Trío interracial en cartagena
Sin proponérmelo, terminé en Cartagena siendo poseída por dos hermosos dominicanos negros cuarentones que me hicieron suya durante toda una maravillosa noche que jamás olvidaré.
Hola, Gracias a todos por los comentarios que han hecho sobre mis relatos, lo cual me ha motivado a seguir contandoles algunas de mis mas alocadas aventuras sexuales.
Esta vez les contare una de mis epocas de universitaria que sucedio cuando fui a un congreso de publicidad en Cartagena de Indias, durante toda una semana con panelistas y participantes extranjeros.
Yo fui por mi cuenta y me hospede en un apartahotel en el cual los panelistas estan hospedados y a solo un par de calles del mar, por lo que era idel para asistir al congreso y de paso disfrutar de la ciudad.
El congreso transcurrió de la manera mas normal y cotidiana, de lunes a jueves, la mayoria volveriamos a nuestras ciudades de origen el viernes, y claro, como todo congreso que se respete se cierra con fiesta, y asi sucedio el jueves en la noche, en un bar discoteca del centro historico de la ciudad.
Asi que me dispuse a salir radiante para la disco. Unas sandalias de tacon junto a un vestido vaporso blanco, corto y de tiras en la parte de arriba. Me encantan asi porque me permite lucir mejor la pechonalidad que Dios me dio y que muchos han llegado a insinuar que son operadas, lo cual es un error.
Sali con destino a la discoteca, donde los organizadores, a manera de integracion, decidieron designar ubicaciones por nombre, por lo que me tocó una mesa cerca de la pista de baile, justo al lado de dos expositores dominicanos, quienes no ocultaron su alegria al ver que yo les haria compania a lo largo de la velada.
Eran unos hombres negros, que superaban el 1.80 de estatura, cuarentones, pero con un cuerpo grande y en perfectas condiciones. Sin duda alguna se notaban que no eran de por aquí. Vestían de forma casual, con una bermuda de dril y camisas manga corta de colores claros, lo cual les quedaba muy bien. Además con el aroma a colonia fina, lo que les daba aun más una gran altura y distinción.
La fiesta inició y ellos empezaron a alternarse para sacarme a la pista a bailar. Eran excelentes bailarines y no me dejaban descansar en la mesa, lo cual me hacía feliz, pues me encanta el baile y más con hombres que saben moverse muy bien, como ellos dos. Cada vez teníamos más confianza y nos pegabamos más en las canciones y ritmos que ameritaba, mientras en ocasiones charlabamos de nuestras vidas y demás.
Asi me entere que eran hombres casados, amigos desde la universidad y que era la primera vez que estaban en Colombia. Su estado civil no fue impedimento alguno para que me coquetearan, cada vez con mas descaro, y al ver que era permisiva con sus alagos, no solo los aumentaron, sino que al bailar se pegaban mas a mi, frotando de manera deliciosa nuestros cuerpos, lo que me gustaba y hacia que sensaciones calientes empezaran a surgir en mi.
Poco a poco empece a sentir como la diminuta tanguita blanca que llevaba puesta empezaba a humedecerse con el rico ardor de mi cosita, pero lejos, muy lejos de mi estaba por imaginar lo que me esperaba esa intensa noche de Cartagena.
La verdad no pensaba mas alla del momento y disfrutaba de cada baile con esos dos hombres, con los cuales coqueteaba con todo el descaro posible, lo cual notaron y ademas de todas las frases cada vez mas picantes, se pegaban mas a mi, donde ya podia notar como sus vergas ganaban en grosor, longuitud y deliciosa dureza.
Cuando fui al baño estaba completamente con la tanguita empadadita de la calentura que me producía, junto a mis pezones erectos y duros. No sabía que sucedería esa noche, no quería pensar en ello, solo quería dejarme llevar por las delicias que esos dos negros cuarentones me producian al verme, bailar y frotarme con sus poderosas herramientas y estar en sus manotas que prometian placer sublime.
Así continuó la noche hasta que la fiesta terminó, por lo que salimos y tomamos un taxi rumbo a Bocagrande donde queda buena parte de la zona hotelera de Cartagena. En dicho taxi, uno de ellos propuso tomar una última copa en el apartaestudio que los 2 compartían, a lo cual acepté casi de inmediato. Cuando subimos al piso 22 del edificio, ellos vieron que no tenían bebida alguna. Así, uno de ellos salio a la calle para encontrar una licorera abierta en la noche y comprar algo de beber. El otro, de inmediato, colocó música y me invitó a bailar en la pequeña sala del apartaestudio.
Casi a oscuras, solitos, empezamos a bailar con mis manos alrededor de su cuello, por lo que él tomó mas confianza y empezó acariciarme deliciosamente la espalda que mi vestido dejaba desnuda y al notar que me gustaba, empezaron los besos en el cuello que fueron abriendo camino con destino a mi boca, hasta que nuestros labios se encontraron en un apasionado beso y las lenguas empezaron a entrelazarse de la forma más erótica y sublime, lo que hizo que sus manos cayeran a mis nalgas para manosearlas y apretarlas contra su humanidad, haciendome notar que antes que la ereccion que habia sentido en la pista de baile había disminuido, antes estaba mucho mas firme, dura y larga.
No sé cuanto tiempo paso, ni que canción sonaba, estabamos ahí los dos, mientras el se encargó de subirme el vestido y desnudar mis nalgas, dejandolas a la vista con su hilo blanco, para manosearlas a placer mientras continuabamos con ese eterno y delicioso beso y mi conchita era frotada por su falo que no dejaba de ganar grosor y de lograr mayor longitud, lo que sencillamente me ponía loquita de deseo.
Ni sentimos la puerta, sólo la presencia de su amigo al lado nuestro, quien con una risa picara le entregó la botella a quien me había hecho compañía, y sin mediar palabra tomó su lugar y empezamos a bailar en la misma posición que habíamos hecho con su amigo. La verdad, en ese momento no queria pensar en lo que estaba haciendo, sencillamente dejarme llevar por el placer que en ese momento estaba sintiendo y así lo hice, pues si lo pienso, no lo hago.
Quien me había besado tomó la botella y fue a la cocina a preparar las bebidas, mientras que su amigo no perdio el tiempo y empezó a seguir el mismo camino que había hecho su otro amigo, por lo que al volver con las copas en la mano, vio la escena de los dos pegaditos completamente, el restregandome su mastil con sus manos en mi culo en un beso tan apasionado como erotico, por lo que dejó las bebidas a un lado, para retirar las manos de su amigo de mi culo, y pregarse a el frotando su verga que parecía que quería explotar dentro de su pantalón.
Separo mi boca del negro que está al frente mio, le doy espacio para que manosee a gusto mis tetas, mientras volteo a ver a su amigo que está detrás mio, y en cuestión de segundos, estoy nuevamente besandolo con pasión desenfrenada, no soy dueña de mi, mi voluntad no existe y todo mi deseo y calentura es de ellos. El negro de alfrente aprovecha para tomar las tiras del vestido y bajarlas por mis hombros, para así dejarlo casi en mi cintura, dejando al descubierto mi voluminoso pecho que ataca sin misericordia con su apetitosa boca, jugando con su prodigiosa lengua, lo que me hace exalar intensos y ricos gemidos teniendo mi boca en la boca de su amigo y nuestras lenguas enredadas.
No saben la delicia de mamada de tetas que me daba ese negro. Las tomaba las dos con sus manotas y no dejaba de lamer, chupar y succionar mis pezones adoloridos de lo duros que los tenia por la calentura que sentía. Quien estaba detrás mio, con quien me seguia besando, no se quedaba quieto y metio su mano por mi vestidito, y primero por encima de la tanga, empezó a frotarse sus gruesos y largos dedos por encima de mi empapada cuquita, mientras me seguía deleitando con su vergota frotandola por doquier por mi culo, el cual sacaba más para disfrutarlo mejor.
Quien estaba detrás de mi, se separó, bajo mi vestido completamente y me dejó solo en las tanguitas diminutas, para luego empezar a subir por mi anatomia lamiendo y besando mis piernas, mis muslos hasta llegar a mis nalgas, que se frotaba en la cara, lamia e incluso mordía de manera deliciosa. El de adelante, sin dejar de proporcionarme la lamida de tetas que tanto me gustaba, introdujo su mano en mis tanguitas por delante, para encontrarse con mi panochita que para se momento era un mar hirviente de calentura y aumentó con la rica frotada que me daba con la yema de sus dedos.
El negro de atrás decidió bajar mis bragitas hasta los todillos para dejarme completamente desnudita, lo que aprovechó el de adelante para descender, hacer que abriera un poco mis piernas, y empezar a hurgar en mi vagina con su morbosa lengua y labios, mientras que el de atrás no perdio su tiempo, abrió mis nalguitas e hizo lo propio con mi estrechito anito. No saben la sensación que era tener, por primera vez, dos lenguas calientes haciendome sexo oral. Tome sus cabezas con cada una de mis manos, me encantaba verme entre esos dos negros, en otras, la sensacion era tan rica que me concentraba en mis gemidos, levantando mi rostro y cerrando los ojitos.
Los dos se incorporaron y sin dejarme de besar y manosear sus cuerpos, hicieron caer al suelo sus pantalones junto a sus boxer. Dirán que exagero, pero eran las vergas más largas y gruesas, que al menos hasta ese momento, había visto en mi vida. Sentí una sensación de intimidación y a la vez deseo por ellas, y cuando se pararon los dos frente a mí, no había necesidad de palabras, sabía bien lo que querían y yo estaba allí para complacerlos, así que me puse de rodillas, tomé esas ennormes vergas con mis manos y empecé a darles una intensa mamada.
No les miento al decirle que tomaba una de esas vergas con las dos manos y les sobraba la cabeza, además, de lo gruesa, casi mi mano no cerraba en su contorno, por lo que podía mamarles la cabeza y lamerles el resto, y fue casi imposible tragarme los dos penes a la vez, por mas ricos intentos que hicimos. Pero ello no fue impedimento para que les demostrara que lo mio es el sexo oral, que se dieran cuenta como me encanta y disfruto mamarlas y tragarme sus grandes y negras guevas mientras me daban golpecitos en el rostro con esos mastelis de ebano.
Casi se peleaban porque les chupara el cabezon o le pasara la lengua por el tallo o los recorriera con rico chupones, no me cambiaba por ninguna teniendo esas vergas en mi boca, pues es una de las cosas que más disfruto en el sexo. Por ello, uno de ellos se separó de mi, me acomodó en cuatro, y mientras yo seguia succionando una verga negra, empecé a sentir como el otro frotaba la cabeza de su penesote por los labios de mi vagina, para poco a poco ir perforandola con su animalote, haciendome producir gemidos sin que me sacara el otro palo de mi boca, inclusive tragandomelo más.
Fue un proceso lentamente delicioso el que mi cosita se acostumbrara a semejante herramienta. Con tacto y experiencia, el supo ir introduciendomela, produciendome instantes de ese dolorcito rico de placer que me hacia apretar entre mis labios la verga del otro macho que me comia, para en casi en la mitad, empezar a darme un delicioso bombeo que me hacia alucinar de lo delicioso. En ese momento pensé, y me exite aun mas. Solo un macho de estos sería rico para una noche de sexo sucio y yo estoy con dos: que puta suertuda soy. Por lo que incremente mis mamadas mientras yo solita movia mis caderas para sentir el pene más adentro de mi panocha.
En esa pose logré uno de los más intensos orgasmos de mi vida, el cual no lo gemi, lo grite intensamente mientras el negro que tenía detrás incrementaba sus movimientos, mientras no dejaba de mamarlo de manera desesperaba, aunque el amigo de al frente me pedía que parara, sentía que me la podía meter más y más por la boca, mientras la otra verga negra entraba casi completa por mi cuca chorreante de jugos calientes, lo cual produjo, que casi al tiempo, los dos llegarán a su primera desgarga de abundante semen, el cual brotó por mi panochita aun con la verga dentro, al igual que por la comisura de mis labios.
Caí casi desmayada en la alfombra de la sala de ese apartahotel. Los dos al lado mio completamente sudorosos, agotados, pero quizás, como yo, con ganitas de ir más allá. yo me quedé allí, disfrutando de sentir como de mi vagina no paraba de brotar semen espeso, caliente y abundante, mientras que mis labios, boca y mis tetas, tenias rastros del semen del otro macho. Me sentia puta, sucia, golfa y me encantaba sentirme así.
Fue sólo el primero de la noche, pero ustedes dirán si quieren conocer lo que siguió en esa noche.
Lauritavelez94@hotmail.com