Trio de dos amigos y una amiga bisexuales
Dos amigos jubilados se entretienen con una chica morbosa.
Esta es una historia de amor y sexo. Yo he sido empresario, he tenido negocios de hostelería en la ciudad que vivo,
en Sevilla, mi amigo trabajaba de piloto de Iberia, tenía la residencia también en Morón de la Frontera, cerca de Sevilla. Eramos amigos típicos de bar, en nuestros ratos de asueto alternábamos por los mismos sitios, bares del centro de Sevilla, estábamos casados y nunca hemos pensado a lo que hemos llegado.
Siempre hablamos de deportes como el fútbol, baloncesto, motorismo.
También nos gusta la gastronomía y somos cocinitas.
Discutimos con temas religiosos y políticos.
A través de los años hemos sufrido los dos la pérdida de nuestras mujeres, siendo éstas aún en la plenitud de la vida.
Mujeres ejemplares, cariñosas, buenas madres y trabajadoras.
Su falta nos hundió a los dos y nos cambió la vida, de personas culturales y estudiosos, la tedia nos hizo dejarnos, abandonarnos un poco en la vida. El vino. El tabaco, el juego, teniendo una posición social de mérito pasamos a una vida sin interés.
Al jubilarnos los dos, somos de la misma edad volvimos a los bares que solíamos acudir. Allí nos daban las horas, charlando de las elecciones, yo era de izquierdas y mi amigo era del PP, los choques eran evidentes.
Que si Paracuellos, que si la batalla del Ebro, que si los curas y monjas no tenían conciencia o que los falangistas se llevaban gente de sus casa para fusilarlos. Pero todos los días terminábamos con un abrazo.
Yo me iba fijando, a pesar de no haber tenido nunca relaciones homosexuales, en el paquete que le maracaba su sexo.
Yo le contaba el affaire que tuve con una casada mal tratada por su marido. Cuando este iba al trabajo, iba a su casa, ella me abría la puerta y dábamos suelta a nuestros instintos carnales.
La besaba en la boca dándole toda mi lengua hasta la garganta y ella me respondía.
La tocaba los pechos con unos pezones tiesos como arpones, los besaba, los mordía, ella gritaba pero me decía sigue, muerde cabrón. Pretaba y llegaba a sacar gotitas de leche que me hacía beber.
Me sacaba la polla y se la comía con un hambre atroz, como si el mundo se terminara.
Me decía: Chupa el culo, mete la lengua, fóllame el coño , rómpelo ahahahahahah
Dame tu leche, córrete bien, dame toda tu leche.
Mi amigo se ponía al rojo cuando le contaba esto, veía mi bulto y se atrevió a meterme mano, fuimos al servicio y se la sacó del calzoncillo y se la empecé a tocar, se fue poniendo como un mástil, me agaché e instintivamente se la empecé a chupar, primero me metí en la boca su caramelo, lo chupaba alrededor, la puntita, el prepucio, y se ponía gorda, gorda, Me la metía hasta la garganta, me daban arcadas al tener todo ese madero dentro.
Yo le dije, cabrón, métela en el culo, hazme tu hombre.
Me bajó los pantalones, me lubricó y apuntó al orto metiéndola toda poco a poco, yo la sentía dentro con gran placer, y le decía maricón dame gusto, goza tú, echame toda le leche calentita dentro, la quiero dentro, ahahahahahahme corro, cabrón , mira como me sale la leche a tu tripa, tomala y ponla en mi boca, bésame, dame la lengua, umumumumum.
Así fue el primer encuentro que tuvimos.
Él me propuso ligarnos a una mujer y llevarla a casa y follar los tres.
Tenía una amiga bastante alegre y después de unas cuantas copas la seducimos para llevarla a casa.
Ella accedió y fuimos al adosado mío.
Nos subimos en un taxi los tres en el asiento de atrás.
Le fuimos bajando la blusa y empezamos a magrear las tetas por encima del sujetador. La besamos en la boca uno primero, luego el otro, nos besamos los tres a la vez dándonos las lenguas, le quitamos el sujetador y empezamos a chupar un pezón cada uno, entre beso y beso tomábamos su lengua con besos calientes.
Subimos la falda y pusimos las manos nuestras en su chocho caliente, empezamos a meter un dedo cada uno, la chica empezó a gritar tapándose la boca para no asustar al taxista, sacamos los dedos y se los metimos en su boca.
Entramos en la vivienda y se nos tiró encima , materialmente se nos comía , quiero las pollas , quiero que me folléis los dos a la vez, quiero sentir las dos pollas dentro de mi culo y mi chocho.
Me puse, una vez desnudo encima de la cama boca arriba, ella se puso encima de mi de cara a mi y se metió mi polla en el coño. El amigo se puso por detrás y le metió el miembro por el culo, ella chillaba de dolor, pero moviéndose suavemente se iba introduciendo la polla por ese sitio maravilloso, el movimiento de los tres empezó con el propio fuego del calentón. Casi aguantamos lo indescriptible, ninguno queríamos parar, los chillido y gritos eran elocuentes,
Ella me besaba la boca, yo besaba a mi amigo, Ël me propuso follarme luego a mi, le dije no me hagas sufrir mucho,
Dïlatamelo primero, que se ensanche, y suavecito me lo pones en el ano y empuja poco a poco.
Cuando la iba metiendo, la amiga le comía los huevos con besitos dulces. Al fin entró toda y la mujer vino hacia mi y empezó a comerme la boca diciendo, córrete, mi maricón, córrete, esto era tomando mi polla con las manos y pajeandola.
El final fue apoteósico, notaba como se venía dentro de mi.
Nos duchamos, fumamos un porro y nos metimos los tres en la cama, por la mañana al despertar, mi amigo tenía su polla dentro del coño de la amiga, yo le acerqué mi pene y se lo puse en la boca, cosa que aceptó.
Ese fue el fin de fistesta.
Esperamos repetir, estamos jubilados pero no nos aburrimos.