnudo cogiéndome la polla apuntando al techo. Estaba en su mejor momento.

Ella siguió marcando el ritmo, puso las rodillas a

ambos lados me mi cuerpo, me agarró la polla y se sentó sobre ella metiéndosela hasta el fondo, él se arrodilló a nuestro lado ofreciéndole su polla a Clara. Mi punto de vista era total y las sensaciones que me recorrieron el cuerpo al verla metérsela en la boca y chuparla eran contradictorias. Por un lado sentí celos y por el otro un subidón de morbo impresionante.

Clara me miró de reojo sin sacarse la polla de la boca y me cogió una mano entrelazando los dedos, supongo que para hacerme saber que no me ignoraba. Él lo vio y apartándose de ella se movió hacia mi y puso la polla sobre mis labios. Tal y como yo estaba no me la podía meter en la boca aunque lo estaba deseando muchísimo, así que como pude, con el peso de ella encima me fui deslizando hasta que mi cabeza salió por el borde de la cama y la incliné hacia abajo.

Él se dio cuenta enseguida, se bajó de la cama y forzando un poco su tiesa polla hacia abajo e inclinándose un poco hacia delante la metió en mi boca empezando a follármela lentamente.

Tal y como estaba yo no podía ver lo que pasaba por arriba, pero sí sentía como ella me estaba cabalgando haciendo fuerza para que le entrara

lo más posible dentro del coño y los ruidos de sus bocas y sus lenguas que chasqueaban llenas de saliva.

Al cabo de muy poco yo ya estaba a punto de correrme. No porque ella me estuviera follando, porque su coño estaba tan mojado que mi polla casi no notaba ninguna fricción, sino por los apretones que me daba con sus saltos.

Él tenía sus dos manos a los lados de mi cara sujetándola bien mientras seguía con su vaivén follándome la boca. Antes de llegar a explotar, sacó la polla de mi boca y mientras me chorreaba saliva por la comisura de la los labios pude verla a ella con los ojos cerrados mordiéndose el labio inferior gimiendo.

Síí´, síí´, así, así…,

Al notar que él se había movido, ella paró y se tumbó en la cama boca arriba jadeando todavía. Él se frotaba la polla supongo que para mantenerla dura y yo me tumbé al lado de Clara.

Pero la pausa ya se había acabado. Ella se tumbó encima de mi con su coño sobre mi boca y empezamos a hacer un sesenta y nueve. En esta posición yo tampoco tenía visión de lo que pasaba arriba, pero pronto sentí dos bocas en mi polla otra vez mientras yo le chupaba el coño y su gran clítoris.

Así estuvimos unos minutos hasta que noté que él se ponía de rodillas detrás de mi cabeza y se me aceleró el corazón todavía más.

Pude ver perfectamente su polla encima de mi cara bien tiesa. No sé de donde lo había sacado pero se había puesto un condón.

En ese momento se me pasó por la cabeza que él había venido con un propósito muy claro, pero yo estaba disfrutando como un loco y no me importaba que hubiera sido premeditado.

Bajó la cabeza y sacando la lengua se la pasó por la raja del culo a Clara mojando incluso mi nariz, que estaba justo ahí. Separé un poco el

culo de ella para tener más perspectiva y mientras ella gemía de gusto, él le lamía el agujero metiendo la lengua dentro como si la estuviera follando con ella. Su culo chorreaba saliva que me caía a mi en la boca y como él

vio que yo abría más la boca para que me cayera toda dentro, dejó entreabierta su boca y empezó a caer una cascada de saliva dentro de la mía.

Yo ya no podía más, me estaba reteniendo para no correrme mientras mi mujer me hacía una mamada de las que sabe hacer.

Me estaba reteniendo porque sabía lo que iba a llegar en cualquier momento.

Después de dejarme la boca llena de saliva, él se cogió la polla y frotó la punta varias veces contra el culo de ella. Casi inmediatamente pareció que su culo se abría para dar paso a la polla de su amigo.

Muchas veces lo había follado yo y lo había acostumbrado a recibir polla por ahí, pero parecía que la de su amigo entrara todavía mejor, como si estuviera acostumbrado a recibirla.

En ese momento lo único que deseaba yo es que aquel culo fuera el mío y me estuviera follando a mi, pero eso vino después.

La folló lentamente, como si ya supiera que le gusta así mientras yo le lamía los huevos que se balanceaban e intentaba metérmelos en la boca.

Me corrí entonces con una abundancia desconocida.

Por supuesto que no lo pude ver, pero noté como mi polla escupía unos cuantos chorros de leche dentro de la boca de ella, que aumentaba los gemidos de placer con cada trago.

Ellos tardaron un poco más en correrse. Con el culo de ella ya dilatado al máximo y a punto de llegar a la meta, sus embestidas cada vez eran más fuertes. Ella se giró y entre jadeos repitió varias veces algunas de

sus palabras favoritas.

, sí. Sigue, sigue…más, más fuerte…no pares… no pares…

Con el último empujón, él se quedó parado con la polla dentro de ella hasta los huevos y por sus espasmos me di cuenta de que se había corrido, pero como ella siguió dándole golpes con el culo, el aguantó hasta que ella empezó a dar sus clásicos gritos:

!Sííí…sííi… siii, me corro, me corro…¡

Y arrodillada como estaba se tumbó o más bien se cayó encima de mi chafándome la polla con sus tetas sin parar de jadear y de estremecerse.

Sí, los orgasmos de ella podían ser así de intensos. No sé si ahora lo seguirán siendo, aunque imagino que sí.

Él se quedó con la polla sobre mi cara, enrolló el condón para sacárselo y me cayó algo de su contenido sobre mi mejilla.

Hice un movimiento de sorpresa con la cabeza que hizo que ella se girara y viéndome la cara cubierta de aquel líquido blanco se echó a reir y me lo limpió con unos pañuelos de la mesita.

Perdona, se excusó tímido él.

No hace falta que te excuses. Me ha gustado, le contesté.

Después, los tres nos quedamos tumbados sin decir nada unos minutos mientras recuperábamos el aliento y sin saber que decir.

Me lo he pasado de fábula , dijo ella al cabo de un momento.

Y yo también dijimos los dos a la vez.

Yo hace tiempo que fantaseaba con esta situación dijo él

confirmando lo que yo me había imaginado. Me sonreí para mis adentros.

¿Pues queréis saber un secreto? Yo me he masturbado algunas veces con la fantasía de estar como estamos ahora los tres, dijo ella para mi

sorpresa, pues nunca me lo había dicho antes y además me había dicho que él era gay. Y el caso es que era bisexual, como yo.

¿ Ah, sí? ¿Y ha sido como lo imaginabas? Le pregunté.

Mucho mejor, pero hay escenas de mi fantasía que no han sucedido .

No habían pasado ni quince minutos y sin saber que escenas eran esas se me puso igual de dura otra vez.

Ah, ¿Se pueden saber?

Se hizo un poco la tímida.

Pues…

Me

gustaría…

veros

a

los

dos

mientras,

mientras…me…masturbo

Diciendo eso me separó las piernas y metió la mano por la raja de mi culo dándole un suave masaje y al mismo tiempo agarró la polla de él que ya estaba también a punto de caramelo.

Estaba claro lo que quería y yo, aunque también me hice un poco el ingenuo, era lo que estaba deseando desde que él se había bajado los

pantalones.

Ella me hizo entender que me pusiera de rodillas y así lo hice.

Abrí las piernas todo lo que pude ofreciéndole mi culo a aquella hermosa polla que había visto tan de cerca y apoyé las manos sobre la almohada y la cabeza encima de ellas mirando hacia mi mujer que, sentada

al lado de la cama, ya se estaba metiendo unos dedos por su mojado coño.

Estiré una mano para ayudar en la tarea, pero se apartó sin querer contacto directo. Mientras su amigo hizo la misma operación que había hecho antes con ella. Me lamió el culo hasta que quedó listo para ser follado, del bolsillo de los pantalones caídos en el suelo sacó un condón, se lo puso y apoyando la punta de su rabo en mi agujero apretó poco a poco hasta que entró la cabeza.

Al cerrarse mi esfínter sobre la base de su glande, de la boca me salió un sonido como si hubiese hecho un esfuerzo y cerré los ojos mordiéndome

el labio. Se paró un momento para que yo estuviera cómodo con su tranca dentro de mi culo.

Entonces abrí los ojos y vi a mi mujer chupándose un pezón y haciéndose una paja frenéticamente. Pensé que si seguía así se iba a correr demasiado pronto, pero también pensé que al ser (en aquel tiempo) multi-orgásmica eso no era problema. Podía hacerlo otra vez.

El se iba mojando la polla con saliva para que entrara más fácilmente mientras se movía adelante y atrás poco a poco profundizando cada vez más.

Yo quería cerrar los ojos para concentrarme en aquello, pero la visión de Clara machacándose el clítoris y sonriendo de manera un poco viciosa me impedía cerrarlos.

Él no había acabado de metérmela toda cuando ella ya se había corrido. Ella hizo una cosa que me encantaba y siempre hacía justo cuando se acababa de hacer una paja. Se sacaba los dedos empapados del coño y me metía la mano en la boca. Yo, claro, le chupaba todos los dedos. En ese momento fui yo el que dio un empujón hacia atrás hasta que noté como chocaban sus

huevos contra mis piernas. El se quedó quieto con la polla hasta el fondo y yo empecé a moverme mientras miraba a mi mujer a los ojos hasta que él también pilló el movimiento y llevamos el mismo ritmo.

Cuando yo sacaba el culo hacia fuera él embestía. Me lo estaba pasando de fábula y más cuando mi mujer me cogió la polla y le dio varios tirones hacia abajo. Él también metió la mano por debajo de mi cuerpo y

me agarró los huevos. El placer que sentía cada vez que notaba sus caderas y sus huevos golpeándome el culo y los tirones de huevos y polla iban a hacer que me corriera ya, pero entonces la directora del espectáculo nos hizo cambiar de posición. Yo me estiré boca arriba, él me puso un condón y se sentó encima de mi polla metiéndosela inmediatamente. Su culo estaba más acostumbrado que el mío, por lo que me pareció, y no le costó nada empezar a follarse el mismo con mi polla. Yo habría seguido como estábamos antes pero al poco no me importó pues ella se sentó encima de mi cara restregando su coño contra mi boca. Noté que se inclinó hacia delante y le levanté un poco el culo para ver y aunque me tapaban la visión

sus tetas, pude ver que se la estaba chupando.

Muy pronto, uno después del otro nos volvimos a correr y caímos sobre la cama agotados mirándonos sonriendo pero sin hablar.

Aquel momento fue el más intenso que he vivido sexualmente y cada vez que lo recuerdo mi polla crece, pero a partir de entonces mi relación con Clara empezó a deteriorarse poco a poco, al principio con discusiones por nada y luego se fueron convirtiendo en broncas más fuertes. Entonces fecidimos separarnos.

No mucho tiempo después una noche de copas me enrollé con una prima suya ( no la del rollo lésbico) y ésta, a cambio de jurar que no le diría nada a Clara, me dijo que bastante antes de separarnos Clara ya se veía con su amigo y que el trío lo habían montado entre los dos. Al principio pensé que había sido una hija de puta, pero más tarde lo pensé mejor y le estuve agradecido. De no haber sido por ella, seguramente aquello no habría pasado nunca y además yo también le había ocultado muchas cosas.

Durante un tiempo después la imaginaba follando con su amigo y un grupo de hombres que a su alrededor se corrian descargando su leche encima de ella y cada vez que veía esas imágenes en mi cabeza acababa hacíendome una paja.