Trío. Sesión lésbica con mis sumisas.
Ayer tuve una sesión especial con mis sumisas. Aunque ya os dije que sería muy difícil coincidir y poder quedar con Auriel, por culpa de nuestros horarios de trabajo, ayer tuvimos suerte y pudimos quedar para tener una cita a tres bandas, un trío. Esto fue lo que ocurrió:
Trío. Sesión lésbica con mis sumisas.
Ayer tuve una sesión especial con mis sumisas. Aunque ya os dije que sería muy difícil coincidir y poder quedar con Auriel, por culpa de nuestros horarios de trabajo, ayer tuvimos suerte y pudimos quedar para tener una cita a tres bandas, un trío. Esto fue lo que ocurrió:
Tras entrar en la habitación, y dejar los juguetitos en un lugar en el que yo pudiera encontrarlos fácilmente, Violant y Auriel se arrodillaron, vestidas, ante su Domine. Ahí les conté por encima lo que íbamos a hacer, y les ordené que se levantaran, siempre en posición de sumisas, con los brazos a la espalda, y la cabeza agachada. Tras acariciar los pechos y el culito de mis dos protegidas, comenzaron las órdenes:
- "Violant, quiero que desnudes a Auriel... Auriel, haz lo propio con Violant.".
Era evidente que las dos estaban nerviosas, se notaba en su respiración...
- "Ahora vamos a la ducha, debéis limpiaros la una a la otra, y así estar limpitas para vuestro Domine."
Anteriormente, ya me había encargado de reservar una habitación con una ducha grande y espaciosa, para que mis niñas pudieran jugar juntas. Una vez dentro de la ducha, les pedí que me miraran a la cara, las dos. Quería ver sus caritas mientras gozaban la una de la otra.
- "Auriel, comienza a enjabonar a Violant, las piernas, el culito, los pechos... ahora quítale el jabón, y comienza a acariciar su culito, su coñito... Acaricia su clítoris como lo harías con el tuyo...
Yo me mantenía fuera de la ducha, vestido, a un escaso metro de mis dos sumisas, y podía sentir lo cachondas que estaban. Tenía a Violant de cara, y mientras ella me miraba, yo podía ver en su cara como disfrutaba con las caricias que su hermanita le proporcionaba.
- "Ahora, Auriel, usa un poquito de crema, e introduce un dedito en el culito de Violant, mientras continuas acariciando su coñito."
Violant ya estaba completamente excitada y mojada con la situación, cosa que aproveché para unir sus dos bocas y obligarlas a besarse, con pasión. Ya que estábamos, aproveché la ocasión para pellizcar los pezones de mi sumisa. Era obvio que lo estaba disfrutando, y así estuvimos un ratito, hasta que ella estalló de placer.
- "Muy bien, Violant, veo que lo has disfrutado. Ahora deberás ser tú quien le dé placer a Auriel."
Tras intercambiar la posición y los papeles, Auriel quedó delante de mí mirándome a la cara, y con su hermanita enjabonándola, acariciándola, y masturbándola. Ella también sintió un dedito en su culo, y otros en su coñito. También recibió los besos de su hermana, y mis pellizcos en los pezones.
Una vez corridas mis dos sumisas, y bien limpitas, las mandé secarse y salir a la cama...
- "Ahora quiero que las dos os pongáis a 4 patitas, la una al lado de la otra, esperando el castigo de vuestro señor".
Los dos culitos de mis alumnas quedaron a mi plena disposición. "Zasss...", un cachete en el culo de una de ellas. "Zasss...", ahora el otro culito. Así fueron 4 o 5 azotes para cada una. Entonces agarré el plug anal que tenia para cada una, y tras ponerles cremita, lo introduje en el ano de cada una de ellas. Evidentemente, no son tontas, y sabían que iba a masturbarlas y a sodomizarlas a las dos.
Tras jugar un ratito con sus culitos, y azotarlas varias veces más, agarré los dos consoladores, y penetré con cuidado mis dos coñitos favoritos. Ahí tuve que levantarme para ver el espectáculo. Delante de mí tenía dos hermosos culos, redondos, a mi entera disposición, uno al lado del otro, con un plug metido en el ano, y un consolador en el coñito. Una imagen maravillosa.
Agarré los dos consoladores, y comencé a masturbar a mis sumisas, que gemían de placer. Cada 5 o 6 embestidas, paraba un momento, recolocaba los plugs, y azotaba de nuevo sus culitos. Tras un rato entreteniéndome con ellas, les ordené que se levantaras y que empezaran a masturbarse, la una a la otra, con el consolador, mientras se besaban. Así lo hicieron, y pude ir notando como se ponían bien cachondas y excitadas.
Por aquel entonces, yo ya estaba como una moto y me había desnudado, para permitir así a mi polla encontrar el espacio que no tenía debajo del pantalón. En aquella escena lésbica, solo faltaba una cosita. Faltaba que se comieran el chochito la una a la otra. Así lo ordené, y así lo hicieron. Haciendo un sesentaynueve, cada una de mis protegidas comenzó a juguetear con su lengua sobre el chochito de su hermanita.
La imagen era fantástica y ya no pude esperar más. Tras introducir la polla en el chochito de Violant, la saqué y la introduje en la boca de la otra. Repetí la jugada varias veces, me encanta meter mi polla en un chochito y hacer que otra mujer lama los efluvios de la primera.
Después de jugar un ratito mas con mis dos protegidas, y sabiendo que las dos se habían corrido, les ordené que se dispusieran para recibir mi semen. Yo ya estaba bien cachondo y quería correrme. Ordené a Violant, que es más bajita, ponerse a mis pies para comerme los huevos. Así lo hizo, colocandose entre mis piernas para chupar mis pelotas. Y ordené entonces a Auriel que se colocara justo detrás de Violant para comer mi polla.
Nuevamente, la situación era un sueño hecho realidad, con mis dos alumnas ante mí, arrodilladas, y chupándome a la vez los huevos y la polla. Con aquella excitación, no tardé demasiado en correrme, en la boca de Auriel, que como buena sumisa se tragó hasta la última gota de mi leche. Mi satisfacción era máxima, por tener a mis dos sumisas juntas, jugando entre ellas, y obedeciendo mis órdenes.
Tras un ratito de descanso, en el que mis sumisas jugadon con mi polla y charlamos un rato, di por terminada la sesión, no sin antes obligarlas a bañarme, como siempre hago. Es un ritual que me gusta repetir. Ordeno siempre a mis protegidas que limpien y bañen a su Domine, dejando sobretodo, mis partes nobles bien limpias. Quiero llegar a casa impoluto, reluciente.
Fue una gran cita, sumisas. Supisteis complacer a vuestro Domine y obedecer mis órdenes como yo quería. Estoy contento con vosotras, Violant & Auriel.