Trio en el club de intercambios

Fui al club de intercambios sola y acabé disfrutando con Luis y sobre todo con César

Hola a todos y todas, hoy les relataré una experiencia en un local de swingers yo sola:

Soy Clara 44 años, casada, morena, pelo largo, ojos miel, 68kg, 1.70kg, me cuido y hago deporte.

Esto pasó antes de la pandemia, mi marido ya sabia que tenía cuernos y pues no le importaba incluso le gustaba, lo cual yo agradezco pues él entendía y entiende que soy muy fogosa y que me gusta la cantidad y la variedad, el a veces participa y a veces el se queda en casa, como ocurrió esta vez.

Llevaba tiempo yendo con mi marido a este club, eramos muy asiduos... pero por mi cabeza pasó el ¿cómo sería ir sola?, ¿qué pasaría? Y se lo conté a él y aceptó que ese fin de semana el sábado por la noche iría yo sola al local.

Como comprenderéis la semana se me hizo muy larga y pues como siempre hacia antes de salir con otros tenía tenía a mi marido feliz en el sexo, pues le dejaba anal, felaciones etc etc.

Llegó el sábado y a eso de las 21:30 ya estaba preparada con mi falda de cuero, mis camisa de tirantes negra, tacones de 7cm sin nada debajo, bien zorra me veía y así quería que me vieran.

Me despedí de mi marido y fui al coche, nada mas entrar me pinté los labios de azul marino y puse dirección al local que estaba a 30 minutos de mi casa. En el camino iba nerviosa pues sabía que un local lleno de gente estaría a mi disposición y lo iba a aprovechar al máximo. Estacioné el coche en el parking privado del local, me miré por última vez y salí dispuesta a disfrutar.

Me dirigí a loa vestuarios, en el cual dejé mis pertenencias y un rápido vistazo en el espejo, dios, que caliente estaba. Salí hacia el placer, nada mas salir de los vestuarios había un pequeño pasillo con un Glory Hole (Pared con agujeros para practicar el oral). Ya que siempre iba con mi marido nunca me detuve ahí, pero hoy seria en día. Me fui a la zona de hacer el oral, y me puse de rodillas en mi agujero esperando mi turno. Había como 10 personas, algunas con su premio otras esperando como yo. No tardó ni 2 minutos y ahí estaba mi primera, era normal calculaba unos 16 cm, algo delgada. Rápidamente la cogí con una mano y empecé a masturbarla, ya estaba erecta pues no tarde en llevarla a mi boca. La apretaba con los labios, la metía en mi boca y la repasaba con mi lengua, me balanceaba para realizarme penetraciones en la boca mientras el pene se movía un poco descompasado. No tardó ni 5 minutos, se quedó quieta pues lo tome de señal de que iba a terminar, pues me metí la punta y comencé a masturbarla, y ahí llegó el premio, dos trallazos se semen se introdujeron en mi boca, espesos, algo agrios... pero me los tragué. Nada más terminar saco su pene del agujero y esperé de rodillas el segundo. No tardó en llegar, era como la anterior pero esta si era gorda, comencé el mismo proceso, la agarré y al poco de masturbarla a mi boca, pero este, al sentirla en mi boca si sabía pues, empezó ha hacer penetraciones secas y hondas, lo cual acerqué mi boca todo lo que pude al agujero, la abrí lo más que pude y esperaba la siguiente penetración. Ahí estuve un ratito, de rodillas, esperando la siguiente entrada de ese pene, el cual cada vez la penetración era más seguida y mas fuerte, y yo apoyada de rodillas diafrutando de ello. Al cavo del rato la metió entera y me llenó la boca de su semen, era abundante, parecía que llevaba tiempo sin descargar, sabía muy rico y pues me lo tragué mientras esperaba mi siguiente oral. Fueron en total 6 orales, yo estaba mojadísima pues con cada pene me introducía los dedos en mi vagina y disfrutaba de esa posición. Cuando el último terminó, me tragué su semen y me fui hacia otra zona del club, tenia la zona mazmorra, zona de orgías, zona de bar, jacuzzi, habitaciones... Al estar algo cansada fui al bar y me pedí un refresco, miraba a todos lados y veía hombres solos, parejas...

Me senté en la banqueta provocativa viendo a los posibles candidatos. Había muchas parejas, casi todas de mi edad pero hubo algo que me llamó la atención, eran dos hombres solos, sin mujeres de unos 30 años y de verdad que la idea me hizo mojarme aún más, dos hombres solitos para esta felina en celo. Me quedé mirándolos descaradamente, y ellos ante mi mirada penetrante reaccionaron y ambos sonrieron, lo cual fue correspondido con una sonrisa pícara. Tardaron poco en acercarse:

  • Hola, soy César, ¿cómo te llamas? - me dijo el más guapo de los dos

  • Soy Clara, encantada - dije con tono sensual

  • Yo soy Luis - dijo el otro

  • ¿Que haces tan solita? - Me preguntó César

  • Acabo de venir del Glory y estaba buscando alguien para pasarlo rico - solté envalentonada

  • Bueno, nosotros también, pero somos dos - Me respondió César

  • ¿Yo no veo ningún problema? ¿Vosotros? - Dije ya lanzada

Se miraron ambos y dijeron que ninguno, y después de un rato de charla nos fuimos a una sala mazmorra y la verdad no había estado nunca, siempre en las habitaciones, pero bueno ellos me lo recomendaron ya que no sólo había una cama, si no más sitios para disfrutar.

Caminé junto a ellos entre risas hasta que dimos con la nuestra, y al abrir la puerta y entrar me asusté al ver tantas cosas, fustas, látigos, cadenas.... Pero ellos no les iba ese estilo pero sí algo de esa sala, el potro.

Nos sentamos en la cama y nos empezamos a besar, yo estaba en medio de los dos y empecé a tocarles el bulto que había entre los pantalones y dios te bulto. Ellos me manoseaba los pechos y Luis se deleitaba tocándome mi vagina totalmente mojada ya. Madre mia cuando César se sacó su pene, unos 23-25 cm se asomaron ante mí, dios que pedazo de trozo de carne, la de Luis era unos 19-20 cm nada mal, pero la de César....

Se pusieron de pie y se desnudaron y se plantaron ante mí con sus dos penes apuntándome a la cara. Yo, mientras a uno le iba masturbando el otro iba a mi boca, y así estaba, la de César era enorme cada vez que entraba me venían arcadas que eran aguantadas por mí estuvimos así un rato, y dios que rato más rico, mi baba caía por mis pechos pero necesitaba tenerla dentro, sobre todo la de César que sabía que me iba a partir:

  • Necesito sentirlas dentro - dije excitada

  • Vamos al potro

Fui al potro y me dijeron como colocarme, eran dos "chavales" pero sabían de lo que hablaban. Me desnudé lo más rápidamente posible y me sentí algo rara cuando me ataron las manos y los pies al potro pero la necesidad de sentir sus penes era enorme pues no dije nada. Luis se puso detrás y César me apuntaba con su enorme trozo de carne a la boca. Noté como el pene de Luis se metía de una en mi vagina chorreante, abrí la boca para sentir la de César dentro, y dios como se compenetran, no era la primera zorra que pasaba por el potro. Cuando Luis me la metía con todas su fuerzas, la inercia me hacía que mi boca tragara la de César, dios que rico se sentía.

Cada embestida de Luis era un gemido que rápidamente era tapado por el pene de César que entraba hasta lo más hondo de mi garganta, cada vez que rebotaba Luis me daba otra embestida. Mis muslos estaban chorreando de mi flujo, los orgasmos venían uno tras otro, estaba en la gloria.

Estuvieron así un rato hasta que se intercambiaron. Cuando César se puso detrás fue una sensación de miedo y deseo pues su pene apuntaba a mi ano. Poco a poco y forzando entre quejidos de dolor eran ahogados con el pene de Luis la metió entera. Me ardía, me escocía, me dolía, pero me encantaba. Le di el okey como pude y me agarró por la cintura y sin previo aviso, me la sacó entera y de una me empaló hasta lo más hondo de mi ano, lo cual me hizo que el pene de Luis se incrustaba en mi tráquea. Dios qué gozada cada vez que me empalaba, difícil explicar la sensación pero era dolor y placer al mismo tiempo el cual me hacía pedir más y más. César me empezó a dar nalgadas, las cuales me hacían correrme más y más, dios que placer, que fuerza...

No iba a terminar ahí como yo creía, pues César la sacó y al desabrocharme Luis ya estaba en la cama, ardua corrí y me monte sobre el pene de Luis a lo que César me empujó hacia el pecho de Luis quedando mi ano expuesto, pues así hizo, me la metió y, ahí estaba yo, entre dos hombres dándome placer con sus penes, uno en mi vagina y otro en mi ano, dios que placer, el éxtasis era infinito, el dolor pasó rápido, solo me venían orgasmo tras orgasmo. Estuvimos así como 25 minutos, hasta que Luis se vino en el condón. César aguantó más pero por la posición la de Luis seguía dentro y eso me encantaba, pero al rato noté como César bufaba y me la metió entera corriendose en el condón. Caí rendida de la pedazo follada que recibí, estaba extasiada y mi cuerpo temblaba, nos quedamos así hasta la siguiente ronda, pero ya es otro relato pues no solo usaron el potro.

Espero que os haya gustado, ya iré subiendo más

Un beso

Clara