Trio inesperado en la playa
Hombre gordito gay se encuentra en la playa a su compañero de trabajo y su novia
Me llamo Fernando, tengo 39 años y soy gay. Es algo que no oculto pero lo llevo con discreción, quien me vea por la calle no sospecharía que lo soy.
Trabajo de vigilante de seguridad en un hospital. Soy de físico robusto, algo regordete, pelo castaño oscuro, rizado en pequeños bucles, ojos marrones, bastante velludo aunque me gusta ir con la cara afeitada.
No tengo pareja, he tenido algún rollete, pero la verdad menos de lo que me gustaría. Mi vida sexual no es digamos agitada. Vivo solo en un piso bastante cuco.
El compañero de trabajo con quien mejor me llevo es Alejandro, solemos hacer turnos juntos y la verdad es muy buen amigo fuera del trabajo. Él es hetero. Su pareja Rocio, es una chica bastante agradable y tengo que decir que muy guapetona, tiene buen cuerpo y se ve que se cuida. El en cambio es un poco mas como yo, no tan robusto, y se le ve de poco vello, con esa curvita en el vientre que llaman de la felicidad.
Me parece guapo, y el sabe de mi orientación la cual siempre me ha respetado.
Un dia de verano que tenia libre decidí irme a la playa. Suelo ir a una playa un poco apartada de la ciudad, no es muy grande, esta entre acantilados y es nudista.
Coloque mi toalla en un rincón un poco apartado entre rocas y dunas, me desnude y fui a darme un chapuzón. Al volver, de camino a mi toalla me encontré con Alejandro y su pareja recién llegando a la playa.
Hombre Fernando!, vienes también a esta playa? – me dijo sonriente echándome un vistazo rápido de arriba abajo.
Hola pareja, pues si, aprovecho ahora que hace sol. Yo me he puesto por ahí atrás de esas dunas. Si os queréis venir allá…
Ah pues sí, mejor porque nosotros es solo la segunda vez que venimos a una playa de estas - dijo Rocio.
Al principio da cosa si no estás acostumbrado, pero la verdad es que luego ya te da igual pasearte por ahí y que te vean todos – le dije.
De modo que vinieron conmigo y se colocaron sus dos toallas junto a la mia pero no pegadas. Se desnudaron. Rocio estaba muy bien, pubis casi depilado, buen par de tetas, y Alejandro hay que decir que tampoco estaba mal, poquito vello, barriguita, y un miembro que en estado de flaccidez ya tenía un cierto tamaño. Procure no ser demasiado evidente en mi observación.
Ahí estuvimos pasando el tiempo, nos fuimos a bañar, volvimos, tomamos el sol que ya caía la tarde. Alejandro y Rocio empezaron a ponerse cariñosos a darse besos, acariciarse y Alejandro empezó a llegar a otro nivel, acariciándole los pezones y de pronto bajando la mano por su vientre hasta empezar a tocarle entre los muslos.
Eeeeh, os estáis poniendo muy tontetes eh? – dije entre risas
Buf – dijo Alejandro – me da un morbo enorme estar así aquí, aparte aquí no nos van a ver.
Ostras Alejandro – dijo Rocio al tocarle entre las piernas. Alejandro se incorporó un poco poniéndose boca arriba riéndose picaronamente y mostrando su pene completamente erecto.
Bueno Bueno - dije riendo pero con un morbo enorme por dentro – os lo vais a montar o qué?.
Buff, si vigilas que no viene nadie igual si – dijo el mientras le introducía dos dedos a Rocio por la vagina, la cual estaba bastante cachonda.
Me puse en pie para otear que no había nadie cerca, aunque no estaba erecto mi pene había crecido en grosor, estaba morcillón. Obviamente pudieron verlo.
- Nada, no hay nadie. La única gente que veo están allá lejos.
Entonces Alejandro se puso a lamerle el chocho a Rocio, ella gemía acariciándose los pezones. Después se puso entre sus piernas y la penetro. Pude ver cómo le entro el pene hasta el fondo. Nunca pensé que vería a mi compañero en esa situación, verle bombear, sus testículos bamboleando.
Ahí estaba yo de pie vigilando que nadie viniera, pero sin dejar de observar el espectáculo que tenía delante. Mi pene ya estaba completamente erecto, no es muy grande, unos 16cm, pero es bastante grueso, algo curvado hacia arriba. No pude dejar de masturbarme viéndoles.
Entonces Alejandro saco su pene, se puso boca arriba y Rocio le empezó a hacer una mamada.
Ostras Fernando como te has puesto! – dijo Alejandro mirándome.
Guau Fernando! – dijo Rocio riendo – no la gastas mal no- entonces cogiendo el pene de Alejandro me dijo insinuando – quieres…?
Chupárselo?, ostras no se.
Te la ha chupado alguna vez un tio cariño? – le pregunto Rocio.
No, pero bueno tio, si quieres no voy a decirte que no – me dijo Alejandro excitado al máximo.
Ponte que vigilo yo – me dijo Rocio.
Me puse entre las piernas de Alejandro, el corazón me iba a mil. Cogí su pene, le baje el prepucio le lamí la punta. Entonces me lo metí completamente en la boca, presionándole el tronco con mis carrillos. Su pene era más largo que el mío, pero más delgado.
Hostia tio – dijo Alejandro echando la cabeza hacia atrás y mordiéndose los labios. Seguí mamándosela.
Te gusta cari? – dijo Rocio
Joder, me está volviendo loco.
Se la segui chupando excitadísimo por estar provocándole tanto placer, le acaricie también los testículos suavemente.
- Ufff tio espera para, para, que me corro – me dijo jadeando
Pare inmediatamente, su glande segregaba gotas de líquido preseminal. Me incorpore.
- Túmbate boca arriba - me dijo – asi me da mas morbo que me la chupes.
Se puso de rodillas sobre mi pecho, con las piernas a ambos lados de mi, delante tenía su pubis, presentándome la polla, me la metí en la boca, el empezó a bombear suavemente, no quería atragantarme.
Entonces sentí que Rocio me agarro la polla y empezó a chupármela. Era la primera vez que una tía me hacía eso, me dio un morbo enorme saber que tenía a Alejandro encima de mi con su pene dentro de mi boca y su novia chupándomela.
Entonces paro de chupármela. Y volvió a chupármela, pero no, era otra sensación… ostras, era su vagina!. Se estaba sentando encima de mi introduciéndose mi pene dentro de ella. Jamás había tenido sexo con una tía. Sentí como tocaba mi pubis con sus labios vaginales, la tenía metida hasta el fondo. Estaba caliente y húmedo por dentro, me la apretaba con sus paredes vaginales.
Seguí chupándosela a Alejandro, pero tenía la cabeza que ya no sabía a que prestar más atención.
Ella empezó a subir y bajar, follándome o yo a ella. Su vagina me succionaba la polla provocándome un placer como nunca. Alejandro se dio cuenta.
- Joooder- se quitó de encima mío y se puso a un lado dejando su polla cerca de mi boca para poder chuparla. También quería mirar.
Con el sube y baja mi polla se salió por un instante, Rocio que estaba de frente se puso de espaldas, Alejandro me agarro la polla masturbándome.
- Que gorda la tienes tío – me susurro. Sin que Rocio lo viese, por un instante se inclinó hacia delante y se la metió en la boca unos segundos chupándomela. La saco y la dirigió a la vagina de Rocio que se la metió profundamente. Siguió el bombeo.
Rocio empezó a gemir más.
Joder Fernando, no se como tienes la polla pero me está rozando algo por dentro que… uff uffff… ay dios!- empezó a subir y bajar más deprisa. Supuse que debido a la curvatura de mi pene, y a que era un tanto grueso y cabezón le estaba estimulando su punto G que igual Alejandro no podía.
Dios me corro, me corro – dijo Rocio, empezó a temblar, su vagina empezó contraerse presionándome el pene en oleadas, se inclinó hacia atrás, sentí el pene mojado de jugos suyos
Ufff me voy a correr, no puedo aguantar, ufff- dije jadeando, arqueando la espalda empecé a eyacular, sentí como salían disparados varios chorros de semen dentro de ella.
Mientras me corría Alejandro, me acaricio los pezones. Rocio se tumbó agotada, saliendo mi pene de su interior, húmedo y aun goteando semen. Rocio estaba boca arriba con los ojos cerrados. Entonces Alejandro totalmente excitado, se acercó a mi, me acaricio la cara con la mano y me dio un beso en los labios, su lengua y la mia se rozaron por unos instantes. Se separó, bajo y le dio una chupada a mi pene.
Después fue hacia Rocio, se puso entre sus piernas, ella le abrazo y la penetro. Estaba excitadísimo de saber que su polla estaba siendo mojada por los jugos de su novia y el esperma de su compañero Fernando. Empezó un bombeo frenético y a los pocos minutos se corrió dentro de ella. Su semen y el mío mezclados en su interior.
Rocio se levantó, con la respiración agitada y aun recuperándose.
Que fuerte, tios que fuerte, uf que gozada. Fernando hijo, para ser gay volverías loca a más de una.
Eeeeh, mucho te ha gustado! – le dijo Alejandro dándole un cachete cariñoso en la pierna.
Voy a darme un baño para quitarme el sudor y limpiarme chicos.
Ella se fue al agua, Alejandro la observo alejarse y entonces se acercó a mi que aún estaba tumbado con la polla medio hinchada, se puso encima mio entre mis piernas y abrazándome me beso profundamente en los labios. Le abrace rodeándole con mis piernas, tocando su espalda, su pene y el mio rozándose y recuperando la dureza.
Rocio va a volver – me dijo separando su rostro y acariciándome la cara – me ha encantado tio. No se lo que siento, pero algo siento por ti. Tengo ahora la cabeza un poco que no se – dijo riendo – pero esto quiero repetirlo, tu y yo a solas.
Cuando quieras.