Trío fraternal.
Lucía se queda sola con sus dos hermanos y acaba follada por turnos.
Aquella noche sus padres habían salido de visita y no regresarían hasta pasados dos días por lo que Lucía se quedó sola con sus hermanos Manuel y Joaquín.
Lucía estaba en su habitación cuando Manuel le toco en la puerta.
-Vamos a pedir una pizza para comer ¿te apetece? -dijo asomando su cabeza tras la puerta.
-Si, vamos a aprovechar que no están los papás -dijo ella aprobando alegremente la idea.
Ese día hacía calor y ella llevaba unos shorts cortos y una camiseta de tirantes. Su figura era esbelta, algo rellenita y tenia unos grandes pechos. Era algo que en su adolescencia le acomplejaba pero ahora a sus 30 años había aprendido a sacar provecho usando escotes que mostraban parte de sus tetas cuando salía de copas y le gustaba ver como los hombres miraban con disimulo.
Sus hermanos eran menores que ella, Manuel tenía 20 años y Joaquín 25. Ambos eran atléticos y altos.
Se levantó y se sentó en la mesa cuando le avisaron que habían llegado las pizzas. Comieron en silencio hasta que un poco de tomate se escurrió de la porción que comía Lucía y fue a para a sus pechos provocando la risa de sus hermanos.
-No tiene gracia -dijo ella -siempre me pasa igual.
Ambos hermanos miraron sus pechos y ella se sintió cohibida.
-Que miráis salidos.
-Es imposible no mirarlos-se defendió Manuel.
-Si, además con esa camiseta tan apretadita... -bromeó Joaquín intentando poner una pose sexy que quedo muy ridícula.
Todos rieron y Lucia les lanzó una servilleta arrugada de broma pues estaba acostumbrada a que sus hermanos se metieran con ella.
Cuando terminaron Lucia les dijo que se iba a echar la siesta y se retiro a su cuarto.
Despertó unas horas después y vio que la luz de la estancia había disminuido. Miro el reloj y vio que eran las seis de la tarde. Salio de la habitación dispuesta a meterse en el baño para ducharse pues era viernes y tenía pensado salir.
Vio que sus hermanos estaban en el salón jugando a la Playstation.
-¡Menuda siesta que te has echado he! -le dijo Manuel al verla.
-Si, me he pasado -respondió Lucía con un bostezo -voy a duchame para salir.
Ellos respondieron con un movimiento de la mano sin perder de vista la pantalla.
En la ducha Lucía se desnudó y se metió bajo el agua. Con la esponja recorrió su cuerpo enjabonándolo hasta llegar a sus partes. Su depilada vagina reacciono al frotamiento continuo y se detuvo antes de correrse. Le gustaba castigarse así. Llevar su cuerpo al límite para detenerse justo antes de que tuviera un orgasmo. Con aquello conseguía que cuando se acostaba con algún chico sus orgasmos fueran muy intensos.
En aquel momento no tenia novio fijo pero habían uno o dos amigos que tenían pleno derecho y follaban de vez en cuando. Esa noche iba a ser uno de ellos la que la follara por lo que estaba excitada y expectante.
Salio de la ducha con sus tetas tambaleándose y sus pezones duros del frio. Se envolvió en una toalla y salio hacia su cuarto. Habían pasado unos 15 minutos más o menos desde que vio a sus hermanos en el salon jugando y ahora estaban en su habitación, pues la casa no era muy grande y ellos compartían cuarto.
Lucía paso por delante de su puerta para ir hacia su estancia al final del pasillo cuando se dio cuenta de que se habían dejado esta mal cerrada. Se podía observar una línea de luz sobre el suelo que salía de aquel cuarto.
Continuó su camino pero la curiosidad fue más fuerte y se volvió para mirar.
-Al final me voy a enterar que hacéis ahí dentro pensó divertida.
Lo que vio la dejo de piedra.
Tanto Manuel como Joaquín estaban desnudos, cada uno en su cama y se masturbaban mientras miraban unas fotografías. Al principio sintió asco pero por algún motivo no podía dejar de mirar. Sus penes estaban en todo su esplendor, el de Joaquín era largo de unos 15 centímetros apuntaba hacia el techo y la piel del prepucio dejaba al descubierto un glande rosado con los movimientos de su mano. El de Manuel era algo más grueso y corto pero aun así estaba bien dotado. Éste también apuntaba hacia arriba pero al ser más grueso se tambaleaba un poco hacia abajo si era liberado de la mano de su dueño.
-¿Has visto que melones? -dijo Joaquin.
-Si, ¿quien será el afortunado que se los coma esta noche? -respondio Manuel sin dejar de sobar su pene.
-Ojalá fuera yo -bromeó su hermano.
Lucía no perdía detalle de aquellos miembros. Mientras sentía que su coño empezaba a mojarse y no pudo evitar llevar una mano a él.
No habia prestado atencion a lo que decían hasta que Manuel entre jadeos dijo su nombre.
-.¡Calla que te va a oír! -le increpó Joaquín.
-¡Que va! Si nunca nos oye.
Aquello la escandalizo pero a la vez sintió un fuerte orgasmo que hizo que le flaquearan las piernas y cayera de rodillas al suelo.
Pensar que era una de las causantes de las pajas de sus hermanos la excito sobremanera, solamente imaginar que podían romper el tabú del incesto y que ellos querían profanar su coño la volvió loca. Se acurruco en el suelo mientas se masturbaba hasta que una voz la interrumpió.
Miro hacia arriba y vio a Manuel y Joaquín desnudos mirándola con ojos de sorpresa. La habían descubierto y se sintió una estúpida. Como un resorte se puso de pie y se apoyo en la pared mientras no dejaba de jadear.
Tenia tanta vergüenza que era incapaz de salir corriendo ni decir nada. Mantenía la mirada abajo mirando como sus manos sujetaban la toalla bajo la cual estaba desnuda.
Nadie dijo nada hasta que Joaquín aparto sus manos y abrió su toalla para contemplar aquel cuerpo que tantas fantasías había suscitado en su mente.
La toalla cayó al suelo quedando expuesta a sus hermanos. No se cubrió con las manos, dejando que aquellos dos hombres contemplaran su cuerpo. Contemplaron sin pudor sus pechos, grandes con sus pezones rodeados de unas anchas aureolas, su coño depilado con unos finos labios vaginales brillaba por sus fluidos. La giraron para contemplar su culo, rollizo pero firme, sin poder evitar llevar sus manos a él para tocarlo. Lucía se sintió como si fuera una exclava a la cual van a comprar.
La cogieron y la metieron en el cuarto. Una vez allí la empujaron y cayo de espaldas sobre la cama provocando que sus grandes tetas se bambolearan de un lado a otro. Ellos se tumbaron cada uno a un lado y empezaron a acariciar el cuerpo de su querida hermana deslizando sus manos hasta sus tetas y su vientre para tocar tímidamente su coño mojado.
Se miraron sin atreverse a dar otro paso hasta que Lucia los miro y asintió dando su permiso para ser follada. Ellos no necesitaron nada más.
Empezaron dándole beso en la mejilla para ir bajando hasta su cuello. Arrancando gemidos de Lucía que se abandonaba a su instinto.
Llegaron hasta las tetas cada uno a una de ellas y sus bocas empezaron a succionar sus hermosos pezones.
Cada uno tenía una forma de hacerlo. Joaquín lo chupaba con si fuera una tetina y no se detenía en el pezón pues al resto de pecho lo llenaba de besos. Mientras Manuel era algo más agresivo y mordía suavemente el pezón que le había tocado y también al resto de la teta.
Lucía se sentía morir de gusto mientras con sus manos acariciaba sus cabezas.
Podía sentir sus pollas rozándola y dejando allí restos de liquido preseminal de sus rosados capullos.
Cuando estuvieron satisfechos surgió la duda de quien debía follarla primero y quien tenia condones para la ocasión.
-No os preocupéis por los condones, tomo la pildora -dijo Lucía zanjando aquel tema mientras pensaba que deseaba sentir sus espermas en su interior. Pero aún quedaba la cuestión del turno. ¿Quien poseería primero a aquella mujer la cual les había sacado tantas pajas?
-Yo soy el mayor -alegó Joaquín.
-Mas motivo -replicaba Manuel -los menores primero.
-Me da igual como lo hagáis -le dijo Lucía mientras no me folléis el culo, eso está prohibido.
Los chicos no habian contemplado esa posibilidad, aunque ya era tarde para ello.
-Pues lo echamos a suertes -dijo al final Manuel.
-Vale pero daros prisa estoy cachonda -les apremio Lucía llevando las manos a su coño mojado.
Fue una moneda la que decidió que Joaquín sería el primero en follarla. Ella se sintió usada al ser subastada a suertes como ganado y aquello le excitó más todavía.
Joaquín se acerco mientras contemplaba a su hermana como si fuera un león y ella su presa.
-Cuantas veces he soñado esto -dijo jadeante.
Se tumbo sobre ella y la miro a los ojos. Ella le acaricio el pelo mientras con la otra mano colocaba su miembro en la entrada de su cueva.
Joaquín empujo suavemente y Lucía emitió un grito. Los labios de su coño se abrieron para recibir el largo y jugoso pene de su hermano. Él volvió a empujar y esta vez su pene llego hasta el fondo y Lucía dio un respingo al notarlo tan adentro. La dejó alli unos segundos disfrutando del calor interno de aquella hembra. Podía sentir su pene palpitando y pidiéndole moverse.
Empezó las acometidas que fueron suaves y profundas, como si disfrutara cada tramo del recorrido que hacía su pene en el interior de su hermana. Ambos gemían mientas Manuel no perdía detalle. Se besaban y acariciaban como queriéndose fundir en uno solo. Joaquín descendió hasta sus pechos y sin dejar de follarla empezó a comérselos. Lucia sintió un orgasmo y miro hacia un lado, pudo ver las fotografiás que estaban usando para masturbarse y vio con sorpresa que eran suyas. Fotos familiares donde ella lucia vestidos sugerentes o con bikini cuando han ido de vacaciones. Volvió a mirar a su hermano y entre jadeos le pregunto: -¿desde cuando deseáis follarme?
Él no contesto, acerco sus labios y la beso mientras sentía correrse. Lucía gimió al sentir otro orgasmo mientras el esperma la inundaba.
Se miraron, Lucia le dio un pico en los labios y sonrió satisfecha.
Pero aún faltaba Manuel, que sin poder evitarlo empujo a Joaquín para reclamar su turno.
No hacia falta ser muy lista para ver que Manuel era más bruto que Joaquín. Mientras se tumbaba sobre ella Lucia recibió halagos salidos de tono fruto de la excitación de su hermano.
-Madre mia que buena estás. Si supieras cuanto que querido follarte hermana. Hoy salias a buscar un rabo ¿no? -Lucia miraba a su hermano sorprendida sin contestar.
-Que pasa ¿no dices nada?
-Déjate de palabrería y follame -dijo al final ella.
-Encima te pones chula, ahora verás.
La penetro de una envestida sin importar que aun tuviera dentro el semen caliente de su hermano. Los ojos de Lucia se quedaron en blanco mientras Manuel la miraba disfrutando.
-Así es, siente como te folla.
-!Hauug¡ -solo pudo decir ella notando como aquella gruesa polla la penetraba.
La folló fuerte, chocando contra ella. Ambos gemían frente a Joaquín que disfrutaba con el espectáculo.
-!Ha Manuel¡ !Que animal¡ -exclamó entre jadeos.
-¿Te gusta?
Ella asintió y lo besó.
Cuando Manuel sintió que se corría miro a su hermana.
-Me corro, voy a llenarte puta -le dijo.
-Jamás imaginé que me follaríais, esto no está bien -dijo ella rota de placer.
Manuel gritó al sentir como descargaba. La eyaculación fue abundante y liberadora.
Al final habían follado a aquella hembra después de años de deseo.
Se quedó dentro de Lucía hasta que descargo la última gota. Al separarse ella quedó tendida boca arriba con las piernas separadas.
Los dos la contemplaron, estaba sudada, con el coño mojado por el cual rebosaba gotas de esperma. Sus tetas tenían rojeces ahí donde habían sido mordidas o succionadas y también sus pezones, todavía duros.
Lucía sintió como el cansancio la invadía y cerro los ojos.
Cuando los abrió y vio que estaba sola se sentó sobre la cama intentando asimilar que había pasado. Eran las 5 de la mañana por lo que se habría dormido después del sexo. Contempló su cuerpo usado y sucio y se llevó las manos a sus pezones doloridos.
Se levanto y se volvió a dar una ducha. Estaba avergonzada y no sabía como comportarse con sus hermanos a partir de ahora. Se habían dejado llevar por sus instintos más primarios y tendrían que pagar el precio.
En su cuarto se puso algo de ropa y tras meditarlo se dirigió al salón. Allí estaban como siempre jugando a la playstation sus hermanos que al verla pausaron el juego.
-Hola Hermanita ¿que tal? -le dijo Joaquín como si nada hubiera pasado.
Ella se acerco a ellos sin saber que decir.
-Chicos...-dijo sin saber como continuar.
-Tranquila Lucía -le dijo Manuel al ver su turbación -lo que ha pasado ha estado bien pero no tiene porque cambiar nada entre nosotros.
-¿Como puedes decir eso? -saltó ella -¿después de lo que hemos hecho?
-No pasa nada ha estado bien y ya está no le des más vueltas -respondió Joaquin.
-Pero !hemos follado! -grito Lucia -¡Eso está mal!
Empezó a llorar y ellos la abrazaron.
-No te preocupes, nadie lo sabrá nunca -la consoló Manuel.
-Nos queremos y es lo que importa -añadió Joaquín.
Ella asintió -Vale chicos pero no puede volver a ocurrir.
-De acuerdo pero que sepas que siempre seras la protagonista de nuestras pajas -bromeó Manuel.
-Eso creo que lo puedo soportar -dijo Lucía con una sonrisa.
Se pusieron a jugar hasta que amaneció y se fue cada cual a sus habitaciones a descansar.
Joaquín se tumbo en su cama y Manuel observó la suya que todavía conservaba el olor a sexo y a su hermana.
-Tendré que cambiar las sábanas -dijo a Joaquín.
.Podrías guardarlas como un troféo -bromeó él.
-Ya tenemos esto – y Manuel sacó una cámara de fotos donde había fotografías y vídeos Lucía desnuda sobre su cama recién follada. Pues habían aprovechado la oportunidad cuando cayó rendida.
-Menos mal que no se ha despertado, tienes que pasarme unas copias.
-Cuenta con ello, sobretodo del vídeo donde le pasas la polla por los labios ¿no?
Joaquin se echo a reir.
Desde aquel día ninguno volvió a hablar de aquello volviendo a la normalidad el trato entre los hermanos. Algunas veces unas miradas de deseo eran captadas entre ellos y algunos azotes al culo de Lucía a modo de broma y algunos disimulados roces a sus pechos eran permitidos por ella sabiendo que aquello les sacaría una o dos pajas aquel día a sus hermanos. Eso la hacía sentir deseada y la excitaba.
Lucía seguía manteniendo sexo con sus amigos pero ya no pudo alcanzar aquellos orgasmos y solamente recordando aquella noche y masturbándose podía alcanzarlos.