Trio hipnotico

Mara se inicia en un trabajo y sigue creciendo como trans. Lucia compañera de trabajo le introduce a un trio hipnotico. ¿Que fue real? ¿Que fue sueño?

Como os había comentado en un anterior relato, pase a realizar pequeños trabajos en el salón de Carlo. Eran pocas horas a la semana. Preparación de las salas, preparación de las cremas y limpieza al finalizar el día, todo ello por un pequeño sueldo y periódicas sesiones con Carlo. Solo acudía jueves, viernes y sábado. Lucía caló de inmediato nuestra relación y sonreía de modo enigmático. Su presencia me tranquilizaba y me provocaba.

En el transcurso de las semanas me encontré envidiando su desenvoltura y su estilo. Por el tipo de trabajo encomendado yo apenas tenía relación con clientes, sin embargo escuchaba de continuo sus confidencias a Carlo y Lucia. El modo en que se relacionaban con Lucia me hipnotizaba, su voz cadenciosa y su comprensiva ironía provocaba de continuo secretas confidencias y más de un calentamiento. En alguna ocasión Lucia al salir de los camarines y acercarse a la trastienda laboratorio me encontraba aún turbada por las conversaciones escuchadas y se sonreía abiertamente

Menuda guarrilla estas hecha

<…>

No te enojes que te encanta que te hable así. Ya vendrá una tarde para nosotras.

Apenas sonreía tratando de ocultar mis emociones y sentimientos. Si sus conversaciones me excitaban, su modo de hablarme terminaba por demudarme…Por otra parte, Carlo se daba perfecta cuenta de mi confusión e irónico ya en nuestros encuentros ya en algunos reposos comentaba ausente "debieras encontrarte una hermana …".

El hecho que una extraña tarde de viernes nos encontramos sin Carlo y sin clientes. Carlo pasaba el día fuera e inexplicablemente dos clientas fijas habían cancelado sus citas. Lucía asumió el contratiempo con tranquilidad y se acerco a la trastienda a ayudarme a recoger. Aquella tarde llevaba su bata blanca abierta. Vestía una minifalda vaquera que le llegaba al primer tercio de muslo y una camisa de tirantes anchos de algodón azul. Sus pechos desafiantes, sus muslos envidiables, su pelo castaño largo ondulado con guedejas doradas y sus ojos almendrados sonreían ante mis miradas celosas. De repente acariciando sus pechos y sonriéndome me interrogo.

¿Te gustaría tocarlos o te gustaría tenerlos?

<…> - la pregunta me cogió de improviso sonrojándome completamente-.

¿Qué harías ahora conmigo que estamos solas? –Se acerco hacia mí con más caricias y miradas sensuales-. ¿Te gusta estar a solas conmigo? ¿Cómo te gusta llamarte? ¿No eres Mara? Déjame ver que llevas bajo tus vaqueros.

Mi sonrojo y excitación se dispararon. No comprendía como podía haber adivinado que bajo mis vaqueros vestía unas braguitas blancas de cadera alta. Ya era imposible zafarme de la esquina en la que arrinconada Lucia me mantenía perfectamente asediada. Me llevo hacia ella cogiéndome por mis caderas y en un ademán palmoteo mis nalgas y muslos.

Condenada putilla! Menudas piernas gastas, déjame desabotonarte. –Su petición era más una orden que ejecutaba precisa-. Ves como sabía que tenías una sorpresa.

Me gusta llevarlas.

Te gusta llevarlas y te gustan mas cosas. No se si te gustara jugar conmigo, pero apuesto que aprenderías mucho de cómo has de moverte… -sus manos entraban y salían por toda mi cintura y nalgas. Uno de sus dedos jugueteaba al borde de mi esfínter-. Se te ve en la cara la excitación que mis dedos te provocan en los labios de tu coñito.

Sus labios dejaron de susurrarme y sentí su lengua en el interior de la boca. El magreo al que me sometía me excitaba y acaloraba. Mis manos no sabían como recibir todo su empuje. Sus besos y mordiscos se interrumpían con gemidos de jaleo. "Vamos Mara"…"Vamos hermanita"...

Enséñame los pezones de esos pechos por nacer. Yo te enseñare. Quieres ser mujer y esta hermanita te va ayudar.

Estoy cachonda –me atreví a confesar-.

Cachonda ya eres, estás caliente para mí. Por muy maricona y zorra que te guste ser no puedes despreciar un caramelito como yo. Dame tus pezones.

Desabotono mi camisa y se abalanzo a mis pezones. Succiono hasta hacerme sentir y creer que mis pechos crecían y desafiaban sus tetas. Lucia se daba cuenta y estimulaba la envidia. "Tócamelos putita" Te enseñare a verlos crecer te enseñare a verlos desafiar"… "Sigue comiendo…" "… Baja a mi coñito y paladea mi néctar". "Mi néctar mágico te hará crecer zorrita".

Su voz me hipnotizaba, y baje la mirada envidiosa hacia su coño. Aparte con mis dientes la telilla de su tanguilla y empecé a lamer y explorar… El olor , su voz, los jugos me llevaron hacia un extraordinario sueño… Su voz se perdía y narraba una experiencia cada vez más real….

"Ves como lamiendo te crecen tus pechos… mis jugos y la gravedad los excitan, tus pezones erectos, la masa se bambolea a tu empuje …" "Míralos un momento … siéntelos" "Crecen y desafían a los míos…"Algún podrán tener su volumen" "Es el ritmo de tus nalgas y tu coño lo que estimula" "Mara pides mas….

Lame mis labios Mara… Omar el negro que vende compactos en la esquina lleva rato espiándonos. Sabes que yo ya he estado con él. Se desnuda. Lo tienes en celo Mara. Estamos cachondas… pero Omar solo tiene ojos para ti. Cómeme más que yo te cuento como se desnuda. Sus pectorales y sus hombros tienen la huella del duro trabajo. No sientes el olor a macho como se nos acerca. Abre las piernas Mara. El pene de Omar es algo importante. Aún no has terminado de erectarle. Ya lo mamaras. Sigue lamiendo Mara.

No sabia que ocurría, pero sus los labios de su coño y sus sabores me hipnotizaban. Sentía mis pechos bambolear. La erección de los pezones era dolorosa y desconocida. Y de repente unas manos ásperas masajeaban mi culo. Estaba a cuatro patas empinada. Alguien correteaba sus dedos por mi raja. Fue un instante y algo penetró en mis entrañas. La sensación no era desconocida pero si distinta. Un miembro interminable y plástico me ensartaba. Yo estaba poseída y la voz de Lucía desde lejos aleccionaba… "Mueve tu culo zorrita …" "Muévelo hermanita".

Estaba siendo penetrada por una polla desconocida y descomunal… Me la figuraba negra.. pero no sabían como era…Cuatro manos me retenía y solo aceptaban mi baile sexual de nalgas, caderas, pecho y lengua. Una segunda descarga me llevo al borde del éxtasis. Aquel miembro plástico iba endureciéndose a cada acometida. Y a cada embestida crecía. Figuraba mi esfínter, mi coño dilatado hasta permitir la entrada de un puño….

Córrete ahora Mara, córrete ya … Córrete conmigo. –La voz de Lucia volvía de muy lejos-.

Orgasme como nunca. Mis pezones chillaban, mi cosita dura dejaba paso a un clítoris hormigueante y excitado que devoraba una descomunal tranca. De repente no recordé más que la sonrisa de Lucia sobre mis ojos. Estaba despierta. Lucia recién duchada y un caramelo acre y salado regaba toda mi espalda… no era mi olor. Lucía sonreía

Algún día Mara. Si eres valiente, cruzaras la frontera. Tu vida será dura. Te prometo que yo estaré contigo para disfrutar lo que solo ángeles y zorras sabéis ofrecernos a mujeres y hombres corrientitas. Eres una loba y yo quiero verte joder